viernes, 4 de julio de 2014

Principessa encantada...

   Este  día viernes comenzó a las 10,30 para la Principessa (un poquito tarde, ¿no?) y cuando recién había tomado desayuno y se preparaba a salir de palacio para ir a realizar un trámite laboral, suena su celular. Bajó rápidamente pero no alcanzó a contestar la llamada. No obstante, alguien estaba interesado en comunicarse con la Principessa porque inmediatamente volvió a escucharse el característico sonido de la empresa Entel. Hummm!!!   Le llamaban para solicitar colaboración en unas clases de reemplazo antes de las 15 horas. Revisó la temática de esas clases para alumnos que no eran suyos, pero como el material ya era conocido, aceptó sin dificultades. Aún así, igual salió a realizar el trámite, en el que no demoraron mucho en atenderla (menos  mal ; deben haberla reconocido, de otra manera no se entiende la rapidez ni la eficiencia, jajaja) .
       Apenas terminó el trámite señalado, volvió a palacio. Debía almorzar temprano y vestirse ad hoc a su función de preceptora. Felizmente para su estómago principesco, le quedaba del día anterior una tortilla de acelga, para el que preparó de acompañamiento una ensalada, con un nuevo ingrediente : rábano blanco.
        Ensalada Mix-Max: :
       3 champiñones rebanados en láminas delgadas, pimiento verde picado, pimiento rojo picado, una palta, hojas de achicoria, un trozo de rábano blanco picado en tiritas, cilantro.
        El rábano blanco tiene un sabor parecido al rábano rojo (obvio, si son rábanos ambos, jajaja), pero es menos picante que el rojo. Su gusto es bastante parecido a la caigua, a quien la Principessa presentó en sociedad hace algo más de una semana (jajaja) . ¡Curioso, no?
         Estuvo rico el almuerzo de la Principessa aunque resultó algo apurado y debió acompañarlo sólo con agüita (jajaja) . A lo anterior agregó una taza de té frutal, para coronar con éxito su alimentación. La tarde se presentaba larga, debía atender 8 horas pedagógicas (¡Tan sacrificada esta Princess!) y no sabía si le alcanzaría la fuerza...
      Como le quedó algo de tiempo a la Princess, puso en funcionamiento a doña Lavadora y luego adelantó en algo la tarea de preparar la berenjena que compró hace un par de días y que tenía planificada para el día de hoy.  Debido al cambio de planes, la terminaría de preparar al regreso (en la noche) y la consumiría igual, pues , seguro, llegaría con el diente largo.
    Primera parte : Tratamiento de la Berenjena (jajaja)
    Para quitar el amargor de este vegetal, luego de partirla, se procede a lavarla, espolvorearla con sal, dejando en reposo por media hora. Luego, enjuagar con abundante agua y ejecutar la tarea de ahuecar cada mitad de la berenjena. Con el objetivo que su cocción al horno no demore demasiado, precocerla en un poco de agua, durante unos 10 minutos,  sacándola con cuidado para evitar que se rompa.
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     ¡Dicho y hecho! Llegó con el diente bien  largo (parecía tigresa dientes de sable, jajaja) . Sus clases transcurrieron sin sobresaltos, cumpliendo cabalmente con las actividades correspondientes (tan cumplidora esta mujercita, jaja) . Luchando contra el frío y viento a eso de las 21 horas, regresó a palacio recorriendo los caminos del Reyno.
       La tarea la esperaba y se abocó a ella rápidamente .
      Segunda parte : Berenjenas Rellenas al horno
      Rellenar las berenjenas en mitades con una mezcla a gusto. En este caso la Principessa había preparado una similar al relleno de los zapallos italianos : arroz vegetariano, con 1 huevo batido, condimentos, la pulpa de la berenjena bien picada y queso para adornar sobre el relleno. 
       Enseguida,  llevó a  horno fuerte por unos 15 minutos. 
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      La Principessa , sin duda, se superó a sí misma. Era la primera vez que preparaba y probaba las berenjenas y verdaderamente le quedaron deliciosas. ¡Felicitaciones!
 
        Después de dar cuenta de ellas, se preparó en té de hierbas, con el cual se fue a la cama, como la niña buena que es.    Ya quedaba poco del día y era necesario descansar, pues al día siguiente, como todos los sábados, debía viajar a la Villa de Rengo.
 
        Bien, Principessa, has cumplido en este día con creces tus tareas. Te tienes merecido el mejor de los descansos. Buenas noites.  
 
 

 
 
    

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