miércoles, 13 de mayo de 2015

El pote de la eterna juventud.

    Hacía meses que doña no visitaba el lugar. Ya casi había olvidado cómo se llegaba hasta allá. Había optado por lo que le ofrecía el mercado más cercano considerando la central ubicación de su palacio. Es que no tiene mucho sentido trasladarse a otros sectores si se tiene todo lo necesario  en las cercanías (esto también es válido para quienes engañan a sus parejas, pues  teniendo todo a su lado, salen en busca de otro/a en una distinta  dirección, jajaja, na' que ver). Ahora, si se produce la insatisfacción o se ingresa en un juego de disconformidad y  exquisitez, sin duda, corresponde que se amplíe el metro cuadrado de su desplazamiento buscando la calidad y/o variedad como ciudadana consumidora (no me parece en el ámbito amoroso, jejeje). 

    Por tanto, un poco por buscar variedad, por entretenerse vitrineando un rato, por retornar a lugares conocidos y bien recorridos hace unos años, se hizo a la idea de visitar el Jumbo. Ordenó su agenda  y planificó su incursión por esos barrios,  el día previo al celebrado Día de las Madres, pero sin tener clara conciencia de que era un sábado especial. 

   Antes de ingresar al súper, recorrió el pasillo donde están ubicados los otros locales comerciales y justo se encuentra con que en el local de Bata había algunas  ofertas. "¡Uyyyy, qué suerte la mía!", se dijo. Estuvo en un tris de comprarse dos pares de zapatos, pero optó por el predominio de la razón (así como en el Siglo de las Luces). Llevaba puestas calcetas y no medias, de manera que era un riesgo probarse dos pares, llevarse los dos y que luego le queden sueltos. Sería mucha pérdida de billullo (jajaja). Así que se arriesgó sólo con un par, de color burdeo, preciosos (a su nivel, al menos en el diseño; en la calidad, habría que verlo)
   Con esa compra ya se sintió preparada para emprender el recorrido por el Jumbo, así que hizo su ingreso triunfal pero nadie pareció fijarse en su ilustre persona. "Mejor", pensó, "así nadie me molesta y puedo recorrer tranquila el local". Buscó un canastillo para portar sus adquisiciones, pero no había ninguno a la vista; miró por aquí, por allá, nada.... tampoco vio ningún carro desocupado. Había mucha mucha gente en el súper, de manera que no insistió en conseguir un portador de mercadería; además, no pretendía comprar demasiadas cosas.
    Cuando se hizo consciente de la muchedumbre, se dio cuenta que era debido a la víspera del día de la madre, pues "medio mundo" andaba  comprando regalos, ofertas, tortas, bebidas y de un cuanto hay para celebrar a las mamás de la familia. "¡Eureka! ¡Ofertas con un 30%  y 40% de descuento!". Los ojos casi se le salieron de las órbitas, al estilo Pepe Antártico (¡uyyy, se me cayó el carné!). Había display de cremas de tocador a muy buenos precios (¡justo que le estaba quedando poco de su crema embellecedora!). Miró las distintas marcas y tipos, sacó cuentas y eligió un estuche que tenía productos para noche y día (así "mato dos pájaros de un tiro", jajaja),  que además de embellecer, regeneraba. "¡Bravo! ¡He encontrado la fuente de la juventud por unos cuantos pesos! ¡Qué maravilla, ésta sí que es suerte!"


- ¿Se puede saber de qué marca es tu "maravillosa" crema facial? 

- Nivea...¿Por qué? 
- Jajaja...¡Pero, Princess...!¡Por eso la encontraste barata! 
- ¿Qué tiene de malo este producto? 
- ¡Es que es "rasca", pues, amiga! ¡Cómo no vas a saberlo, si eres tan antigua como la crema! 
- ¡Estás simpática esta tarde, ah! ¿Qué comiste al almuerzo? ¿Porotos granados?
  - Jajaja...¿Qué tienen que ver las peras con las manzanas? 
- Lo decía porque los porotos son una comida "pesada"...
- ¡Hummm! Igual la crema Nivea no es ninguna maravilla...
- Lo sé, pero puchas que se ven bonitos los potes. Además dice, en una de ellos " R E G E N E R A D O R A " y eso, de acuerdo a mis conocimientos lingüísticos, significa...que tiene el poder de reparar, de mejorar, de rejuvenecer, que la piel te queda lozana, tersa...
- ...."como poto de guagua" , jajaja
- ¡Síííí! Jajajaja. Estoy tan convencida de las cualidades de mi adquisición que hasta te haría una apuesta
- ¡A ver...a ver!...
- Te apuesto que mis pocas líneas de expresión que tengo, a pesar de la experiencia ganada en estos años de vida (que no son muchos, la verdad) desaparecerán o, por lo menos, se difuminarán... como por arte de magia. Así que no tendré necesidad de lifting ni nada por el estilo...
- Ok...jajaja, déjame  reírme otro poco...¿Qué apostamos?
- ¡Otro estuche de cremas! 
- Jajaja, ¡Qué divertida eres! 
- Es que me entusiasmé y compré dos...
- ¡Oye! y al final, ¿a cuánto te salió la famosa crema?
- A 3.500 pesotes y tengo crema para 500 días y 501 noches...
- Ah, no te alcanzó para las 1001 noches...
- ¡Claro que sí! ¡Acuérdate que son dos display! 
- Jajajaja. ¡Sólo te falta el barbón del cuento, doña Sherezade! 
- ¡Nooo! ¡Muchas gracias, estoy muy bien sin ningún barbón ni lampiño!


    Una vez que doña tuvo sus dos estuches de crema en las manos (porque a ella no se le podía pasar una oferta tan buena), empezó a buscar otros productos interesantes. De pronto, entre el bullicio de los compradores, se escucha por altavoz: 

   "Se avisa a los Sres. Clientes que hemos tenido una falla en el sistema de transbank, por lo que en Cajas sólo se está aceptando dinero en efectivo (¡cash, cash!) o cheques. Muchas gracias por su comprensión."
   "¡Chanfle y rechanfle! ¡Ando con lo justo y necesario! ¡No puede ser! ¿Por qué, por qué, por qué? " Más o menos ésas fueron las lamentaciones de doña cuando escuchó el aviso. No obstante, aunque dudosa, siguió revisando estanterías y seleccionando más de algún producto, por si el sistema, a la hora de llegar a la caja, se hubiera normalizado. Cuando llegó a la sección verduras, le dio mucho gusto y alegría, la vista y presentación, claro, porque no hablemos de los precios. ¡Hermosa exposición de estos productos! Es la mejor que ha visto en su larrrrga vida! Papas en saquitos de arpillera, las frutas en aquellos papeles delicados, hasta de color, en que son trasladadas (no a granel), todo ordenado, brillante, colorido,...¡una maravilla para los sentidos! Una verdadera "boutique". 
   En fin, no pudo seguir comprando y seleccionando, pues nuevamente se escuchó el mismo aviso. Así que revisó su portadocumentos y portabilletes, confirmó lo que tenía y se dirigió a la caja, contenta a pesar de todo con sus cremas, que le ayudarían a conservar su belleza y juventud, "per seculum seculorum" (jajaja). 
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