sábado, 14 de marzo de 2020

Encuentro con Jesús...en TARIFA...


  Llegué a Tarifa el jueves en un viaje de menos de una hora desde Algeciras. Esta nueva ciudad, con sabor a árabe en su nombre, tiene menos gente de ese origen del esperado. La verdad, no vi casi a nadie. Sí  me encontré  con muchos extranjeros. 
 Aunque, ahora que me acuerdo,  casi se me olvida, que mientras recorría  el sector del Puerto por el lado exterior, vi un grupo importante, y preocupante a la vez, de personas de esa nacionalidad, fácilmente  reconocibles por su vestimenta. Eran esencialmente mujeres y, aunque toda la situación  parecía  irregular, debí darle más importancia por lo que ocurrió  después. Me refiero a la prohibición  del ingreso, por parte de Marruecos, de ciudadanos provenientes de España. Pensándolo bien, ya debió  estar en vigencia ese veto en el momento  que vi el grupo, con todo su equipaje desordenado, tirado en cualquier parte, mientras  ellas estaban aglomeradas escuchando a alguien que les informaba de algo.
   Pero, volvamos al principio... 
 
  Al llegar al hostal, me sorprendió  la calidez de la bienvenida,  aparte de la infraestructura del local, que estaba contiguo o era parte de las murallas medievales. ¡Fantástico! Luego de facilitar  el pasaporte, recibir el mapa de la ciudad (no las llaves, jajaja), las indicaciones de la WiFi, entendí el porqué me "cayó " tan simpático  el anfitrión, al decirme:  "Mónica,  soy Jesús.  Cualquier cosa, me avisas  para ayudarte". Jajaja, me reí, diciendo,  "No pensé  que iba a conocer a Jesús,...personalmente." Se rió también, me imagino que no era novedad para él mi reacción.  
   Ignoro si fue una señal de que había llegado mi hora (o no) y la realidad se me presentaba para que tuviera el tiempo de arrepentirme. ¡Quién  puede saberlo! Imposible. Si fuera así,  me daría cuenta demasiado tarde. En fin, fue una  situación anecdóticamente simpática. 
   
Me gustó la ciudad de Tarifa. Di un largo paseo por la "Costanera", a unos 100 metros de la playa,  lo que significa que esta última  es bastante amplia y larga, de arena casi blanca y muy fina. Al llegar a la costanera  seguí el  consejo  de un tarifeño y elegí el lado izquierdo.
 A unos 200 metros me encontré, por un lado, con el Castillo Sta. Catalina, semiderruido e imposible de visitar, pero con una ubicación espectacular en una colina. Al parecer ese sector era una isla o se le llamaba así.
 En varios documentos antiguos se mencionan dos islas. Una sería la que en la actualidad es la colina del Castillo mencionado y la otra, la  Isla de las Palomas, que se ubica diagonalmente, al final de un camino de acceso artificial, de unos 300 m. de longitud. 
En mitad del camino está el Hito que marca la unión de los dos mares, el Mediterráneo y el Océano Atlántico, un lugar imperdible para la foto. Este es el punto, además, en que los continentes de Europa y África están a menor distancia, sólo 14 kms. y desde allí se puede observar Marruecos, Tanger y Ceuta. En ese momento no lo pude comprobar, porque había mucha bruma, pero, les recuerdo que desde Ceuta yo divisó Tarifa, por lo que es posible.

  Caminé hasta la isla (no sobre las aguas, por si acaso) y me encontré con el acceso cerrado. Es un lugar de importancia estratégica por lo que está en manos estatales.
 Al interior hay un Faro y construcciones defensivas del siglo XVII, más dependencias de fuertes militares construidas un siglo después, además de unos hipogeos de origen fenicio-púnico de los siglos VI a IV a. C.   En la actualidad,  esta isla está bajo jurisdicción del Ministerio de Defensa, por ello está vetada la entrada para turistas.
 
 Por el lado del Océano Atlántico hay una larga playa (la que había  mencionado antes) llamada Playa de la Ribera, mientras que por el lado Mediterráneo, se ubica la Playa Chica.
   El Puerto, más allá, está a orillas del Mediterráneo. Terminadas las instalaciones marítimas, le sigue el Castillo de Guzmán el Bueno, que pasé a visitar (al Castillo, no a Guzmán), mientras hacia arriba está la Plaza de la Constitución, bonito espacio para el descanso y el esparcimiento.

