Abandonamos París bajo un día completamente despejado y promisorio. Había que seguir el programa. Próximo destino: Bélgica con dos ciudades importantes, Brujas -o Brugge- y Bruselas -Brusels, Bruxelles-. Yo, más de un vez había oído hablar de la belleza de la primera ciudad, observación que es absolutamente cierta. Contra lo que uno habitualmente piensa al escuchar el nombre, no tiene nada que ver con esos seres poderosos y misteriosos a la vez, que usan para movilizarse una escoba voladora, 😄. La palabra "brugge" deriva de la palabra escandinava "brygga", que significa 'puerto' o 'lugar de amarre'. ¡Nada que ver con nuestras brujas en español, jeje. A este lugar se le conoce como la Venecia del Norte, por su abundancia de canales, que son recorridos por botecitos (esta vez sí que pequeños) con turistas. El gran atractivo de Brujas es...¡todo! Los canales, la arquitectura de sus casas -estilo gótico muchas de ellas-, los parques, las calesas que recorren sus calles empedradas, la limpieza de todo, sus tiendas de souvenirs, sus chocolaterías y edificios patrimoniales en las diversas plazas.
Llegamos, las brujas a Brujas, 😄. Primera detención, servicios higiénicos. Paseo por un parque hasta llegar al sector de los canales y recorrer calles que nos llevan a la plaza principal. Sector turístico de servicios, numerosos restaurantes con sus terrazas y sus ofertas de comidas. Eran las 14,45. Se nos dio la libertad para recorrer el brujerío a nuestra pinta. Reunión grupal, 16,45, momento en que iríamos al sector donde estacionó el bus y enfilaríamos rumbo a Bruselas. Tomé mi itinerario personal, a solas y con la intención de andar a mi entero arbitrio -¡cuándo no!-. Así podría recorrer más calles, vitrinear, hacer un estudio comparativo de los precios y comprar si encontraba algo conveniente.
Luego de fotografiar convenientemente la plaza central, me fui a una plaza cercana, a unos 100 mtrs., donde estaba ubicada la Basílica de la Santa Sangre, construcción datada en el siglo XII, que en su interior guarda gotas de la sangre de Cristo, un lugar de visita imperdible. Subí la escalera de caracol, prendí una velita en nombre de mi hija, estuve unos momentos en silencio y luego me retiré para continuar mi viaje de descubrimiento. Muchísimos turistas en las calles, caminando y descubriendo como yo, degustando waffles o gofres con chocolates y otras salsas. No compré nada dulce; soy menos fanática de lo que pensaba. Quería algo salado... y un baño, ¡uff! En una esquina discreta descubrí una cafetería, en cuya pizarra aparecía anunciado quiche como orden del día. ¡Qué me dijeron! Había muy poca gente al interior (me acordé del cuento de Manuel Rojas, "El vaso de leche") así que pensé, ¡aquí está la mía! "Dentré", 😁, me fui directo al baño y regresé feliz a hacer mi pedido: una coca y un trozo de quiche con champiñones y algo más que no supe descubrir qué era, pero estaba delicioso. Tuve mucha suerte, pues era el último trozo que quedaba. Me di el lujo de consumir mi colación con toda la tranquilidad del mundo. Luego, salí a conquistar Brujas, satisfecha todas mis necesidades. Completé mi tiempo libre sin dificultades y me acerqué al lugar de encuentro grupal. Ya arriba del bus, nos dirigimos a Bruselas, distante a 101 kms. Arribamos pasadas las 19,30 hrs. Felizmente la entrega de llaves fue rápida, pues a las 20,15 debíamos reunirnos para, en patota, ir a un Restaurante a cenar. Así lo hicimos. Una cena algo lenta -para 90 comensales-, pero rica. El bebestible era por parte de cada uno. Aunque la Srta. que nos atendió no entendió mi perfecto inglés, 😌, cuando pedí 🍷, había otro garzón que sí sabía español y, en consecuencia, atendió mi pedido. Una entrada con lechugas y unos apanados de queso, un principal de 🍗 🐥 🐣 con almendras en salsa de cerveza de cerezas, más papas fritas, para terminar con un postre de kucken de manzanas con canela.
