Domingo 24...
Destino segundo: JORDANIA, también país de la Liga Árabe, ubicado al este del Río Jordán. Al norte limita con Siria, al noreste con Irak, al este y sur con Arabia Saudita, al suroeste con el Mar Rojo y al oeste con el Mar Muerto, Israel y Palestina. Es decir, Jordania está en una ubicación estratégica excepcional para el mundo político y económico del Oriente Medio, manteniendo un equilibrio que no ha sido fácil para sus 10,5 millones de habitantes actuales, los que han visto descender el valor de su divisa, el dinar jordano, que ha traído como consecuencia un nivel de vida más caro.
En lo que respecta al tipo de gobierno, es regido por una monarquía. Abdala II es su rey actual, hijo primogénito del Rey Husseim, a quien se considera el más grande de la dinastía de los Tolomeos.
La capital, Ammán, tiene 4 millones de habitantes. Se ubica a 1.000 msnm. Es una ciudad con 9.000 años de existencia. Fue el pueblo fortificado de los amonitas, conquistado por los griegos -macedonios- bajo la dirección de Alejandro Magno. La ciudad es poseedora de la estatua más antigua del mundo (del siglo 13 a.C.). Posteriormente, fue invadida por los romanos, los bizantinos y los musulmanes, de manera que Jordania actual es resultado de esta mezcla de culturas y de la aportada últimamente por los refugiados sirios, que, cuando llegaron se transformaron en un 25% de la población existente, los que disminuyeron considerablemente con el tiempo.
Toda esta información y mucho más es de primera fuente. Nos la entregó el guía local, Docente de Historia y un verdadero pozo de conocimiento. Fue elegido el último año como el mejor guía jordano, nos confidenció nuestro guía chileno. Qué suerte la de nosotros!!
En el lugar se alza una Iglesia, que recuerda este relevante hito y que conserva en su interior antiguos mosaicos de la iglesia original, destruida por terremotos.
Desde su Mirador, se observa el extenso Valle del Jordán y, estando el día claro, nos dijo el guía, es posible ver a la distancia el Huerto de los Olivos y la ciudad de Jerusalén, entre otros, lo que no deja de ser un hecho extraordinario!
A esto le siguió la visita a la Iglesia San Jorge, de credo ortodoxo. La riqueza de este templo es contar con el primer Mapa mosaico que muestra la conformación política de Palestina de los tiempos antiguos.
En la localidad de Ajlun nos esperaba el Castillo del mismo nombre que, a pesar de estar bastante derruido en algunos sectores, sigue elevándose airoso sobre lo alto de una colina.
Es una construcción del tiempo de los cruzados (año 1185), donde es posible ver, originalmente, las troneras, cuartos de diversos usos, una capilla, una depósito de "municiones" (balas rudimentarias de distinto calibre para catapultas o cañones).
Gerasa (o Jerash), una de las ciudades de la antigua Decápolis nos vio llegar antes de mediodía. Y aunque su nombre es una palabra griega, las ruinas que se conservan nos muestran fehacientemente lo que era una ciudad romana con todos sus componentes: un Arco de Triunfo como entrada a la ciudad (en honor al emperador Adriano), puestos o tiendas para comerciantes en la parte exterior de un Hipódromo, con parte de su galería original.
En lo alto, a la izquierda, el Templo de Zeus y el Anfiteatro (tan bien conservado, no sólo las graderías sino también la orchestra).
A la derecha, en un nivel más bajo, la columnata que conforma el Foro, lugar de grandes dimensiones y de forma ovalada.
Le sigue el Cardo Maximus o calzada romana, con intersección de una calzada secundaria. Más allá, a orillas de la calzada, una Fuente antigua o Ninfeo, de grandes paredes en que aún se observan los nichos donde estuvieron las estatuas, inexistentes a la fecha seguramente debido al expolio y al paso del tiempo.
El recorrido de ruinas de las ciudades romanas, verdaderas joyas arquitectónicas, me resulta emocionante. Pisar las piedras milenarias de la calzada, construida por décadas por miles de soldados romanos y esclavos, que lograron la hazaña de unir el Imperio de punta a punta, resulta estremecedor, independiente que la caminata no está exenta de riesgo por el desgaste de siglos.
En tanto, subirse a los altos de la galería del Anfiteatro para observar y captar la magnitud de lo que hemos heredado como civilización no es un ejercicio inocuo. Impacta la fuerza de la piedra esculpida en la roca con tal extraordinario resultado.
¡Fue verdaderamente un día redondo! Satisfechos y contentos, a pesar del cansancio, llegamos a Ammán a pernoctar, con el entusiasmo de lo que nos esperaba para el día siguiente.
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