Ya estamos en la recta final, quemando los últimos cartuchos, recurriendo a la energía acumulada (¡qué es bastante!, jajaja). Esto de no contar con vacaciones de invierno, teniendo un horario completo, ha significado un desgaste importante, que he debido contrarrestar con vitaminas y una buena alimentación (además de abundante, jejeje).
¡Ufff! Pero ya estamos llegando a la meta, aunque no sé si como ganadora o no. Nos queda sólo este mes que ya se asoma con tres semanas y media, pues aunque el término oficial es el 21N, con algunos grupos deberemos llegar hasta el 28N (¿entendieron mi abreviatura? Espero que sí).
Dije que no sé si como ganadora o no, pues si bien ha sido, sin duda, un mejor año que el anterior, que ya es bastante (me refiero en el ámbito laboral), sigue siendo un problema a considerar la asistencia de los alumnos, cuestionándome, muchas veces, si es producto de fallas pedagógicas personales o no. Y aquello deja un regusto amargo al finalizar la jornada. No es para nada gratificante que sólo asista un 50% (o menos) de la matrícula inicial en algunos grupos. Es en esos momentos que me pregunto si "¿Seré yo, Señor?" (Jajaja) la razón de tamaña disminución, pero consultando por aquí y por allá, veo que en todos los grupos pasa casi lo mismo.
En fin, cambio de tema, que ya resulta recurrente. Hablemos de las vacaciones, aunque no sean pagadas en la institución. ¡Este año, las voy a gozar a concho!¡Seguro las patitas me van a quedar planas de tanto caminar, jajaja!
- ...o bien se te van a gastar y vas a quedar más chica, jejeje.
- ¡Uyyy, qué graciosa!
- No vayas a viajar demasiado, Principessa, que al final vas a terminar más cansada que cuando termine tu año escolar.
- ¡Naaa! No te olvides que el cambio de actividad implica también descanso.
- Si voy a lograr tal nombramiento en todos los casos no lo sé, jajaja, pero algo caerá.,.
- ¡Ya pues! ¿A dónde viajarás?
- A Valdivia, en primera instancia. Luego, iremos con mi sister a Calama y San Pedro de Atacama. En enero, iremos a Arica y otros lugares cercanos; queremos llegar hasta Bolivia, para hacerle una funa a don Evo, jajaja.
- Oye, ten cuidado en San Pedro: escuché denante que había alerta amarilla.
¡Es verdad! Eso vi en las noticias. Ojalá el riesgo se haya solucionado a la fecha del viaje. Vi a mediodía que un volcán había entrado en actividad. ¡Sería la guinda de la torta para el país ...y para nosotras! Es de esperar que no pase de aquello.
También tengo pendiente Laguna San Rafael o algún sector cercano, pero sí donde haya ventisqueros. ¡Quiero presenciar en persona esas maravillas...antes que se derritan completamente! (¡sniff!)...o me derrita yo, jajaja.... Después del año nuevo, una colega me invitó a recorrer algunos sectores de la Sexta Región, lo que me pareció extraordinario y agradecí con entusiasmo y dije...¡bueno, ya! ¡Qué mejor que recorrer lugares con una docente de Historia y Geografía! Voy a comprar un bastón y me chasconearé la melena, jajaja (¡como en City Tour!)
Hoy día, sábado 31 estoy de asueto, como la mayoría. Tenía pensado quedarme en cama durmiendo unas cuantas horas más "a pata suelta", pero... ¡no pude!!!
- ¿Por qué, Princess? ¡¿Ocurrió algo grave?!
- ¡Mi reloj biológico y los hábitos transformaron mi camita en una "persona-non-grata"! ¡No pude dormir más y finalmente, a las 8,30, decidí levantarme!
- ¡El que puede puede, pues, amiga! Me imagino que aprovecharás el tiempo igualmente para descansar...
- ¡Yes, of course! Ya estuve hurgando en la zapateras de palacio para hacer una limpieza (eliminando algunos ya viejos, jijiji, y unas sandalias con taco muy alto, que ya no uso). No quiero caer en la tentación de guardar y guardar cachureos u objetos inservibles, a excepción de los recuerdos.
- ¡Sabia idea! ¡Hay que evitar a Diógenes como sea, jajaja!