Al salir del local llovía con cierta intensidad. Igualmente hicimos el recorrido que el guía había propuesto: llegar hasta la Grand-Place o Grote Markt, también conocida como Plaza Mayor, en que se ubican las casas de los Gremios, el Ayuntamiento y la Casa del Rey. Es considerada una de las plazas más hermosas del mundo. De todos los edificios existentes en este sector patrimonial, la construcción propiamente medieval (1401 a 1455) es el Ayuntamiento, de estilo gótico y con un campanario que alcanza los 96 metros de altura, una construcción realmente extraordinaria, vista de noche o de día.
La visita de Bélgica ha significado un aprendizaje interesante para mí. Desde que era estudiante había leído acerca de Flandes, Gantes y del idioma flamenco y no había sabido ubicar geográficamente el lugar. Ahora he aprendido que la Bélgica actual es ese desaparecido Flandes y que el idioma flamenco se habla en parte de Bélgica y en Países Bajos u Holanda.
Anoche al ir a cenar y hoy al ir a recorrer, ya de día, Bruselas, se notaba un grupo de seres humanos, principalmente masculinos, de tamaño considerable, que cantaban a voz en cuello mientras bebían cantidades ingentes de 🍺 🍻. Eran hinchas del equipo inglés West Ham United que jugará por la Premier League el domingo 9. Ya estaban preparándose para tal partido y se hacían notar, con espacios prácticamente "tomados" en el centro de Bruselas. ¡Increíble!
El recorrido por Bruselas de día fue interesante. Mucho edificio parecido a los de Brujas, aunque, lógicamente, con más población y mucha edificación. Varias iglesias hermosas. En mi deambular sin programa específico llegué hasta la Catedral de San Miguel, también de estilo arquitectónico gótico. Ingresé a ella y admiré sus imponentes pilares de mármol, sus vitrales y cada espacio del interior. El edificio del Teatro de la Ópera también me impresionó sobremanera, estilo clásico sin duda. Visité varios locales de souvenirs, un supermercado y una tienda. Sólo compré un recuerdo (ningún búho a la vista, cuñis; están extintos en Bélgica). Hubo un par de símbolos que me llamaron la atención : unas figuras en forma de átomo y un niñito orinando. La primera figura recibe el nombre de Atomium y representa un átomo de hierro aumentado 165.000 millones de veces. Esta estructura de 102 m.de altura presidió la Exposición Mundial de Bruselas, celebrada en 1958, la primera realizada después de la Segunda Guerra Mundial. El otro símbolo, Manneken Pis ('niño meón'), es parte de una leyenda medieval, que ha persistido hasta el día de hoy. Grande fue la sorpresa cuando al salir de la ciudad de Bruselas nos llevaron a sus alrededores para mostrarnos un monumento, el cual era precisamente el Atomium. Realmente ¡impresionante!
A la fecha y ya en Países Bajos u Holanda, cabe destacar, tanto de París como de la dos ciudades belgas visitadas, la preocupación por las áreas verdes en el sector urbano. Nos encontramos con verdes, hermosos y frondosos parques, muy cuidados y aprovechados por sus residentes. En Europa ya están de vuelta cuando nosotros, los tercermundistas vamos recién de ida.
Mónica. Leo tus " crónicas" y cuando hablas del cuidado de las ciudades y de la vegetación urbana me preguntó : habré nacido en un país equivocado?
ResponderEliminarLinda la plaza mayor, la conocí. Entré a ella por unas callecitas angostas y en curva, propias de las construcciones medievales.
Es cierto. Lo que resulta más impresionante, tal vez, que la belleza, es la limpieza (que también es parte de Ella; los romanos tenían una palabra distinta para indicar belleza propiamente tal y limpieza con belleza , que era pulcritud) y la seguridad. Es impagable caminar por estos lares sin preocuparse mayormente de que te vayan a asaltar.
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