martes, 3 de marzo de 2020

JAÉN a mis pies...


 Sé que suena presuntuoso el título y claro que lo es fuera de contexto. Ya va la explicación... Primero, a otra cosa, mariposa (me suena conocida la expresión,  jaja).
    "Andaluces  de Jaén,  aceituneros altivos,
     decidme de quién  son esos Olivos, 
     Andaluces de Jaénnn..."🎶🎶
  Hace años, cuando trabajaba en el Liceo de La Unión,  Silvia  la Subdirectora,  me regaló  la grabación  de poemas cantados por el cantautor español Paco Ibáñez. En esos cassettes, que todavía conservo  (uh!), aparece esta canción,  que desde que la escuché  pensé "¡Tengo  que ir allí  algún día!". Ese día  llegó. Estoy en JAÉN. 

 Provincia  y ciudad  andaluza, a la que arribé ayer, proveniente de Almería,  luego de un viaje de 4 horas,  el más largo a la fecha. Fue un trayecto  que tuvo de todo un poco. Admiración  hacia la conductora por su paciencia con un pasajero adulto con problemas intelectuales, que le conversaba una y otra vez los mismos temas (¡durante dos largas horas!). Sólo  a ratos se mantenía en silencio y luego volvía a la carga.  Por otro lado, las rachas de viento  de 80 a 90 kms. por hora, que provocaban en ciertos tramos el movimiento  desacostumbrado del autobús, junto con la novedad de que en algunos tramos llovió  algo más que unas gotas. La grata sorpresa fue la aparición  de un gran arco iris,  que, por varios kilómetros se mostró en todo su colorido. 
  Al llegar a Jaén la lluvia sólo era una amenaza. Con algunas nubes, pero sin lluvia.
 
 Ya instalada, salí  a recorrer  la ciudad. También  complicada inicialmente, especialmente en el casco  histórico,  por sus calles irregulares,  tanto en su trazado  como  en su desigual  superficie.  Una serie de  barrios antiguos y la judería se ubican en elevación,  de manera que no  resulta descansado  para nada recorrer  ese sector de la ciudad.  
   Pero, hagamos un poco de geografía e historia para entender mejor a los jiennenses, jaeneros o aurgitanos (¡uff! y no son los únicos gentilicios por los que se les conoce). 

  Jaén,  la "Muy Noble y Muy Leal", se ubica a los pies del Cerro Santa Catalina, a 573 msnm., con calles muy empinadas y de pronunciadas pendientes, que han ido derivando al llano en los últimos tiempos. En los alrededores,  hay extensas zonas de cultivos de Olivos, que la han transformado en una potencia mundial en producción  de aceite de oliva.

 Los primeros asentamientos humanos en la ciudad  datan de  la Edad de Cobre, lo que se refleja en algunas pinturas rupestres y restos megalíticos en los alrededores de la ciudad.  Posteriormente,  los íberos se instalaron  en la zona, quedando huellas de su estadía.  La llegada de los cartagineses al lugar se acredita a partir del año 230 a.C. aprox. hasta el 207, en que fue conquistada por los romanos,  dirigidos por Escipión el Africano.  En el siglo V d.C. los visigodos  se asentaron  cerca de allí,  pero sin instalarse en la ciudad, por lo que la población siguió siendo hispanorromana. 
Con la llegada de los árabes, la urbe se transformó  en la capital de la Taifa de Jaén, siendo beneficiada por la construcción  de numerosas fortificaciones,  palacios y mezquitas. En el siglo  X fue conquistada por nuestro ya conocido Abderramán III, y después,  etc.,etc., hasta ser  reconquistada por Fernando III el Santo, Rey de Castilla y León. 
   La importancia estratégica de la ciudad fue clave en la lucha por la conquista de Granada.  Posteriormente, en el Descubrimiento del Nuevo Mundo,  fue sede de la reunión  de la Reina Isabel con Cristóbal Colón ( interesante dato, que yo ignoraba). De allí en adelante,  cayó  en decadencia,  no recuperándose  sino hasta el siglo XX. 

 En la actualidad, la ciudad de Jaén cuenta con 113 mil habitantes, que se desplazan por calles, avenidas y escaleras (en el sector antiguo), con dinamismo y energía.  Vi menos terrazas dedicadas al solaz y a la vida social que en otras ciudades.  Pareciera ser que la vocación  de sus habitantes es más de trabajo cotidiano que dolce vita. Las numerosas y grandes  extensiones de olivares que rodean  la ciudad hasta donde puede uno ver a la distancia dan fe de aquello.

 En el ámbito arquitectónico,  Jaén  tiene una profusa cantidad  de edificios religiosos: Iglesias, ermitas, conventos, sobresaliendo  la Catedral de Nta. Sra. de la Asunción, construida entre los siglos XIII y XVIII. El edificio  actual se comenzó a construir en el siglo XV, de estilos renacentista, barroco y neoclásico.  
Uno de los grandes tesoros  que tiene al interior es la reliquia  del Santo Rostro, que según  la creencia es el auténtico  rostro de Jesús  que quedó  plasmado en un lienzo cuando Verónica  le limpió el rostro  durante su pasión.  La mejor imagen del edificio de la Catedral se obtiene desde la Cruz instalada en el Cerro Santa Catalina (la altura del cerro es de 820 msnm).
 
