martes, 4 de noviembre de 2014

"Los ojos de Rodrigo..."

"No te vayas, no te vayas...
Sentado en la escala
Rodrigo en pijamas
Trataba de entender lo que ocurría..."
 

  Hacía mucho tiempo que no escuchaba esa hermosa y triste canción de Fernando Ubiergo. Se me había casi borrado del DD. Sin embargo,  si hasta lo que uno envía a la papelera de los PC lo puede recuperar, ¿cómo no va a poder hacerlo con aquellos recuerdos guardados, que de pronto están como verdaderos pumas al acecho, dispuestos al salto? 
   Recuerdo que este cantante siempre me pareció que proyectaba un aura,  un ángel especial. Tenía (no sé cómo lo habrá tratado el tiempo y la vida) ese qué sé yo de inspirar confianza y cercanía, que no todos poseen. De allí a que sus acciones como-ser-individual-en-el-mundo fueran coherentes con lo que proyectaba, es "harina de otro costal". Sólo él y sus íntimos lo saben. A quienes fuimos sus admiradores como artista, no nos interesaba mayormente aquello.
   Y así como estos "ojos de Rodrigo", que en la canción de Ubiergo reflejaban el dolor por la pérdida de la familia, el inicio de la incertidumbre, el alejamiento o la disminución del cariño paterno, hay muchos otros ojos infantiles y algunos no tanto, que en el pasado, presente y futuro, seguirán reflejando, cual espejos,  el dolor de la separación. 

   Pero... hay separaciones y separaciones... Algunas, aunque dolorosas, absolutamente necesarias. Otras, son resultado de un mero trámite cuando lo que "Dios" había unido, ya fue víctima del tiempo y de los embates de la vida o, por último, de la fatiga de material (de él o de ella)

    Si los dos adultos están de acuerdo que la separación es más sana que una continuidad nociva, ¡bienvenido el corte de los lazos! Sin embargo, si uno de la pareja (casada o no, para el caso es igual) no acepta la disolución, un gran problema se avecina, para esa parte o para ambas, según sea su manera de enfrentar la pérdida del otro.
 
  Y en los casos en que  estos nexos se rompen y uno de la pareja no está de acuerdo,  ¡qué duro debe ser tener que pedirle al otro 
"que no se vaya...",  tener que morderse el orgullo, el dolor de sentirse rechazada/o, el haberse transformado en una persona desechable!... y que no pesa más que un snack mix de 45 gramos (como el que compré denantes) o menos, incluso (como la "porción de queque" marca Bus Norte, jajaja).

   - ¿Oye, Princess?
   - Mmm
   - ¿Estás hablando desde tu experiencia personal, si puede saberse? 
   - A ver... ¿cómo te explico? ... Nosotros, los ESCRITORES (ejem, jajaja) creamos historias, mundos ficticios, parecidos más o menos al mundo real o cotidiano (o muyyyy alejados) , pero aunque sea una creación o invención, es difícil sustraerse a algunas experiencias, a algunos sentimientos, a distintos eventos de tu vida personal o de tu entorno, que han hecho de ti la persona que eres.  Por lo tanto...y en consecuencia... más de alguna idea, recuerdo, suceso grato o ingrato asoma en ocasiones en lo que uno escribe...
  - ¡Ufff! ¡Tanta cháchara para decirme que "algo" de tu experiencia suele aparecer en lo que escribes! 
  - Era necesario aclarar que, así como no todo es ficción, tampoco todo es verdad. Así somos los artistas, jajaja...En todo caso, no trates de psicoanalizarme, puedes equivocarte rotundamente....
   - ¡No! ¿Para qué? Me basta conversar y entretenerme contigo, sólo eso....
   - Sin comentarios...
   
  - ¿Decíamos?
  - Hablábamos de las separaciones...
  - Pensar que uno se pasa la vida resintiendo separaciones o ...agradeciéndolas, jajaja. La primera y gran separación,  la más traumática según muchos,  es la del vientre materno: de un ambiente protegido, seguro, "calefaccionado", mayoritariamente con todas las necesidades atendidas, pasas, boqueando como un pez, al mundo de los seres humanos ... Ya comenzado el proceso, no paras: te separan del seno materno, del biberón, del chupete, de los pañales, de tus mascotas, de tus amiguitos, de tu hogar al ingresar al sistema educativo, etcetcetc......No obstante, también las hay separaciones  muy deseadas ....
    - ¿...la de tu marido? 
    - ¡Jajaja! ¡No iba a aludir a aquélla! ¡Siempre tratando de hacerme hablar más de la cuenta!  Me iba a referir a ese deseo infanto-adolescente de crecer, de ser más grande, de...
    - ¡En esos deseos no tuviste éxito, Princess, jajaja! 
    - ¡Dale con lo mismo! 
    - ¡Jajaja! ¡Es que no me puedo resistir!  ¡Esquiusmi! 
   - ...decía: ese anhelo de demostrar que eres capaz, que ya has madurado, cuando te vas de la casa paterna, a estudiar a la Universidad, sueño hecho realidad, en el cual deberás tomar tus propias decisiones y el resultado dependerá de tu dedicación y perseverancia, principalmente. 
   - ¿Has tenido separaciones dolorosas? 
   - ¡Ufff! Varias, especialmente una que supera a todas, pero no es el momento ni el lugar...
   - Entonces, ¿cuál ha sido la más graciosa? 
   -  Varias...pero hay una que te voy a contar, sin cobrar nada, de puro buena principessa que soy, jajaja.
   - A ver ...a ver...


