Cerca de las 11 de la mañana, la Principessa abandonó, temporalmente, el Palacete y dirigió sus patitas viajeras por Lira hacia Avda. 10 de julio. Hacía más de un mes que no visitaba la Feria de ese sector y tenía ganas de ir a buscar novedades y, tal vez, si tenía suerte, encontraba, además, a algunos piratas ( ya que habían desaparecido de la Est. Sta. Lucía).
Mientras caminaba le pareció estar en otro mundo.
¿Por qué se preguntarán ustedes?
Pues, de pronto, mirando todo onda paseante-desubicado-en-la- gran-ciudad, le pareció ver piñas-gigantes en lugar de palmeras, una ciudad-abandonada-después-del- holocausto-nuclear en pleno Santiago Centro de un domingo cualquiera a las 11 de la mañana. Casi le dio hasta miedo pues hubo instantes en que no veía ningún otro ser humano por la calle Lira.
Después de caminar un par de cuadras por la Avda., se encontró con los Talleres de reparaciones de automóviles, tan clásicos en este lugar. Un poco más allá, se veía la Feria de Frutas y Verduras ( y varios) bullendo de gente. La vida se había estacionado allí.
- ¡Claro! dice la Principessa, es anormal andar así en Santiago City; además que no tengo, para nada, pinta de turista ( no soy alta, ni rubia, tampoco llevo mochila ni pantalones cortos, jajaja) . Por tanto, el caballero ese me encasilló como "sospechosa" por si acaso, jajaja
- Así es pues, Princess. Todos desconfiamos de todos. ¡Acuérdate que más de alguien te miró raro porque sacabas fotos!
- Cierto. Aquí cabe expresar : "¡Está mal pelao el chancho!" ( con sonsonete al estilo perrito-de-Lipigash, jajaja) .
Mientras caminaba le pareció estar en otro mundo.
¿Por qué se preguntarán ustedes?
Pues, de pronto, mirando todo onda paseante-desubicado-en-la-
Cuando llegó a la Avda. 10 de Julio, el mundo pareció estar más despierto, comenzaron a aparecer los humanoides de entre construcciones antiguas ( no digo "viejas" para que nadie se sienta aludido/a, jajaja ) , fachadas sucias, veredas deterioradas y con basura, ruidos de máquinas funcionando, olor a quemado ( lo que le trajo el recuerdo de su querido dentista, ¡horrorrrrr! ; era un olor parecido al que despide el nervio dental quemado cuando uno está siendo víctima de un tratamiento de conducto, jajaja) .
Después de caminar un par de cuadras por la Avda., se encontró con los Talleres de reparaciones de automóviles, tan clásicos en este lugar. Un poco más allá, se veía la Feria de Frutas y Verduras ( y varios) bullendo de gente. La vida se había estacionado allí.
La Principessa recorrió, con paso de turista y cliente a la vez, las cuadras de la Feria, mirando precios, comparando, observando productos. Hubiera querido comprar varias cosas, pero no tenia mucho sentido hacerlo, considerando que a las 15 horas debía iniciar el camino de regreso al Reyno de Rancagua y no podía ir tan cargada.
De igual manera compró un par de morrones, 2 hermosas lechugas crespas, una de ellas morada o casi..., un pepino de Alaska ( debe haber andado paseando también el pepino por acá, jajaja), unos ¡¡¡¡rabanitos!!!! ( le encantan, le recuerdan ese feliz espacio-tiempo de la infancia) . Y, además, ........
De igual manera compró un par de morrones, 2 hermosas lechugas crespas, una de ellas morada o casi..., un pepino de Alaska ( debe haber andado paseando también el pepino por acá, jajaja), unos ¡¡¡¡rabanitos!!!! ( le encantan, le recuerdan ese feliz espacio-tiempo de la infancia) . Y, además, ........
Había divisado sus amigos filibusteros, por lo que se detuvo a revisar la mercadería. Optó por tres pelis, que los jóvenes aseguraban que eran versiones finales.
- ¡Ojalá sea así!, señaló la Princess, de otra manera, sólo sería una mala inversión.
- ¿Quién te obliga, pues, Princess? Si tú sabís...pardón.... sabes que son copias "transfu" ( como decía la Infanta) .
- ¡Mi Infanta! ¡Seguro habría estado al lado mío mirando qué pelis comprar!
- ¡Ojalá sea así!, señaló la Princess, de otra manera, sólo sería una mala inversión.
- ¿Quién te obliga, pues, Princess? Si tú sabís...pardón.... sabes que son copias "transfu" ( como decía la Infanta) .
- ¡Mi Infanta! ¡Seguro habría estado al lado mío mirando qué pelis comprar!
Siguió caminando hasta el final de la Feria. Por allí le llamó la atención un puesto en que vendían semillas y frutas disecadas de todo tipo ( no eran muy baratas, eso sí, por los precios que escuchó) . Una vez que se le terminó el espectáculo, enfiló sus patitas por una Avda. paralela a Lira, aunque desconocía el nombre. Luego de caminar una cuadra lo averiguó : era Vicuña Mackena.
Al llegar a Argomedo, dobló y siguió hasta alcanzar calle Lira, veredas ya conocidas de otros tiempos. Al cruzar Avda. Portugal, observó las veredas ocupadas por los puestos improvisados por la gente que vende cualquier cosa vendible.
El Conserje de un edificio por el que pasaba, la observó con cara de pocos amigos, jajaja. Le dio risa a la Principessa: para ese señor debe haberse transformado en "sospechosa " , pues iba caminando calmadamente, mirando para todos lados, casi sonriente y curiosa, tomando algunas fotografias ...
- ¡Claro! dice la Principessa, es anormal andar así en Santiago City; además que no tengo, para nada, pinta de turista ( no soy alta, ni rubia, tampoco llevo mochila ni pantalones cortos, jajaja) . Por tanto, el caballero ese me encasilló como "sospechosa" por si acaso, jajaja
- Así es pues, Princess. Todos desconfiamos de todos. ¡Acuérdate que más de alguien te miró raro porque sacabas fotos!
- Cierto. Aquí cabe expresar : "¡Está mal pelao el chancho!" ( con sonsonete al estilo perrito-de-Lipigash, jajaja) .
Llegó sana y salva al Palacete, feliz de haber recorrido relajadamente ese sector tan típico. En otra ocasión se daría el tiempo para recorrer otros lugares. Así que, con esta promesa, se despide la Principessa, para dedicarse a preparar sus clases del día lunes. Hasta pronto, amiga mía, hasta pronto.
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