domingo, 9 de noviembre de 2014

"Y nos dieron las diez..y las "sonce"...y las doce...y ...

- ¡Qué gustazo nos dimos! 
- ¿En serio? 
- ¡Claro que sí! 
- ¿Aún tienes ese sentido en buen funcionamiento, Princess? 
- ¡Tengo TODO en funcionamiento, mi querida y nunca bien ponderada "amiga"!
- ¡Uyyy! ¡Qué cáustica!
- Jajaja...¡Yo también bromeo!
- ¡Me alegra verte contenta!
- ¿Y quién no con lo de anoche?
- ¡Guau! (exclamo yo , con una cara de pregunta enorme y expectante).
- Es que , anoche, ¡al fin nos dimos el gusto! 
- ¿Tú con quién? 
- Con mi grupo de amigos íntimos...
- ¡Reguauuu! ¡Ups! ¡Fue grupal la cosa...! No me había dado cuenta de tanta modernidad en ti, Princess... Oye, ...¿y te sacaste las ganas? 
  - ¡Todos nos sacamos las ganas! Es que hacía tiempo que queríamos juntarnos y, por una u otra razón, no habíamos podido. 
- ¡Aaaahhhhh! ¡Era eso! ¡Ufff, ya puedo respirar tranquila! ¡Pensé que te estabas yendo al lado oscuro de la fuerza, jajaja!


    Más barato  por docena  sin duda... pero llegaron 9 a la cita, más los dueños del castillo, 11 en total (no soy supersticiosa, pero afortunadamente no fueron trece)...El lugar de encuentro fue el feudo de Pelo Rubio al viento, allí, en la Villa de Coínco (traducido como "agua del arenal", debido a abundantes reservas de agua que existen en napas subterráneas, según  San Google),  localidad de la sexta región del Libertador, que el viernes, con nuestra llegada aumentó su población, por unas horas, a 6.742 habitantes y medio (una del grupo se encuentra en situación embarazosa, la Estrella, algún descuido con el método de la Luna seguramente, jajaja) .
   La organizadora fue la Chiquilla (¡tan organizada ella!). La Princess sólo cooperó con un persuasivo correo en que recordaba "gentilmente" a los integrantes de este Círculo de Fuego que el que no se presentaba sería transformado en batracio (jajaja). Por eso debe haber llegado la mayoría: no les agradó la idea de cambiar de "traje".

