sábado, 31 de octubre de 2015

"¡La alegría ya viene...!"

   Ya estamos en la recta final, quemando los últimos cartuchos, recurriendo a la energía acumulada (¡qué es bastante!, jajaja). Esto de no contar con vacaciones de invierno, teniendo un horario completo, ha significado un desgaste importante, que he debido contrarrestar con vitaminas y una buena alimentación (además de abundante, jejeje).
   ¡Ufff! Pero ya estamos llegando a la meta, aunque no sé si como ganadora o no. Nos queda sólo este mes que ya se asoma con tres semanas y media, pues aunque el término oficial es el 21N, con algunos grupos deberemos llegar hasta el 28N (¿entendieron mi abreviatura? Espero que sí). 
    Dije que no sé si como ganadora o no, pues si bien ha sido, sin duda, un mejor año que el anterior, que ya es bastante (me refiero en el ámbito laboral), sigue siendo un problema a considerar la asistencia de los alumnos, cuestionándome, muchas veces, si es producto de fallas pedagógicas personales o no. Y aquello deja un regusto amargo al finalizar la jornada. No es para nada  gratificante que sólo asista un 50% (o menos) de la matrícula inicial en algunos grupos. Es en esos momentos que me pregunto si "¿Seré yo, Señor?" (Jajaja) la razón de tamaña disminución, pero consultando por aquí y por allá, veo que en todos los grupos pasa casi lo mismo. 
   En fin, cambio de tema, que ya resulta recurrente. Hablemos de las vacaciones, aunque no sean pagadas en la institución. ¡Este año, las voy a gozar a concho!¡Seguro las patitas me van a quedar planas de tanto caminar, jajaja!
- ...o bien se te van a gastar y vas a quedar más chica, jejeje.
- ¡Uyyy, qué graciosa! 
- No vayas a viajar demasiado, Principessa, que al final vas a terminar más cansada que cuando termine tu año escolar. 
- ¡Naaa! No te olvides que el cambio de actividad implica también descanso. 
- ¡Cierto es! Oye, Princess, ¿qué ciudades te van a nombrar "Visita Ilustre" esta temporada?
- Si voy a lograr tal nombramiento en todos los casos no lo sé, jajaja, pero algo caerá.,.
- ¡Ya pues! ¿A dónde viajarás? 
- A Valdivia, en primera instancia. Luego, iremos con mi sister a Calama y San Pedro de Atacama. En enero, iremos a Arica y otros lugares cercanos; queremos llegar hasta Bolivia, para hacerle una funa a don Evo, jajaja.
- Oye, ten cuidado en San Pedro: escuché denante que había alerta amarilla. 
   ¡Es verdad! Eso vi en las noticias. Ojalá el riesgo se haya solucionado a la fecha del viaje. Vi  a mediodía que un volcán había entrado en actividad. ¡Sería la guinda de la torta para el país ...y para nosotras! Es de esperar que no pase de aquello. 
   También tengo pendiente Laguna San Rafael o algún sector cercano, pero sí donde haya ventisqueros. ¡Quiero presenciar en persona esas maravillas...antes que se derritan completamente! (¡sniff!)...o me derrita yo, jajaja.... Después del año nuevo, una colega me invitó a recorrer algunos sectores de la Sexta Región, lo que me pareció extraordinario y agradecí con entusiasmo y dije...¡bueno, ya! ¡Qué mejor que recorrer lugares con una docente de Historia y Geografía! Voy a comprar un bastón y me chasconearé la melena, jajaja (¡como en City Tour!)
   Hoy día, sábado 31 estoy de asueto, como la mayoría. Tenía pensado quedarme en cama durmiendo unas cuantas horas más "a pata suelta", pero... ¡no pude!!!
- ¿Por qué, Princess? ¡¿Ocurrió algo grave?!
- ¡Mi reloj biológico y los hábitos transformaron mi camita en una "persona-non-grata"! ¡No pude dormir más y finalmente, a las 8,30,  decidí levantarme! 
- ¡El que puede puede, pues, amiga! Me imagino que aprovecharás el tiempo igualmente para descansar...
- ¡Yes, of course! Ya estuve hurgando en la zapateras de palacio para hacer una limpieza (eliminando algunos ya viejos, jijiji, y unas sandalias con taco muy alto, que ya no uso). No quiero caer en  la tentación de guardar y guardar cachureos u objetos inservibles, a excepción de los recuerdos. 
- ¡Sabia idea! ¡Hay que evitar a Diógenes como sea, jajaja! 
- ¡Efectivamente! ¡Y no es para la risa!
- ¡Eskiusmi! 
- ¿Sabes? Es un muy buen ejercicio para aprender a desprenderse de lo material, para ir dejando a tu lado solamente lo que tiene un real significado en tu vida, ya sea porque es útil o porque hay otros lazos que te unen a ello, que son más profundos y significativos. 
   ....
    El sol está empezando a retirarse en este sector del  mundo (lástima que esté escondiéndose tras un edificio de manera que no pude fotografiarlo). Desde la pared me miran sonrientes mi madre y Mirella, me acompañan a diario, las tengo ahí, cerca mío. Ha sido una tarde tranquila y feliz. Y mientras Silvio me canta al oído (¡no todas tienen ese privilegio, jajaja), yo escribo. 
    Me he regalado el día completo. Hace unos minutos estaba entretenida disfrutando la película Amèlie, pero tuvo un fin inesperado mi disfrute: el cd se detuvo justo cuando aparecía un gato tras una cortina de abalorios.
- ¿Un gato? ¿Era negro como el de Mátrix?
- Nones. Era una mezcla de café con beige. ¡Por eso no me gustan los gatos, jajaja! 
- ¿Y probaste "rebobinar"?
- Jajaja, medio en desuso tu palabrita. Probé, pero, concluí que la grabación llegaba hasta allí no más, ¡plop! 
- Obligada a ir a SERNAC a reclamar...
- ¡Seguro que atienden reclamos contra películas piratas, jajaja! 
  Me encanta la música de ese filme, me traslada inmediatamente al París  de mediados siglo veinte, con  sus calles estrechas y sus edificios antiguos, tranquilos, con una vida más bien provinciana. Hoy, cerca de mediodía, al recorrer el Paseo Independencia, las notas del acordeón de un/a artista (ignoro su sexo pues realizaba su acto disfrazado/a de arlequín) me transportaron al París que he soñado y me pareció recorrer sus paseos y sus mercados, entretenida mirando los escaparates de las tiendas y los cientos de productos una vez que inicié el recorrido por Avenue Brasil, transformándome en una más que abarrotaba esas cuadras, en busca de los últimos disfraces de Halloween, los dulces para la ocasión, la carne para el almuerzo o la celebración del triunfo de Colo-Colo, las frutillas para el borgoña, los tomates para el acompañamiento. Me sentí viva, contenta de haber dejado el palacio para recorrer esos sitios, abandonados hace a lo menos dos meses. Llegué hasta el Cugat, el súper del pueblo, pero pareciera haber pasado a ser un local más que el resto: los precios ya no son ninguna maravilla. Lo que sí compré fueron unos pocillos pequeñitos de diversas figuras (que no tenía) que sirven para disponer diversas salsas sobre la mesa. Compré unos con forma de manzana, molusco, hoja y ají, todos de color blanco. 
    Desde allí me fui por  calle Santa María, caminando por el breve espacio que dejan en la vereda los diversos puestos comerciales, que expenden de un todo cuanto hay. Aproveché de comprar, al paso, un par de jardineras plásticas para mi huerto ecológico ubicado en el quinto piso del castillo. Un rato después, salí del super Líder con la mochila cargada (la había llevado a cuestas pero vacía, lógicamente, para dicha eventualidad). No puedo dejar de señalar que el papel higiénico que utilizo habitualmente lo encontré a mitad de precio (jajaja, con esto del escándalo del Cartel del Confort, prefirieron empezar enseguida a beneficiar a los usuarios).
   Llegué a preparar mi almuerciño, decidida esta vez absolutamente a la altura de mi rango: una parrillada estilo Principessa, a carbón. 
   Aunque me costó un poco prenderlo, una vez logrado todo fue sobre rieles... para finalizar con la degustación completa, en conjunto con la ensalada de espárragos, el correspondiente pebre y una pequeña ensalada de champignones, un postre fruto-primaveral (naranja, kiwi y piña), más la necesaria compañía de una rica y amargosa copa de vino tinto. 
  Luego de ordenar todo (así hago algo de ejercicio) y lavar la loza, al chaise longue a disfrutar un exquisito té de jazmín mirando tarde de reportajes en el 13, para terminar con Amèlie inconclusa, jajaja.
- ¡Un día digno de una persona como yo, ¿verdad?!
- ¡Humm!