  El  Castillo de Santa Catalina está ubicado  en la cumbre del cerro del mismo nombre,  desde el cual se divisa toda la ciudad,  los olivares y las montañas que la rodean. Fue construido  entre los siglos  XIII al XIV, con una altura máxima de 30 m.(el edificio más alto, la Torre del Homenaje).
 Este complejo constructivo  pasó por tres etapas. Primero,  en la época islámica,  siglo  VIII en adelante, se construyó lo que se ha llamado  el "alcázar viejo". 
Posteriormente, siglo  XIII,  durante la reconquista española,  se erigió la mayoría de los  edificios que se conservan  hoy, incluidas torres y una capilla (a lo que se dio en llamar "alcázar nuevo "). Finalmente, en el siglo XV, el Condestable  de Castilla realizó reformas y mandó  a construir la  Torre del Homenaje.  

 Cuando  Napoleón  invadió  España, tropas francesas estuvieron asentadas en el Castillo y aunque aportaron levantando un hospital en su interior,  al abandonarlo,  lo "volaron" para evitar su ocupación.  Así que en la actualidad, se conserva poco de las construcciones más antiguas , parte de dos aljibes y un bastión.  En el sector del cerro en que había  sólo  ruinas, se construyeron unos Paradores Turísticos (hoteles)

   La Cruz se levanta en el otro extremo del Cerro, con vista a la ciudad,  en el lugar en que Fernando III hizo levantar la primera de ellas. La actual data de 1950.
    Fue toda una hazaña llegar hasta el Castillo. Cuando me dijeron que había  que  caminar cerca de 3 kms. y medio, en subida, y que no había movilización,  desistí. 
 Sin embargo, entusiasmada luego de visitar una maravilla árabe (ya les cuento cuál) me sentí  capaz de lograrlo todo y como   buscando otros sitios de interés,  me fui adentrando y subiendo por el casco histórico,  seguí ascendiendo. Con la orientación  dada por ciudadanos a los que pregunté,  logré  llegar a mi objetivo,  disfrutando  no sólo  el final,  sino también el trayecto,  que discurre por un "bosque" de Olivos y otros árboles. ¡ Hermoso trayecto! 
Unos turistas gringos que iban bajando  me dieron también  antecedentes de por dónde  seguir. En  cambio,  cuando en el plano le pregunté  a un jovencísimo y estupendo guardia civil  que estaba apostado  en las afueras de su cuartel, no supo decirme si había  movilización.  Incluso me habló  de un Hospital "Nebraska", que en realidad  se llama "Neraval", ubicado  a unos 500 metros del castillo. ¡Pobrecillo!...el guardia...

  El recorrido  del Castillo fue fantástico.  Desde la Torre de la Vela,  pude ver toda Jaén...a mis pies (de allí  el título  de este escrito). Todo por 1,5 € y, claro, toda la  caminata de subida y de bajada.

  Un hallazgo  fortuito y maravilloso: el Claustro ajardinado de la Iglesia de la Magdalena. ¡Precioso! Estaba abierta la iglesia y una puerta lateral que llevaba al claustro y me "colé" por ella. 

 Los Baños Árabes: ¡extraordinarios! Es un palacio, en que funciona un Museo y que en el sótano  están  los baños árabes más  grandes de España, de 450 m2. y varias dependencias. No debía  fotografiarlos, pero, ¡adivinen! Logré  "sacar" una que otra fotito,  pues no había  nadie más  en ese momento.  ¡Quedé  impactada ante tanta belleza! 
 
 El resto del Palacio de Villardompardo, en 3 niveles, exponía  una numerosa  cantidad de piezas de distintos aspectos de la vida de antaño. "Arte y costumbres populares" lleva por título. También  cuenta con un Mirador  en altura,  que permite vistas panorámicas  de la ciudad,  pero que de ninguna manera se igualan a las obtenidas desde el castillo. 

 Otra curiosidad: había una Exposición de Arte Naïf (primera vez que leía sobre aquello), que corresponde a la creación  de artistas autodidactas, que no se rigen por reglas, entre cuyas características  está el colorido de sus obras y los distintos materiales que utilizan para ellas. Había creaciones de artistas españoles y extranjeros,  algunas bastante grotescas para el concepto clásico de arte que uno maneja.

 La Fuente del Dragón, animal que es parte de una leyenda, según  la cual un animal  de grandes dimensiones apareció  junto a la fuente de la Magdalena, que atemorizada a los que iban por agua,  se los comía  o a las ovejas. Hay finales distintos de la leyenda, pero en todos este  "monstruo" termina muerto y dando origen a un dicho popular "Ojalá revientes como el dragón de Jaén ", haciendo  alusión a dos finales del animal según el relato, que termina muerto al ingerir comida con pólvora. 
 
Por último,  ¡al fin encontré un Refugio Antiaéreo!, pero...no pude ingresar a él.  Sólo lo abrían los domingos. ¡Qué  frustración! En otra ciudad seguiré  persiguiendo a la suerte. 
   Verdaderamente rica la ciudad en experiencias y sitios de interés.  ¡Satisfecha y feliz de haber llegado hasta acá! ¡Ah!, me olvidaba contarles: ¡batí un récord: 28,16 kms. de andadura!, lo que amerita descanso, sin lugar a dudas, así que  hasta mañana...
    
    

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