viernes, 4 de diciembre de 2015

En tu nombre

      Me ha llevado tiempo darle sentido a algunas cosas. No ha sido fácil tener la claridad para saber qué hacer, y, al mismo tiempo, evitar el desgarramiento que significa deshacerse y entregar algo tan querido como algunas de tus posesiones terrenales.
        Recordando lo que conversamos una vez, meses antes de tu partida, y viendo tus hermosos Libros de Cuentos, tan queridos y tan cuidados por ti ("como huesos santos'"), es que me surgió la idea (¿o se me implantó?) de que tus libros no sigan acumulando polvo y cobren vida y vuelvan a "encantar" a otros niños aunque ya no sean los tuyos, como tú querías. 
        Y quienes mayormente entenderán y valorarán (¡ojalá en su justa medida!) el regalo, sin duda, debieran ser los integrantes de la familia. De manera que empecé a darle vueltas a la idea y ver de qué manera la ponía en práctica. Doy por descontado que Mirella estaría absolutamente de acuerdo. 
      Primero, era necesario determinar para quiénes serían y ver si podía evitar que alguien quedara excluido y que la simbólica acción traiga algún efecto negativo en las relaciones al interior del clan. Felizmente, los guarismos calzaron. Si bien hay 5 pequeños en la familia, un par de ellos son hermanos, así que los cuatro libros se transforman en el número perfecto.
      Cómo y cuándo hacerlo.
       El encuentro familiar de los primeros días de diciembre me pareció el momento ideal. 
       Así que, luego de tomada la decisión, ya cercana la fecha, me di a la tarea de crear un mensaje ...en tu nombre, querida hija, que seguramente expresaría tu sentir junto con darle el carácter simbólico al acto mismo.
       En tu nombre y como mero instrumento de un deseo póstumo, escribí cada dedicatoria, pidiendo que lean, cuiden y atesoren el regalo recibido. 
       En estos días, la primera entrega ya se ha realizado. Las otras pronto se realizarán. El resultado ha sido emotivo, lo que se quería se entendió y el primer Libro de Cuentos partió a un nuevo hogar. Confiamos que su dueña, la pequeña Sofía, efectivamente disfrute de "Cuentos de Hadas" que ya han iniciado viaje a sus manos.

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