  

jueves, 29 de octubre de 2015

¡Mariposas en el cemento!

    Iba de regreso a palacio, terminada la jornada matinal de este jueves, cuando, casi al llegar a los alrededores del castillo estuve a punto de  colisionar de frente con una lepidóptera (jajaja) ¡Era hermosa y volaba con mucho brío! Traté de fotografiarla en vuelo, pero fue imposible, aunque logré hacerlo cuando estaba posada en el antejardín de uno de los edificios del sector. Claro que en la fotografía hay que esforzarse grandemente para verla, por lo que les ayudaré marcando el sitio exacto. 

   Suele suceder que algunos elementos (al igual que un zapato viejo o una cacerola rota abandonados en un vertedero, como sucede en el mundo de Harry, el niño-mago) cumplen la función de "transportarte" a otro lugar y otro tiempo. Esta anaranjada mariposa me llevó a mi mundo infantil, Puerto Nuevo, verano sesenta-y-tanto, en que, con mis hermanos y otros niños del Retén de Carabineros donde vivíamos, corríamos detrás de ellas,  como en un verdadero safari. La entretención era "cazar" la mayor cantidad, las que después juntábamos en algún frasco o envase cualquiera. Con muchas de ellas, fabricábamos insectarios; claro que con las más hermosas y ...enteras. Éramos niños y, por ello, un poco torpes en el tratamiento de nuestros tesoros. A veces, en nuestros dedos quedaba casi todo el polvillo colorido de las alas de "marisopas", de manera que éstas quedaban opacas y descoloridas, por lo que perdían la posibilidad de seguir brillando en un insectario, aunque hubiera sido atravesadas por un alfiler. Quien lograba cazar una mariposa diferente, recibía las correspondientes miradas de sana envidia de los demás.      Hoy quise también "cazar" la mariposa vista, pero con la cámara. No me resultó como quería, aunque, antes de llegar al portón de entrada, me salió al encuentro otra mariposa. ¡Guau!, me dije: ¡dos mariposas en el cemento...!¡Qué maravilla! Sin duda, las flores existentes que adornan los alrededores del castillo no dejan de ser atractivas para todos los insectos, además de estar muy bien cuidadas. Aproveché la ocasión para fotografiar unas hermosas rosas, en torno a las que danzaban mis amigas. 
    Iba a subir a mi torre cuando alcancé a divisar al verdulero itinerante en la otra puerta, así que me acerqué a la otra salida (o entrada) a ver si encontraba alguna fruta. ¡Me fue bien! Compré manzanas, un par de membrillos (al verlos, se me hizo "agua la boca"), espárragos, cebollas y tomates. ¡Buena compra! Al regresar a la rampla para subir a la torre, divisé, aunque parezca poco creíble, por el rabillo del ojo, ¡otra mariposa! 
- ¡Ja! Pudo haber sido una de las anteriores...
- ¡Nones! La distancia de una cuadra para un ser humano, no debe ser menor para una mariposa. ¡Así que no era la misma!
- ¡Hummm!
   ¡Simplemente, es época de mariposas! La primavera se atrasó, pero ya está llegando en todo su esplendor, aun cuando el clima todavía está algo inestable.     En mi balcón, no volverán las oscuras golondrinas de Bécquer, ni las blancas palomas del sector (¡qué bueno, porque no me simpatizan!), pero los geranios están pletóricos de flores, unas matas  de morrones del año pasado han reiniciado el ciclo de la producción, el almácigo de acelgas ya está mostrando sus primeros brotes, la "papa" de un lilium que recibí de regalo hace más de un año ha vuelto a la vida y está creciendo verde  y tierno, mientras tanto, el helecho plumoso y los crisantemos continúan "echando" brotes. 
 
