viernes, 17 de octubre de 2014

Sin duda, no es lo mismo...

- No, no es lo mismo...
- ¿Qué cosa, Princess? 

-  Los Capuccinos que he estado preparando con leche "descremada", resultan algo insípidos si los comparo con los que preparaba con la leche anterior,  con 26% de grasa, jajaja
- ¿Será la grasa la que le da el gusto o será la marca de la leche? 
- No creo que tenga que ver con marca, pues ésta que compré ahora es de más "top" que la anterior; creo, definitivamente, que es la cantidad de grasa o "crema" que tiene.
- Eso querría decir que en la grasa está la "gracia" de la vida. Es decir, que la grasa o "gordura" es "rica" o sabrosa...
- Jajaja, algo así... "debe" ser así, porque, al menos en comida, jijiji, no hay cosas más rrrriccccaaaass que, por ejemplo, los chicharrones, la ubre con ají, la médula con pan, el cuero de chancho o "tragua" con ají, la carne de cordero asada, el cuero o "piel" ( uyyy, qué elegante) de pollo tostada y crujiente, la carne asada,  ojalá a la parrilla, con trozos de grasa más ají, de nuevo, jajaja, etcetcetcetc...
- ¡Cierto! Tenés razón, viste... 
- ¡Bah! ¿Anduviste es un restaurante gaucho que se te pegó, jajaja?
....
- Oie, Princess...
- Dime...
- ¿Será por ese gusto que tiene la grasa, llámese crema o de otra forma más elegante o eufemística, que a muchos chilenos les gustan las "gorditas"? Jajaja
- ¡Estás extrapolando demasiado, amiguis! Jajaja
- ¿Capaz que las gorditas seamos más sabrosas?  ¡Hummm! ¡No me voy a quedar con la duda!!! Creo que voy a hacer una encuesta entre mis conocidos...

.   Y así, entre estas divagaciones tan profundas, estas dignas representantes femeninas, pertenecientes a la categoría del sobrepeso, jajaja, ... continúan con sus quehaceres cotidianos...
  - Mmmmm pero, un café Juan Valdez....es impagable...sólo con olerlo (u "olorosarlo",  como dicen algunos rancagüinos) ...se me activan las neuronas...

- "La" neurona, querrás decir...jijiji
- En plural, querida...tengo más de una...
- Antes de que se me vaya la onda...oye, amiga, ¿compras café Juan Valdez?  No me extrañaría, considerando tu rango ilustre...
- Jajaja, noooo...No me he puesto tan derrochadora...aunque el café que he estado comprando últimamente, de origen colombiano, tiene el logo de este famoso cafetero (???) ...La verdad, no sé quién sería o será Juan Valdez..,Lo averiguaré...

....Listo...
- Ya averigüé: un personaje creado, representado por tres colombianos a la fecha, que reúne a 500.000 cafeteros del mismo país...
- Entonces el café que compras debe ser uno de esos 500.000 mil,  marca "chancho" seguramente, jajaja
- ¡Ríete, no más! Aún así, es rrricccooo el café, mejor que los nuestros, que cada dia están más insípidos...

   Después de tomarse un café psedo-juan-valdez, sin poder concentrarse en su trabajo intelectual (anda medio desconcentrada esta señorita, ¿por qué será?), se dedicó a tareas domésticas pendientes (aunque no fue tanto su entusiasmo como para realizar TODO lo pendiente...¡nunca tanto! ) y absolutamente necesarias en una dama que se precie de tal : ordenar su clóset número 1 (¿cuántos clósets  tendrá?) cambiando ropa veraniega por ropa invernal...o viceversa, tender su cama, guardar ropa limpia, cocinar ...Claro que faltan unas cuantas tareas más por hacer, para tener el interior del palacio resplandeciente. También estuvo atendiendo sus  plantas, medio abandonadas últimamente, de cuyo desapego se han resentido sus verdes-amigas, las que ha  aumentado sus hojas amarillas más de la cuenta..., una pena, realmente...
   Considerando aquello que constató in situ, tomó la decisión de equilibrar más su dedicación al trabajo; es cierto que es importante, que las comodidades de palacio dependen de él, pero debe darse más tiempo para leer (últimamente sus libros llegan a tener también las hojas amarillas), descansar y precuparse de su ambiente y de quienes lo componen. Llega a enterarse de esto  el Principito (el de Saint-Exupery) le recordaría, sin duda, su responsabilidad  con las Srtas. Plantas y Flores, que ella misma trajo o aceptó en palacio. 


    Así que, amiga mía, a detenerse un poco, a revisar tu lista de prioridades, retorna  a la carretera principal abandonando el desvío y...acuérdate todo lo que implica vivir...en plenitud... ¡Bon voyage! 

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