jueves, 19 de noviembre de 2015

Caleidoscopio

    Mientras el día sábado esperaba que el  Libro A-MOR llegara a mis manos, escuchaba cómo un vendedor ambulante ofrecía su mercadería, en el descansillo de la  escalera de ingreso-salida de la Estación Bellas Artes. 

- ¡Caleidoscopios! ¡A mil y dos mil!
   La diferencia del valor, al parecer, estaba en el tamaño (como sucede en muchas cosas, jajaja), de acuerdo a lo que observé desde mi "atalaya". 
  "¡Caleidoscopio!", repetí para mí, mientras mi  memoria-ram retrocedía a "años-luz", en un verdadero flash-back,  a mi infancia, cuando  "fabricábamos" artesanalmente  caleidoscopios con mis hermanos. ¡Era una bonita entretención para  alguna tarde de invierno! Lo que no recuerdo, eso sí, es cómo llegamos a aquello; es decir, cómo surgió esa idea o emprendimiento (jajaja). Debe haber sido algún profesor o profesora que nos sugirió o enseñó esa hermosa manualidad que, en la actualidad, los pequeños deben encontrar "muy fome" e "insulsa". 
   Los materiales eran básicos y desechables: un tubo de papel higiénico, pequeños trozos de papel recortado de distintas formas y un pañuelo o paño blanco (delgado, ojalá casi transparente). Eso era necesario para un caleidocopio en blanco y negro. Si queríamos uno en color, bastaba con que los trozos de papel fueran en color (jajaja), por ejemplo, de envoltorios de dulces. Si nuestro pañuelo no era lo suficientemente blanco ( por razones de uso o mugre, jajaja) podríamos usar papel blanco de volantín.
- Aún no entiendo la "gracia" de ese "aparatito"...
- El nombre lo dice. Piensa, piensa...
- ¿Caleidoscopio... estetoscopio ...osciloscopio....?
- ¡¡¡...Telescopio!!!
- ¡Ajá! ¿¿??
- ¡Muy simple! Una vez que  se cuenta con todos los materiales, se introducen los trocitos de papel cortado al interior del cilindro de papel higiénico, se tapan ambos lados del cono, se "agita" el tubo con sus "habitantes" adentro y, cual si estuviéramos observando las estrellas, se mira a contraluz para descubrir  la figura que se ha formado. 
- ¡Humm! Pareciera una variante del Test de Rochard...
- ¡Cierto! La gracia es descubrir diferentes y creativas figuras o escenas...
- ¡Con razón no parecería muy entretenido para los niños de hoy, que están acostumbrados a diversiones más "extremas", jajaja!
 Otra entretención infantil, relacionada con ésta, era descubrir figuras en las paredes o cielo raso del dormitorio, cuando, independiente del motivo, sufría insomnio. Claro que esta fórmula para entretenerse en esos tiempos "muertos" sólo podía utilizarse  siempre y cuando ingresara  algo de luz desde alguna parte (aunque  fuera en mínima cantidad) y la madera fuera el material de construcción. El resultado de este ejercicio no era muy positivo cuando el motivo de la vigilia era producto de alguna angustia, pues las figuras no eran muy felices (más de algún "mostruo" aparecía). 
    Volviendo al origen, al caleidoscopio, "juguete" que casi parece  arcaico en esta era tecnológica, no deja de sorprenderme que, si alguien se dedica al negocio de venderlos es porque existen compradores. Si en los tiempos en que Mirella era pequeña alguien me hubiera ofrecido alguno, no habría dudado en comprarle uno. Y estoy segura que ella, ya adulta-joven, lo habría recordado como un hermoso y mágico regalo de su infancia.
   Sin duda, los padres que en estos días de tanto juego y juguete electrónico privilegian un obsequio de este tipo, no sólo le están preservando de la enajenación actual, sino que le están demostrando que la magia y la maravilla están presentes  en la vida cotidiana y sólo hay que saber encontrarla, distinguirla y captarla con los ojos del alma, al estilo Principito (o Principessa, jajaja). 
  Sin embargo, y esto es lo lamentable, no creo que queden muchos caleidoscopios en el mundo (ni remolinos, ni "hacedores" de pompas de jabón, ni runrunes, trompos ni "cambuchas"), pero en tanto alguien continúe fabricándolos, haya algunos padres que los sigan comprando y más de un niño sintiéndose Harry Potter al hacer funcionar estas maravillas, la Humanidad está salvada.
- ¡Uuuuyyyy! ¡Parece estar de moda el "fundamentalismo"! 
- ¡No estoy bromeando en absoluto! ¡No me simpatizas!
- Jajaja...

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