viernes, 9 de octubre de 2015

Realismo sin renuncia...

Realismo sin renuncia...
   Es lo que estamos viviendo en estos días, en familia. Sabemos, conocemos y aceptamos (no nos queda otra) lo que nos imponen las leyes de la vida, asumimos que hay imposibles imposibles, por lo que, a pesar de ello, sabiendo lo que vendrá, cada cual, en la medida de sus posibilidades, no renuncia a entregar lo mejor para el bienestar de mamá. 

   Estamos en la recta final. Las funciones  corporales de quien fue, es y sigue siendo nuestra madre están restringidas a lo mínimo y básico. Ya todos, literal y figuradamente,  hemos comenzado el proceso de despedida.

   Lo extraordinario es que, pareciera que en nuestra familia, se instauraron determinados signos o señales: viaje al hogar materno para Fiestas Patrias, con ausencia de sólo un hijo,  comienzo del mes de Octubre y...la cuenta regresiva inicia su movimiento. Sucedió lo mismo con nuestro padre: visita masiva por parte de los hijos en septiembre 2007 y luego, en octubre, el final, ...hace ya 8 años.
     Aún esperando este desenlace, sabemos que igualmente nos golpeará. Somos todos adultos, profesionales, con hogares ya hechos (o deshechos) y pese a todo, no dejamos de ser hijos de... Ella es el tronco vivo que sostiene este árbol genealógico. Desapareciendo nuestra madre seremos ramas con menos sustento y estaremos huérfanos de raíces...
     La realidad golpeó a unos más que a otros... Recién en diciembre pasado estuvimos festejando sus 90 años y no se preveía un cambio tan repentino,  a pesar de los años vividos. 
    El tiempo se ha detenido a ratos; en otros momentos,  marcha a paso cansino: estamos en tiempo de espera..., rogando, que su dolor sea el menor posible y el descanso sea el final merecido...Sólo eso...
     

1 comentario: