sábado, 18 de noviembre de 2017

El día en que se detuvo la Tierra... Dieciocho... [Hoy]

Dieciocho.......                                                            [Hoy]
  Empecé a cerrar ciclos la semana pasada. Uno a uno fueron cayendo, como las hojas del calendario... o del otoño...
  Ha llegado la hora de dar vuelta la página y de emprender nuevos desafíos. He terminado con unas clase particulares (ad honorem) que realicé durante el año; he logrado (todo un triunfo verdaderamente) desprenderme de un cargo comunitario sustentado por largos siete años; me he alivianado de un nuevo bien raíz; he dicho varias cosas que tenía atragantadas; he finalizado el año y el compromiso laboral en la institución actual; estoy a unas horas de iniciar mi período de vacaciones "a todo trapo".
   Con todo, aquello no es suficiente para esta Maui con sus años y experiencias.
  Lo importante es que cada ciclo que he cerrado lo he realizado en orden y de la mejor manera, que es como debe ser. La vida tiene muchas vueltas, por lo que no hay que dejar "pendientes".
  Ha llegado el momento de decir adiós a esta etapa de mi vida y comenzar una distinta, con el entusiasmo y responsabilidad de siempre, pero sin la desesperación de la necesidad ...y eso...¡es impagable! Pero antes de ello, esta Maui tiene una tarea voluntariamente adquirida y, luego, mucho tiempo de relax, hasta que llegue Marzo...
  ¿Cuál es la responsabilidad antes de terminar este año calendario?
  Ni más ni menos que rendir la Prueba de Selección Universitaria en dos áreas, esperando obtener un excelente y un buen resultado, respectivamente. A ratos pienso en qué momento estuve en que decidí aquello. Y luego, pudiendo arrepentirme frente a las dificultades de inscripción, seguí insistiendo como mono porfiado, hasta que obligué al sistema a darme la oportunidad que requería, habiendo tenido la excusa perfecta para eludir la tarea. Es que parece que, después de tantos años "conmigo" (bueno, no tantos), ya casi me conozco y sé que si no lo hubiera intentado hasta el final, luego mi otro yo me habría tildado de cobarde, floja, incumplidora, etc. ¡Y vaya que suele ser molesto mi alter ego! Así que, ¡aquí estoy, a nueve días del Gran Día, casi como Candidata Presidencial esperando el resultado de la votación, después de una larga y cansadora campaña.   

    También está pronta tu fecha, querida Mirella, y aunque no me he comunicado aún con mis amigas que me acompañan  en ese día, seguramente, y por sexto año consecutivo, estarán dispuestas a estar allí, conmigo y contigo.
  Precisamente en relación a este componente fundamental de mi vida y tu vida, la semana pasada recibí una información inesperada y de carácter esotérico. Me daré tiempo para asimilarla y analizar la conveniencia o no de emprender esa vía de posible comunicación contigo. Hay, principalmente, dos razones que me llevan a no descartar de plano la posibilidad. Quien me dio a conocer la alternativa sabe de las distintas formas en que he mantenido tu memoria y ha visto, en los diferentes trabajos solicitados, el proceso vivido por tu ausencia. Segunda razón: me compartió su experiencia personal y familiar reciente.
   Es una decisión crucial  en aras de la tranquilidad espiritual, que dice relación con ciertas certezas fundamentales que podría alcanzar en relación al sentido de nuestra vida ...o vidas. No soy afecta a la charlatanería (a pesar de que eso no me hace inmune a los habilidosos con el don de la palabra sin sustancia. ¡No lo sabré yo!) y aunque soy descreída ante ciertas respuestas humanas filosófico-religiosas, eso no quita  que la duda existencial siga presente en el fondo de mi alma, espíritu o mente, frente a las interrogantes esenciales de nuestra especie: ¿Habrá otra vida después de ésta? Y si la hay, ¿será posible establecer un puente de comunicación con ella?
   Sé claramente que hay incertidumbres que matan emocionalmente, pero también algunas certezas. Y en ese balance de las opciones, lo que se arriesga, para bien o para mal, es mucho.
    Tomaré la decisión al final de este largo y esperado viaje programado. Después de mucho caminar otros caminos, de conocer otros lugares y realidades, luego de estar en contacto con la historia de nuestra historia, con otras gentes, en medio de desconocidos, seré capaz de decidir  con una perspectiva más abierta. Me dejaré llevar por la intuición y la reflexión, extraña mezcla pero no imposible.

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