No hace mucho tiempo (poco más de un
mes), yendo en un vehículo de locomoción colectiva, fue testigo ( “testiga”,
más bien) de la siguiente inquietud-pregunta-dudaenorme que un niño de
aproximadamente 4 años, le hacía saber a su padre: “Papá, ¿por qué Harry Potter es tan famoso?”.
Precisamente, en ese momento, si no fuera por el cuidado
que tengo de no entrometerme donde no me llaman, yo estaba en condiciones de
contestarle (no así su padre). Sin embargo, si este inquieto jovencito me
hubiera interpelado en el mes de Septiembre, me habría encontrado en la
disyuntiva de responderle con observaciones generales ajenas (ocultando mi
ignorancia sobre el tema y el personaje) o me habría visto en la dolorosa pero
honesta situación de tener que reconocer abiertamente que YO NO HABÍA LEÍDO
NINGUNO DE LOS TOMOS DE HARRY POTTER (¡Qué golpe para mi orgullo!) . Felizmente
para la protagonista de esta historia real –Yo- el bochorno “nunca fue” (como
dicen los lolos).
“Harry Potter y la Piedra Filosofal ”
estuvo en mi poder por más de dos años, sin siquiera ser hojeado (ni ojeado).
Lo compré por si, en alguna ocasión, me veía en la obligación de leerlo para no
estar al margen. Y la ocasión llegó... en el mes de Octubre de este año 2005.
Para ser sincera, la historia no solamente me entusiasmó, la verdad “me agarró
por los pelos”... completamente... Tanto así, que el 22 de octubre me
encontraba abocada a la tarea, poco
frecuente en nuestro ámbito, de comprar la saga completa. Cuando a fines de
Noviembre quise adentrarme en las páginas del sexto tomo (ya me había leído los
anteriores), enorme fue mi sorpresa encontrarme sólo con versiones en idioma
inglés, lengua de la cual escasamente manejo algunas palabras.
Por
lo tanto, aquí me tienen... esperando tener la oportunidad que en el mes de
Febrero pueda ser una de las entusiastas lectoras-admiradoras beneficiadas con
un ejemplar.
Después de todas
estas disquisiciones, es tiempo de
responder a la inquietud que ese niño-común-de-un-vehículo-de-locomoción-colectiva le hiciera a su progenitor : ¿Por qué Harry
Potter es tan famoso?
Obviamente, nuestra
respuesta no puede sustentarse en el hecho de que el personaje y la historia se
llevaron al cine. Claro que, sin duda, esto ayudó a aumentar y a hacer más
veloz la fama. Pero, para que los textos se transformaran en tema de un guión
cinematográfico, debieron haber provocado en un cineasta el mismo entusiasmo
que ha originado en sus miles de
lectores no pertenecientes al mundo del cine.
Por
lo tanto, cabe preguntarse: ¿dónde está
el misterio de su atractivo? Si debo contestar por mí, sin duda la experiencia
más cercana que conozco, la aclaración del misterio está en lo siguiente:
En primer lugar, en la insólita
procedencia familiar de Harry Potter. Su origen nos despierta la vena
investigativa que muchos tenemos dentro, nos pica la curiosidad, nos impele a
averiguar más cosas acerca de este hijo-de-magos-que-desconoce-su-poder y nos
nace el deseo de acompañarlo, seguir su historia, para ver qué le pasa, si
responde o no a las expectativas que genera en sus iguales, si será capaz o no
de salvarse y de ganarle al mal y a los malos. En el fondo, nosotros, los
lectores, nos transformamos en hermanos-de-fe de Harry Potter, en
guardaespaldas de él, quien a pesar de sus pocos años y de su menuda
complexión, arrostra los peligros que se le van presentando con el poder que le
otorga el amor de sus padres, la compañía de sus amigos y su alma no
contaminada.
En
segundo lugar, nos sentimos cautivados al encontrarnos con un mundo pleno de
elementos extraños, misteriosos y poderosos a la vez, que no responden a
nuestra lógica y razón humanas, sino a nuestras creencias, sueños y deseos
infantiles, más o menos cercanos de cada uno de nosotros, dependiendo de la riqueza
de nuestra infancia. Un mundo poblado de seres extraordinarios, propios de los
cuentos y de los relatos mitológicos, que
nos asombra e hipnotiza.
Entretenida
historia... una verdadera máquina del tiempo con destino a la infancia de cada
uno de los lectores adultos y un maravilloso vehículo mágico para los niños de
nuestro mundo del aquí y del ahora. Sin
más preámbulos, los invito a cerrar los ojos, contar hasta tres (¿o es a
la inversa?), tronar los dedos y a esperar ... la sorpresa que nos tiene
preparada J.K.Rowling , maga de rancio abolengo.
(Mónica Álvarez Saldaña, 25 de
diciembre 2005)
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