    La vida se impone a la muerte...aún. Se apaga una vida, se enciende otra. Y aunque sepamos (¡y vaya que lo sabemos!) que nuestro fin o partida puede estar cerca o a la vuelta de la esquina, es necesario mantenernos optimistas, positivos, apreciando lo que nos trae el día a día, sin olvidar el pasado, pero siendo capaces de seguir caminando, de seguir sonriendo, de seguir viendo la belleza en las cosas simples y sencillas, de seguir teniendo esperanza...

miércoles, 28 de octubre de 2015

De vuelta a las andadas...

Lunes 26
  ¡Ufff! De regreso a las andadas... Hoy lunes tomé la decisión de volver a la sala de espera de la Clínica Dental en que me atiendo desde hace años. ¡Odio concurrir a este lugar, pero debo reconocer que es necesario! 
   No me duele nada; simplemente debo terminar el proceso iniciado hace meses. Corresponde instalar la pieza definitiva...
   Y tal como lo había supuesto, ya llevo 45 minutos esperando y...nada. Nada ha cambiado, todo sigue igual: mucha gente esperando, el televisor transmitiendo estupideces que no me queda otra que escuchar y la atención ...lenta...l e n t a a a....
    En fin, ....después de 48 minutos de estar apoltronada en uno de los sillones, me acerco a la secretaria de turno, le explico que no puedo seguir esperando y que me dé hora para mañana Martes. ¡Bravo! Consigo atención a primera hora... Mi actitud fue de lo más educada y afable. Enojarme sólo me perjudica a mí. De todo hay que aprender. Una vez que termine el tratamiento, evaluaré cambiar de profesional. 
Martes 27
   He llegado puntualmente a la Consulta Dental. Al parecer, recién ha comenzado su funcionamiento: aún está apagado el Tv.....¡Grrr! ¿Para qué habré escrito esto? ¡La secretaria lo ha prendido!  Sin embargo, al rato, empiezan a explicar acerca del hallazgo de la joven desaparecida en la ciudad de Valdivia. Me intereso en la noticia, aunque, la mayor parte de lo que presentan en el reportaje ya lo había visto en ediciones anteriores. 
  Estoy interiorizándome de los últimos antecedentes recabados, cuando comienzan a llegar más pacientes. ¡Aún no me atienden! Deduzco que el Doc no ha llegado y...así es. Al rato después, me hacen pasar a uno de los box y me piden que espere porque el Doc llegará en 10 minutos. ¡Con razón siempre hay tanta gente esperando! 
   Cuando ayer me dieron hora a las 9,30 pensé :¡Oh! ¡Ahora comienza a atender más temprano el Doc! Yo sabía de antes que su horario de inicio era a las 10 de la mañana. Ahora, acabo de darme cuenta, que sigue llegando a la misma hora, sólo que a los pacientes les toca esperar. ¿Llegarán muchos atrasados como para que den más horas de las necesarias? ¿Sucederá que muchos no llegan a veces?   Debe ser aquello... Por eso usan la estrategia del "tejo pasado" (jajaja), expresión muy conocida en provincia y sectores campesinos. 
   Finalmente llega el Doc. Me da una orden de radiografía, que inmediatamente me dirijo a gestionar. Regreso a la consulta, revisan radiografía, me entregan presupuesto (¡Uyyyy!) y solicito hora para próxima semana. Reinicio la rutina conocida. ¡Ánimo, es necesario!
    De pronto, me dan ganas de actuar como una cavernícola más; me refiero con respecto a la dentadura. En esa época no había clínicas ni dentistas; tampoco universidades, claro está. Y muchísimas cosas más no existían. Pensándolo "en oro", mejor sigo viviendo en la modernidad. Sería traumático vivir con menos de lo mínimo a lo que uno está acostumbrado. ¿Nada de celular, de internet y de una serie de artefactos que hacen más cómoda la vida...? Sumando y restando, debo asumir y resignarme que, cuando sea necesario, visitaré al dentista. Seguramente,  cada vez será más seguido. Claro que, sólo en tanto pueda pagar sus honorarios, pues cuando esto ya no sea posible, deberé volver a la etapa anterior a la dentición de cualquier ser humano, como muchos de mis congéneres. ¡C'este la vie...!
  

lunes, 26 de octubre de 2015

Al puro estilo Mátrix

  No quería regresar de Santiago metida en un vestido de trabajo, por lo que no sabía exactamente qué ropa ponerme toda vez que no había llevado nada más que lo puesto. Tampoco quería dejar mi abrigo allá (ya tengo otros dos que en ocasiones me han hecho falta y que dejé allá precisamente porque no quise regresar con la misma ropa)
   Como no salí a las calles santiaguinas desde mi llegada el día sábado a las 17,30 horas, ignoraba cómo estaba la sensación térmica realmente. Opté finalmente por una situación intermedia: traer toda la ropa de vuelta, aunque no toda puesta encima. Me puse un jeans con polera; encima, el abrigo que había llevado (que es delgado y de color negro). Me calcé las mismas sandalias (las primeras en esta temporada), pero no quise hacerlo a "pata pelá" porque lo más probable iba a ser que mis patitas iban a terminar con más de una herida o "matadura". Así que busqué unas medias-calceta y el único par que encontré no estaba muy católico que digamos (igual que la dueña, jajaja, en el más amplio sentido de la palabra). Para empezar,  eran de tono distinto (pero andando rápido no se notaría, jajaja), y una de ellas tenían un par de hoyitos, jajajaja. 

