jueves, 30 de octubre de 2014

"¿Me corto las venas...o me las dejo largas?"

   -¡A la one...a las deux...a las trois...! ¡Adieu, monde cruel!

   Tras el grito, se escuchó sólo el golpe seco que hizo el chapoteo en el agua. Estaba oscureciendo de manera que no podíamos ver de quién se trataba. Sólo conseguimos vislumbrar, con la luz de las luminarias, los círculos concéntricos del agua, cada vez más amplios  y que nos demostraron que no habíamos escuchado mal. ¡Alguien se había lanzado desde el Puente Isla Teja del Reyno de Sta. María la Blanca! 

  - ¡Diablos! ¿Quién habrá sido? ¡No se ve nada! ¿Qué opinas? 
  - Por la voz que escuché, me pareció una mujer joven,  tal vez una muchacha...
- Deberíamos llamar al 911...
- ¡Cómo se te ocurre! 
- ¡Claro que se me ocurre : AQUÍ tenemos una emergencia! 
- ¡Estamos en CHILE!
- ¡Lo sé! Si no soy  tan desubicada...sé que estamos en Valdivia, Región de los Ríos...sur de Chile...
- ¡Lo que te quiero decir es que ese famoso número no es válido en nuestro país! 
  - ¿Ah, no?  ¿Y qué pasó con la globalización?  ¿Terminó? 
  - ¡Ayyyy, me sacas de quicio! ¡Aquí en Chile hay que llamar a los Sres.  Carabineros cuando sucede algo como esto: al 133 !
  - ¿Ése no es el mismo número que los médicos le piden que uno diga cuando la están examinando? 
  - ¡Noooooo!  ¡Uyyyy, ojalá no esté contigo, Princess, cuando tenga yo una emergencia! ¡No sacas a un burro de un pantano! 
  - ¿Cómo lo sabes? Cuando pequeña (menor,  digamos, jiji) en más de una ocasión sacamos, con mis hermanos principitos, alguna vaca o ternero de un pantano... que es más o menos lo mismo...
  - ¿Cómo va a ser lo mismo una vaca que un burro? 
  - Bueno,... iguales iguales no son, pero ...tienen más de un parecido : 
   1.- ambos son animales;
  2.- ambos tienen 4 patas (como las mesas, bueno, las mesas no son animales así que hasta allí duró la comparación)
  3.- ambos dan leche (la vaca y la burra, para ser más exacta); 
   4.- ambos son domesticables (aunque,  según sé, los burros salieron más porfiados). 
   Yo creo que la única diferencia, es la "ropa" nada más....¡Ohhhh! ¿Dónde se metió mi amiga? 
   
     Absolutamente sorprendida y estupefacta,  la Principessa miró para todos lados y no vio rastro de su amiga. La verdad era difícil ver bien, , no era tanta la luz... 
   - ¿Habrá ido a la 1a. Comisaría o habrá bajado a la Costanera? ¿O se habrá lanzado ella también? ....Hummm... no creo que lo haya hecho, no está en edad... pensándolo bien,  ¿qué tiene que ver la edad? 
  Después de estas profundas reflexiones, comenzó a sentirse avergonzada. Había estado haciendo el ridículo y no se había dado cuenta: eso de estar hablando sola es patético, sobre todo si se cree que hay un interlocutor y éste se ha marchado de su lado sin siquiera avisarle, excusarse o en último caso, sin decirle  un exabrupto...¡Pero dejarla ....hablando.... sola..., dejarla que siga haciendo uso de sus neuronas ....sin ningún objetivo o sentido le parecía una desconsideración, una ofensa, una humillación gratuita, que no se merecía, menos ellla, una Principessa de alcurnia!

