Camino a Almería.....nos quedamos en panne. ¡Qué entretenido! Iba a ser un trayecto largo, de 3 horas, pues la distancia era de 215 kms. pero resultó más largo. El bus se comenzó a taimar al salir de Huélcar-Overa (no pasaba el cambio a 5a. y la velocidad se mantuvo sin poder aumentar) hasta que llegó a una localidad llamada Vera, a 25 kms. y se quedó "trancado" en medio de la calle. El día no podía ser más caluroso, así que, a pesar de no contar con aire acondicionado, era más fresco permanecer al interior del bus.
El conductor intentó solucionar el problema, pero le fue imposible. Llamadas van, llamadas vienen, solución: esperar otra máquina que demoraría unos 50 minutos. ¡Resignación cristiana! Unas bromas surgieron, entre los 5 pasajeros que estábamos en la parte delantera del bus. Los demás (unos doce) eran de la generación universitaria, varios, y otros, quién sabe, entre ellos unos 4 de color. Cada cual intentó pasar los minutos de la mejor manera.
El conductor intentó solucionar el problema, pero le fue imposible. Llamadas van, llamadas vienen, solución: esperar otra máquina que demoraría unos 50 minutos. ¡Resignación cristiana! Unas bromas surgieron, entre los 5 pasajeros que estábamos en la parte delantera del bus. Los demás (unos doce) eran de la generación universitaria, varios, y otros, quién sabe, entre ellos unos 4 de color. Cada cual intentó pasar los minutos de la mejor manera.
El conductor se "paleteó" con unas botellitas de agua, bien heladitas, que, al menos nos mantuvo hidratados.
A la hora llegó un furgón para tratar de arreglar el desperfecto, pero no pudo. Ya se habían dado por vencidos cuando apareció el bus. ¡Uff! ¡Qué alivio!... Llegamos a las 15,15 a Almería.
Me costó un poco ubicar el alojamiento, pero no estaba lejos, ni del terminal, ni del centro histórico. No es que sea una ciudad pequeña; al contrario, aquí viven 198 mil almerienses o urcitanos. Simplemente que, esta vez, la Estación de autobuses estaba más central. Una verdadera suerte.
¿Qué es importante saber de Almería?
Que fue fundada por Abderramán III recién el año 955, es decir, a mediados del siglo X, de manera que sus orígenes son profundamente musulmanes. Desempeñó un papel fundamental durante el Califato de Córdoba, llegando a ser el puerto más importante del al-Andaluz omeya (omeya=dinastía árabe que ejerció el poder de Califa, primero en Oriente, Damasco, y luego en al-Andaluz, con capital en Córdoba). Alcanzó su máximo esplendor en el siglo XI. A partir del siglo XV (1489) fue incorporada al reino de Castilla.
Sólo hasta finales del siglo XIX se recuperó económicamente, gracias a la explotación minera, y, más adelante, a la agricultura intensiva. Les comparto un detalle relevante: kilómetros antes de llegar a Almería comencé a ver grandes extensiones cubiertas por el plástico de enormes invernaderos, uno tras otro. Parecían, a lo lejos, h con el brillo del sol, extensiones de agua.
Para llegar y salir de Almería en la actualidad hay multiplicidad de vías: autobuses, ferrocarril, avión y cruceros. Tiene kilómetros de playa y de paseo marítimo en el área urbana (3 kilómetros y medio, aprox.). Cuenta con varios paseos y avenidas con numerosas fuentes de agua, una herencia claramente musulmana.
En su población se ve mayor cantidad de inmigrantes que en otras ciudades visitadas a la fecha especialmente de raza negra y de origen árabe. Su centro histórico resultó para mí un verdadero laberinto. Con el apoyo de Google y del plano de la ciudad, igual me perdí más de una vez. Claro que tampoco soy un balazo en este aspecto.
Los grandes y destacados patrimonios almerienses son:
La Alcazaba, antigua fortaleza árabe, sede del gobierno de la taifa almeriense que comenzó el 955 con Abderramán III. En en amplio terreno en altura, se construyeron los edificios para el campamento militar, un palacio con todas sus dependencias (entre ellas, aljibes, baños o hammam, mezquita) y, en la parte más elevada, un castillo cristiano, por orden de los Reyes Católicos.
Recorrer la Alcazaba es una experiencia interesante (y cansadora, jajaja). Ha habido un buen trabajo de restauración, que permite una visita mucho más documentada. Y lo más interesante: ¡es gratis!