- ¿Qué hago? 
    No me podía poner panties, pues terminaría "asada" y si no usaba las mini-medias iba  a ser un problema ir a trabajar con las "patitas heridas" al día siguiente. Así que, la conveniencia personal había que ubicarla en primer lugar. Me puse las calcetas, cuidando que los orificios quedaran escondidos, es decir, hacia la planta del pie. Al menos yo no los veía, jajaja. Además, nadie iba a preocuparse de mirar mis pies, luego de ver mi bello rostro (jajaja)
   Salí "echando pinta" del edificio: polera negra, jeans, abrigo largo negro, anteojos que se oscurecen, cartera en bandolera y mochila a la espalda. Mientras esperaba el Trans, el viento movía mi abrigo, el que lo arremangué por el calor que hacía. Sin embargo, ya no era hora de sacarme el sobretodo (lo haría una vez estuviera en el Bus hacia Rancagua). En un momento, me sentí casi como la heroína Trinity, sólo que el abrigo no era lo suficientemente largo y era de género (jajaja)
   Ante ese pensamiento me reí sola, mientras me subía al Trans, que se había detenido para llevarme. Al bajar a tomar el Metro para llegar hasta la estación USACh y luego al Terminal Sur, de nuevo me sentí transportada a la  imagen de Neo, perdido en un tren de alta velocidad, recorriendo el Limbo. 
   En el viaje de regreso a la Sexta Región leí un poco, pero luego me venció el sueño. Felizmente no estaba conectada con un sinnúmero de cables inducida en un sueño de supuesta normalidad, sino sentada en un bus Expreso Santa Cruz, que en una hora y diez minutos me dejaría en el Terminal O'Higgins. 
- ¿Quieres que te diga algo, Princess?
- Dime... Ojalá no sea una pesadez...
- La verdad no debiera molestarte, pienso yo
- Está bien, dime.
- Estás muy lejos de parecerte a Trinity...creo yo...
- No dije que me parecía físicamente, sino que la "pinta" me hizo "sentirme" como ella...
- Te recuerdo que Trinity es alta, delgada, JOVEN, ágil, INTELIGENTE y... varias cosas más, características todas bien lejanasssss de tu persona,...creo yo... jijiji
- Jajaja, lo sé... Soñar no cuesta nada, jajaja....¡Fue sólo una sensación! ...¡Oye! 
- ¡Quéééé! 
- No puedes desconocer que lo que mencioné coincide con Trinity y, además, las minicalcetas con hoyitos, jajaja
- ¡Jajaja, buen punto! Ahora que recuerdo, en Zión no estaban instaladas ni Falabella, Ripley ni París,  de manera que no era fácil cambiar el guardarropa. 
- ¿Y para qué te contaré cómo llegué a palacio?
-¿?
- ¡Acalorada a más no poder, cansada con el peso de la mochila y con los dedos gordos saliendo de las minicalcetas, jajaja! ¡Qué cosas, ¿no?
   Pensando en el estupendo Keanu Reeves, del cual no logré vislumbrar ni un pelo de sus abundantes cabellera y barba cuando anduvo por estos lares el año pasado, cierro metafóricamente el recuerdo de esta película que tantas veces disfrutamos con mi querida Infanta. Hay que volver a la realidad, que no es tan terrible como dicen varios. Al final, todo depende de uno. 

domingo, 25 de octubre de 2015

Bajo la sombra de un Pomelo...

