Cuando después de casi media hora de estar esperando la "micro" para regresar a palacio, luego de haber, definitivamente, desistido de ingresar a Home Center como por tercera vez, debido a la extensión de la cola de aspirantes a lo mismo, decidí vengarme por mis esperanzas frustradas y por todo el rato que estaba esperando sin que ningún autobús se dignara pasar por donde yo estaba. Fue una venganza de carácter épico y grandioso. Por lo menos a mí me lo pareció. Esperé tanto que casi me habría resultado mejor volver caminando, pero la decepción me había dejado débil el ánimo y no tuve fuerzas para mover los pies sobre el pavimento por otros 30 minutos y, sobre todo, considerando los rayos solares ya intensos a media mañana. En honor a la verdad, debo decir de que no se trataba que no hubiera locomoción. Autos colectivos pasaron muchos, pero aquéllos implican más riesgo de peligrosa cercanía que los buses en tiempos pandémicos, además de que sus pasajes son más caros. Cuando a primera hora tomé el autobús verde que me llevaría hasta las cercanías del Parque para visitar a mi hija, no quise hacer uso de un derecho ya hace meses establecido, aún no sé si fue por vergüenza o por timidez (en este caso personalísimo, es necesario que puntualice que hago una diferencia entre los dos términos, aunque en otras ocasiones pueda usarlos como sinónimos...)
-¡Jajaja! ¡Ella, la tímida!
-¡Ohhh! ¡Amiga mía! ¡Tanto tiempo sin oír tu voz en off!
-Seguro es un efecto colateral de la pandemia: en algunos sujetos se acalla la voz de la conciencia, además del olfato.
-¡Ja! Tengo mi conciencia tranquila y sin necesidad de mordaza...creo...
- ¡Allá tú! Te molestaba por eso que decías que tal vez "la timidez" no te había permitido hacer algo. No te recuerdo "tímida".
- Es que no me conociste cuando niña 👧, era la timidez personificada, pero debí "trabajar" aquello para conquistar el mundo, jaja.
- ¡Humm! ¿Cuál fue tu método?
-¡Ajá! ¡Secreto de Estado! Ahora, déjame seguir con mi reflexión, por favor 🙏.
- ¡Me asombras! Lo último, no es propio de una mente brillante como la tuya, amiga mía, debo decirte.
- ¡Jajaja! Esta vez estoy de acuerdo contigo. Ingenuamente no quería abusar, sin darme cuenta que aquellos pasajes son subvencionados por el Estado, por lo que los transportistas no pierden nada.
La cuestión es que, luego de esperar tanto rato, en venganza, jaja, decidí exigir mi derecho a rebaja ($220 en lugar de $440), el que pude ejercer sin exigencia de carnet. Aquello transformó mi acto vengativo en un verdadero boomerang (ya lo han dicho muchos sabios en el mundo: la venganza nunca es buena...), porque para la no-exigencia sólo caben dos explicaciones: una, que realmente represento los años que tengo; dos, que el chofer no quiso hacerse problemas, total, el subsidio lo reciben igual.
Luego de ejercer con tanta facilidad este derecho, me di a la tarea de reflexionar acerca de las dificultades que tenemos para gozar de los derechos que tan grandiosamente consagra nuestra actual Constitución y espero que la próxima, si es que la hay (porque no podría ser menos, creo yo).
La Consti...dice que tengo derecho a la vida y, sin embargo, cualquier delincuente podría matarme el día menos pensado y no alcanzaría ni a cantar "gracias a la vida, que me ha dado tanto". Mi integridad psíquica no está muy garantizada en estos meses (ya lo comenté hace unos días) : demasiada violencia, delincuencia y la olla de grillos en pleno funcionamiento. Tampoco eso de la inviolabilidad se ha cumplido, tres veces mi hogar ha sido violado (en Lanco, Malalhue y Rancagua) y no pasó nada con los violadores. Soy libre de conciencia, eso está claro, nadie ha intentado, vía reflejo condicionado, por ejemplo, coartar mi conciencia (creo, me habría dado cuenta, jajaja). Mi seguridad personal no está asegurada, aunque la Consti... diga que sí. Tampoco tengo una vida descontaminada, a pesar de no fumo nada de nada ni tengo cocina o calefactor a leña. Mi salud está super bien (toco madera, siempre), pero no es merced a la Constitución. Hay intervención de terceros por allí (el adn y la infancia rural, estoy segura). Emito opiniones e informo, si quiero. En esto no tengo inconvenientes. Me reunía sin permiso previo, pero ahora no puedo. Claro que aquello nos pasa a todos y es transitorio, espero. Y....etcetc. Son numerosos los derechos que tengo y tenemos. No pareciera estar ahí el problema, quiero decir, en la Declaración de ellos. El problema está en el respeto que los hombres y mujeres de nuestro país hagan de ellos, ya sea como individuos o como colectivos. Porque los atropellan o porque no los exigen. Claro que mientras lo primero es pan de cada día, lo segundo suele ser un saludo a la bandera.
- Amiga mía, sucede que te estás olvidando de algo esencial.
- No me extrañaría. ¿What?
- De los Deberes. No hay Derechos sin Deberes y viceversa.
-¡Cierto! ¡Menuda filósofa estoy hecha!
Así es (no lo de "filósofa", sino de los "deberes"). Podemos tener todos los Derechos habidos y por haber, pero si yo al mismo tiempo que exijo en justicia lo que me corresponde, no cumplo con los Deberes que me plantea la vida en sociedad, voy a impedir que los demás tengan acceso a sus derechos. Por lo tanto, mis derechos dependen de mis deberes. Lo malo -y terrible- es que no todos -muchos la verdad- no cumplen con sus obligaciones por más que uno lleve la Constitución por delante. Y eso de que "cada cual tiene lo que se merece" no se aplica aquí, porque ninguna persona respetuosa de la vida en sociedad se merece ser robado, atacado, vilipendiado, estafado, etcetc. y sucede a diario.
Difícil cosa es vivir en sociedad. Me gustaría, ya lo he dicho, cambiar de escenario, pero no deja de ser una aspiración utópica. Por lo tanto, mientras espero que la Tierra decida girar a la inversa, la Luna se haga habitable, el mar se vuelva dulce y comience a caer maná del cielo, resistiré (🎶 🎶) lo mejor que pueda y seguiré "vengándome" sin hacer daño.
😃😃😃😃😃
ResponderEliminarUn tanto impertinente tu amiga interna.
Siempre, no he podido domesticarla...
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