Aún se está en pleno invierno por Cádiz, parte de la Costa de la Luz; las playas de la ciudad tienen sus cuantos visitantes, ya sea para tomar el sol, el aire marino e incluso para bañarse. Y en las tardes, a la puesta del sol, el paseo marítimo aparece atestado de gente, turistas y locales, que asisten a la despedida diaria del astro. Hermosas fotografías capté ayer al acercarme a la costa en ese mágico momento.
Cádiz es una ciudad con historia desde hace un buen rato, por allá por el siglo XII a.C. Fenicios, cartagineses, romanos, visigodos, bizantinos, árabes y algunos otros, hasta, finalmente ser recuperada por el Reino de Castilla. Había pasado por tiempos de prosperidad y decadencia. Su ubicación estratégica la ha hecho apetecible como conquista. Los distintos nombres que ha tenido muestran sus variadas pertenencias: Gadir, Gadeira, Gades, Qādis, para, finalmente, fijarse como Cádiz. Después de la Reconquista española la ciudad adquirió un desarrollo pujante cuando en su Bahía se instalaron los astilleros reales de la Corona de Castilla, dando paso a que de sus puertos partieran numerosos descubridores como Cristóbal Colón y Alvar Núñez Cabeza de Vaca. Como ciudad tuvo el monopolio del comercio con América, fue sede de la Casa de Contratación y de la Flota de Indias, sea lo que sean estos últimos títulos y derechos, 🤣 🤣. Y un elemento importante y más contemporáneo, fue aquí donde se redactó la primera Constitución Española, la de 1812. Especifico esto porque, caminando, llegué hasta un puente que me llamó la atención por su altura -187 metros-, por su longitud -3092 metros- y por su arquitectura. Cuando estuve cerca me enteré que se llamaba Puente de la Constitución de 1812, ☺️😚. ¡Cada día, más de un aprendizaje para esta cabecita, 🤗!
En la actualidad, Cádiz es una ciudad con 111 mil habitantes. Resulta extraño ver de qué manera el ser humano hace de lugares complejos en relieve y en condiciones ambientales, buenos lugares para vivir. La urbe está rodeada de marismas, por ejemplo, y su conformación geográfica es casi un capricho de la naturaleza. Pero los gaditanos aman su ciudad y están orgullosos de ella. El clima, su geografía y su historia deben ser los mayores atractivos para los turistas, me incluyo.

Segunda vez en Cádiz y me sorprendí visitando unos puntos de interés que no conocí ni de los que me enteré la vez anterior, año 2020, ya empezando la pandemia. Esta vez, sin esa espada de Damocles pendiendo sobre mi cabeza, pude valorar de mejor manera la ciudad. Lo que primero hice el jueves 13, luego de llegar de Madrid en un viaje en tren rápido, fue caminar por el paseo marítimo, tomar sol a raudales, visitar uno de los sitios arqueológicos (tal vez el más pequeño y el de más fácil acceso, al lado de la Catedral y a unos pasos del paseo marítimo) de origen fenicio llamado Museo Fenicio Gadir, donde se ilustra sobre los ritos funerarios y se puede observar restos de una Tumba Monumental Fenicia datada en el siglo VI a.C. Hay otros sitios en la ciudad de este mismo origen, pero sólo visité éste. Su entrada es liberada, 😍.

