lunes, 15 de diciembre de 2014

Full Day : Visita a Fábrica de Moais y Playa Anakena

 Ehia mahana (Cuarto Día) :  Historias de Moais .
    Cuarto día en Isla de Pascua o Rapa Nui. Domingo 14. Tal como lo haría un náufrago me ubico, en primer lugar, temporal y espacialmente.
   La vida cotidiana ha dejado de serlo. No sé qué está pasando en el mundo continental, más allá de este océano y en otros territorios insulares. No hay TV,  no hay noticias de radios conocidas (en el hostal). A ratos, escucho música pascuense en una radio local que permanece encendida todo el día. Supe que ayer, al parecer, hubo un temblor sobre 6 grados cerca de este triángulo de tierra de 173 kms2. Se lo escuché al chofer, chileno no pascuense por el acento, que conducía el furgón en el tour de hoy. Mencionaba  que había sido en superficie  marina; acá no se sintió al parecer. Al menos yo no. Gracia sería que haya temblores acá ahora, después de los que hemos vivido.
  - Un poco más y te crees el "axis mundi", Princess.
  - ¿?
  - ¡El ombligo del mundo!, como el que visitaste hoy. Seguro que los movimientos telúricos te persiguen, que la madre tierra se mueve en torno a ti, jajaja, y....
   - ¡Y todos me miran, me miran, me miran....! Jajaja.
   Isla de Pascua es producto de una erupción volcánica, nos dijo la guía (una joven alemana, que lleva 4 años en este sitio. ¡Qué paradoja! : una extranjera que habla medio chisporroteado el castellano  ejerce de guía y le habla, con convicción y propiedad, de diversas teorías y antecedentes, a todos los visitantes! ). En la isla hay tres volcanes, cuya  última erupción se produjo hace 100.000 años, de manera que es poco probable que doña Principessa deba salir arrancando de ríos de lava que puedan quemar sus patitas. La mayor parte de las piedras existentes, algunas de ellas material de fabricación de los moais, son de origen volcánico: la obsidiana, for example, las que  tienen un uso generalizado  en los "cercos" en forma de muros, de mayor o menor altura, todos con piedras volcánicas (como también sucede en muchos pueblos del norte de nuestro país : en el Valle del Elqui, por ejemplo). No he visto portones electrónicos ni nada que se parezca.
    La historia de los volcanes me recordó el libro El Principito, cuando éste hace un recuento de sus posesiones en su planeta.
   El día domingo comenzó temprano, 7,30 de la madrugada, para doña Principessa, después de una noche no muy placentera, por el temor de quedarse dormida y no llegar a tiempo a la salida del tour. Levantóse con ánimo a la ducha, se vistió raudamente y a las "socho" se dirigió al comedor, esperando que éste no se atrase para salir con el tiempo necesario a tomar el minibús. No tuvo suerte en su deseorecién estaban arreglando las mesas para el desayuno. Así que tuvo que esperar no más, cruzando los dedos para no verse en la obligación de salir corriendo.
    Se sentó a la mesa grande. El matrimonió francés ya estabá en el comedor. Son muy tranquilós y quitadós de bullá ellós (de tercera edad, pero inicial, jajaja; aclaro esto, porque me parece, -me han contado- que hay una tercera-edad-terminal,  jajaja). Pero no intercambió con ellós más que el saludó, pues su francés (el de doña) es más clásico (jajaja). 

    (Entre paréntesis, los pascuenses hablan muy bien francés. En el castellano cometen varios errores: de acentuación,  "estatúa" en vez de "estatua";  no usan los artículos o pronombres plurales, de manera que "suenan" como extranjeros.)

