viernes, 6 de diciembre de 2024

Un mundo en guerra...

   

   La vida es una pelea sempiterna contra la muerte, si hay vida hay lucha. La palabra 'agonía'- derivada de "agonos' griego, era como denominaban en la antigüedad esa lucha casi heroica de lo vital contra la parca. Esta lucha, de tan "normalizada" y subentendida casi pasa inadvertida en el quehacer cotidiano. Necesitamos un hecho que nos remezca para que tomemos conciencia de la precariedad de nuestra condición de "estar vivos". Y aunque vida y muerte son parte de la misma historia -nuestra historia-, el principio y el fin de nuestra existencia, el alfa y el omega de nuestro paso por el mundo, los árboles no nos dejan ver el bosque, menos en estos tiempos en que cada vez hay menos bosques, 😂.  Sin embargo, hoy, más que nunca, esta conciencia de la muerte es parte de lo cotidiano en muchas personas en numerosas partes del mundo, porque las luchas, las guerras, grandes o pequeñas, están omnipresentes. Y en los países y sectores del mundo en que no se está en guerra declarada, las luchas "intestinas" y de todo orden son pan de cada día.

   Nuestro mundo está definitivamente en guerra y frente a esta epidemia que ya tiene visos de "pandemia" poco podemos hacer. Y aunque Iturriaga dijo hace unos años que él no estaba en guerra con nadie,  no sé si seguirá pensando lo mismo, ahora en que las facciones al interior de su institución se dejan notar en más de una ocasión. Este ahora, en nuestro pequeño mundo de 19 millones de personas, sufre igualmente guerras varias, en los alumnos y apoderados de un colegio, entre los residentes de un condominio, entre los vecinos de un barrio, en las industrias  y empresas,  en las calles citadinas, en los medios de locomoción,  entre una y otra pandilla, entre nacionales y extranjeros, entre oficialistas y opositores, etc.etc. Y cada cual, en su miopía o ceguera, sólo se deja llevar por sus intereses personales, sin perspectiva de especie y con cero objetividad. 

   La vida humana ha perdido sentido y valor. Cada día mueren violentamente seres humanos en distintas partes del planeta, ya sea en medio de conflictos bélicos o merced a la delincuencia. Quedarse es riesgoso; partir, también. ¿Qué hacer en este mundo en lucha? Difícil respuesta. Algunos optan por evadirse mediante los excesos; otros, se esconden y encierran. Los más, siguen adaptándose en parte a la nueva realidad, mientras cruzan los dedos. Difícil dilema. Yo, en tanto, aprovecho los espacios en relativa paz y los recorro antes de que sea tarde para mí y tarde para todos. Arrivederci!

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