miércoles, 8 de julio de 2015

¿Convendrá abrir la caja de Pandora...nuevamente?

    ¿Será prudente hacerlo? 
    Calificar de "prudente"  a una acción va a depender del propósito. ¡Nooooo! ¡So, so, sorry! ¡Nada que ver! La verdad es que si lo que interesa es el objetivo de una acción, no voy a estar pensando es si es prudente o no. Seguramente lo que haría es tratar de alcanzar mi finalidad a cómo dé lugar, sobre todo si soy pariente de Maquiavelo. 
    En cambio, en este caso, debería hacer uso de la  prudencia al momento de evaluar los efectos que mi acción podría  tener en los demás o en mi propia persona. 
    Aclarado aquello,  puedo asegurar que mi acción no es  imprudente, pues,  en la actualidad, estoy mejor preparada para esta operación, pero eso no excluye que pueda tener ciertos efectos en mi persona y, de manera indirecta, a través de mí, en los demás. 
    En situaciones como éstas, el tiempo se transforma en  un gran aliado (o enemigo, dependiendo de la perspectiva que se tenga). El calendario va dejando caer sus hojas sobre los hechos  (y sobre las cosas ...y las personas) y éstos van quedando bajo su manto, cubiertos parcial o totalmente. Si la "caja de Pandora" se deja  olvidada en el desván, el tiempo seguirá su decurso continuo y lineal; si ésta, en cambio, se ubica en un lugar  más cercano y se abre, pasado un tiempo, puede causar más de un quiebre o fisura de la linealidad y provocar que el tiempo ingrese en una trayectoria más o menos elíptica, deteniendo el avance o desarrollo. 

- ¿Entienden de qué habla doña Principessa?  Me he tansformado en un gran signo de interrogación.


     Hace más de un año que no sabía nada de él y de pronto, hace un par de semanas,  lo sorprendo en mi casillero electrónico. Estaba retomando el contacto. El objetivo se derivaba de lo anterior; éste (el objetivo) se había  mantenido en el tiempo, aunque  trascendiendo  a otros ámbitos.  
   Me alegró encontrarme nuevamente con él. Cuando lo conocí me pareció una persona transparente en sus acciones, respetuoso del otro, meticuloso en su labor. Hoy, mantengo  esta percepción. Al menos en la temática que nos ha unido, creo no equivocarme. 
   ¿Qué nos convoca al reencuentro? Mirella, mi querida Infanta. 
    Tal como se lo hice saber en la primera ocasión, yo sólo soy el vehículo de transmisión de la historia, quien le facilita antecedentes y ciertos elementos (fotografías, por ejemplo). No más que eso.
    ¿Por qué? ¿Para qué? 
   Para entregar un testimonio, para que alguien tenga la oportunidad que ella no tuvo (de salvarse), para que lo que le ocurrió no haya sido en vano;  por último, para mantenerla en la memoria.
    ¿Qué actividad es esta vez? 
    Una Exposición en el Museo de Arte Contemporáneo en Agosto y un Libro con las fotografías e historias de mujeres víctimas de la Violencia Femicida,  que se publicará en el mes de Octubre. Además, una página web alusiva a dicha temática. Allí estará ella, hablando a través de las imágenes y  de las palabras escritas, como tantas otras que perdieron la voz en el momento menos oportuno. 
   Por ti y por ellas, abriré la Caja de Pandora, esperando que los  recuerdos sean menos dolorosos y que la esperanza permanezca  dentro.

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