lunes, 1 de junio de 2020

Muchas lunas, muchos soles...

 Hoy ha sido un día  especial.  Aunque la pandemia me ha obligado a aislarme más de lo que ya acostumbro, hoy, como nunca, la compañía de familia y amigas se ha hecho presente en mi hogar (o palacio) gracias a las redes sociales,  
desde la 0,01 de la madrugada hasta hace poco. WhatsApp ha sido el principal cómplice, por medio de mensajes y video llamadas, lo último,  verdadera novedad en este aniversario.
   Recuerdo que en diciembre pasado, luego de volver de Oriente Medio, había decidido  celebrar mi cumple (si cabe celebrarlo a estas alturas, jajaja) "por todo lo alto", como dicen los españoles. Mi idea era juntar al máximo de amigas, ... y pasarlo muy bien, como hemos aprendido  a hacerlo, a pesar de - y debido a- nuestras historias de vida.  También  mi hermana estaba en esa lista mental. Yo iba a tener un mes para preparar todo, luego de regresar de mi viaje de 80 días. 
   Pero todo se torció,  se contaminó,  el mundo se contrajo y retrajo, nuestras voluntades personales debieron ceder a un  imperativo colectivo,  la libertad se redujo a lo esencial y los planes  quedaron sólo  en eso: en planes. Mi viaje disminuyó  a 39 días  y aún  teniendo más de dos meses para elaborar el banquete, debí prepararlo (improvisarlo en realidad) para un sólo comensal, en todo caso  el más  importante: yo (jajaja). 
   Agradezco a todos por hacerme sentir acompañada, a través de sus mensajes, de sus llamadas y de su conversación, a veces no tan fácil de establecer en este aprendizaje a trompicones en lo tecnológico,  pero necesario y utilísimo. 
Gracias por inyectarme entusiasmo y deseos de celebrar. He degustado a solas, pero feliz, arropada  de vuestro cariño. Ya llegará  el momento del reencuentro y de la  venganza.  Por ahora, ésta es mi venganza. ¡Salud!
 






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