Hay un par de casas árabes, en el interior del Complejo Monumental, con partes originales y restauradas, con el pequeño patio central y las otras habitaciones, de escasa superficie, pero que permitían la vida cotidiana sin inconvenientes.
Desde la altura de la Alcazaba y del adarve de la muralla árabe, se podía apreciar las Murallas Jairán, Califal y del Cerro San Cristóbal, algunos paños datados el siglo X y otros de siglos posteriores, del período de la reconquista.
Ya fuera de este monumento histórico, busqué otros aljibes árabes. Después de mucho buscar, los encontré en la parte baja de un local comercial, a unas cuantas cuadras de la Alcazaba. Allí funciona una Peña folclórica desde hace algunos años. También quería conocer los Refugios contra ataques aéreos de la Guerra Civil, pero fue imposible. Las entradas estaban agotadas por ese día.
Lo que sí encontré fue la Casa de las Mariposas, que pensé que era una especie de Museo de estos insectos, pero no. Era un edificio que en la parte superior tenía de adornos unas grandes mariposas. De allí su nombre. Curioso.
La Catedral de la Encarnación, enorme, construida en reemplazo del templo primitivo destruido por en terremoto a comienzos del siglo XVI. De estilo gótico tardío, con una gran girola. Sorpresivamente, la Catedral cuenta con una Torre de Homenaje, por lo que se le considera también fortaleza.
Ayer, en mi primer día en la ciudad, me acerqué al mar. Había marejadas y bastante viento, que hacía imposible mantenerse peinada.
Hoy el viento estaba más calmo. Me dediqué a recorrer todo el Paseo Marítimo, que termina junto con la ciudad, de una extensión de 3,5 kms. aprox. , luego de un opíparo almuerzo que me serví en el restaurante de la Estación Intermodal donde fui a comprar billete para el viaje de mañana. Hubo bastantes que tuvieron la misma idea, además de numerosos inmigrantes exponiendo sus productos para la venta: joyas zapatillas, carteras, poleras.
Cerca del puerto comercial (cruceros), se encuentra otro monumento histórico: el Cable Inglés, el icónico cargadero de mineral construido por la escuela de Eiffel, en 1904, y que es parte del patrimonio civil de Almería.
En general, debo decir que no me gustó mucho la ciudad. La encontré decadente, bastante sucia en algunos sectores, con numerosos edificios antiguos descuidados. Hasta el paseo marítimo no me resultó atractivo, aunque, debo decirlo que estaba equipado y con un amplio espacio de paseo.
A riesgo de parecer injusta, yo le aplicaría a la ciudad el conocido dicho "Aunque la mona se vista de seda, mona se queda." Para mi gusto (que puede resultar todo lo dudoso que quieran) las fuentes, las esculturas, las flores, no logran quitarle a Almería esa pátina de suciedad y descuido, que ignoro de dónde viene. ¡Sayonara! (espero que no sea la apreciación subjetiva de una turista algo mal recibida en el local de alojamiento, por la viej...¡perdón!, por la señora encargada de la recepción)...
A la hora llegó un furgón para tratar de arreglar el desperfecto, pero no pudo. Ya se habían dado por vencidos cuando apareció el bus. ¡Uff! ¡Qué alivio!... Llegamos a las 15,15 a Almería.
Me costó un poco ubicar el alojamiento, pero no estaba lejos, ni del terminal, ni del centro histórico. No es que sea una ciudad pequeña; al contrario, aquí viven 198 mil almerienses o urcitanos. Simplemente que, esta vez, la Estación de autobuses estaba más central. Una verdadera suerte.
¿Qué es importante saber de Almería?
Que fue fundada por Abderramán III recién el año 955, es decir, a mediados del siglo X, de manera que sus orígenes son profundamente musulmanes. Desempeñó un papel fundamental durante el Califato de Córdoba, llegando a ser el puerto más importante del al-Andaluz omeya (omeya=dinastía árabe que ejerció el poder de Califa, primero en Oriente, Damasco, y luego en al-Andaluz, con capital en Córdoba). Alcanzó su máximo esplendor en el siglo XI. A partir del siglo XV (1489) fue incorporada al reino de Castilla.
Sólo hasta finales del siglo XIX se recuperó económicamente, gracias a la explotación minera, y, más adelante, a la agricultura intensiva. Les comparto un detalle relevante: kilómetros antes de llegar a Almería comencé a ver grandes extensiones cubiertas por el plástico de enormes invernaderos, uno tras otro. Parecían, a lo lejos, h con el brillo del sol, extensiones de agua.