    Ya iniciado el desayuno (pan de molde,tres triángulos grandes, un trozo de queque de ese comprado en el súper -¡puaj! - , un platanito, más la mantequilla, la mermelada y , lógicamente, el café o té), llegó el joven "hablador" y se sentó ¡frente a mí! ¡Chuata! "Yo tener que hablar en inglisch", pensé. Pero no, ¡ufff!, hablaba bastante bien castellano. Resulta que es holandés, con padres chilenos, por tanto, practica nuestro idioma en forma permanente. Cuando le señalé, a su pregunta, que mi palacio estaba en Rancagua, "¡Ohhhh, yo tengo unas tías que van a ir estos días a Rancagua!" , me respondió. Para mis adentros me dije : "¡No pienso abrir las puertas de palacio para estas personas, aunque sean bilingües!" (Jajaja). Alcancé a tomar dos tazas de coffe y me levanté de la mesa excusándome. La fruta del día, el plátano enano, lo guardé para llevarlo en caso me diera hambre durante la excursión. Después de esperar una genuflexión de parte de los comensales, que no llegó, me fui pensando en la falta de buenos modales y cortesía de la gente actual.
   ¡Ufff!  8,58 y llegando a la calle principal donde está Mahinatur. Elige la izquierda y debe  devolverse después de andar unos 30 metros: era para la derecha. ¡Siempre su habilidad con la ubicación espacial le juega malas pasadas! 9,02 está llegando a la agencia. ¡Se asusta: no ve furgón ni clientes! Uff, llega una sheñola china o japonesa, a quien vio ayer contratando el tour. Ambas,  son reconocidas por dos Srtas. que atienden el local, quienes cotejan sus nombres, señalando que ya llegará el vehículo con su guía. Como no ve mayor cantidad de personas (luego llega una pareja, cuyo pobre marido, novio o parejo debe regresar al lugar de alojamiento pues olvidaron las entradas para uno de los parques que visitarán. "¡Si serán!"; después se entera que son chilenos, de Arica, aunque parecen asiáticos, debe habérseles pegado) piensa que serán  poquitos los paseantes.
   9,30: hora de salir (¡vaya puntualidad! Habitualmente, suele suceder que los tours salen atrasados, pero a la hora de volver sí que son puntuales, jajaja). Llega el vehículo con la guía (se me le olvidó como se llamaba, pero no es Helga ni Hanna), una joven muy buenamoza, que nos contabiliza como a pollitos antes de salir: somos una docena, en un minibús para 19 personas, por tanto quedan algunos asientos desocupados y ello le favorece. "¡Eureka! ¡Me voy solita!"

     Los  Turistas
   & Un matrimonio italiano maduro : la revuelven p'al campeonato, se atrasan de todos, no están ni ahí con las explicaciones de la guía, sólo se dedican a sacar fotos, él porta un trípode para su tarea.
  & Un matrimonio español, de alrededor de los 35 años, muy interesados en la información de cada cosa; son de Bilbao, ella habla "euskera", el idioma de los vascos.  Él sabe del terremoto de Valdivia de 1960. Son bastantes curiosos e interesados en conocer las costumbres de cada lugar que visitan. Durante el almuerzo, comentan la actitud de rechazo y discriminación que los isleños tienen hacia los chilenos del continente, quienes sólo pueden trabajar para ellos, pero no les está permitido adquirir propiedades. Nos mencionan que a los pascuenses no les gusta realizar un trabajo de esfuerzo (para eso están los chilenos continentales, quienes ganan lo justo para arrendar, alimentarse y vivir en la isla con lo básico). Algo de aquello fue señalado también por la guía. Los pascuenses no producen, todo lo traen de fuera, y como el producto del turismo es abundante, no se ven en la necesidad de esforzarse. Están liberados de impuestos (uno no recibe boleta al comprar) de manera que la ganancia es mayor. No se sienten chilenos. Puede que sea una generalización pero algo de verdad debe haber.
  &  Un matrimonio chileno joven : bueno, no cotejé si estaban casados o sólo conviven, jajaja, ella tenía  rasgos asiáticos, de manera que se pensó inicialmente que eran de esos lares, entienden el inglés sin inconvenientes. Ella comparte bastante durante el almuerzo; a él no le conocí la voz.
  &  Todos los demás vamos en forma individual, al menos al inicio, aunque parece, dijo la copuchenta,  que un par quedó de acuerdo en algo, jajaja. Una joven asiática (con un gorro con visera y cuello, que la hace verse muy divertida), una joven brasilera (que en una ida al baño en el ingreso al parque de la Cantera de Moais se da un tremendo costalazo y queda con "manso" machucón en una nalga, que luego, en la Playa de Anakena observé al azar); un par de jóvenes de lengua inglesa al parecer, una ciudadana japonesa (que trabaja en Paraguay ya dos años de tres, de edad madura aunque no pasada, jajaja, flaquísima) y....yo, la más bella, la imponderable, la veintiúnica...¡¡¡¡ con ustedes, la Principessa!!!

    Junto a la guía va el chofer (suena a chileno de Chile, como ya dije antes) y otra joven de la agencia (claramente pascuense). 
    La guía empieza dando sus explicaciones principalmente en inglich, aunque el joven español termina reclamándole pues somos 5 los que no parlamos inglich. Por lo tanto, la Cicerone opta por hablar lo mismo en los dos idiomas. 
 
