viernes, 18 de diciembre de 2015

Lluvia de Estrellas, Constelaciones y otras hierbas


   La mañana comenzó tarde para las viajeras. A las 9 de la mañana recién se estaban levantando; era más bien un día de asueto. Tenían prácticamente el día completo sin tour, salvo...en...¡la nocheeee!!

- ¡Oh! ¿Viernes femenino, doña?
- ¡Ou, nou! Es otro tipo de viernes, ya te cuento...¡Tranquilein!
   El día jueves se habían propuesto levantarse temprano y salir a caminar con "el fresco" (digamos que a una temperatura más baja, para evitar el sol directo y el calor, no se vaya a entender que tenían la intención de pasear con algún especimen masculino donjuanesco, jajaja). Bueno, lo primero no pudo ser (lo segundo tampoco, jajaja). El cansancio de la tarde anterior, cuando anduvieron perdidas por el salar, les ganó la partida. Pero not problem. No había guagua que atender, trabajo al que ir, marido al que soportar, ni amante al que complacer (jajaja). Por lo tanto, salieron a la hora que estuvieron listas nada más, sin apuros.
   Iniciaron su recorrido por el pueblo a las 11 horas con un objetivo claro: comprar recuerdos para los más simpáticos de la familia (jajaja). Fueron a  innumerables locales, volviendo  a ingresar a algunos en los que ya habían estado hasta dos veces. No resulta fácil orientarse acá pues los locales se parecen mucho debido a que ofrecen los mismos productos. En fin...
    Una vez que compraron la mayoría de los "regalitos" acordados, regresaron al Hostal a desembarazarse de las compras, a aligerarse de ropa, descansar del sol por unos momentos para luego ir a buscar un lugar para almorzar, pues ese día habían decidido no preparar su almuerzo de atún frío de toda la semana. Tenían un par de "picás" vistas, pero cuando se acercaron a elllas, otros habían pensado lo mismo, pero más rápido (jajaja, algo "lentejas" las doñas). Finalmente decidieron ir donde hacía unos días habían comprado un par de chacareros y la suerte y la fuerza les acompañó. El único inconveniente era que usabam el sistema de autoservicio, pero eso no significó mayor inconveniente. Fue realmente un almuerzo opíparo, llegaron a quedar "tiesas" de la abundancia del plato y, lo mejor, barato. Acompañaron su menú con una cerveza heladiña, 0% alcohol (súper sanas ellas). 
   De allí partieron a la Plaza para hacer sobremesa a la sombra de los pimientos, pero no les duró mucho, pues pronto llegó un señor turista a sentarse en el espacio que quedaba del asiento. Se puso a fumar sin siquiera preguntarles qué les parecía (se notaba cuico ) y terminado su cigarrillo empezó a cortarse las uñas. ¡Flor de gentleman! ¡Le faltaron unas clases de urbanidad al buen hombre! Escaparon de allí y se fueron a continuar su descanso al Hostal.
   Ya estaba por esconderse el sol cuando salieron de nuevo, aunque habían estado leyendo y escribiendo en la terraza de  su lugar de alojamiento a la sombra de los quitasoles y de los árboles del hospedaje. Llegaron a la Plaza atraídas por el sonido de la interpretación de un Hip-Hop. Sucede que se estaba desarrollando un espectáculo con artistas locales, del cual alcanzaron a escuchar el final de una "canción", pues después se anunció un receso, mientras una Banda Instrumental de percusión y vientos de Calama,  que estaba ubicada a la salida de la Iglesia de San Pedro, comenzaba su interpretación de música de baile en honor a la Virgen de Guadalupe, la que fue sacada del templo y seguida por mujeres, niños y hombres, quienes,  en el sector de la Plaza frente a la I.Municipalidad, estuvieron bailando por más de una hora, con un entusiasmo y  una vitalidad admirables. 
   Cerca de las 21 horas se retiraron a su alojamiento para tomar onces y prepararse para su tour nocturno. 
- Ya, pues, Princess, ¿en qué consistió ese "shos" nocturno? 
- ¡Ta, ta, ta, tán! 
   ¡Bien! ¡Ha terminado el misterio! ¡Comienza el Tour Astronómico!!!
     ¡Fue una experiencia realmente extraordinaria! 
   Cerca de las 23 horas las  pasaron a buscar para llevarlas a unos cuantos kilómetros  de San Pedro. Eran diez personas. El furgón abandonó la carretera y se internó por un terreno de ripio, hasta llegar a un lugar en mitad de un camino, donde había un auto y se les hizo bajar. ¡Diablos, no era lo que esperaban!