Para llegar y salir de Almería en la actualidad hay multiplicidad de vías: autobuses, ferrocarril, avión y cruceros. Tiene kilómetros de playa y de paseo marítimo en el área urbana (3 kilómetros y medio, aprox.). Cuenta con varios paseos y avenidas con numerosas fuentes de agua, una herencia claramente musulmana.
En su población se ve mayor cantidad de inmigrantes que en otras ciudades visitadas a la fecha especialmente de raza negra y de origen árabe. Su centro histórico resultó para mí un verdadero laberinto. Con el apoyo de Google y del plano de la ciudad, igual me perdí más de una vez. Claro que tampoco soy un balazo en este aspecto.
Los grandes y destacados patrimonios almerienses son:
La Alcazaba, antigua fortaleza árabe, sede del gobierno de la taifa almeriense que comenzó el 955 con Abderramán III. En en amplio terreno en altura, se construyeron los edificios para el campamento militar, un palacio con todas sus dependencias (entre ellas, aljibes, baños o hammam, mezquita) y, en la parte más elevada, un castillo cristiano, por orden de los Reyes Católicos.
Recorrer la Alcazaba es una experiencia interesante (y cansadora, jajaja). Ha habido un buen trabajo de restauración, que permite una visita mucho más documentada. Y lo más interesante: ¡es gratis!
Hay un par de casas árabes, en el interior del Complejo Monumental, con partes originales y restauradas, con el pequeño patio central y las otras habitaciones, de escasa superficie, pero que permitían la vida cotidiana sin inconvenientes.
Desde la altura de la Alcazaba y del adarve de la muralla árabe, se podía apreciar las Murallas Jairán, Califal y del Cerro San Cristóbal, algunos paños datados el siglo X y otros de siglos posteriores, del período de la reconquista.
Ya fuera de este monumento histórico, busqué otros aljibes árabes. Después de mucho buscar, los encontré en la parte baja de un local comercial, a unas cuantas cuadras de la Alcazaba. Allí funciona una Peña folclórica desde hace algunos años. También quería conocer los Refugios contra ataques aéreos de la Guerra Civil, pero fue imposible. Las entradas estaban agotadas por ese día.
Lo que sí encontré fue la Casa de las Mariposas, que pensé que era una especie de Museo de estos insectos, pero no. Era un edificio que en la parte superior tenía de adornos unas grandes mariposas. De allí su nombre. Curioso.
La Catedral de la Encarnación, enorme, construida en reemplazo del templo primitivo destruido por en terremoto a comienzos del siglo XVI. De estilo gótico tardío, con una gran girola. Sorpresivamente, la Catedral cuenta con una Torre de Homenaje, por lo que se le considera también fortaleza.
Ayer, en mi primer día en la ciudad, me acerqué al mar. Había marejadas y bastante viento, que hacía imposible mantenerse peinada.
Hoy el viento estaba más calmo. Me dediqué a recorrer todo el Paseo Marítimo, que termina junto con la ciudad, de una extensión de 3,5 kms. aprox. , luego de un opíparo almuerzo que me serví en el restaurante de la Estación Intermodal donde fui a comprar billete para el viaje de mañana. Hubo bastantes que tuvieron la misma idea, además de numerosos inmigrantes exponiendo sus productos para la venta: joyas zapatillas, carteras, poleras.
Cerca del puerto comercial (cruceros), se encuentra otro monumento histórico: el Cable Inglés, el icónico cargadero de mineral construido por la escuela de Eiffel, en 1904, y que es parte del patrimonio civil de Almería.
En general, debo decir que no me gustó mucho la ciudad. La encontré decadente, bastante sucia en algunos sectores, con numerosos edificios antiguos descuidados. Hasta el paseo marítimo no me resultó atractivo, aunque, debo decirlo que estaba equipado y con un amplio espacio de paseo.
A riesgo de parecer injusta, yo le aplicaría a la ciudad el conocido dicho "Aunque la mona se vista de seda, mona se queda." Para mi gusto (que puede resultar todo lo dudoso que quieran) las fuentes, las esculturas, las flores, no logran quitarle a Almería esa pátina de suciedad y descuido, que ignoro de dónde viene. ¡Sayonara! (espero que no sea la apreciación subjetiva de una turista algo mal recibida en el local de alojamiento, por la viej...¡perdón!, por la señora encargada de la recepción)...
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