     No lo busqué, simplemente se dio la coyuntura. Es el segundo año que trabajo en la institución y la relación con los demás integrantes de los distintos niveles jerárquicos está más afiatada. Y así como yo conozco más a cada uno de mis colegas y funcionarios con los que compartí el año anterior, ellos, también saben más de mí. No en vano, me paso la semana completa en el PREU. 
    Hay días más gratos que otros. No sé si se  debe a que uno está menos cansada o que las personas con las que comparte son más simpáticas, pero así es. En realidad, creo que hay algo de ambos factores. Y, por lógica, hay lazos más firmes con algunas personas, con las que la conversación es más fluida, interesante y divertida. Las sonrisas y risas no faltan y el ingenio aparece en más de alguna intervención.  
   En cambio, hay otros días (o tardes, más bien) en que cada uno de los  están  en la SS.PP. (sala de profesores), entre ellos, YO, respira su metro cuadrado. Mientras alguno está en el PC de la sala y yo estoy sirviéndome un café (es mi vitamina de cada recreo, así sean cinco, como sucede el día viernes), otros están "pegados" a su celular, cual adolescentes. En esos momentos, nadie habla. Yo miro, observo y pienso... (no diré lo que pienso, eso sí, jajaja). Los viernes en la tarde son una soberana lata, así que cuando "la Negra" no está instalada en el sillón de recepción de la Secretaría (la Negra es la gata-mascota de CPECh Rancagua) soy yo la que espero en dicho sillón el toque de timbre que marca el inicio del siguiente período de clases (por suerte no soy alérgica a los felinos, jajaja).
   El lunes pasado, al llegar a trabajar a las 14 horas, una colega  me consultó si me gustaría ir a almorzar el jueves a las 13 horas con otra colega más. Me encantó la propuesta, pues ambas  están en el grupo en que conversamos más y que estuvimos juntas en la celebración del Día del Profesor...y Profesora. 
   Llegó el día jueves. Las tres teníamos el tiempo suficiente para darnos el espacio para un almuerzo conversado. El lugar fue elegido por ellas; yo no lo conocía. Está incluso bastante cerca de palacio, así que nos fuimos caminando.
   El restaurante, llamado "Dulce Aroma" se ubica en calle Cáceres, pasada la rue Campos. Cuenta con varios comedores y uno de ellos está al aire libre, en un pequeño patio interior, que, así y todo tiene como 7 mesas. Allí nos instalamos. El día estaba absolutamente primaveral, casi veraniego, de manera que nos ubicamos bajo la sombra de un Pomelo, árbol que le da el toque especial al lugar, con sus frutas a la vista.     Como somos "profes no más", pedimos el plato del día, que, aunque no tenía nada de original, su presentación estaba muy bien cuidada y los platos eran hermosos (ya buscaré aquellos modelitos parecidos cuando tenga tiempo; los detalles hacen la diferencia).
    A la entrada de algo parecido a un albóndiga de atún (se me olvidó el nombre, jejeje) en una cama de lechugas acompañado con una salsa con ajo (¡mmmm!) le siguió un principal de pollo arvejado con puré (no es mi plato favorito pero estaba rico y contundente: era un tuto-completi, jajaja), para terminar con un postre de torta de yoghurt con un fruta, todo lo cual fue acompañado con bebida o jugo. 
   Después de mucho hablar de algunos aspectos de nuestras vidas, terminamos nuestra estadía con un delicioso café americano, con aromático e intenso  café de grano...
   Luego de pagar cada una su consumo, salimos del local contentas por esas dos horas de relax compartido, y nos fuimos "bajando" del grupo a medida que cada cual se dirigía a su lugar de destino. 
    Cuando llegué a palacio, igualmente me quedó tiempo para descansar un rato, comerme una fruta (naranja, las favoritas en estos tiempos) y preparar mi ánimo para las clases de esa tarde. ¡Con gusto me habría quedado descansando a "pata suelta", pero el deber me llamaba! En tanto se pueda y sólo sea cosa de voluntad, hay que cumplir y de la mejor manera. 
    Fue un grato día en verdad. Las clases de la mañana también habían estado agradables. Es que la confianza en el trabajo que realizo día a día, la práctica en los programas de la institución, la tranquilidad con la que uno ejecuta su labor y el interés mayoritario de los alumnos que asisten (cabe señalar, eso sí, que no todos asisten), dan como resultado,  a estas alturas del año,  una relación bastante distendida con alumnos a los que ya se conoce y que le conocen a uno, por lo que la atmósfera general de trabajo es altamente positiva. 
- ¡Cuánto me alegro, Principessa! ¡Ya era hora que algo te haga gozar! Pardón... quiero decir,  el trabajo...
- ¡No te preocupes! Te entendí perfectamente...Y ¡yo también me alegro! Me alegro que el cansancio sea por estar de pie, por el tiempo ocupado en estar frente a grupos de alumnos, por preparar algún power más entretenido  y no por...otras razones...
- ¿Qué otras razones, estimada amiga, si es que las puedes compartir? 
- ¡Claro que sí! For example: cansancio de la gente a tu cargo que hace mal la pega, de los que se dicen profesionales pero se quejan si les piden que hagan bien su trabajo, de la gente irrespetuosa y desconsiderada, de los inconsecuentes, de las malas-pero-malas personas, de los jefes cegatones, etcetc... La lista es larga, lo que no quiere decir que no haya personas y momentos gratos, pero sucede que la mezcla, al final del día resulta de un sabor más amargo que dulce y es el alma la cansada más que el cuerpo...
- ¡Guauu! ¡Qué buena manera de expresar el cambio! 
- ¡Es que la vida, a pesar de los pesares, tiene sus compensaciones! 
   Y pensando en aquello de las compensaciones, agradezco mentalmente a aquellas dos mujeres que fueron -y siguen siendo- parte de ésta,  mi vida,  y que han partido, dejando tras de sí un cúmulo de momentos vividos, recuerdos gratos, enseñanzas, anécdotas y muchísimo de todo esto que forma parte del día a día en cada familia, cuando en realidad existe la fuerza del cariño. 
-  La próxima vez que quiera estar bajo la sombra del Pomelo, las llevaré conmigo. Estoy segura, les gustará...

jueves, 22 de octubre de 2015

Día del Profesor ...

   Sábado 17 en la tarde: 
    Aún faltan unas horas para que sea el momento de partir al evento de celebración del Día del Profesor...y no quiero apoltronarme. Ganas me están dando de no participar y quedarme a descansar en palacio, luego de unos días agotadores. Sin embargo, me comprometí; además, sé que hay varios que no concurrirán y no quiero aumentar la cifra. Por tanto, me obligo a reaccionar y decido salir a "vitrinear" para mantenerme activa...
- Jajaja, ¡la excusa que buscaste, Princess!