La Catedral de la Sta.Cruz de Cádiz fue admirada por mi persona sólo desde fuera, 😏. De estilo barroco, rococó y neoclásico, se comenzó a construir en 1722 y se terminó en 1838. Seguro que por la falta de fondos para su mantención cobran una entrada de 10 €, a lo esta vez dije "paso", como "otras" personas ya lo han dicho, 😉. Está muy bien posesionada en el terreno, un poco en altura y con gran espacio de frente, donde se ubican varios bares y tabernas, con público permanente, como podrán comprobar en las fotografías.
Uno de los principales objetivos ese día era contratar un tour con destino a Marruecos, pero no tuve suerte. Envié dos correos a sendas agencias; sólo una me respondió señalando que no tenía salidas por el momento, 😏.La oficina de información turística de Cádiz estaba cerrada y cerca del puerto no había nada donde se pudiera consultar. Después de caminar por varias callejuelas y perderme un poco, 😉, de hacer shopping al paso, comprar alimentos en un supermercado, dejando vistas algunas visitas para el día siguiente, regresé al alojamiento, que, entre paréntesis, no fue de mi agrado. Lo contraté en Air B&B y no cumplió con algunas de mis expectativas. La ubicación era excelente, a una cuadra de la costanera, en un buen edificio, pero la anfitriona me "cayó" mal, 🤣. No fue cuestión de "tinca" nada más, había fundamentos, como por ejemplo, que no me permitió el uso de la cocina ni siquiera para calentar agua para el café. Me facilitaba, eso sí, en la mañana y en el atardecer, un "termito" con agua caliente (alcanzaba para una taza y poco más) y san se acabó, 😖😠, con lo cafetera que soy yo, ☕️ ☕️ ☕️ . Otros detalles también hubo, pero los dejaré pasar para no alargarme y dar la lata.
Día del amor y la amistad, completamente soleado y luminoso en la ciudad. A las 9,20 estaba poniendo los pies en la calle y caminando ya por el paseo marítimo. ¡ 🌞 🌞 🌞! Los rayos rielaban sobre las aguas con pasión, 🤣 🤣. Comencé a hacer mis tareas del día. Mirando y mirando Google maps me había enterado que había un Teatro Romano en el centro histórico, cerca de la Catedral. Partí hacia allá y abría a las 10. Faltaba aún más de media hora y no podía ponerme a esperar si estaba empezando recién el listado de tareas. Seguí mi camino y llegué a la Plaza San Juan de Dios, donde se ubica el Edficio del Ayuntamiento. Reconocí el lugar de mi primera visita y me acordé que, cerca de allí, estaba la Estación de Autobuses, desde cuya salida vi por primera la ciudad gaditana.

Las estaciones de buses y de trenes están contiguas, así que me resultó fácil averiguar horarios para salir de Cádiz al día siguiente. Ya con dicha información vital y concreta, me fui a buscar la tienda "El Corte Inglés" (española de cepa, a pesar del apellido) donde, en su área comercial de viajes, ofrecen tours a varios lugares, entre ellos Marruecos. Antes de partir en aquella dirección, me detuve a fotografiar la famosa Puerta de Tierra, reducto de lo que fuera la Muralla de la ciudad en el siglo XVIII. Es una enorme mole, portada indiscutible de la urbe... No fue una caminata corta, para nada, pero llegué. En "El Corte..." la fecha más próxima para lo que yo quería era el 23 de febrero, bastante más allá de lo planificado. Precisamente estaba aquí porque de esta zona parten los ferries al norte de África, específicamente de Tarifa, una ciudad más pequeña, a 103 kms. de distancia, más al sur. No hice shopping en la tienda; era perder el tiempo para mí porque no iba a comprar. Sus precios son prohibitivos para una profesora pensionada chilena aunque tenga PGU, 🤭🤭. Sí me fui a ver precios a un enorme supermercado aledaño, el Hipercor, pero sus valores eran superiores a otros.

Comencé a volver al centro histórico pero orillando el mar. Allí me encontré a un paso del moderno y singular "Puente de la Constitución de 1812" que ya mencioné. Por un tramo, el camino fue bastante grato, entre el mar y un parque. Más adelante, al pasar por las instalaciones portuarias, si bien había avenida y veredas, el sol "pegaba" con ganas a los caminantes, 🥵🥵. ¡Uff! ...

Llegué al sitio arqueológico del Teatro Romano Teatro Romano o Teatro de Balbo como también es conocido. La entrada era gratuita, 👏. Esta visita fue una verdadera sorpresa para mí, altamente positiva, no por el no-pago, sino por lo inesperada. El Teatro en sí no es de los mejores conservados que he visto; al contrario. Sin embargo, está muy bien resguardado en la actualidad, aunque haya partes de él que permanecen bajo tierra y bajo edificios contemporáneos, lo que se deduce de los miradores que hay en el piso del museo y que revelan que los cimientos se hayan a varios metros de profundidad. Fue una hermosa y emocionante visita.

