domingo, 8 de diciembre de 2024

Cenicienta en modo turista...😎

 

   Casi como una Cenicienta desmejorada, con jeans y una maleta de mano al hombro -metafóricamente hablando-, siendo ya las 24,03 horas del sábado 7 recién estrenado, me fui recorriendo los pasajes enrevesados del Terminal Sur, tratando de encontrar una salida. Casi me sentí como una cobaya en medio del laberinto de ocasión. Las salidas habituales estaban con vallas. Al fin, gracias a la indicación de una rata-guardia, encontré lo que buscaba y logré pasar entre 4 corpachones oscuros que cuidaban el ingreso -o la salida, según de dónde se venga-. Una vez en el exterior, no busqué una carroza ni una 🎃 , aunque varios conductores "carroceros" con y sin librea, hacían sus ofrecimientos. Uno de ellos hasta me advirtió que ya no había  bus al aeropuerto (yo no había dicho ni mus) y que el otro terminal estaba cerrado y sólo podían ingresar los que tenían pasaje a Calama. Para mí, ¡maní! Nada de eso tenía sentido ni valor, porque estos mercaderes del volante -es sabido- siempre llevan agua para su molino. Yo estaba segurísima que TurBus tenía recorridos al aeropuerto...¡ toda la noche! 🎶, así que hice caso omiso a los cantos de sirenos.

  Seguí mi camino, bastante despejado a esa hora. Llegué al Terminal TurBus y....¡madre mía! 🥴🤯😳🥺...¡estaba apenas entreabierto, con otro guardia corpulento en la entrada, pidiendo pasajes para ingresar. Obvio, yo no iba a Calama, así que no me admitieron. El último bus al aeropuerto había salido 10 minutos antes de las 12 campanadas. Ahora sólo tenía como alternativa llegar en un  taxi al Terminal aéreo. No había hada madrina ni nada que se le parezca que me pudiera socorrer, ni siquiera el Chapulín Colorado. Deben, a esa hora, haber estado pat'e laucha. Ni una varita sola, olvidada, ni un charlatán de ocasión habían allí. Claro que uno de los señores que conversaba con el guardia era taxista. ¡Vaya casualidad! ¿De cuánto estamos hablando? le pregunté  [en mi estilo, obvio, una Cenicienta a mal traer y entrada en añitos, pero muy digna, que no hacía mucho rato había abandonado su palacio, eso sí sin dejar a ningún príncipe con "cuello" ni habiendo descuidado su zapatilla de cuero (?), que no de cristal]. Veinte lucas no más,  dijo el mercader. ¿Nada menos? Nones,  debo pagar Tag. ¡ Nada qué hacer! Pero, mientras lo acompañaba al vehículo, le señalé que no tenía cash. No importa, me transfiere. Así no más fue la cosa.

   Una vez realizada la transferencia se me ocurrió pensar en que no había averiguado a qué hora salía el primer bus al aeropuerto cada mañana, pues podría haberme quedado en el Terminal Sur. Habría entrado nuevamente  -si me dejaban- y esperado allí. Pero no, lo más seguro era lo que había decidido. Unos morlacos más no iban a arruinarme y estaría en un lugar seguro, aunque sus asientos no tenían nada que envidiarle en dureza a los del Terminal de buses, 😒🥴🥴. Cada vez que debo esperar en el Nuevo Pudahuel, quedo con mis pompis últimas de adoloridas debido a los pésimos asientos, que más que para sentarse parecen ser instrumentos de tortura.

     Pasé los controles sin problemas, pero no era aún tiempo de saber cuál puerta de embarque me correspondería. Pasarían horas hasta que el número de  ésta se publicara,  por lo que esperé en un lugar neutral. Escribí una breve entrada para el blog, estuve escuchando un análisis de la contingencia nacional de Moscciatti (probando mis audífonos nuevos; excelentes, ☺), me puse a disfrutar una serie de Netflix, luchando contra el sueño. Finalmente, seguí sin hacer nada (¡qué largo se hace el tiempo en dicha tesitura!), pues ya había estado a punto de terminar con la tablet en el piso...¡Al fin! No hay plazo que no se cumpla... Llegó la hora de irme a la puerta de embarque, donde esperé más o menos de la misma manera anterior, dando cabezadas a veces, más de un ronquido, todo muy poco digno, debo agregar. La alegría de que me tocara  en suerte un asiento-ventana se  vio empañada por el hecho de estar frente a una de las alas. Así, poco fue lo que pude ver y fotografiar, 😒😬. El sueño me invadió antes incluso de levantar el vuelo, tanto así que casi me quedé sin desayuno, casi..., pero no. Logré alimentarme con éxito.

     Tres y media más y ya estábamos aterrizando en el Aeropuerto Jorge Chávez de Lima. Allí debimos hacer conexión, lo que se realizó sin apuro, pero tampoco sin mucho tiempo de sobra. A la hora ya volvíamos a subir a otro avión ✈ de Latam. Un snack y un café fueron nuestro almuerzo. Luego de bajarme de la nave que me llevó como destino final a la ciudad de Guayaquil, fui a retirar mi maletica de cabina que se había venido en bodega, 🥴, además de tratar de obtener sencillo en dólares, para no tener dificultades con el pago de la movilización. ¡Nada! Ni en la oficina de exchange ni en una sucursal de un banco me cambiaron. ¡Qué mala onda! Así que debí negociar con un taxista que, en lugar de cobrarme 6 US$ por traerme al hotel, me cobró 10 porque debía dar vuelto de 100 US $. ¡Manerita de aumentar los ingresos! La verdad es que con todo lo que le ayudé gracias a Google maps de mi celular, debería haberme hecho una rebaja. ¡Más lo que se quejaba el señor porque le tocó una hora de mucho tráfico! Demoramos bastante para la distancia a cubrir, más de media hora. 

 ¡Al fin llegamos! El hotel parecía haber vivido mejores tiempos, 🤭🤭. Queda en un lugar populoso, algo parecido, por los locales, cantidad y tipo de gente, a la Estación Central de nuestra comuna de Santiago. En el momento de registrarme pedí todos los antecedentes habidos y por haber. Se confirmó la información de cortes de luz en las ciudades, lo que "a las finales" será lo mejor para disminuir un poco el escándalo acústico en la zona que rodea al hotel. ¡Increíble: se escuchan unos cuetazos de padre y señor mío, que me dejarán sorda y ansiosa por irme del sector! 😵🤯😱😖.  En síntesis, todos los días, hay dos cortes de luz en el país: de 19 a 21 horas y entre las 24 hasta las 03 am. En el hotel no se hacen problemas: cumplen con avisar a sus pasajeros y cada cual debe arreglárselas como puede. ¡País tercermundista sin duda! Lo anterior, sin ánimo de ofender, 😂 😂, pero el nivel de edificios, de locales y artículos en venta, el tipo de gente de origen ancestral (¡perdón, perdón!), la basura en las calles, todo no ofrece un espectáculo muy elegante ni digno, 😒😬.  
   Considerando que sólo estuve un par de horas recorriendo los alrededores, no quisiera equivocarme en mis apreciaciones. En una de ésas, la urbe me hace un tremendo tapabocas. Por ello, " más  mejor" mañana completaré la evaluación de esta ciudad de Guayaquil que estoy conociendo a punta de estampidos, de los que ignoro el objetivo. Mañana interrogaré al recepcionista acerca del "grato" ambiente que rodea su lugar de trabajo, 🙈 🙈.  En mi salida de reconocimiento del sector, hoy en la tarde fui a un Centro comercial cercano, apenas a una cuadra de distancia. Al interior del mall había limpieza, muchísimo comercio, un "patio" de comidas bastante atractivo, con terrazas vista al mar. Me dio hambre. Me puse a comparar precios y me decidí por unos canastillos de mariscos vistos en un local, de muy buen ver y a un precio conveniente. Pedí una cerveza local ("Pilsener") para acompañar, que estaba deliciosamente helada, mientras esperaba mi pedido, por el que pagué el noviciado: demasiado contundente los canastillos de masa de un plátano de color verde, muyyyy aliñados (el chef 👨‍🍳se había caído al salero). Terminé comiéndome sólo dos envases y todo su relleno, que era camarones con salsa. Me cobraron 1 1/2 dólar más por el plato, pero los pagué,  total, no era tanto (Us$ 11,50 en total). De allí me fui en busca de un supermercado que había en el mismo centro comercial: La Tía. Compré tostadas, mermelada, yoghurt, agua mineral y poca cosa más. En total, 7 dólares. 

   Recorriendo los alrededores, antes de "guardarme", en otra dirección me encontré con un paseo peatonal y con varios edificios hermosos: una universidad, un museo, biblioteca y hasta la Municipalidad.  Igualmente había mucho comercio en la calle, pero estaba más tranquilo, limpio, adornado navideñamente. Por allí voy a salir a explorar mañana. Ya les contaré lo que descubro. Hasta pronto, 🤗🤗. 

                                              Guayaquil, Sábado 7 de diciembre





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