Un recorrido por las catacumbas de un alma
No todos los dias son iguales, ....aunque puedan serlo los hombres, jajaja. Hay días en que te levantas liviana, con las tareas diarias claramente ordenadas en tu agenda cotidiana. Otros, sin embargo, ni siquiera sabes para qué te levantas, o, si vale la pena levantarse. O bien, tienes claridad de alguna tarea, pero esa lucidez se va perdiendo con el transcurso de las horas. Y sucede que, como muy bien lo dijo Neruda en "Walking around", el cansancio vital te aplasta y, de pronto, todo te significa un esfuerzo, un esfuerzo consciente y racional para seguir funcionando: debes levantarte, debes lavarte, debes ordenar, debes preparar tu trabajo, debes, en fin, ... tratar de actuar normal... Y me canso, y me acongojo, y me arrastro en el cumplimiento de la rutina diaria, para parecer que vivo y no vegeto, para parecer que siento y no actúo, para parecer que disfruto y no sólo repito gestos de goces pasados y aprendidos. Y no quieres hablar, no quieres llamar, no quieres ejecutar ninguna acción que te signifique siquiera el establecer un contacto con el otro que no te importa, que te es indiferente, que tampoco necesitas...
La gente que te rodea no la eliges; tampoco la familia : ellos te tocan en suerte o...tú les tocas en suerte a ellos (para bien o para mal ...o para nada) . De esta manera, pueden resultar un Refugio en los momentos difíciles, un Salvavidas cuando la furia de los elementos de tu historia se ciernen sobre ti, una Torre de Babel en tus afectos o desafectos, una Luz , que te guía, te muestra el camino pero no te ata, te permite los espacios de libertad necesarios para elegir entre lo que te presenta la vida, con aciertos o desaciertos, luchando entre aceptar el tropiezo con la inmediata recuperación o simplemente, optando por dejarte estar sin dar la pelea. Y todo aquello, de lo que cuando eras pequeña no tenías conciencia, se te presenta a cada momento y en cada día de tu vida, desde que abandonas el mundo de la infancia y, así..... por el resto de todo tu recorrido o permanencia en esta tierra y en esta vida , que pareciera ser la única que tenemos...
Y llegados a este punto, ya no puedes presentar excusas en tu defensa: que no sabías, que no te diste cuenta, que creíste que..... Porque la mayor parte de los días actuamos plenamente conscientes de lo que hacemos o dejamos de hacer; elegimos entre la oscuridad y la luz a cada momento, cada día, entre decir las cosas o callarnos, entre hacer o dejar hacer; entre ser actores o quedarnos tras bambalinas, entre participar o solamente observar cómo otros lo hacen...entre establecer lazos o cortarlos todos...
Y estoy aquí, plenamente despierta, claramente consciente de mis errores y mis aciertos, de lo que hice y lo que dejé de hacer, de lo que pude hacer y que ya no podré hacer nunca, de mis olvidos, de mis desatenciones, de mi falta de firmeza en muchas ocasiones, de prioridades equívocas, de no haber amado más, de callar cuando debí hablar, de no haber sido más receptiva al otro, ...en fin... de tantas cosas que ya no es posible cambiar... porque la vida no tiene vuelta atrás...aunque pueda ser nuestro mayor anhelo...
Y estoy aquí, frente al espejo, ante mi propia imagen... Ya no caben máscaras ni engaños, ni soberbia disfrazada de falsa modestia... Es hora de mirarse a los ojos, sin maquillaje ni adornos superfluos; es hora de tomar una decisión, dejar el movimiento pendular de lado; mantener una sola línea de acción...para bien de quienes amo y estimo, para bien de quienes están bajo mi responsabilidad libremente elegida, para mi bien y tranquilidad personal...
Así que, es tiempo de levantarse del todo, de hacer bien las cosas, ojalá, sin cometer más errores, sin pecar de omisión ante los que me aman y estiman, dejando de lado la indiferencia hacia los que quiero, sin negarme a conocer al otro, siendo amable, cordial o asertiva con los demás. No obstante, esto no significará que entierre el pasado. Las personas y los hechos concurrentes en cada momento de los años ya vividos, son parte de mi historia, aunque me pese en algunos casos, felizmente los menos. Y para los ausentes que no volverán, todo mi cariño, mi recuerdo y agradecimiento por haberme permitido ser parte de un espacio de sus vidas ...y por seguir acompañándome...
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