Antes de partir de Málaga, quise conocer otros lugares de la provincia. Para ello, debí quedarme dos días más, pero busqué otro alojamiento, con la buena suerte que estaba muy cerca del Terminal de buses y que pude prepararme ensalada, once y dormir muy bien, lo que no sucedió en el anterior lugar, pues cada cual hacía el ruido que quería. A veces hay suerte, otras, no, como en la vida.
De visita en RONDA
Esta ciudad queda a 103 kms. de Málaga hacia el oeste. Con 34 mil ronderos permanentes, ayer había ya iniciado su período de aumento de población, pues los grupos de visitantes eran numerosos. El día estaba espectacularmente primaveral, lo que le daba un toque de mayor belleza a todo lo visitado.
La conformación del relieve de la ciudad es especial y sorprendente. Se ubica en una meseta, a 739 msnm., cortada por una profunda garganta, a la que llaman El Tajo, por la que discurren las aguas del Río Guadalevín. Esto le confiere a la ciudad una panorámica muy pintoresca, pues las construcciones aparecen casi colgando hacia el precipicio. Junto con ello, en su casco histórico mantiene una variedad de monumentos que le otorga mayor atractivo al entorno natural en que se emplaza.
El casco histórico y la ciudad "nueva" se unen gracias a un Puente de Piedra o Puente Nuevo, de gran altura (100 metros aprox.) que contribuye al encanto de la urbe. Data del siglo XVIII.
En el casco antiguo de la ciudad se conservan extensos paños de las Murallas Islámicas y varias de sus Puertas, pues, a pesar de su estratégica ubicación, hubo que defender el sector del arrabal contrario al Tajo. Desde arriba de las murallas se obtiene una vista panorámica privilegiada de parte del valle que rodea la ciudad y del sector nuevo de la urbe.
Los Baños Árabes de San Miguel o de Ronda, como se conocen, quedan aledaños a la muralla y al Puente Viejo. Los baños datan del siglo XIII y están en muy buen estado de conservación.
En cuanto a su infraestructura, son la adaptación musulmana de las termas romanas. Por ello, cuentan con sala de recepción y las salas fría, templada y caliente, más el hipocausto y la caldera. Fue una bella y provechosa visita.
El otro monumento que visité, para el que debí reunir toda mi fuerza, fue la Casa del Rey Moro y la Mina (noria subterránea). La Casa-palacio (en restauración) se emplaza en la Cuesta Santo Domingo. Posee un hermoso jardín con pozo y fuente de agua, con elementos musulmanes y franceses en su diseño, dispuesto en tres niveles.
Desde allí se puede bajar a la llamada "Mina", de 60 metros de profundidad y 250 escalones aprox. (los conté al subir, pero como no ascendí de manera continua, puedo haber errado, claro que en una mínima parte). Esta construcción, cuyo objetivo era contar con agua del Río Guadalevín para uso militar fue realizada en el siglo XIV.
Tiene diferentes plantas, al menos contabilice 6. Una de ellas era una Sala de Armas y la última permite salida al río, al fondo de la garganta que separa la ciudad.
Fue una sacrificada aventura tanto de bajada y más de subida. Sus escalones son irregulares y más altos de lo habitual y a partir de la tercera planta hay filtraciones de agua que hacen complejo el ejercicio. Sin embargo, hay bastantes que se aventuran a dicho desafío.
Esta noria tuvo una importancia estratégica, pues la revelación de su ubicación hizo posible la derrota de Ronda y, posteriormente, la Caída de Granada, ambos lugares en poder de los Nazaríes.
La Plaza de Toros de Ronda es otro de sus monumentos. Su construcción se inició el año 1780.
Además de las Iglesias, Conventos y otros edificios religiosos, en la actualidad los habitantes de Ronda han desarrollado, el ámbito turístico, el sector comercio, con numerosas tiendas, restaurantes, hoteles y con la importante oferta de artículos de cuero y de corcho.
¡Bella y singular ciudad!, con mucha historia y monumentos que mostrar.
Visitando MARBELLA y TORREMOLINOS en la Costa del Sol
Las ciudades y localidades que conforman la Costa del Sol en la provincia de Málaga son varias. Son muchos los kilómetros de carretera que las recorren, de cuya belleza uno no deja de asombrarse.
En el "Día de la Mujer" decidí hacer este recorrido como una especie de regaloneo, sin apuros.
A primera hora de la mañana partí a Marbella, hermoso y conocido balneario, en el que viven 143 mil marbellíes, aunque en época estival el número aumenta considerablemente. Es un balneario que presenta oferta para gente con alto poder adquisitivo, lo que es claramente visible en el tipo de edificios, grandes hoteles, resorts, canchas de golf, puerto con embarcaciones de lujo.
Hoy, sus playas contaban con varios visitantes, mientras en el paseo marítimo la cantidad era numerosa, lo que el clima hace propicio.
Dicen que "la necesidad tiene cara de hereje". A esa situación me vi enfrentada cerca de mediodía. Debi pasar a una Cafetería, donde me tomé el café americano más caro a la fecha, porque me urgía pasar al servicio higiénico (jajaja). En venganza, me llevé una naranja de las que adornaban cada una de las mesas. Supongo que se podía, pues había mesas con tres naranjas pero también con dos. Yo saqué mi conclusión y dejé dos en la mesa que ocupé, para evitar molestos tríos (jajaja). Estaba rica...la naranja, claro.
En el trayecto desde el Terminal de buses hasta la playa (al menos de un kilómetro, si no es más), está el Castillo-Alcazaba , que data del siglo X , y que mandó a construir nuestro habibi Abderramán III. Es lo único monumental que vi, desde fuera, para dedicarle el tiempo a la playa, al mar, al sol y a la arena.
En el viaje de regreso pasé a Torremolinos, balneario distante sólo a 14 kms. de Málaga, caracterizado por su abundante presencia de rascacielos, playas, comercio, extranjeros y una ajetreada vida nocturna, con una gran oferta para el mundo gay. Vi a algunos de ellos, claramente ubicables por su vestimenta.
Mucha playa, sol, juegos en la playa, tiendas de artesanías y souvenirs, además de una gran oferta gastronómica, especialmente en el ámbito de productos del mar. Precisamente, el exquisito olor de los pescados asándose a plena vista del público, en parrillas con forma de embarcación, me hizo ingresar a un restaurante y servirme un plato de dorada con ensalada y patatas fritas. ¡Muy rico! y no tan económico...
Luego de vitrinear por tiendas de ropa y souvenirs, recorrer el kilómetro o más hasta el paradero (en subida) regresé a Málaga relativamente temprano, a pesar de las dos ciudades y me fui directo al alojamiento a lavar unas prendas, tomar onces y escribir mis aventuras.
Fue un día de descanso y relax, como corresponde de vez en cuando. ¡Buona notte!
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