Inicio este escrito, interrogándome una vez más, sobre un tema recurrente:
¿Existirán las casualidades realmente? o ¿somos simplemente parte del engranaje de una gran máquina, se llame como se llame?
Hay momentos en que la duda surge, insidiosamente, y la califico de esta manera, porque si fuéramos parte de la "tarea" de alguien (o algunos), ¡caramba que hace mal la "pega"! Si hubiera que aplicar una encuesta de satisfacción, seguro no supera a la Presidenta. Ahora, si somos la "entretención" de un ente superior (y no su "tarea"), ¡habría que decir que tiene, sin duda, ciertos rasgos psicopáticos!
- ¡¿Cómo tanto, Princess?! ¡Te estás pasando!
- ¡Oye! Observa un poco a tu alrededor, mujer, y me encontrarás "algo" de razón. ¡Hay tanta desgracia, mal, dolor y vergüenza en el mundo!
- ¡Humm!
- En todo caso, amiga mía, lejos de mi objetivo está el ponerme "negra" en mi visión del mundo y de la vida, aunque haya una persona en el trabajo que me llame "Negrita" (jajaja, felizmente en tono de cariño).
- ¡Uff! ¡Qué alivio!
No hacía muchos días encontró en una de sus lecturas, una idea que refleja uno de sus anhelos más preciados desde hace un tiempo, y, rápidamente la anotó en la tableta para no olvidarla:
"Mientras siga mencionando tu nombre, nunca morirás..."
Allí quedaron las palabras como a la espera de los acontecimientos, cuando, por razones no relacionadas directamente con su bella y distinguida persona, doña Principessa cambió de identidad, pasándose a llamar Mirella por unos momentos, para comprobar a través del facebock de su querida hija, si este Blog-Salvavidas estaba funcionando adecuadamente.
Fue entonces cuando descubrió un mensaje para su hija. La emoción inundó sus sentidos y los ojos le dolieron mientras el cúmulo de sus sentimientos aumentaba, con la fuerza de un aluvión...
El mensaje, había estado un mes allí y no se había dado cuenta, a pesar que cada 15 días aproximadamente, abre aquel face. Seguramente había andado de cloud en cloud, como antaño lo hacían las botellas, de ola en ola, sin la esperanza de encontrar su destinatario.
¿Por qué la intensidad y la sorpresa?
Seguramente le encontrarán toda la razón.
El mensaje, aún siendo muy hermoso y sincero, era lamentablemente tardío para su dueña. Sin embargo, resultó muy consolador para nuestra amiga, por su contenido, a lo que se agregaba el hecho de conocer a su creador. Y a pesar de no haberle solicitado permiso a R., está segura que es bueno compartir este pedacito de la historia de su hija con quienes la conocieron y la quisieron, para que siga viviendo en el recuerdo de cada uno.
Reservándose el nombre del emisor, el mensaje es el siguiente:
He revisado mil veces tu facebock y aún no sé qué hiciste tan grave para que te hicieran esto; nadie se lo merece y menos tú, porque nadie fue más pura de sentimientos como tú lo fuiste, siempre pensando en el resto. Así te conocí yo y te recuerdo así.
Mirella: aún cuando no estás aquí te admiro por lo que fuiste y porque te dije que cuando fuera grande algún día te buscaría para saber si te vendrías conmigo o no. Llegué tarde y lo lamento, pero hoy cumplo mi promesa: te busqué. Si quieres ser parte de mis recuerdos, bienvenida seas, porque en mi cabeza y en mi corazón siempre tuviste un lugar especial, siempre lo tendrás y nadie te lo va a quitar.
No sé si vas a leer esto o no, pero hoy cumplo la promesa que te hice cuando éramos niños.
R."
Lógicamente, agradeció el hermoso y emotivo mensaje, compartiendo con R. que el error de su amiga de infancia había sido elegir a quien no la merecía y no pedir ayuda a tiempo. Y aunque ya el encuentro entre ellos no era posible, ella era testigo del cumplimiento de su promesa.
¿Casualidad...Destino...? ¡Quién sabe!
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