- ¡Noooo! ¡Si no es excusa! ¡Para mí resulta adrenalínico salir de shopping, como para otros pudiera serlo lanzarse en paracaídas! 
- ¡Jajaja! ¡Este mundo está muyyyy locooo, sin duda!! Especialmente el tuyo, jajaja.
   Aunque les haya causado risa lo planteado, la verdad es que es así, siempre y cuando, eso sí, que la motivación para salir no sea el aburrimiento. Esto lo menciono porque indudablemente hay una gran diferencia y yo la he vivido en carne propia (o en el propio bolsillo, jajaja). Si salgo porque estoy aburrida, el tedio se traslada conmigo. Sucede lo mismo que cuando uno escapa de un lugar, de una ciudad, porque cree, poco menos, que la culpa de que uno sea infeliz es de aquella ciudad y de sus habitantes.  Se va a una nueva y la situación  se mantiene, lo que no deja de tener lógica, pues como el  problema es  de nosotros lo llevamos a donde quiera que vayamos. 
     Dicho y aclarado lo anterior, cabe señalar que cuando uno sale de casa porque tiene una necesidad, ya sea primaria o superflua (o inventada, jajaja), el ánimo se entusiasma, dinamiza y activa. 
    Me encontraba en esa disyuntiva hamletiana, "¿Ir o no ir?", cuando finalmente me despabilé un poco (me había adormilado sentada), tomé impulso y me levanté del asiento en el cual estaba. ¡Por suerte no estaba en el sillón, pues de haber sido así, no habría habido fuerza humana que me pudiera hacer salir de él! 
   Una vez en movimiento, procedí a cambiarme zapatos, ponerme abrigo y salir de palacio. Al respirar el aire de la calle, tomé conciencia que hacía prácticamente un mes que no salía a vitrinear, por lo que la adrenalina aumentó su flujo y efecto y me preparé anímicamente para desplazarme por todo el interior del mall. 
- ¿Qué saliste a buscar, Princess? 
- Nada específico, pero como no había visitado esas tiendas hacía al menos tres semanas, suponía que habría más de alguna novedad y también algunas ofertas, en vestimentas y zapatos. 
- ¡Hummm! ¿Y cómo te fue en la "caza"?
- ¡Bastante bien! Cobré varias piezas, jajaja, casi como si hubiera andado en un safari.
   Encontré unos zapatos en oferta, ¡justo de mi número! Y en un color que necesitaba (jejeje) y...¡oh! ¡Albricias! ¡También, finalmente encontré  zapatos azulinos, para combinar con varios prendas ídem! ¡Bravo! Hacía tiempo que tenía ese requerimiento "básico". Con sólo estas adquisiciones ya me sentía recompensada por el esfuerzo hecho para salir a recorrer el mundo. A continuación, me correspondía visitar las tiendas del sector aquel. Visité las dos más importantes y luego de acudir a los respectivos "probadores" salí arrastrando algunas bolsillas...
- ¡Cuéntame una novedad, amiga mía! 
- La verdad, me divertí. Acorté enormemente la tarde, demasiado quizás, pues me quedaba menos de una hora para "arreglarme".
- ¿Arreglarte? ¿Sufriste alguna "avería", por ser? Jajaja.
- ¡Qué graciosa! ¡Debía prepararme para ir a la Cena Docentes CPECH!  ¡A correrrrr! 
    Llegué a palacio casi-casi como la Mujer Bonita, aunque, claro, no tan bonita. Al menos, ni rubia ni rucia, jajaja. Dejé todo lo comprado tirado sobre la cama y comencé a prepararme: 
- ¡Vestido!
- ¡Medias-diseño!
-¡Zapatos nuevos de gamuza azulina! (ojalá no me duelan mucho las patitas).
- ¡Peluca azulina (jajaja).
- ¡Anteojos hipster (recuerdo de mi querido padre).
- ...¡ y un abrigo a elegir (al final) ....
- ¡Ufff, una cartera ad hoc! 
- ¡Uyyy! ¡Las joyas de lapislázuli! ... ¡Ya! ¡Estoy casi lista!
- ¡Mis uñas! ¡Aún me queda tiempo: me las pintaré del mismo color!

