sábado, 8 de noviembre de 2014

En traje de Eva...(jejeje)

-¡Princesssss! ¿Qué pretendes???? ¡Oh, may gash! ¡Está loka esta "niña"! ¿Dónde estás?
- ¡Jajaja!  ¡En la cocina! 
- ¿Qué estás tramando? 
- Nada especial, además de practicar una de mis pasiones favoritas...
- ¿Desnudarte? 
- ¿¡¡¡Quééée!!!!? ¿Estás loca? 
- ¿No es eso lo que estás anunciando? 
- ¡Jajajaja! ¿Dónde tienes tu mente, qué conexiones realizan tus neuronas? ¿Sabes a qué traje de Eva aludo? 
- ¿Tiene más de un traje? 
- ¡Obvio!  ¡Es mujer, jajaja! .....¡Tatatán! ¡Aquí está! : ¡Mi delantaaal! 
- ¡Jajaja! Yo pensé que... yo creí que ....


   Claro. Había pensado... lo que la mayoría, supongo. Y nada...ahí estaba mi amiga, con su delantal, apasionada y dispuesta a preparar algún plato exquisito, dando rienda suelta a su gusto por el arte...culinario...¡hummm! ... ¡"Gastronómico" suena mejor! 
   - Oye, amiga...
   -¿What?
   - Está medio aporreada tu  alcachofa...jajaja... Aclaro que esto no tiene segundas lecturas...porfis ( jijiji)
   - Jajaja.. Sí, lo sé. Es que se me pasó la mano...
   - ¿En qué ? ¿En el "aporreo"? Jejeje
   - Nooooo... Compré 10 alcachofas en el lapso de un par de días y eso es mucho para una Principessa... Es cierto que en Restaurantes tops sólo sirven los fondos de ellas pero esta lady no puede darse ese lujo... 
   - ¡Claro! ¡No puedes estar botando las hojitas habiendo tanto niño en Africa...! Jajaja...¡Hay que comerlas en su totalidad aunque estén un poquito duras, jajaja! 

    Desde que regresó de su viaje al Suuurrr ha estado probando sabores marinos, casi exclusivamente. Hoy sábado, en la cocina de su Infanta, en Santiago, preparó merluza enharinada a la sartén con ensaladas, una de lechuga con espárragos y la otra de alcachofa (estas últimas ya le salen por las orejas, jajaja). Todo ello, acompañado de un vaso de vino blanco, postre de mandarinas en salsa de caramelo, más su infaltable té de rosa mosqueta. La merluza quedó exquisita, dorada y crocante. Lo demás, ídem.

   Durante la semana, además de contar con la compañía de alcachofas y espárragos, había preparado un ¡exquisito! guiso de luche con verduras (que ansiaba probar cuando  vio que lo vendían en la Feria Fluvial de Valdivia, desde donde lo había traído el año pasado) . En relación al luche (porphyra) cabe señalar que lo venden prensado en especies de retortas de un kilo aproximadamente. Como esta alga aún no está bien seca cuando uno la compra, hay  que  mantenerla al aire, de manera que pueda terminar el proceso de  deshidratación   y así evitar los hongos. Doña Principessa conservaba una pequeña porción del año anterior, pero sabía que con eso bastaba para preparar un rico y sabroso guiso. Para ello, dejó el luche remojando en agua fría la noche anterior y he aquí el resultado. 
   A la alga propiamente tal, le agregó aliños, cebolla picada en cuadritos, zanahoria picada y rallada, morrón rojo y verde, porotos verdes (le hicieron falta las arvejitas verdes), papas picadas en cuadritos y ....¡cilantro!   Ahora, ¡a probar esta delicia! (Jueves y viernes) .

  - ¿Y qué cocinaste los otros días, Princess? 
  - El lunes y martes no me quedó otra que  pasar "por el alambre" ...
  - ¿Cómo así? 
  - El lunes viajé a hacer clases a Rengo en la jornada de la tarde, no había tiempo ni de cocinar ni de almorzar, apenas media hora para ir hasta palacio a buscar el material y darse una manito de miau, jajaja. El martes, vine a la capital a realizar un trámite, inmediatamente al término de mi jornada laboral, así que comer era lo menos relevante. Claro que esa tarde me vengué preparándome un delicioso sandwich con una hamburguesa con brócoli, lechuga, pepinillos y salsas varias, de "chuparse" los dedos.
  - ¿Y existió el miércoles para ti o lo eliminaste del calendario, jajaja?
  - Ese día probé algo inédito para mi bella persona...
  - A ver...a ver...¿pollito al velador? Jajajaja
  - jajaja, ¡Qué chistosa! Te aseguro que no me gustan mucho los plumíferos...
  - ¿Ni siquiera al velador? 
  - ¡Ya pues...!... Hablando en serio, creo que la época de "vacas flacas" que vivimos un tiempo, como familia, período en  que esta ave era lo más económico, me hace no gustar mucho de ella. Lo que sí me gusta y degusto  son los tutos de ala a la parrilla, doraditos y jugosos...¡Mmmmm! 
  - ¡Hedonismo puro! ¿Te gusta comértelos a mano o con cuchillo y tenedor, como la gente civilizada? (pregunta con segundas intenciones, jijiji) 
  - ¡Stop! ¡Ya adiviné para dónde quieres conducirme! ...Retomando la conversa, te decía que probé algo nuevo : se llama... KANIKAMA... 
  - ¿Y eso?
  -  Son unos especies de bastoncitos con sabor a centolla (dice el envase). Los compré un día que andaba curioseando en el súper en el sector de los congelados ...además son económicos, jijiji... Parece un paquete de salchichas, pero menos compactas...


  Ese día, cuando sacó el paquete de 8 unidades de su freezer, la Principessa examinó concienzudamente el envase para ver si había indicaciones, sugerencias o alguna receta. ¡Nothing! ¡Humm!  A echar a andar tu creatividad, amiga mía, que aún te queda bastante, jajaja.
  Los bastoncillos aquellos le recordaron unos caramelos que compraba "sueltos" en el almacén de la esquina, cuando estuvo estudiando en la Villa de San José de La Unión, en 5to. Básico. Su familia vivía en el Retén de Puerto Nuevo, a orillas del Lago Ranco y a ella, para aprovechar su extraordinaria inteligencia, jajaja, sus padres  la enviaron a estudiar a la "gran" ciudad. Tomaba la pensión en una mansión de calle Esmeralda y cerca de allí, precisamente en la esquina, había un almacén de ésos que ya no existen (¡víctima del progreso!), en el cual vendían diferentes tipos de dulces sueltos: unos como huevitos, de colores, con una especie de trigo al interior; otros, redondos, cuyo exterior parecía "estucado" , también multicolores y , los otros, unos caramelos listados en blanco y rojo, en forma de saquito (por las puntas en las esquinas), a los que recordó cuando vio los  Kanikama... 
     Después de este tierno y dulce  flash back infantil,  se dio a la tarea de sacar de sus envoltorios cada especimen. Estaban congelados, de manera que no sabía qué textura tendrían una vez que ya no tuvieran hielo, por lo que aplicó toda su inteligencia y decidió poner  un  poco de aceite en la sartén (de ninguna manera el más top, sino al contrario, el más raskeli) y , con cuidado, fue depositando los "bastoncitos" una vez caliente ...o temperado...el aceite. Al darlos vuelta, se dio cuenta que se habían dorado y que debía esmerar su movimiento (el de los kamikama,obvio, jijiji) pues eran muy blandos. Una vez dorados en ambos lados, los emplató y los acompañó con pepinillos en vinagre. Al mirar la fotografía, se ve divertido el plato, pues a primera vista, parece una camiseta, jajaja. Acompañó su plato principal con una ensalada de lechugas, brócoli y rabanitos, una alcachofa, más un exquisito postre (macedonia de mango, tuna, chirimoya, manzana y mandarina), todo natural, más la correspondiente copa de vino blanco de la casa.
    - ¿Qué sabor tiene esa cosa
   - Bueno, no he probado la centolla, por lo tanto no sé si tenía sabor a ella o sólo un leve aroma. En todo caso, tenía sabor a mar. Lo extraño fue la textura: me pareció estar comiendo una especie de sustancia (de esas dulces),  absolutamente liviana. Tanto así que me las comí todas, pues de otra manera habría quedado con hambre. Un detalle: su "fabricación" no es compacta, uno puede ir desarmando el "bastoncillo" en tiritas (como si fueran tallarines unidos y prensados) ... 
  - ¿Cuál es tu evaluación del producto? 
  - La verdad, no es como para gozar con fruición y con todos los sentidos, pero, de vez en cuando, si quieres preparar algo fácil y liviano, es recomendable. 
   
     Después de ver unas datos de Comida Gourmet en CNN Chile, a cargo de un Experto en Gastronomía (no recuerdo el nombre, pero no es un don nadie) , en que cada plato tiene un costo de 50 lukas aprox., en una cantidad que no me "dentra" ni en una carie, prefiero seguir en mi cocina y en la de la Infanta, preparando mi comida, como lo he hecho últimamente : con entusiasmo, cariño y ganas. Si hay más comensales (familia y/o amigos), mejor. 
   
   - ¡Bien, Princess! Me alegro que valores lo que tienes y lo que haces! Esa actitud es la que conduce a la felicidad..
-  ¡Claro que sí! Además,  ¿qué tienen ellos que no tenga yo? 
  - ¿Quieres la verdad?  Pues... varias cosas, jajaja... Pero es de sabios (já, se nota que tengo hambre, me estoy poniendo zalamera como una loka que conocí) apreciar lo que uno tiene y disfrutarlo con alegría...
  - ¡Eso! ¡Salud, amiga! 
  - ¡Salud... y bon appétit!

  

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