   Estaba a punto de irse a su alojamiento, el Hotel Pedro de Valdivia, cuando le pareció tener un "deja vú" :  ¡No puede ser! ¡ ...Si el Hotel P.de V. lo demolieron hace años para construir el Casino Dreams...!  Y bien recuerdo lo que me entristeció que los valdivianos no hayan preservado ese edificio que era patrimonio de la ciudad...¿Habré viajado en el tiempo y por eso mi amiga desapareció? 
    Estaba en medio de este intrincado  problema, cuando escucha que alguien grita: 

   - ¡Principessa! 
   - ¡Qué! ¿Dónde? 
Mira para todos lados, de nuevo, y sigue sin ver a nadie. 
  - ¡Recórcholis! ¡Estoy  más grave de lo que pensé! ...¡Ahora escucho voces! (Jajaja) 
  - ¡Si serás...! ¡Soy yooooo! ¡Mira hacia abajo! 

   La Principessa puso de puntillas sus patitas y alcanzó a ver a su "amiga" en la Costanera, al lado de dos personas, que parecían ser jóvenes. Haciéndole señas para que la espere, al inicio (o término) del puente y bajó rápidamente por las escaleras de cemento, que conducían a la Costa...
  - ¡Acá estabas! No me avisaste que ibas a ...
  - ¡Eso ya no importa! ¡Esta es la Principessa de quien les hablé! , les dijo a dos señoritas que estaban a su lado, sentadas en el cemento, con los pies hacia el río. 
   La Principessa las saludó un tanto extrañada. Una de ellas estaba completamente mojada, la otra, sólo parte de sus jeans.
   - ¡Ya! ¡Hazle la pregunta a ella!, le dijo mi amiga a la joven que parecía haberse dado un reciente baño. Mientras decía esto, su asesora y "querida amiga" le hizo un guiño, que, obviamente, no le pasó inadvertido, pero aún no entendía a qué se debía.
  - Ok, dijo la joven.- Contéstame sinceramente : ¿Me corto las venas...o me las dejo largas?, expresó con ansiedad, como si de su respuesta dependiera su futuro en este mundo.
  La Princess quedó, por unos instantes, inmóvil, sin poder reaccionar. Era una extraña pregunta,... que requería una respuesta ídem y no sabía si estaría a la altura que se requería para contestarla. Pensó rápidamente, le "sacó la foto" a la situación y tratando de darle la solemnidad que el momento y la actitud de la joven le sugerían, le respondió:
  - Dejálas largas, se te ven más bonitas...(acompañó sus palabras con una amplia sonrisa, que se obligó a esbozar, consciente de lo especial del momento).
   - ¿Viste que teníamos razón?, le dijo su joven amiga.- ¡Vamos, hermanita, acompáñame para que te cambies ropa!.- 
   Y logrando que la joven de la pregunta existencial la siguiera en su acción, agradeció nuestra presencia, ayuda y respuesta. 
   - ¡Uff! ¡Por suerte atinaste esta vez, Princess! Dependía de tu respuesta el que se lanzara al río nuevamente o intentara otra manera de irse de este mundo...¡Has salvado una vida y has devuelto la tranquilidad...por un tiempo... a su hermana!
   -¿Qué pasó realmente?
 
    Le conté a mi amiga Principessa por qué había bajado sin avisarle al ver a una joven sacando a otra del río y cómo , al llegar donde ellas, había ayudado un poco en el rescate. Allí se había enterado que la casi-suicida pasaba por tales períodos de depresión que debían vigilarla constantemente. Esta no era la primera vez que intentaba quitarse la vida, sin éxito, por suerte.

   - ¡Me alegro que haya decidido hacerte a ti la pregunta, pues no sé si yo hubiera estado a la altura! ...Oye... ¿cómo se te ocurrió contestarle eso? 
   - ¡No lo sé! ¡Intuición nada más : la pregunta era ilógica, requería una respuesta del mismo tipo! ¡Se me ocurrió simplemente!
   - ¡Humm! ...Oye...¿no estarás más loka de lo que yo creo, jajaja?
   - ¡Claro, una loka-cuerda, como don Quijote! ¡A toda honra! ...¡Este mundo necesita de un poco de locura principesca! ¿Vamos?
  - ¡Vamos, Principessa Dulcinea, a seguir desfaciendo entuertos en este mundo tan lleno de "cototos"!
   - ¡Sí! Porque a pesar de los pesares...la vida sigue siendo bella...
  

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