Sábado 17, ya de noche:
- ¡Hummm! ¡Te ves divertida! 
- ¿Cuál de los dos abrigos me queda mejor? 
- ¡El de "pata de pollo"! Hace más contraste...
    ¡Ya! ¡Diablos, me veía algo ridícula, pero, en fin, de eso se trataba todo esto. Ya son las 20,45. Quedaron de pasar a buscarme a las 20,50. ¿Bajo o no bajo? Hummm... No quiero hacerme esperar, pero tampoco me interesa estar esperando abajo con esta pinta. En fin, "la pinta es lo de menos, lará, lará, lará..."
    ¡Ya, a morir! Voy a bajar a la calle, al mundo de la gente común y corriente (jajaja). ¡Guauu, me dan ganas de volver! Bueno, ¡vamos, adelante, nunca retrocederrrrrr! 
    Mientras bajaba de la torre del castillo no me encontré con ningún otro habitante  (¡qué suerte!). Caminé hasta fuera del condominio y me enfrenté al mundo real. 
- ¿Cómo saber si ya están esperándome?
    Me encaminé a un asiento de plaza que hay  al lado de un kiosco de revistas, fuera del cerco del castillo. La gente que me ve me observa extrañada, jajaja, es que no cualquiera tiene una abundante cabellera azulina furiosa. Ojalá no me vayan a confundir con la protagonista de Pretty Woman (no mascaré chicle por siaca, jajaja), aunque hay un mundo de distancia entre la rubia-platinada cabellera de aquella damisela. Prefiero que me consideren loca, jajajaja. 
- ¡Un whatsapp!"= "Vamos a pasar a buscar a la A... y luego vamos por ti." 
- ¡Diablos, van a demorar! Paciencia...no queda otra que esperar...
- Otro ws= "Vamos por ti, en 5 minutos estamos allá". 
- ¡Ufff, qué alivio! A esperar otros 5 minutos. Me voy a sacar unas selfies como una forma de mirarme en el espejo y ver la belleza que estoy hecha. ¡Guau,  me veo terrible, sniff... Ojalá crea la gente que soy Pitufina, así no se asustan ni asombran demasiado. ¡Recórcholis, no sé cuál cómo es el vehículo de la Vero...Le preguntaré... Va el wsp ..... pero no recibo respuesta...
    De pronto, unas luces me obnubilan..."¡Diablos, qué se creen!" Un bocinazo y unas manos arriba gritando algo... "¡Jajaja, son mis colegas...!" Me reciben muertas de la risa, por mi pinta. Ellas, la Vero, la Andrea y la Sara van normalmente vestidas....Conduce, el esposo de la Vero...
- Oye, pero, ustedes no llevan nada para disfrazarse...
- Calma, Principessa. Algo llevamos... Unas pelucas, unas gafas gigantes y psicodélicas, un antifaz...
- Ufff, qué alivio, pensé que yo era "Sonia, la única", jajaja.
    En el trayecto a Espacio Nogales, más de algún conductor de otro vehículo mira estupefacto; bueno, no tanto, pero con algo de asombro, a las tripulantes del vehículo en que vamos, es decir, me miran a mí, llama la atención mi cabellera, la que brilla-brilla-brilla... Intensamente...
   Es así como dicen cuando llegamos al local, que salí de la película Intensamente, la que precisamente NO he visto. Después revisaré aquello... Saludos, fotos, risas... Por allí anda la Caperucita Roja, Madonna, Gatúbela, una mujer vikinga, una soldado, Mustafá, un personaje de la Guerra de las galaxias, el Zorro en versión femenina, es decir, la Zorra, (jajajaja) y gente con pelucas varias... Después de pasar por la alfombra roja y posar para las cámaras, nos invitan a pasar al local. 
   Rápidamente, nos lanzamos a buscar una mesa donde quepamos todas: nosotras 4, más otras dos colegas con las cuales hay mayor cercanía, por horarios similares y desayunos compartidos. Logramos quedar en una mesa, a la cual también se agrega una colega nueva que anda de bruja en esos momentos. 
   Los tragos y los petit-boùché es lo primero que degustamos, en tanto la  música  nos retumba a nuestras espaldas (quedamos al lado de los micrófonos). Un rato después se da inicio al karaoke, en el que participamos con entusiasmo. Si el DJ  hubiera elegido la mesa más prendida, sin duda habría sido la nuestra... Éste intenta hacer participar a personas de distintas mesas, pero en varias ocasiones llega a la nuestra. ¡Es que estamos con la energía al tope y las ganas de pasarlo bien! Pronto llega la Cena, que cada uno degusta de acuerdo a una elección previa, acompañada de un par de copas de un Cabernet (que entre nos, no tiene nada de extraordinario: era un 120 no más). Después de los postres, llega la hora de la Premiaciónnnnn!!!
  Nuestra mesa se llevó varios premios (aclaro inmediatamente, ninguno para esta belleza) : "M'hijita rica", "Miss Piernas", "La Reemplazante" y .....la Reina Cpech 2015, además del premio más serio e importante de la noche: "Profesor Espíritu Cpech". Aplausos cerrados para cada una de nuestras colegas, con premios bien merecidos y destacados. 
   Después de recibir el Regalo 2015 para cada uno de nosotros (una batería externa para celular) se da inicio al baile, en el que participamos un buen rato para hacer ejercicio y entretenernos, también. El grupo completo se dedica a mover el esqueleto. 
    La noche avanza y, luego de descansar a ratos, degustar algún trago e intercambiar algunos pareceres, llega el chofer a buscarnos en la limusina para llevarnos a nuestros respectivos domicilios. 
   A las 2 de la madrugada estoy abriendo la puerta de palacio. Luego de tomar un poco de agua, me dirijo a mi aposento a descansar hasta el día siguiente, en que logro levantarme cerca de las 10 de la mañana, para iniciar mi rutina habitual de los días domingos. 
   Ha terminado la semana. He sobrevivido a lo aciago y a lo triste, a lo irremediable e ingrato. La vida cotidiana, laboral  y social han morigerado la pena. ¡Hay que seguir adelante, es necesario y es lo que corresponde! 

sábado, 17 de octubre de 2015

"Ya sabrá la vida por qué me detiene", dijo...

    Mañana de sábado, úúúltimo día de mi semana laboral, la que debió ser más descansada, pero terminó siendo muy desgastadora emocionalmente, ya saben ustedes por qué...
   Me levanto temprano (6,45) a pesar de que debía salir de palacio a las 8,45 horas. Anoche, luego de 14 horas de clases, estaba muy cansada y dejé a medias un power, para terminarlo ahora en la mañana. La verdad, no me gusta encontrarme en esta situación, porque puede suceder que cualquier imponderable echa al tacho de la basura lo planificado y para mí  resulta terrorífico tener que improvisar en esto de las clases.  Es un tema de respeto por el otro y por mi trabajo, que no debiera ser producto de la improvisation. Creo que esto ya lo había comentado en alguna ocasión anterior, así que no me repetiré...(como otros, jajaja).
     Apenas con un lapso de 15 minutos logro terminar el PPT, ¡grrr!... Tomo el café medio helado, dejo todo desordenado, pero no me puede faltar mi termo metálico, necesariamente lleno de café preparado, listo para calentar mi bello cuerpo durante la helada mañana en Rengo, bebida casi espirituosa para soportar con energía las seis horas de clases sabatinas.  
    Salgo casi disparada de casa. Ya llegaré en la tarde a ordenar aunque el día de hoy será un tanto distinto (¡bien distinto!).  Para hoy en la noche  está programada la Cena que la institución ofrece a todo el personal con motivo del Día del Profesor. Así que hay que hacerse el ánimo para aquello, porque de eso se trata, ¿no?
   Cuando uno acepta ir a una actividad de este tipo o de carácter social o familiar, la idea es hacerlo con la mejor disposición posible. Uno no tiene derecho a amargarle la vida, el momento, la celebración, a los demás. Y si uno tiene una pena, siempre que sepa que es capaz de contenerla sin necesidad de fingir una alegría que no siente, puede compartir, distraerse o divertirse. Eso no significa que se quiere menos, que se añore menos, que no se respete la memoria de la ausencia definitiva.
    Llego al Rodoviario donde debo tomar otro colectivo, esta vez  yellow,  para  ir a Rengo. Curiosamente, todos los semáforos (para vuestra tranquilidad, ¡no me guiñan!), nueve en total, marcan ROJO en el trayecto, así que, casi al arribar a mi destino, le digo al chofer:
- ¡La suerte suya! (¡Y la mía!, pienso) ¡Todos los semáforos le tocaron en rojo
   Y allí llega la respuesta digna del bronce o de una exposición poética: 
- ¡Ya sabrá la vida por qué me detiene...!

