jueves, 26 de junio de 2014

Principessa paseante al atardecer...

      Son las 06,15 hrs. de hoy jueves, aún de noche , y la Principessa salta de su camita, pues es un día laboral para ella. No comienza tan temprano, pero aprovecha de levantarse a esa hora para revisar su material pedagógico antes de impartir sus clases magistrales. Junto con ello, aprovechó, en esta ocasión, de realizar una acción trascendental : pintarse sus uñitas (jajaja). Las ha dejado crecer para adquirir más elegancia, si cabe y debe, por ende, cuidarlas (jajaja).
    Sus clases la dejaron satisfecha y si bien no todos sus discípulos llegaron temprano, en el 2° período tuvo un récord de 30 jóvenes en su salón de clases. ¡Buen número! Terminó contenta la jornada, aunque con la novedad de que el sábado próximo no llevará la luz del conocimiento a sus alumnos de la Villa de Rengo, pues al jugar Chi chi chi-le le lé, no habrá clases (ejem, sin comentarios, jajaja). Por lo tanto, ya está gozando de un  fin de semana largo y podrá degustar del partido de los guerreros del Reyno sin dificultades (¡Qué malo y fome, jajaja!).
     Antes de volver a su palacio, la Princess fue a las oficinas de la administradora de sus fondos previsionales y , aunque ya no estaban en huelga legal, se encontró con que el trámite iniciado en Enero de este siglo, pardón, de este año, aún no está listo, jajaja... "¡Por suerte que aún sigo viva!", expresó la Principessa a los paparazzi, que la esperaban fuera del local cuando abandonó las dependencias (así de importante es nuestra heroína).
    Una vez que tuvo tan positiva respuesta, jajaja, se acercó a palacio: tenía hambre. ¡Mmmm!, se dijo, "¿Qué prepararé hoy, para castigarme por mis pecados?", jajaja Decide enfocarse en una rica ensalada surtida (tiene un guiso guardado desde tiempos inmemoriales) y en un postre.
 
     Ensalada surtida "Princess" : contiene tomate en rodajas, porotos verdes, palta, morrón verde y rojo, ají verde, cilantro, tiritas de queso maduro.
      Esta ensalada, que podría resultar demasiado abundante para una persona, tiene un doble objetivo : lo que no se logre consumir, se puede aprovechar para preparar un rico sandwich a la hora de once (una hamburguesa Principessa, mmmm!! ¡Les aseguro que queda exquisita!)
     Postre : piña con kiwi al natural, con crema y salsa de chocolate (todo diet, jajaja).
 
    Después de este almuerzo opíparo, aunque solamente vegetariano, (¡ Vas a terminar haciéndole la competencia al protagonista de La Máscara, Princess, o a Hulk, jajaja, con tanta verdura! ), se trasladó al salón del té y se dispuso a la lectura de sus novelas de amor (¡qué romántica!, jajaja).  La tarde se puso  helada nuevamente (¡miren qué novedad!), le parece estar en las locaciones del filme "La tarde de las patitas frías", ¡qué terrible!!  Piensa  que lo mejor será acostarse y prender el calientatálamos, pero es muy temprano : aún no son las 17 hrs. En consecuencia, por el bien de su salud física (necesidad de ejercicio) y de su salud mental (confraternizar con gente, aunque sea a un metro de distancia) toma una trascendental decisión : saldrá a vitrinear (entiéndase :se irá de shopping): remedio infalible contra la depresión o bajoneo (las principessas modernas también sufren de estos males del mundo civilizado).
.....
     La Principessa se arregla lo que puede (es decir, bien poco, jajaja), baja de su torre palaciega y se interna por el Paseo Independencia , tarareando "Estas callecitas de Rancagua tienen ese qué sé yo...¡¿Viste?!".... Ninguna vitrina se salva de su ojo de águila : observa y evalúa zapatos, ropa, artículos de hogar, peluches, artículos de librería, ropa femenina, hasta ropa interior...Amplio y variado espectro de gustos e intereses...Ingresa a algunos locales, se prueba  unos guantes "ghost" (llegan hasta el codo, tiene el dedo meñique y les faltan los demás dedos, lugar donde son abiertos, lo que permitiría trabajar y escribir sin sacarse los famosos guantes. ¿¡Qué cosas, no?! ) . También se prueba un sombrero al estilo Gardel, se mira al espejo y se encuentra bella, bella (jajaja). ¡Lo que es no tener nada qué hacer! ´¿Así pasará con todos los miembros de la Realeza en el mundo?, se pregunta la Principessa, que, de pronto, considera sin sentido su vida, Humm... De improviso le vienen a la memoria esos personajes de Alberto Moravia y de Jean Paul Sartre (extraordinarios escritores), los cuales se ven arrastrados por la inercia de sus vidas grises, sin sentido ni metas. También le llega al recuerdo del título de un libro observado en una librería, en la ciudad de Sta, María La Blanca, hace un tiempo, cuyo título decía ¿"En qué mall (mol) vives?" Lástima que no lo leyó, habría tenido motivo para reírse seguramente o capaz que habría salía retratada... 
 

    Antes de volver a palacio, decide pasar a visitar un emporio, con el objetivo de adquirir algunos productos que pudieran serle necesarios para seguir desarrollando sus habilidades en el  arte culinario. Sta. Isabel se llama : lo más novedoso que compra es un rábano blanco, un gigantesco pimentón rojo y unas semillas de linaza, amén de otras mercaderías más comunes. Ya sabrán de estos productos en estos días, cuando haga alguna preparación con ellos.
    Luego de servirse una rica y dietética once (con hamburguessa incluida, jaja) , se entretiene con una telenovela y, terminada ésta, inicia su viaje hasta su camita. Ya está terminando el día, y la Principessa ha salido airosa de los acontecimientos de su azarosa vida. Buenas noches, preciosa Principessa. Nos encontramos mañana, en nuevas peripecias!!!
    
 

2 comentarios:

  1. Lindas uñas princessa....
    Me asalta una duda, dijo "Humbertito" se compro los guantes y el sombrero al final?....
    Jijijijii

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    1. El sombrero de ninguna manera, es para verse patética a estas alturas. Los guantes podrían haber sido, pero no los necesito; tengo otros guantes. Lo que sí estuve a punto de comprar, incluso en la "cola" para pagar, fue un chaleco de polar, que se notaba abrigador. Pero, después díjeme a mí misma : tengo chalecos y, además, la Infanta Mirella también me dejó varios. ¿Para qué más? Se perdieron la tremenda compra, jajaja

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