lunes, 15 de junio de 2015

Una Maja durmiente...

     Verla como estaba la noche anterior, despatarrada en el chaise-longue, era todo un espectáculo. La escena del "crimen" presentaba el  televisor prendido con la pantalla en stand-by, el reproductor de dvd encendido pero ya habiendo cumplido su labor, la luz encendida, un tazón vacío al alcance de la mano (mano que no estaba en condición de asir nada), el celular conectado a un enchufe, un papel de chocolate tirado en el piso... ¿Qué tiene aquello de tan extraordinario, pensarán ustedes? Nada, si el reloj mural no hubiera  estado marcando casi las seis de la mañana. 
   Considerando la hora del "big-ben" (jajaja) y que en el depto. no había nadie más (por tanto no significaba que había tenido que dormir allí por  falta de cama) no lograba encontrar una explicación plausible. ¿Estaría moribunda, casi "pat'e laucha", y por ello no alcanzó a llegar a su tálamo? ¿O había estado en una celebración solitaria y... bien regada... y por ello tampoco había podido, ni siquiera "arrastrarse"  hasta su cama?

- ¡Nooooo! ¡Nada de eso! 
- Entonces, ¿qué te pasó, amiga mía? Explícalo convincentemente para evitar comentarios y malas interpretaciones. La firme: ¿estuviste celebrando? ¿En solitario o ...acompañada?
- ¡Uyyy, qué "copuchenta" te has puesto! Seguro que eres fans de Yerko...
- ¡Ya, pues! ¡Aprovechando que estamos en tiempos futboleros, veo que ya comenzaste con las fintas o "cachañas"!
- ¡Está bien, está bien! No te quepa dudas que tenía motivos para celebrar,  pero no lo hice...
- ¡Hummm! ¡Cuenta, cuenta, si de este país no sale, jajaja! 
- ¡Seguro! ¡Hasta en Canadá se pueden enterar! Jajaja
- ¡Upsss! 
- Bueno, lo que sucede es que fue un día sábado especial e ...¡intenso! 
- ¡No lo decía yo! 
- Clases en la mañana, en Rengo, hasta las 14,20 hrs. Rápidamente a regresar para llegar a palacio a cambiarme de ropa, "tragar" algo y luego irme a CPECH,  pues de allí nos llevarían a la gran Capital, para participar en una Ceremonia de Premiación. 
- ¡Ah, caramba! ¿Ibas de invitada o de protagonista! 
- ¡De protagonista, of course! La Ceremonia comenzó alrededor de las 18,20 (llegamos a las 17,45 horas) y terminó a las 20,30, culminando con un Cóctel. Llegué a casa siendo las 22 horas. 
- ¿Y cómo estuvo el "cotelé"? 
- Bien, en general, aunque nuestra ubicación no fue la mejor.

   
  Quedamos muy al fondo, donde una lona cerraba un poco el espacio, pero entraba un viento helado que nos hacía estar a saltitos para entrar en calor. En mi caso, aquello  me impidió servirme bebidas u otro tragullo, pues habría sido aumentar la baja temperatura de mi bello cuerpo (jajaja).   

       Ansiaba un café pero no había. Incluso a unos pinchos con frutas les hice el quite por el frío que sentía. Al comienzo, debo decir que no nos alcanzaba a llegar nada, así que, además de gélidos, estábamos hambrientos. Los garzones eran "asaltados" antes de llegar donde estábamos, como siempre suele pasar en este tipo de eventos.  Ya a la mitad del ágape, cuando le señalamos a un joven que nuestra Directora, aún habiendo sido distinguida entre todos los demás directores de Sede, no recibía nada, obtuvimos una respuesta positiva.   

- Hasta ahí estamos muy bien, pero ¿y eso qué tiene que ver con tu pose de maja vestida y... dormida,  que observé casi a las seis de la mañana? Te advierto que no era  nada de elegante...
- Jajaja. ¡Me imagino! Llegué a casa a ponerme ropa más abrigada, a prepararme un capuccino bien caliente y me tendí a disfrutar de una película : "Tomorrowland".

   Vi el filme a retazos y me pareció un bodrio. Esperaba más de él. No logró mantenerme despierta, pues a ratos me dormía y me volvía a despertar. Producto de las actividades del día, no logré deshacerme del cansancio acumulado y, aunque a ratos sentía el dolor del brazo del sillón en el cuello, no fui capaz de levantarme, apagar tv y dvd y arrastrarme a mi camita. 
- Por siaca, lo único que alcancé a "tomar" fue un capuccino. Lo aclaro para que no realices ningún comentario mal intencionado.  

   De madrugada, me contó, cuando logró despertar y levantarse del helado sillón,  y mientras la capital vivía su mañana más helada, esta Principessa que ya conocemos recién lograba introducirse bajo la ropa de cama para dormir "decentemente". Ya de día,  le resultó imposible levantarse temprano. Desechó lo planificado y se quedó durmiendo hasta cerca de las 11 de la mañana (¡qué floja!). Sólo la necesidad la obligó a salir del edificio para llegar hasta el supermercado. Comida tenía preparada (la había sacado del sector del congelador) y sólo debía "armar" una ensalada  y...¡listo el almuerzo!. Ya en la tarde, volvería a su palacio rancagüino, luego de este viaje medio relámpago, pero muy satisfactorio.
   Regresó con un hermoso galvano que guardará de recuerdo, por los siglos de los siglos...y que dedica a quien tiene siempre presente...

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