  Castillo de Guzmán el Bueno : apenas 1,50 eurillos fue lo que pagué por visitar este monumento, muy bien restaurado, en el que se puede caminar hasta por los adarves de las murallas y el sector de las baterías, obteniendo vistas estupendas, en 360 grados, de la ciudad, tanto en el sector marítimo como en el área  terrestre.
 
 Esta construcción  es una fortaleza medieval,  aunque al interior se han localizado restos de estructuras romanas. Fue restaurado en el siglo  XVII para que cumpliera funciones de defensa frente a los ataques de piratas berberiscos y durante la Guerra de  la Independencia (invasión  napoleónica). 

Saliendo del Castillo me fui a recorrer el casco antiguo, con sus casas blancas, sus  calles irregulares, dando, en una de las tantas vueltas, con algunas construcciones religiosas y con las Murallas Medievales. Las recorrí por la calle, pues el adarve estaba cerrado. Por unos instantes me acordé de la  ciudad de Ávila, aunque las murallas de esta última son de material más claro.

 
 Con suficientes visitas y vistas, me fui a buscar un almuerzo de mi gusto a pesar de las últimas malas experiencias. Felizmente, esta vez acerté. Una ensalada mixta muy rica y un salmón  con ensalada, exquisito. Todo acompañado  con un rico vino blanco. 
 
 En la tarde, caminé  por el otro sector del Paseo Costero, que, efectivamente  es menos atractivo, pero como paseo o ejercicio es espectacular.  No bajé a la playa, donde se desplazaban varias personas,  algunos con sus mascotas. También muchas familias con sus pequeñitos paseaban y jugaban, ciclistas pasaban para un lado y otro, patinadores y,  la gran moda en todos lados, los monopatines eléctricos, scooters o skate flash (como se prefiera llamarles).

 Estuve un rato en el alojamiento y volví a salir, para "cazar" el atardecer. ¡Casi se me escapa, pero logré "agarrarlo de las mechas". Satisfecha y contenta,  me fui definitivamente  al hospedaje. Allí,  me dediqué a informarme de la actualidad, confirmándose algo que ya estaba temiendo y que  cambiaba mis planes inmediatos. 
    Sucede que el lunes 9 , al llegar a Algeciras, contraté  un Tour, que me llevaría  a 5 ciudades de Marruecos (Tanger, Fez, Casablanca, Marraquesh, Rabat), el que, sin duda, iba a ser un viaje inolvidable. Éste  se iniciaría ayer viernes. Pero... uno propone  y el Corona Virus, dispone. 
   Marruecos tomó  la decisión  de cerrar fronteras a todo viaje proveniente de España. Cuando escuché aquello, llamé  a Paco (encargado del Tour) y me confirmó la suspensión,  además  de establecer hora al día siguiente  ( la misma en que íbamos a iniciar el viaje) para proceder a la devolución del dinero.  Cumplió  a cabalidad y luego de recuperado el dinero, con el ánimo un poco decaído,  procedí a irme a la Estación de Autobuses y partir a Cádiz.  
....
 
 La situación  se ha vuelto un poco incierta. Cada día  hay nuevas medidas, que aún por este sector del país no se han masificado, pues los contagios son mínimos.  He esbozado mentalmente un plan frente a lo contingente, dependiendo de los escenarios.  También  estoy bastante al tanto  de lo que sucede en nuestro país,  gracias a internet que me  permite ver los noticieros televisivos. 
 Me imagino que no pasarán un par de días  en que me transforme en una "persona non grata"  en mi propio país,  por el lugar al que he  venido. Si así  sucede, el exilio no irá más  allá,  seguramente,  a lo que yo misma planifiqué cuando compré  mis pasajes aéreos.  Así que, habrá que "aguantar", seguir cuidándome como hasta ahora y más,  para no enfermar. La buena noticia (como dicen los políticos),  es que tengo una muy buena salud ...hasta ahora  (jajaja) . 

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