    Me bajo del colectivo y me digo ¡Guau! ¡Qué bonito! ¡Qué actitud más positiva! etcetcetc.... ¡Ojalá todos tuvieran una respuesta así! 
   Recuerdo que cuando iba a mi trabajo anterior, la mayoría de estos seres oscuros y medio neuróticos, eran extremadamente negativos. Por ello, a pesar de los ocho años de haber usado la misma línea y que ya nos conocíamos, yo prefería no iniciar conversación con ellos.
 - Oye, Princess...
- ¡Oh! ¡Bienvenida! ...Dime...
- No me parece tan positiva la actitud que refleja la respuesta.
- ¡¡¡¿Por que?!!!
- Pues deja en manos de la vida, del destino, del azar, por últmo, lo que le pueda pasar o sobrevenir... Me parece una actitud demasiado obsecuente...
- ¡Hummm! Tal vez tengas algo de razón...
- No "algo" de razón, ¡TODA la razón, jajaja.
- ¡Ufff! ¡No te subas "por el chorro"! 
   Y aunque así es (debo estar bajándola del "chorro" cada vez,  jajaja), no deja de decir una gran verdad. La expresión de este señor implica una aceptación casi sumisa y resignada, aunque alegre y positiva, de lo que le va ocurriendo. Así y todo, no puedo afirmar que esta persona sea así, pues caería, sin duda,  en una generalización  equívoca.
   Pese a que yo no tengo una actitud tan contemplativa y de aceptación incondicional, me sorprendió la frase, más en ese contexto, donde uno no espera escuchar algo distinto. 
   Al ingresar a Rodoviario, la vida cobró animación: había de todo para la venta,  así como debe ser en La Vega de Santiago, aunque no la he visitado nunca. Muchas flores, locales de verdura, carne, alimentos varios, en proceso de apertura, gente desayunando en taburetes del mesón de algún pequeño puesto, engullendo sopaipillas (parecían ricas y calentitas), un indigente tirado en la baldosa pidiendo dinero, alguna persona leyendo el diario, unos ingresando (como yo) y otros saliendo.
   Mirar hacia los lados tratando de captar las distintas actividades matutinas y sabatinas, me distrajo por unos momentos y fue demasiado tarde cuando vi que tres colectivos iban abandonando el sector, sin darme cuenta si alguno de ellos me servía. ¡En fin! ¡No pude decir lo mismo que el taxista unos minutos antes, jajaja! 
   Parece ser el día de las conversaciones con taxistas. Cuando ya íbamos a llegar a Rengo, una vez que los demás se bajaron (¡no sean mal pensados!), el chofer del colectivo comenzó a dialogar. Ahí me enteré que había vivido en "Sal si puedes" (jajaja, ¡el nombre de la localidad!) Y que volvería a radicar allá en unos años más; quería una vida más tranquila con su esposa (me enteré que era la segunda, jajaja; hay gente que habla de más).
    Las clases se desarrollaron con normalidad en sus actividades y asistencia y, al finalizar, tuve la suerte de venirme en el auto con dos colegas. El conductor y dueño del vehículo andaba con hambre (como la mayoría de los jóvenes a su edad); estaba antojado de empanadas. Como no  encontró local abierto en que vendieran en el trayecto de la salida de Rengo,  se detuvo en la carretera y ahí, dimos cuenta, cada uno, de una enorme empanada bien caliente. ¡Diablos, la lengua me quedó escaldada! Era un ejemplar mixto: carne, pollo, queso, aceituna, huevo y harrrta cebolla, jajaja. Estaba rica sí. ¿Quién no encuentra rica una empanada a las 14,40 horas de un sábado, después de una mañana de trabajo?
    Sin duda, fue un regreso diferente. ¡Bien! Ya va la mitad del día, queda ahora el descanso de fin de semana y la entretención de la tarde-noche. ¡Ahí les cuento!

jueves, 15 de octubre de 2015

"Siento esta noche heridas de muerte las palabras" (R.Alberti)

   Palabras...

    Echo de menos tus palabras, nuestras conversaciones, el contacto a través de la distancia...
    Las empecé a echar de menos antes de que te fueras... Ya no hablabas casi, se te había gastado la fuerza para decirlas... Un día ya no quisiste contestar mis llamadas... Entendí a medias que ya te estabas despidiendo;  entendí a medias, que te habías cansado y habías dejado de luchar, que ya no querías seguir esforzándote; que las palabras estaban de más, que el hilo se estaba cortando... que te estabas encerrando en un mundo tuyo y de tus recuerdos... No puedo negar que me dolió este término... Egoístamente llegué a pensar si acaso sólo era conmigo ... Después supe que era con todos,... con la vida, con el mundo...Ya no querías luchar, te habías rendido... 
   Por ello, creo yo, todos decidimos  ir a visitarte más a menudo;  el teléfono ya no nos servía de nexo. Así fue posible escucharte y establecer una comunicación cercana y de reconocimiento mutuo, sólo que fue más bien básica y acotada; preferías descansar y dormir...
  De a poco fuimos asumiendo tu alejamiento y silencio. No sabíamos si lográbamos llegar a ti. Cambiamos el código: optamos por el contacto, la caricia, el tono cariñoso, aunque ya sin esperar respuesta... hasta que ya no hubo reacción y te fuiste alejando en una marcha sin retorno...
   Todas las palabras ya se habían dicho...nos quedamos en silencio, acompañándote en tu último suspiro...