   Su amiga se arrellanó en el sillón, sabiendo que escucharía una sabrosa historia, a la que, seguramente, la Princess le pondría algunos entretenidos y "dudosos" detallitos. La conocía y sabía que "no era oro todo lo que relucía" (especifico que sólo en casos como éstos).

  Comienza la historia "separatista":

     "Habíamos regresado con #€%& (desde la zona austral) a Santiago. Yo volvía a mi hogar, él venía de paseo, de acompañante de esta Principessa,  aunque no a tiempo completo, pues tenía también sus planes y, además, un depto. en la capital (¡qué coincidencia!, ¿no? Muchas veces he dicho que el "mundo es un pañuelo": en cualquier momento pueden juntarse sus cuatro puntas...) : él se encontraría con su hija y visitaría algunos familiares , pero igualmente iríamos a  varios lugares juntos (iba a estar tres semanas por estos lares)."
    Lo que ninguno de los dos sabía era que esa compañía no duraría más que 24 hrs. (jajaja)
  Sucede que la Principessa recibió un llamado de su empleador, por un suceso ocurrido que era de gravedad. Por lo tanto, al día siguiente de su llegada, casi sin recuperarse del vuelo, debía irse a Rancagua. En los planes de su invitado no estaba irse inmediatamente fuera de Santiago, situación que no le correspondía a la Principessa forzar (ella siempre tan respetuosa del libre albedrío de los demás, jajaja; por fin aprendió). Lo aceptó,  pero su amigo debió ir hasta su depto., ocupado en esos momentos por su hija y su pareja (de la hija), para que le permitan "tocar el violín" , jajaja. Después de regresar de ese trámite, a la Principessa le extrañó la cara poco alegre de su "amigo". ¡Chuata, no iba a estar con una persona con mala cara! (ya había tenido suficiente de aquello en otros tiempos y no le interesaba pasar malos ratos) . Así que, lo pensó y lo dijo:


   - ¿Te pasa algo, #€%&*? (jajaja) ¿Por qué esa carita?
   
   Bastó aquello para que el "amoroso" amigo de otros tiempos (habían estado juntos en la Universidad y se habían reencontrado unos cuántos añitos después, jajaja)  montara en cólera, medianamente controlada, y le "comunicara" a doña Principessa que hasta allí llegaban, que al día siguiente se iría con sus cosas (maleta).   En ese momento, el "señor de las horas" marcaba las 21,30. 

  - ¡Pos hora...! , exclamó doña Princess, cuando pudo sacar su voz, que se le había hundido en el fondo de su gargantiña.... ¿What happen? 
   Ella, cual inocente Julieta, no entendía qué le había sucedido a dicho  Romeo..
  Muy molesto (pero, aclaro, sin violencia verbal ni de la otra) comenzó a cobrarle sentimientos a mi amiga,  quien no sabía qué bicho, mosca o mosquito le había picado, ni en qué parte...: "que no le había ofrecido quedarse en el depto. que estaban mientras ella regresaba a Rancagua,  sabiendo que su hija estaba acompañada en el otro lugar, que no confiaba en él, que cómo tan  poca consideración, que así no podían seguir juntos, etcetcetc..."
   No le faltaba razón, hasta cierto punto, porque, efectivamente  doña no le ofreció seguir allí. Trató de explicarle "que no se le había ocurrido, que tampoco él se lo había pedido, que jamás dejaba a alguien allí sin estar ella, pues ése era el depto de su Infanta, por ello no lo había ofrecido, pero si quería...."

   ¡Nothing...! 
   La Principessa está segura que fue la excusa perfecta para la acción separatista... , la cual  fue "agarrada de las mechas" con habilidad maquiavélica, jajaja. Ambos , seres independientes, acostumbrados a llevar el timón de sus vidas (oh, cuánta poesía), sin pedirle el parecer a "nadien" para tomar sus decisiones, ya  habían empezado a darse cuenta que no iba a ser fácil coexistir sin que hubiera roces... 
   Y como si los versos de Bécquer hubieran sido escritos para esta ocasión, en la Principessa "habló el orgullo y se enjugó su llanto" y con la mayor dignidad del mundo le dijo al arrepentido y desinflado Romeo: 

   - ¡No te vas mañana! ¡Te vas AHORA! (de ahí debe haber copiado la expresión el cliente de la hamburguesa del cuarto de libra, jajaja)...

   Obligado Romeo a comunicarse con su hija para que le dé alojamiento antes de lo previsto y a arreglar sus pilchas, una...por...una...
  Julieta aprovechó de entregarle el dinero correspondiente a unas compras que Romeo había hecho y le cerró la puerta casi en las nalgas, con un sonoro portazo. Total, la puerta era, y sigue siendo, firme.

  - ¿Apuesto que después de aquello toda tu dignidad se derritió cual un helado, dejando el correspondiente charco? Traduzco: te pusiste a llorar como una Magdalena...
   -¡Noooo, aún no....! Fui a la habitación a ver que no hubiera nada olvidado: había unos remedios y ya no recuerdo qué más, tomé aquello y...
  - ¿Lo llamaste? ¡La excusa perfecta! 
  - ¡Frío, frío! Abrí la puerta, fui al shaff de la basura y lancé lo encontrado por el ducto correspondiente, jajaja. Me sacudí las manos, sonreí beatíficamente y exclamé la famosa frase digna del bronce : ¡Y ahora, a otra cosa, mariposa! 
  - ¿Y no hubo reincidencia?
  - jajaja.. Nones, de ninguna de las partes, Usía. Borré los números telefónicos, las fotos, los e-mails y di vuelta la hoja, cual hizo nuestra madre Eva...cuando Adán se puso pesado... 

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