martes, 26 de septiembre de 2017

El día en que se detuvo la Tierra... Tres... [Mañana]

Tres                                                                         [Mañana]
Nuevamente aguzó el oído. No, definitivamente no se escuchaba nada. Era raro no escuchar ...¡nada! Sólo había silencio. Eso, no obstante, no la tranquilizó. Al contrario, no recordaba una ausencia de sonido tan intensa. No era parte de su mundo. Precisamente por ello, se les obligaba a usar unos protectores, que impedían que algunos sonidos y ruidos dañaran sus oídos. Con  sus padres no habían tenido ese cuidado y a la tercera década ya debían hacer uso de la tecnología para mejorar su capacidad auditiva, que tenían absolutamente deteriorada. Fue un buen  invento, sin duda. 
  Acercó sus manos a las orejas para cerciorarse si acaso el problema era que sus protectores se habían averiado, pero, para su sorpresa, no los  tenía puestos. ¡Los había perdido! Y a pesar de eso... ¡¡no escuchaba nada!!
  Salió de su escondite con desconfianza. Se enderezó lentamente, mirando para uno y otro lado, pero poco es lo que podía ver: estaba en penumbras, aunque había algo de claridad. Por el momento, no podía distinguir si estaba oscureciendo o amaneciendo. No era fácil saber aquello, después de vivir toda su vida bajo una luz perpetua.
   Añoró estar en su domo, en un día normal y aburrido. ¿¿No será esto una pesadilla??, se preguntó por un instante. No lo parecía, se sentía lúcida y absolutamente despierta.  Veía,  no muy bien, pero veía;  podía tocar, oler... ¿oler? Hizo un esfuerzo para reconocer lo que su olfato estaba captando; no lograba hacerlo.  Era indefinible, pero no le resultaba grato
   Al fin logró identificar el lugar donde estaba. Era un especie de subterráneo,  de esos anticuados espacios que existían antes de la tercera guerra.  Recordó que una vez, su abuela la llevó a conocer ése y otros lugares parecidos. Habían ido, si la memoria no le fallaba, a la ciudad vieja, en el sector extramuros este. ¿Estaría en la ciudad vieja ahora?  ¿Cómo pudo haber llegado allá?
     Lo último que recuerda es haber escuchado un sonido sibilante primero, seguido de un gran estruendo. Hasta allí llega su memoria. Intentó traer algo más a la conciencia, pero por  más esfuerzos que hizo no registraba nada más. Estaba en blanco...o negro...Dejaría eso para más adelante, ahora era urgente salir al exterior y tratar de hacerse una idea de lo que había pasado.
   Intentó ascender como acostumbraba (conectándose mentalmente con el elevador), pero fue inútil. O no lo había o se había deteriorado. Debería subir mecánicamente. Examinó el lugar buscando por donde hacerlo. ¡Eureka! Encontró la "escalera". Rápidamente llegó hasta ella y comenzó a ascender, eludiendo algunos objetos destrozados que estaban sobre ella.  Disminuyó su empuje. Al llegar arriba debió aplicar toda su fuerza para despejar el suficiente espacio que le permitiera salir al exterior sin lastimarse.  
La sorpresa inicial se transformó en estupefacción cuando recorrió el panorama que la rodeaba. Todo lo que la rodeaba era destrucción y lo restante, polvo, bruma o humo. Al parecer, de su ciudad era poco lo que quedaba: sólo restos destruidos.



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