    


Después de una media hora de recorrido, llegamos a la Cantera donde se fabricaban los Moais. Es una enorme roca, en cuya ladera hay numerosos moais, algunos perfectamente de pie, otros inclinados, varios casi completamente enterrados, unos cuantos botados (enteros o quebrados) y muchos, aún en la roca, a medio fabricar (quedaron sin terminar cuando la fábrica se botó en quiebra producto de la recesión, jajaja, y de la subida del dólar).


 
    Algo de historia:
Rano Raraku: lugar de fabricación de Moais
   Los Moais representaban a personajes importantes de la comunidad, a quienes al morir, le erigían una estatua, que tenía por objetivo la protección de la comunidad. Por ello, no miran hacia el mar, sino al contrario, están de espaldas a él, ejerciendo su función de protectores. La fecha de las últimas estatuas construidas se ubica a fines del siglo XVII, hace 300 años. No se sabe exactamente  las razones que provocaron el término de esta tarea, pero se señala que debe haber ocurrido algo muy grave para que, de un momento a otro se interrumpiera, abruptamente, la tradición. Esto se deduce pues en este valle se ve la cantidad de estatuas que quedaron como abandonadas, tanto en la falda de la montaña, como en ella misma, a medio fabricar, aún unidas a la roca madre. 

     Los moais más pequeños tienen una altura de 5 metros y pesan  unas 80 toneladas, en tanto, el Moai más grande descubierto mide 21,6 metros con un peso de 180 toneladas. Esta estatua quedó en la roca, aún sin haber sido erigido como los demás. 
    La fabricación de un monumento de éstos estaba a cargo de un equipo de 15 a 20 personas, quienes trabajaban todos los días (sin descansos, vacaciones o feriados largos de fines de semana, jajaja) durante 1 año los más pequeños, hasta 4 ó 5 años los más grandes. Aunque, en la crónica del primer día dije que era una estructura de tres o cuatro piezas, no es así (era una broma, jajaja) . ¡No! No lo sabía; vi unas estatuas quebradas  y otras restauradas, en las cuales se notaba uniones con cemento. Los moais son de una sola pieza; sólo en caso que tenga un pukao (especie de sombrero o tocado), éste es otra pieza y también, como se nota en el color, de otro tipo de piedra. Sin embargo, cada pukao no deja de pesar 15 a 17 toneladas. 

   ¿Cómo trasladaban los moais, una vez fabricados, a su lugar de instalación?
    Se nos respondió que hay 11 ó 12 teorías al respecto: moviéndolos haciendo palanca, amarrándolos y tirándolos (mucha gente), dándolo vuelta, etc. Se supone, aunque no se tiene la certeza, que se usó diferentes técnicas.
   Las estatuas se levantaban en una plataforma llamada "ahu", con dos niveles: uno superior, donde se ubica propiamente el moai y un nivel inferior, donde se colocaban muchos piedras redondeadas, en orden, alrededor de la plataforma, formando también parte de la estructura. Se dice que cada piedra de éstas representa una persona muerta. 

     En un costado de la Cantera Rano Raraku, existe el único Moai con pies: es pequeño y se encuentra hincado, mientras los talones de los pies pueden ser observados al terminar la espalda de la estatua. ¡Curiosidades! (lo malo es que no recuerdo cuál es la explicación de esta diferencia).
Tongariki:  mayor plataforma de Moais existente en la isla


    Después de este lugar, en que subimos y bajamos la falda de la montaña (por más de una hora), acercándonos, tanto a las estatuas ya fabricadas como a las que quedaron en proceso,  nos dirigimos a unos 3 ó 4 kilómetros de allí, a la Bahía Hotuiti (de aquí debe haber sido originario el Hotuiti de la tele), donde se encuentra la mayor cantidad de Moais levantados : 15 en total

    Sin embargo, estos moais no han estado siempre levantados, pues el gran Tsunami que produjo el mayor  Terremoto en el mundo desde que se tiene registro, el  de 1960 ocurrido en Valdivia, provocó  unas olas de 12 a 14 metros de alto, arrastrando a  los 15 jovenzuelos unos 500 metros al interior.
 

 ¡Cuánta debe haber sido la fuerza del tsunami si el ejemplar  más grande mide 15 metros y pesa  90 toneladas!  Varios de ellos tenían Pukao o sombrero, pero una vez se les volvió  a poner en su lugar, en el ahu o base, no fue posible reconocer cuál correspondía a qué moai. Sólo se logró colocar completar un solo monumento. 
    La plataforma sobre la cual están estos 15 moais mide 150 metros de largo, mientras que todo el Ahú alcanza una longitud de 250 metros. Cabe señalar que está prohibido sobrepasar la barrera de los ahú en cada una de estas estatuas existentes en el isla. De esta manera se pretende preservar el mayor tiempo posible estos monumentos, Patrimonios Históricos   de la Humanidad. 