    El feudo es precioso: mucha verdura, árboles, plantas y prado cuidado y ornamentado, pero de lo cual  doña Principessa no puede entregar registro porque la oscuridad de la noche no permitió fotografías de este paraíso coincano (obligada a ir en otra ocasión en pleno día, jajaja, para cumplir con su cometido de cronista). La casa, amplia y hermosa. Y en un sector del patio, el horno artesanal para cocinar los alimentos en ocasiones especiales. 
    El atardecer ya se hacía sentir cuando iniciaron su viaje hacia el lugar, donde llegaron ya de noche. La carretera, expedita y en excelente estado, con un pequeño impasse antes de llegar : una dificultad con esto de si irse hacia la izquierda o a la derecha, que suele jugar malas pasadas, jajaja. ¡NOoo, que a la izquierda! ¿No será a la derecha? Al parecer, el chofer tenía más tendencia a la mano siniestra, jijiji,  pues eligió aquella bifurcación, pero el resultado no fue bueno (¿será un augurio quizás, jajaja?) : llegamos a otra localidad, que también tenía un plaza, jajaja. ¡Cómo no, si todos las localidades, pueblos, ciudades y , también feudos, tienen su plaza!  En fin, con todo el ánimo, a retroceder... (¡Ni un paso atrás, compañeros, dirían algunos nostálgicos). A continuar derechos, ...por el buen camino..., dirían los Huasos Quincheros.... Ahí se encontraron con las otras limusinas, de manera que llegaron todos al mismo tiempo.
    ¡El horno de barro les esperaba! El señor del feudo, Michelángelo, cuidaba de su funcionamiento y de las especies que se cocinaban en él. Se notó que respiró aliviado cuando llegó la caravana, pues quería entregar la mejor degustación a sus invitados. 
   La noche era joven: la primera parte, los éleven estuvieron alrededor del horno, en torno a una mesa, degustando algunas exquisiteces de cóctel y probando un  rico y fresco borgoña, gentileza de la casa. Conversaciones varias, en un ambiente campestre, a una excelente temperatura y con los sones de una radio a pilas que lanzaba sus notas musicales, desde la rama de un árbol (allí se había "encaramado"). Después de una conversación bastante ecológica, sobre perros, gatos, iguanas, arañas, conejos y otros especímenes de unos zoos particulares, pasamos a la mesa oficial del salón principal. Lo divertido de lo conversado es que mientras unos se tomaban muy en serio la información específica de estos representantes del Arca de Noé, "otras" le veían el lado chistoso, buscándole la quinta pata al  perro, al gato y al conejo y la novena (¿?) extremidad a la araña-pollito del zoo de la Estrella. De la iguana se dijo varias generalidades, pero no se habló de su dieta (jajaja) .     
La mesa era una maravilla. Cada cual se sentó con su partner, menos tres desparejados, que para hacer causa común , se ubicaron juntos. A la cabecera de mesa, Pelo Rubio y Michelángelo, a sus costados, la Klau con su consorte
(el Gonza) y la Sexi (jajaja) con Juanca. Al otro lado, Ferdinand con la Chiquilla y luego los tres "guachitos" : la Estrella, el Rodri y doña Principessa. La carne de wagyú y de faisán no se hizo esperar, todo acompañado por ensaladas surtidas, el rico "peure", el pan amasado, las papas y verduras horneadas, más los correspondientes  jugos, bebidas y ¡Misiones de Rengo! (¡bravo!) .
 Los "saluces" se multiplicaron: por los dueños del castillo, por la Junta (no "aquélla", jajaja, aunque más de alguno no se hubiera enojado, jajaja), por la amistad, por la Estrellita en camino, por la araña-pollito y...hasta por la iguana, jajaja...
    Luego, antes incluso de llegar al postre, café y mate, comenzó la sección "pelambre" (desahogo y catarsis podría llamarle nuestro amigo Freud et alter). Comentarios,  anécdotas, aclaraciones, desinteligencias, buenas ideas hechas "pebre" (jajaja), descontentos, estreses, etcetcetc. Todo era analizado y aportado por los distintos comensales. Nombres no daremos, para no arriesgar demanda, pero que están locas, lo están (principalmente) y que son "car'e palo" (los especímenes masculinos involucrados en todo el calamitoso estado de La Sociedad) es un hecho. De todas formas, las personas son ampliamente conocidas y quienes no las conocen, cabe señalar que este tipo de personalidades esquizoides hay ejemplares en todos lados. 

    Una vez satisfecha el hambre del cuerpo (y de la lengua parlante, jajaja) como del alma, después de haber pasado unas cuantas horas en excelente compañía, y ya habiendo comprometido a uno del grupo para la próxima reunión de la Junta (le cuesta "comprometerse" pero dijo que síííí ...al menos a esto y por ahora, jajaja) , se dio inicio a la sección agradecimientos y despedida. 
   El trayecto de regreso fue directo (no hubo desvíos ni errores), la Chiquilla (pequeña ella) se quedó profundamente dormida. Es que, además de hacer su trabajo diario, estuvo ayudando a Pelo Rubio, mientras la "fresca" de la Principessa estaba sentada conversando (son las prerrogativas de la aristocracia, jajaja). 
   
   - ¿Y a qué hora  llegaste a palacio, Princess? 
  - Ufff, no nos dieron las 3 de la madrugada, pero sí las dos... A esa hora, la luna fue la testigo de mi llegada, con mis facultades en pleno dominio...
   - ¿Lo pasaste bien, amiga mía?
  - ¡Súper bien! Lo interesante es que es un grupo que se ha afiatado, que ha incluido a consortes no profesores y que, a pesar de no estar todos trabajando actualmente en el mismo lugar, ha permanecido unido. 
  - ¡Cuánto me alegro! Aprovecho de tocar madera, para que nada se tuerza y la fuerza les acompañe.
  - ¡Y agrego: un salud por el encuentro y los encontrados!
  - Oye, amiga,¿no estarás haciendo  salud muy seguido?
  - ¡No, qué va! Sólo lo justo y necesario... Además, en la actualidad, todo el mundo está preocupado por la salud...
  - Jajaja, estás como el Indio Bolsero, reaccionando al menor motivo....
  - Jajaja, ¡Salud por eso! 

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