- ¡Efectivamente! ¡Y no es para la risa!
- ¡Eskiusmi!
- ¿Sabes? Es un muy buen ejercicio para aprender a desprenderse de lo material, para ir dejando a tu lado solamente lo que tiene un real significado en tu vida, ya sea porque es útil o porque hay otros lazos que te unen a ello, que son más profundos y significativos.
....
El sol está empezando a retirarse en este sector del mundo (lástima que esté escondiéndose tras un edificio de manera que no pude fotografiarlo). Desde la pared me miran sonrientes mi madre y Mirella, me acompañan a diario, las tengo ahí, cerca mío. Ha sido una tarde tranquila y feliz. Y mientras Silvio me canta al oído (¡no todas tienen ese privilegio, jajaja), yo escribo.
Me he regalado el día completo. Hace unos minutos estaba entretenida disfrutando la película Amèlie, pero tuvo un fin inesperado mi disfrute: el cd se detuvo justo cuando aparecía un gato tras una cortina de abalorios.
- ¿Un gato? ¿Era negro como el de Mátrix?
- Nones. Era una mezcla de café con beige. ¡Por eso no me gustan los gatos, jajaja!
- ¿Y probaste "rebobinar"?
- Jajaja, medio en desuso tu palabrita. Probé, pero, concluí que la grabación llegaba hasta allí no más, ¡plop!
- Obligada a ir a SERNAC a reclamar...
- ¡Seguro que atienden reclamos contra películas piratas, jajaja!
Me encanta la música de ese filme, me traslada inmediatamente al París de mediados siglo veinte, con sus calles estrechas y sus edificios antiguos, tranquilos, con una vida más bien provinciana. Hoy, cerca de mediodía, al recorrer el Paseo Independencia, las notas del acordeón de un/a artista (ignoro su sexo pues realizaba su acto disfrazado/a de arlequín) me transportaron al París que he soñado y me pareció recorrer sus paseos y sus mercados, entretenida mirando los escaparates de las tiendas y los cientos de productos una vez que inicié el recorrido por Avenue Brasil, transformándome en una más que abarrotaba esas cuadras, en busca de los últimos disfraces de Halloween, los dulces para la ocasión, la carne para el almuerzo o la celebración del triunfo de Colo-Colo, las frutillas para el borgoña, los tomates para el acompañamiento. Me sentí viva, contenta de haber dejado el palacio para recorrer esos sitios, abandonados hace a lo menos dos meses. Llegué hasta el Cugat, el súper del pueblo, pero pareciera haber pasado a ser un local más que el resto: los precios ya no son ninguna maravilla. Lo que sí compré fueron unos pocillos pequeñitos de diversas figuras (que no tenía) que sirven para disponer diversas salsas sobre la mesa. Compré unos con forma de manzana, molusco, hoja y ají, todos de color blanco.
Desde allí me fui por calle Santa María, caminando por el breve espacio que dejan en la vereda los diversos puestos comerciales, que expenden de un todo cuanto hay. Aproveché de comprar, al paso, un par de jardineras plásticas para mi huerto ecológico ubicado en el quinto piso del castillo. Un rato después, salí del super Líder con la mochila cargada (la había llevado a cuestas pero vacía, lógicamente, para dicha eventualidad). No puedo dejar de señalar que el papel higiénico que utilizo habitualmente lo encontré a mitad de precio (jajaja, con esto del escándalo del Cartel del Confort, prefirieron empezar enseguida a beneficiar a los usuarios).
Llegué a preparar mi almuerciño, decidida esta vez absolutamente a la altura de mi rango: una parrillada estilo Principessa, a carbón.
Aunque me costó un poco prenderlo, una vez logrado todo fue sobre rieles... para finalizar con la degustación completa, en conjunto con la ensalada de espárragos, el correspondiente pebre y una pequeña ensalada de champignones, un postre fruto-primaveral (naranja, kiwi y piña), más la necesaria compañía de una rica y amargosa copa de vino tinto.
Luego de ordenar todo (así hago algo de ejercicio) y lavar la loza, al chaise longue a disfrutar un exquisito té de jazmín mirando tarde de reportajes en el 13, para terminar con Amèlie inconclusa, jajaja.
- ¡Un día digno de una persona como yo, ¿verdad?!
- ¡Humm!
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