lunes, 8 de septiembre de 2014

¡¡Comienza la semana , Señoressss...!!

      El día amaneció más temprano, el cielo estaba más oscuro, era como si se hubiera vuelto al invierno. La Principessa había planificado vestir un sobretodo de color blanco "invierno" (¿sería por el clima de estas últimas semanas?).  Y con la oscuridad reinante no alcanzaba a ver si sería conveniente el color o no. Decidió mantener su plan. Lo curioso era que hacía un par de años que no usaba ese abrigo.
  -  ¿No estará "out" , Principessa?.-
  - Nooooo, de ninguna manera. Mi vestimenta es de carácter clásico, combina con todo. Lo que sí debo cuidar son los cuellos y los adornos.  ¡Hummm! , realmente debería ser Asesora de imagen...
  - ¡Asesora de imagen! jajaja.- 

     Se pasó la noche soñando con sus clases y eso que ya tenía todo planificado. En fin, anoche se había dado el lujo, pues sí que fue un lujo, de ver el programa documental de dos horas,  que presentaron en TVN: fantástico,  la verdad. Dinámico, esclarecedor, entretenido, interesante, con mucho colorido e imágenes muy bien seleccionadas. 
   Una vez que teminó el programa, podría haber seguido leyendo un poco, pero desistió;  prefirió dormir para levantarse descansada. Y sin duda fue una buena decisión. 
    Una vez que vio la luz del día, se dio cuenta que, aunque no iba  a ser un día caluroso, tampoco iba  a llover. Incluso alcanzó a captar una hermosa fotografía del sol apareciendo tras las montañas. 
    Sus clases transcurrieron con normalidad, tranquilidad y en un ambiente grato, a pesar de que en el primer período tuvo la asistencia del par de enemigas de su régimen (jajaja). Pero ella, la Principessa, ha terminado por ignorarlas, así se evita desaires innecesarios y que afectan,  aunque no lo quiera, a su bella y digna persona. Es que también nuestra amiga tiene su corazoncito.
    Se alegró que en el pasillo, en distintos momentos, se acercaran dos alumnos muy hábiles, a los que invitó a la clase de mañana, para reforzar, los que le confirmaron sus asistencia. Aquello significaba que estos jóvenes valoraron la invitación y acudirán a la clase.
   - ¡Bien, Principessa! ¡Tuyo es el reino, tuya.....! Upss, na ' que ver...
 -  ¡No seas herética! Lo menos que mereces es la hoguera, jajaja.
     Almorzó muy rico. Le quedaba la mitad de su "parrillada" de ayer, a la que le agregó una ensalada de lechuga y unas cuantas tazas de té frutal, mientras trabajaba preparando tres powers, uno para cada período de clases del martes. El último, le quedó fantástico, jajaja. Con figuras nuevas y un formato distinto, no usado a la fecha.
   - ¡Tan creativa que soy! , exclamó jactándose.
   - ¡Tan poco humilde que te pones a veces, Principessa!, le dije, molesta. Si no es para tanto.
   - ¡No te enojes, amiga mía, me dijo. - Es una bromita.
   - ¡Tienes un raro sentido del humor!
   - Sí, la esposa del príncipe Luis Alberto,  mi cuñada, diría : "Es el típico humor de los Alv....". Jejeje
 
    Terminó rápidamente su trabajo como a las 17,15 hrs.(¡toda la tarde trabajando, qué derroche de energía!) . A las 17,30 debía partir a la institución, pues se había comprometido a realizar cuatro horas de reemplazo. ¡A morir! jaja
    Las clases resultaron relajadas, positivas, aunque la mayoría de los "badulaques" (a quienes veía por primera vez) no se quedó al segundo período, pero con los que lo hicieron, se trabajó sin inconvenientes.
    Siendo ya casi las 21 hrs., antes de ingresar a las murallas que rodean el Castillo, se acercó a un local de ventas de pasteles, pues estaba de "antojos" (a estas alturas, felizmente, estos "caprichos" ya no son un problema); para su mala suerte, ya era tarde : su local de siempre  (una vez al mes más o menos, jaja) estaba cerrado. Sin embargo, encontró uno contiguo abierto y optó por compras dos chilenitos (traducción: 2 alfajores con manjar)  y engullirlos al llegar a casa a tomar once. Llegó famélica (jajaja, ¡ojalá!).
    Una vez alimentado el cuerpo, terminó de revisar su material, se preparó un Capuccino para cerrar el tema alimentación por el día, ordenó todo lo necesario y dirigió sus coturnos al dormitorio. Morfeo hacía un buen rato que la estaba llamando, ya casi terminada su paciencia.
    -¡Ya voy, ya voy! , alcanzó a decir antes de que éste la atrapara.
    Eso sería todo, entonces. Deberé también acostarme. Ya no tengo a quién molestar. Hasta mañana, entonces.
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario