Segundo día a orillas del Río Guayas, que da nombre a la ciudad de Guayaquil. Ésta fue originalmente fundada en Riobamba bajo el nombre de "Santiago de Quito" por don Diego de Almagro el año 1534. Al año siguiente fue trasladada a orillas del Río Amay. Un levantamiento de los nativos obligó a los conquistadores a cambiar de localización la capital en varias ocasiones, hasta su ubicación definitiva el año 1547, en el Cerrito Verde, hoy Cerro Sta. Ana. La distancia entre su fundación primera -Riobamba- y la actual es de 230 kms. Tiene una población de 2.700.000 de habitantes aprox., constituyéndose en la ciudad más poblada del país.

Hoy día, antes de las 9 am., sin saberlo, salí en dirección al Cerro Sta.Ana, casi a 4 kms.desde mi alojamiento. Caminé por un malecón vacío y tranquilo ¡Qué maravilla! Había más policías -agentes de control- y guardias que paseantes. El Malecón 2000 es un paseo marítimo -o costanera- muy bien equipado, en estos días especialmente con puestos para ventas navideñas y juegos infantiles. Un gigantesca Rueda de la Fortuna llamada "La Perla", construcción de 57 mtrs. de altura, sobresale a la distancia. A unos pasos de ella se encuentra el muelle de embarcaciones que realizan paseos fluviales. Al pasar por el sector reviso la información acerca del costo, el tiempo que ocupan y el horario de funcionamiento, dejando la actividad como posible. Sigo caminando feliz como una perdiz. Me doy cuenta que ingresaré al sector vip de Guayaquil, pues los edificios que se acercan son altos, nuevos y de moderna arquitectura. A pasos de la noria "La perla" de pronto me sorprende un busto. Lo encuentro muy parecido a nuestro Arturo Prat Chacón. Claro, era don Arturo, nuestro máximo héroe naval. Me acerco al lugar y compruebo que fue una donación de nuestro país a la "hermana" República Ecuatoriana, 👏👏.
[Entre paréntesis: me causó estupor encontrar que en Wikipedia aparece esta rueda de la fortuna como sinónimo de "noria". Toda la vida yo había sabido que "noria" era un vocablo referido a un pozo del que se extrae agua. Sin embargo, a las azudas (como las de Larmahue) o aceñas, compuestas por una o dos ruedas, usadas para riego, también se les llama 'noria'. Como la rueda de la fortuna, cuya imagen y funcionamiento es similar al de una azuda, también se le puede denominar 'noria'. ¡Qué ignorante me sentí! En fin, así no más es, 😒😬. Cierro paréntesis].

Antes de llegar al final del malecón pasé por un museo y otros edificios culturales, además de complejos escultóricas como "La Rotonda", donde aparecen las estatuas de Bolívar y San Martín dándose la mano y simbolizando la unión de sus naciones latinoamericanas. Casi al lado, otras esculturas de personajes ecuatorianos importantes. A lo lejos, en altura, se divisan dos cerros con construcciones muy coloridas. Uno es el Cerro Sta.Ana y otro, en donde se ubica el turístico Barrio "Las Peñas". Al salir del Malecón 2000 ingreso, subiendo por la calle adoquinada, al Barrio Las Peñas, resultado de un proyecto de regeneración urbana muy atractivo, con casas coloridas y de estilo postmoderno. Caminando por el barrio Las Peñas llego hasta el Pto. Sta. Ana y al sector más cuidado de la ciudad y con los edificios más elevados y llamativos. Luego, empiezo a regresar por una calle paralela. Eso me lleva, de pronto, a las cercanías de una escultura típica de Guayaquil, la del "Mono Machín", de 12 m.de altura.

En el camino de regreso me encontré con tres construcciones religiosas, todas abiertas y en plena misa, llenas de fieles. Me asombró el hecho. La primera fue la Parroquia Pedro Carbo, la segunda, la Iglesia San Francisco, y la tercera, la Catedral Metropolitana, donde prendí una velita en memoria de mi padre, que un día como hoy, 8 de diciembre, estaba de cumpleaños. Aún no eran las 13 horas (me había "cundido" la mañana) y decidí regresar al muelle de las embarcaciones turísticas para completar el día con una navegación. Compré mi boleto de 6 US$, que me permitiría ir hasta la Isla Santay, que desde el año 2000 fue catergorizada como sitio Ramsar. Es decir, un humedal protegido por la UNESCO. Antes de subirme a la embarcación (faltaba media hora para el despegue, 😂) me fui a comprar un vaso con frutas, que había visto en uno de los numerosos puestos del malecón. Elegí un envase con mango y ciruelas, que antes de entregármelo le rociaron tajín (ese ají mexicano con que allá comen la piña 🍍) y limón.

Feliz como una lombriz esta vez, 😉, me fui a sentar a comerme ese postre frutal. Sin embargo, me arrugué más que una prenda de lino cuando me di cuenta que las ciruelas y el mango estaban más verdes que maduros y si a eso se le agrega el jugo de 🍋, 🥴🥴, ya imaginarán el resultado. Sin embargo, necesitaba fruta. No pude comérmela toda. Guardé una, parte en mi mochila. Me subí al "catamarán", una lancha ordinaria, que no quería partir, 😂. Nos llevaron velozmente, pasamos por debajo de un puente y llegamos a la Isla Santay en unos 15 minutos de recorrido, por un río Guayas con sus aguas de color café, 😏😒. Lo único bueno de ese viajecito fue la brisa que aminoraba los 32 grados de temperatura, aunque quedé más chascona que lo habitual.

En la isla nos esperaba una guía, que nos llevó por unos senderos de madera en algunos tramos y de pizarreño en otros (o algo así). Los de madera tenían sus bemoles (algunas partes quebradas, irregulares y sueltas). Nos llevó a una Laguna que era más bien un barrial, donde habían unos feos y cochinos cocodrilos 🐊 🐊 🐊, inmóviles y sin gracia, que no me simpatizaron ni lo van a hacer nunca, porque esas bestias no me gustan, 😁 😁. Después nos condujo a un baño, sin agua corriente. Ahí había que echarle agua con un envase al sanitario y lavarse ídem (como nos pasó en Cochabamba, a orillas del Titicaca, el año 2016). Había un "restaurante" donde uno podía comprar algo para degustar, pero de sólo ver las cocineras, se me quitaron las ganas de comer o beber cualquier cosa, 😂 🤣 🤣. Luego nos llevaron cerca de una población de cabañas, donde había un local de artesanías, que estaba cerrado y, como guinda de la torta, esperamos más de media hora a la lancha que se dignara llegar a buscarnos desde el continente. ¡Todo malo, para mi gusto, en ese tour! Terminé "cazueleada" por los bichos, transpirada hasta más no poder y aburrida hasta decir basta.

Sucede que habiendo conocido y visitado nuestra Caleta Tortel, este lugar no me llamó la atención para nada. Además a la guía le quedaba grande la función. ¡Fome, fome, fome! Lo que sí aprendí fue que la ínsula es una área protegida (pero estaba llena de basura en los alrededores), que se inunda cada 15 días. La mayoría de las veces, el agua que les llega es poca o suficiente para la flora del terreno, pero suele haber algunas inundaciones, especialmente la de Semana Santa, que deja la isla con un metro o algo más de agua. Por ello, los senderos están todos en altura y las cabañas están construidas como palafitos. En el lugar viven unas 300 personas, entre adultos y niños, no tienen escuela y el agua se les suministra desde el continente. Eso grosso modo.

Ya en tierra firme, además de caminar de regreso al hotel entre un mar de adultos y cabros chicos, busqué un lugar para almorzar una rica carne. Estaba con antojo de aquello. Al final, eran más los lugares abiertos de comida rápida que alguno como el que yo buscaba. A menos de media cuadra del hotel, habiendo caminado ya 16 kms. durante el día, ingresé a un local de comida china (de los que hay bastantes). Pedí un chancho salteado en salsa de tamarindo (agridulce) con un café. Me llegó un tremendo plato y a pesar de que puse todo el empeño, fui incapaz de terminar con él. Así que solicité bandeja para traerme la mitad que me quedaba. Mañana, al regresar de mi salida, la que aún debo decidir (tengo un par de opciones), daré cuenta de ella, ahorrando así un nueva comida u once, más bien.
Una vez en el alojamiento, procedí, con agilidad, a gozar de una ducha con el correspondiente lavado de cabellera, al lavado de ropa y a ver noticias internacionales preparándome para quedar a oscuras. Sin embargo, al parecer como una consideración a mi persona, 😉 😉, decidieron hoy no cortar la luz, así que he podido ver hasta esta hora con normalidad. Ya veremos si a las 24 horas sí cortan el suministro de electricidad. Es todo por hoy, amigos. Ahora esm tiempo de prepararme para mañana y descansar. Cambio y fuera.
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