Hoy te recuerdo, como tantos otros días. Se cumple un año más de tu partida, pero también de tu descanso. Te vimos perder vitalidad paulatinamente y, aunque nos apenó tu alejamiento de nosotros, más nos entristecía tu sufrimiento.
Querido Asendino: hombre sencillo hasta el fin; con tu forma de vida nos enseñaste el valor de la firmeza sin prepotencia, de la ambición sin perder el sueño, de la amistad por sobre las conveniencias, del cumplimiento de las promesas por sobre los intereses personales, de la vida tranquila por sobre el bullicio, de la importancia de la familia en los momentos difíciles y ... en los felices. No pudiste ir a un liceo, menos a la universidad, pero la vida fue tu mejor maestra. Y con el mínimo de academicismo, junto a tu compañera de vida, mi madre, hiciste de cada uno de tus 6 hijos, mujeres y hombres de bien. Esa era tu tarea y la cumpliste con creces. Es labor de cada uno de nosotros su continuidad en nuestros descendientes. Lo bien o mal que lo hagamos -o hicimos- será sólo nuestra responsabilidad, querido Asendino.
Los recuerdos más vívidos de nuestro caminar a tu lado dicen relación con algún paseo a la playa del Lago Ranco, al balneario de Niebla, un viaje en tren "flecha" desde Valdivia a La Unión, celebraciones del Día del Carabinero en Puerto Nuevo y Pichirropulli, el verte almorzar de tu vianda en la sala anexa a la guardia de la 3a. Comisaría de La Unión mientras esperábamos que terminaras tu colación para volver a casa, lo orgulloso que recibiste mi licencia de Enseñanza Media en el acto de licenciatura del Liceo B-12, los almuerzos compartidos en la visita mensual que hacíamos con Mirella, las inolvidables reuniones familiares en vuestra casa, donde hilvanábamos recuerdos infantiles, luchando contra los efectos del tiempo en la memoria..., la última conversación que tuvimos por teléfono una semana antes de tu viaje definitivo, tan entusiasta y lúcida, que no dejó de sorprenderme...
Hoy 26 de octubre recordamos a ese padre sencillo, tranquilo, preocupado de nuestra educación y respetuoso de nuestras decisiones. Al cumplir un nuevo aniversario de tu muerte, renovamos nuestro compromiso contigo y con nuestra madre.
Asendino, un sincero hasta pronto con la promesa de seguir unidos, que fue tu norte.
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