martes, 1 de septiembre de 2020

Múnich

   Múnich es el nombre de una obra de Robert Harris, afamado escritor inglés de varias novelas de carácter histórico.  
     Ha resultado muy aleccionadora su lectura,  toda vez que desconocía absolutamente los entretelones iniciales de la Segunda Guerra Mundial. 
   La ciudad de Múnich, tanto en la novela como en la realidad,  se transforma en los últimos días de septiembre de 1938, en el escenario del "Tratado o Acuerdo de Múnich" que consiguió, por casi un año, retrasar la guerra, que, igualmente inició Adolf  Hitler el 1 de septiembre del año siguiente, al no respetar el tratado y los acuerdos firmados. 
  Los protagonistas de esta historia son dos diplomáticos secundarios, uno, Hugh Legat, tercer secretario del Primer Ministro Británico,  Neville Chamberlain, y Paul Hartmann, diplomático de la Cancillería alemana. Ellos son testigos de la atmósfera de tensión que se vive al interior de sus correspondientes élites gubernamentales, debido al anuncio de Hitler de la invasión de Checoslovaquia a partir del 1 de octubre. Europa, representada por Inglaterra y Francia,  han manifestado su desacuerdo con tal acción bélica pero no han logrado hacer desistir al Führer.
    Antecedentes básicos (ojalá disculpen el atrevimiento mis amigas de Historia):
   En territorio checo fronterizo con Alemania viven miles de personas de origen y habla alemana, constituida por una minoría étnica llamada los "Sudetes". Ellos se sentían alemanes y querían pasar a formar parte de Tercer Reich. Hicieron gestiones para ello. Lógicamente, el gobierno checo no aceptó, pero Hitler decidió apoyar sus reivindicaciones (hubo pactos secretos y otros no tanto) y comienza a presionar al gobierno checo y a subir el nivel de las demandas (cesión del territorio, ocupación militar, expulsión de los checos no alemanes, etc.), hasta amenazar con la invasión del territorio y la guerra. Hay tratados de ayuda anteriores para la nación checoslovaca en caso de agresión, pero la realidad no es muy prometedora al respecto.
    Ésta es la situación al inicio de la novela, la cual narra la intrahistoria de un momento histórico de crisis mundial, en que las personalidades de Chamberlain e Hitler son objeto de la mirada de sus dos subalternos protagonistas, respectivamente. Los intentos del Primer Ministro Inglés resultan patéticos a la hora de revisar la historia de los hechos desde una mirada actual. Sin embargo, tienen el aire del personaje trágico que no cejó en el intento de mantener la paz para el mundo, a costa del sacrificio de los checos. Resulta patético porque sabemos de antemano que toda su energía, y  el costo emocional de esos días, felices una vez firmado el "Acuerdo", no servirán de nada. Por otro lado, en Hitler se acentúa su actitud personalista, de mal humor permanente, como niño enfurruñado al que se le está negando un juguete y que hace esfuerzos infructuosos para controlar su ira. Se le ve como un ser anodino, un simple "cabo austríaco" según sus opositores (porque los tiene) que, sin embargo es capaz de causar un encendido entusiasmo en millones de seguidores. 
   Hay otra serie de detalles, históricos y ficticios, que enriquecen y dan suspenso al relato. La existencia de un complot contra Hitler, la presencia de Mussolini, la reacción de los alemanes ante la presencia de Chamberlain, el traspaso del plan secreto de Hitler a  los ingleses, etc. 
   Para enterarte, sólo tienes que leer la novela.
(1 de septiembre de 2020)

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