   Cuando contrataron el tour, se les dijo que estaría a cargo de un matrimonio de astrónomos, quienes, en grupos de diez personas atendían a los visitantes en ambos idiomas y les darían una Charla sobre estrellas, cúmulos, galaxias, constelaciones y/o nebulosas. También  se les haría observar estos astros por telescopios.      Sin embargo, no estaban preparadas para que la clase magistral y práctica se realizara en plena llanura, al aire libre, pasadas las 23 horas y hasta las 0,40 minutos, en un lugar que no conocían. La luna, en fase creciente, alumbraba el sector, donde estratégicamente habían instalados 4 telescopios dirigidos hacia la bóveda celeste (celeste de cielo, aunque no de color, pues estaba absolutamente negra y despejada, para felicidad de ellas). Y en el otro extremo del lugar del encuentro, frente a los telescopios, había una mesa con productos bebestibles y comestibles.
    Ignacio, el astrónomo-guía, les explicó en qué consistiría la experiencia, dio antecedentes de los astros en general y luego invitó a un primer break mientras él enfocaba los telescopios. El break era realmente Vip: vino blanco y tinto de diferentes tipos, todos reservas, más cosas para picar, té de coca, café..., al gusto de los astrónomos aficionados.
   Ver la Luna a través de un telescopio fue lo máximo para nuestras amigas. Comprobar con sus bellos ojos la existencia de los llamados "mares  de la Luna", sus numerosos cráteres con sus diferentes tamaños las dejó asombradas y encantadas. 
   Los otros cuerpos celestes que pudieron observar a través de los aparatos astronómicos fueron: Betelgeuse (estrella gigante, a 300 millones de años luz, a punto de fenecer; si lo hiciera pronto, se podría observar la explosión de esta Supernova durante 4 a 6 semanas desde la Tierra, aunque no habría perjuicio para sus habitantes, entre ellas, estas señoritas, pues la distancia es mucha), Cúmulo del Tucán (grupo de estrellas muertas, diez millones aproximadamente, que se divisan como si fuera una especie de nebulosa de forma redonda, en cuyo centro existe un agujero negro, el'que las está absorbiendo), Cúmulo de Gemas o Diamantes( estrellas jóvenes, muy brillantes, que están relativamente juntas entre sí y que aún no tienen planetas en su órbita) , Espada de Orión (grupo de estrellas ordenadas en forma recta), Pléyade de Siete Hermanas (estrellas enanas también ordenadas en línea recta), Pléyades del Sur (muchas estrellas cercanas a la Cruz del Sur), Orión (una estrella extemadamente brillante, que junto a Betelgeuse y otra conforman un triángulo perfecto).
   Además de lo anterior, tuvieron la oportunidad de conocer en terreno algunos de los signos zodiacales, como, por ejemplo, Capricornio, Aries, Tauro (una "v" invertida perfecta), Géminis (con sus dos astros gémelos, Pólux y Cástor). De la Vía Láctea aprendieron que los mejores meses para verla en su plenitud son Junio y Julio (esta noite sólo era visible una parte de ella). También supieron de otras galaxias, como las de Magallanes, bastante pequeñas al lado de la nuestra (Vía Láctea) y que funcionan como satélites de esta última. La Cruz del Sur la vieron nítidamente a partr de las 24 horas, conociendo de su importancia para quienes se guían y estudian los astros. 
   Hubo bastante más información que nuestras amigas recibieron y atesoraron del profesional-guía, pero lo más relevante es haber experimentado en carne propia una de las mejores, si no la más óptima, estrategias de enseñanza: aprender en terreno y a través de la práctica personal. Lo que  aprendieron difícilmente lo olvidarán o lo recordarán por mucho tiempo porque fue significativo (salvo que las visite el alemán)
   A las 0,45 minutos se subieron al furgón para partir de regreso al Hostal, agradecidas de Ignacio, de su sencillez y atención. La experiencia  vivida no podía haber sido más trascendental. Y aunque aún les queda un par de días para seguir empapándose de la magia de San Pedro, no pueden estar más satisfechas y contentas del viaje realizado. Es que no sólo ha sido descanso y conocimiento físico de lugares. Además, ha habido un conocimiento como personas, que no podría haberse producido si no hubiera habido un tiempo de convivencia diaria, que en la vida normal y cotidiana de cada una, no es posible por las distancias residenciales. Ha sido la oportunidad (y pronto habrá otras) de conocerse, de aceptarse, de hermanarse, de aprender conjuntamente, de complementarse. 
   Y cuando aún el efecto de lo visto no se ha esfumado, doña Principessa no deja de encontrarke razón a Carl Sagán cuando señalaba en un discurso que, mientras los seres humanos no dejamos de sentirnos los más importantes y poderosos del Universo, y nos matamos por la vanalidad del poder, la riqueza y la vanagloria, en el concierto universal, nuestro planeta no es más que "un punto azul pálido", una "mota de polvo en el espacio cósmico", un "grano de arena" en el firmamento. Y eso, lo comprobaron ellas  fehacientemente en este maravilloso paseo nocturno.

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