viernes, 18 de septiembre de 2020

Colosseum

      Primera novela que leo de Jordi Nogués, español. 
     Creo   qu  es   obvia   la  razón  por  la  cual  inicié   su lectura. Relato histórico,  centrado en el mayor símbolo que hllegado hasta nuestros días del Imperio Romano, de  su grandiosidad  y  su cultura:  el Coliseo, concebido como un Colosseum   ('coloso',  por  su  tamaño  y   magnificencia, adquiriendo el nombre de la estatua colosal de Nerón,  de 30  metros.  en  el  mismo  sector),  aunque  su  verdadero nombre fue Anfiteatro Flavio.

   Hay un hecho histórico que da pie a la ficción: no se conoce el nombre de quien diseño y creó esta monumental obra, hace ya 1.950 años (se comenzó a construir  el año 71 d.C, siglo I). Se sabe quién la encargó y la financió, el Emperador  Vespasiano, de la gens o familia Flavia, pero no hay noticias del arquitecto creador.          

 La trama acoge este "olvido" (¿?) de la historia y le da sustento, lo que resulta altamente interesante.  Según el argumento es un extranjero, un heleno o griego, Calícrates, quien diseñó el Coliseo, que, por el hecho de ser extranjero, por tanto No-Romano,  casi cae en el pecado mortal conocido como "hybris" (soberbia y orgullo), al transformarse en el máximo responsable de una construcción tan señera, pero es castigado por aquello borrando toda constancia de su nombre en la creación y construcción de esta maravilla.      

    Mientras avanzaba en el relato no pude dejar de recordar el recorrido que hice por el Coliseo Romano en diciembre de 2018, cuando tuve el privilegio de verlo a la distancia, en pleno día  y también al atardecer, recorrer sus cercanías, fotografiarlo e ingresar hasta sus dependencias, subir sus escalinatas como tantos patricios, pobres y esclavos lo hicieron desde el año 80 d.C. en adelante, mirar el arena desde las gradas, mientras caminaba como una turista más admirándome de la herencia romana, sintiéndome sobrecogida por la belleza y la monumentalidad de aquella obra humana.  

 También  su lectura me llevó a recordar a otro escritor español, Ildefonso Falcones,  que, en las  novelas La Catedral del Mar y Los herederos de la tierra, nos transmite y da cuenta de la construcción de las grandes Catedrales cristianas medievales, productos de la fe y del esfuerzo colectivo, "materiales" que, junto a la piedra y la argamasa, mantuvieron por siglos en pie estos íconos de la espiritualidad europea -o  lo siguen haciendo-, yendo mucho más  allá  de un mero edificio producto del trabajo humano

    Con Calícrates y los otros personajes volví a recorrer las calles de la antigua y soberbia Roma del siglo I, siendo testigo desde fuera de los esfuerzos que sus dirigentes, muchos amados, otros odiados por sus dirigidos, hicieron para dejar una huella en la historia en la ciudad más grande e importante de "todo el mundo conocido", huellas que es posible observar aún,  a pesar de los efectos del tiempo y de los hombres. 












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