    Cerca de los 15, en un pequeño alto del mismo sector,  está el Moai "viajero", estatua pequeña que estuvo  "paseando" por Japón hace algunos años.
Término del culto a los Moais - Ura Uranga
    Después de almorzar (una crema de espárragos, arroz con 3 tutos de ala de pollo, una porcion de ensalada mixta, una cerveza escudo, un minicoffe y postre,...¡un miniplátano! que  también guardé para el tiempo de vacas flacas. Nada especial el lunch aunque estaba sabroso), se integró otra turista al paseo : la número 13. ¡Guau! Era una joven ukraniana, traductora de profesión y residente de Brasilia donde trabaja. Se sentó a mi lado. Conversamos un poco, pues hablaba y entendía bastante el castellano. Dijo tener una amiga ukraniana en  Rancagua. ¡El mundo es un pañuelo! 

     Antes de dirigirnos a la Playa de Anakena, se nos llevó a un lugar donde existe una plataforma con 4 moais botados, de cara a la tierra, en su ahú original, sin intervención de restauradores. Estas estatuas están en esta posición, algunos quebrados, luego que los  mismos creadores y cultores de estas creencias los derribaran, supuestamente producto de la decepción de sus ídolos. 

   También en este sector se encuentra el "ombligo del mundo" ,  Te Pito Kura, una piedra,  que se supone está cargada de energía,  en cuya composición hay numerosos minerales.
Allí estuvimos un buen rato, tocando la piedra para recuperar energía o nutrirnos de ella. ¡Estaba recontra caliente! La Principessa la tocó... la tocó...la volvió a tocar  y no sintió "rien", "nothing", "niente". ¡So,so, sorry!, pero doña no es muy sensible a lo místico o esotérico! 
    Playa Anakena
     ¡Ufff! El sol quemaba y ya no estábamos para andar bajo sus rayos: ¡queríamos ir a la playaaaaa! 

    Una vez arriba de la Van, el italiano comenzó a cantar "¡Vamos a la playa, oh oh oh!", canción en que lo acompañé gustosa por unos momentos. A 5 minutos estaba Anakena, una vista paradisíaca, digna de una postal y propia de las películas hollywoodenses típicas de las islas polinésicas. ¡Muuuuchas palmeras, arena blanca y fina, amplio terreno para tomar sol o estar bajo sombra, con equipamiento de restaurantes y stands con productos de artesanía y ....mucha gente y vehículos!
   La guía nos informó que las palmeras no eran nativas de la isla, sino que se habían traído el año 1972 desde Tahiti. ¡Y se habían quedado allí! La arena era propia de la isla (¡por suerte!). 
    Nos dieron una hora para recorrer el lugar, bañarnos, tomar sol, alimentarnos o cualquier cosa. Todos nos dispersamos. Unos 3, sin ponernos de acuerdo ni ir juntos, nos dirigimos inmediatamente a un sector más alto de la playa, hacia el fondo, mirando desde la entrada, donde había una plataforma...¿adivinen con qué? Jajaja. Obviamente con ....¡Moais!  A tomar  fotografías, entonces...

     Luego se dirigió a la playa. El oleaje estaba fuerte, había bastante gente nadando, tomando sol, pero así y todo, quedaba espacio para doña Principessa. El traje de baño se lo había puesto en el  servicio higiénico del restaurante, pero había olvidado un pequeño detalle, jajaja. ¿Se los cuento o no? Jajaja, con el apuro, no se había sacado la prenda superior y ahí, en la playa, haciendo malabares, debió hacerlo. Miró para un lado, para otro y, silbando a lo disimulada, logró tener éxito en aquello.
  -  ¡Ya! ¡Ahora, a practicar buceo al estilo Principessa! Jajaja. Aún tengo las marcas de las picaduras de la pulga que me "cazuelió" en Valdivia, pero no importa. Nadando rápido ni se notará.
     Había roqueríos frente al lugar que se ubicó, dejó su mochila, toalla y zapatos los más ordenados posibles y comenzó a sumergir su escultural cuerpo (jajaja) en las tibias y cafés aguas de la playa de Anakena.
   - ¿Agua "café"? ¿No te habrás equivocado, Princess, y estás en el Mapocho, jajaja?
  - ¡Nouu, nouu! Sucede que al llegar a la playa, la ola arrastra bastante arena y como ésta es blanca, al mojarse queda del color de café con leche, jajaja. 

    Bueno, se fue introduciendo de a poco, haciéndole el quite al recogimiento del mar, para no verse succionada por la arena, afirmándose en las rocas que había a su paso. Logró llegar hasta un lugar que le pemitiera mojarse completamente y refrescarse de la canícula, todo con sumo cuidado para no dar un paso en falso y verse en peligro ...de extinción. ¡Sólo hay una Principessa como ella! ¡Sin duda, sería una gran pérdida para la Humanidad! 
    Una vez mojada... y remojada, se fue a tender a su toalla. Se puso un poco de bloqueador y se expuso al sol  unos momentos. Unos minutos después fue ubicada por la turista brasilera, quien le pidió cuidar sus pertenencias mientras iba a nadar. Al regresar por sus cosas, aprovechó para irse a la sombra. No quería tostarse, ya era suficiente con mirar su face, sus brazos y cuello. 

     (Entre paréntesis, en la primera detención que hicimos para subir a la cantera de fabricación de moais, al pasar al baño, aproveché de comprar un gorro, compra que valió la pena, pues me protegió bastante de allí en adelante).


    Me fui a la sombra de las palmeras; en el camino me topé con un grupo de veraneantes equinos. ¡Hummm, de veras! Acabo de acordarme que me falta practicar  cabalgata, buceo y surf. Me programaré para hacerlo en los días que quedan, jajaja. Lo que más he hecho es treecking, treecking y treecking, además de nado sincronizado, jajaja, movimiento de la mandíbula y digitación.
   Sentada a la sombra disfruté del paisaje, ¡molto bello! Revisé la mochila y encontré mi platanito del desayuno: ¡pobrecito! Estaba casi convertido en mazamorra; me lo comí igual, de pura pena no quise botarlo, jajaja. Luego recorrí la feria artesanal, donde encontré algunas cosillas para recuerdos. Una persona alabó mi polera, destacando el valor de la familia; es aquella polera  en que aparece impresa mi Infanta en varias imágenes y  que me ha acompañado también en este viaje. Se lo agradecí. Bonito gesto... Otro ratito bajo las palmeras y luego, ya siendo la hora, a buscar la Van. Fui la primera en reaparecer, así que no quise subir aún y me fui a unos pasos, a sentarme bajo una pequeña sombra.
    Como a las 16,40 iniciamos el retorno, para estar en Hanga Roa a las 17,10 aproximadamente. De allí, a ponerle chala para llegar al Lodge. Una exquisita ducha al llegar, cambio de ropa (vestido) y a descansar en el corredor fuera de la habitación y escribir. Al rato, debí tenderme un tiempo, pues el sueño me vencía.

    Cerca de las 20 horas abrió sus eyes nuevamente nuestra amiga. Uff, despertó con hambre y eso era un problema pues no estaba dispuesta a salir a merendar. Revisó "su despensa": el platanico del almuerzo (un tanto averiado pero comestible), 3 panes duros de día jueves, un queso crema "Dos Álamos" de 100 gramos (aún virgen, el queso crema), un sachet de endulzante que le dieron en el avión...
  - ¡Hummm! No promete mucho tu merienda, Princess.
  - Voy a ir a hacer otra excursión, esta vez a la cocina,  a ver si encuentro café o una bolsa de té más que sea. 

    El primer día, la anfitriona les había dicho que tenían disponible la cocina para preparar lo que quieran. Sin embargo, la Principessa había desechado esta alternativa, pues no estaba dispuesta a cocinar fuera de palacio. Así que iba a realizar su primera inspección. Allí encontró al turista francés cocinando unos tallarines (parecé que lo unicó que preparan los turistás son tallarinés, porque la noche anterior había visto a las jóvenes también prepararse pasta). Puso agua en la tetera y sólo con la ayuda del extranjero logró prender  uno de los platos de la cocina. Aprovechó un momento que el francés salió, para buscar café o té: ¡Nada!
    Cuando el agua estaba caliente, optó por llenar una taza con el vital líquido e ir a su terraza, llevando también un cuchillo. Allí le echó un poco de endulzante el agua (¡Mmmm!, quedó dulce y rica, jajaja), logró partir un pan, acuchilló el queso crema y procedió a engullir su once "gourmet". ¡Tuto bene!  ¡Upss!, de veras que los "tutos" se los había  comido al almuerzo, jajaja.
   Con el hambre saciado, procedió después de doblar el mantel largo, jajaja, a ir al comedor a conectarse a internet y trabajar en su blog. Estuvo allí hasta las 22,30, buena hora para retirarse a sus aposentos a descansar.
  ¡Mucho has hecho en un día, Principessa, toda vez que es un día de descanso! ¡Te felicito! Es hora de ponerte de cúbito dorsal y cerrar los eyes.
  ¡Hasta tomorrow!

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