En mi camino a la Torre Tavira, la torre vigía más alta de la ciudad antigua, 45 msnm., "tropecé" con el hermoso edificio de Correos y con el Mercado de Abastos, que el día anterior ya no estaba funcionando en la tarde. Me llamaba la atención subir a la torre y experimentar lo que se llama "cámara oscura", pero había que esperar y, en el Mirador me encontré con un grupo de niños extranjeros chillones (gringos) que ni permitían observar la ciudad porque copaban casi todo el espacio. Fui haciéndome espacio como pude, para finalmente sacar las panorámicas mejores posibles de la blanca ciudad. ¡Se veía fantástico desde arriba! Para tener esta vista había subido 173 escalones, 😬 y pagados € .

El siguiente punto de visita fue el Teatro Manuel de Falla Teatro Manuel de Falla, un edificio espectacular, que me recordó alguna Plaza de toros por su envergadura, color y estilo neomudéjar. Su material es ladrillo rojo, de allí su característico color. Tiene capacidad para 1214 espectadores nada menos. ¡Impresionante!... Para terminar la jornada matinal, fui a visitar el Castillo Santa Catalina Castillo Sta. Catalina, una fortaleza que fue construida a fines del siglo XVI y comienzos del XVII. Se ubica al lado de la "Playa La Caleta". Tiene una planta pentagonal y desde arriba se nota su forma de estrella. En una de las salas, había una exposición sobre una Explosión que hubo en el lugar el año 1947, de aproximadamente 200 kgs. de TNT en posesión de la Armada (minas, torpedos y cargas de profundidad), que dejó como saldo "oficial" 150 fallecidos, 5000 heridos, 2000 edificios dañados de los cuales 500 quedaron completamente destruidos. ¡Una catástrofe sin parangón hasta nuestros días -¡por suerte!-!

¡Suficiente! Ya era hora de echar algo "al buche", 🐓 🐔, 🤣 🤣. Suerte que encontré por una callejuela un menú, muy barato él, en terraza, con cantante gitano de acompañamiento y palomas hambrientas al por mayor, 😠😤.El único problemilla fue que los españoles, en general, necesitan unas clases de un maestro parrillero chileno, para que sepan lo que es cocinar la carne como a los chilenos nos gusta. El primer plato, una ensaladilla de pulpo estaba abundante, pero algo pasada de sal. Me costó terminar con ella. El principal, ¡uff!, me indignó la carne casi desarmándose y a la olla, 🤮. ¡Así no me gusta! Le pregunté al garzón y el muy me dijo que era a la plancha. Son más mentirosos estos garzones porque no es primera vez que me pasa esto. En fin, no me comí toda la carne, ¡qué desperdicio! El pan, el vino y el postre fue lo mejor, 😂. El postre, helado de crema con chocolate en rama, de ése que venden ya listo. Estaba "e chuparse lo' deo", 😉.

Terminado el almuerzo, sólo me quedaba una visita: la del Castillo San Sebastián. Esta fortaleza fue construida en el islote que está aledaño a Playa La Caleta, en el año 1706, naturalmente con propósitos defensivos. Ya antes, en 1457, unos tripulantes de un barco veneciano que se recuperaban de la peste en este aislado islote, levantaron una ermita. Desde 1860 el islote está unido a la parte norte de la ciudad gracias a la construcción de un malecón. La entrada a este lugar es gratis. Es una enorme mole de concreto que uno puede recorrer sin problemas. Sólo se necesitan unas piernas fuertes para hacerlo.
Después de una agenda tan ajetreada me fui al alojamiento con una barra de pan bajo el brazo, que pasé a comprar a un supermercado. Descansé un poco y salí nuevamente con solo un objetivo: ver la puesta de sol, que no estuvo tan fantástica pues aparecieron algunas nubes. No obstante, fue un bonito espectáculo natural, que muchos fueron a disfrutar. Después de aquello, me fui "a guardar", a tomar once y a descansar, además de escribir. Al día siguiente viajaría -hoy- y lo hice sin ningún problema. Al contrario. Ya les contaré . Hasta pronto.

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