viernes, 26 de enero de 2024

Rafting en el Futaleufú...

  

 
     Habría sido bonito. Habría sido el cumplimiento de un sueño, una hazaña heroica, una inyección de adrenalina a la vena, pero no, era demasiado. Yo ni siquiera sé nadar, la Ely tampoco. Marcela sabe pero no tanto, señala, lo que no le serviría en caso de accidente. En nuestro viaje a Futaleufú pasamos por los rápidos y nos detuvimos allí. Bajamos a la ribera del río, observamos y pensamos que nunca podríamos ser capaces de realizar esa actividad, ni siquiera por tener la foto más extraordinaria, 😂, ¡qué  motivación más banal! En fin, debimos conformarnos con bajar lo más cerca de ese increíble fenómeno natural, grabarlo y fotografiarlo. Y aunque vimos algunos jóvenes que andaban preparados para el desafío, no tuvimos la suerte de verlos en acción.  Futaleufú ciudad es un verdadero centro de rafting, con numerosos locales que ofrecen esta experiencia.   
    Llegamos a esta hermosa localidad luego de salir de Puyuhuapi el miércoles 24. Apenas habíamos  avanzado un par de kilómetros y nos encontramos con un taco automovilístico. Un señor se acercó a informarnos que un árbol había caído sobre la carretera y que demoraría al menos unas dos horas en ser despejada. Mientras tanto, dijo el señor, tengo desayunos para ofrecer,😄¡La "negocia"! Tuvimos una pequeña duda (ya habíamos desayunado abundantemente, como siempre, 🙈), pero decidimos seguir. Vimos pasar más de un vehículo en sentido contrario, lo que significaba sólo una cosa: que ya estaba despejada la ruta. Ya había varios trozos del árbol caído, del que seguro iban a hacer leña, jajaja. Una vía estaba libre , ¡Uff!, nada de espera.  ¡La suerte nos sonreía!   
    A los 45 kilómetros de recorrer carretera pavimentada, 😁, llegamos a La Junta. Allí, obviamente, nos sacamos todas las selfies que pudimos, con los letreros correspondientes. Entre los 68 kilómetros que nos distanciaban del siguiente poblado -Villa Santa Lucía- nos detuvimos en un Mirador a orillas del Lago Yelcho. No nos detuvimos en la Villa de la Doña, pues nuestra idea era interiorizarnos de su historia reciente al regreso de Futa... Los 73 kilómetros que nos separaban de Palena los hicimos en una hora aprox. gracias a un trayecto  mixto entre pavimento y ripio. Entramos a la ciudad a las 12,29, para ir a instalarnos a orillas de la plaza y recorrer un par de cuadras, conociendo el lugar. En Palena nos encontramos con varios ciclistas argentinos participantes de una Cicletada Internacional del Cruce de Los Andes. Luego nos dirigimos al Parque Cerro de la Virgen, que quedaba bien cerca, pero igual nos subimos al vehículo, 😂 😂, con la mala suerte de que el cerro tuvimos que subirlo a pie, 🙈. Unas buenas panorámicas de la ciudad y, acto seguido, nos despedimos de Palena. Ya podíamos decir que la habíamos conocido. 
    ¡Uff! ¡Vueeeeltaaa!  Recorrimos los 43 kilómetros  de Palena a la bifurcación que nos llevaría, finalmente para esa jornada, a Futaleufú. De allí, 48 más y estaríamos llegando a nuestro destino, pero... aún nos faltaba pasar por la zona de Rafting, en el cauce del "Río Futaleufú", donde soñamos con practicar dicho deporte extremo. Debimos conformarnos con imágenes y audios, 🥴. A las 15,16 estábamos ingresando a la hermosa Futaleufú. ¡Bravo! Nos fuimos directas a la Cabaña de la Parra, donde cocinaríamos ese día. A las 16,08 ya estábamos sentadas a la mesa, a punto de servirnos un sabroso arroz primavera (precocido,😂) con hamburguesa y una rica ensalada de tomates. A la cocinera se le pagó en especies el servicio (una heladita cerveza Corona...¡para mí, lero, lero!, 😋😋). Después, a reposar la comida, que hacer mucho esfuerzo luego de comer hace mal, 😂 😂.  Indudablemente, teníamos que dejar que nuestra conductora y amiga descansara lo suficiente.  
   Ya más repuesta, nos invitó a visitar algunos lugares de interés de Futa..., que había averiguado en un folleto que encontró en la cabaña (entre paréntesis, el dichoso folleto turístico siguió camino con nosotras, aburrido de estar tan quieto y tan lejos,😂 😂). En primer lugar nos fuimos a las orillas de la Laguna Espejo, donde se ubica la Costanera, sencillo y hermoso paseo de madera. Fotos al bello paisaje y a nuestras bellas personas, para subirnos al Hyundai y partir, esta vez, al Mirador de la Torre del agua. Pero nada hacía presagiar que el famoso Mirador al que nos había invitado nuestra amiga, no tenía subida para vehículos. Sólo se podía acceder a pie, por una escalera de "apenas" 283 peldaños y un tramo superior sin escaleras, en que había que ir sorteando raíces arbóreas para no tropezar e irse de "hoci...a cada momento" (expresión  aportada por la Queena, 😂, 🙈). Llegamos arriba en calidad de palta extra madura. Incluso grabamos un video para eternizar el momento. Desde la altura se veía Futaleufú en casi todo su esplendor, con la Laguna Espejo brillando. Nuestra amiga, cual Judas, nos abandonó en plena cumbre, dejándonos a merced de las bestias salvajes y humanas, que las hay. Según ella, nos avisó que bajaba de inmediato. Después confesó que necesitaba alejarse de nosotras por unos minutos para recuperar la estabilidad emocional y alinear sus chacras, 😂 😂. Nosotros, que nada sabíamos de lo que pasaba por el sistema límbico de nuestra amiga, la buscábamos entre las zarzas y las enredaderas que rodeaban la escalera. En vano; trabajo extra y peligroso, pues, además, íbamos bajando los numerosos escalones de concreto sin barandilla para afirmarnos. Cuando llegamos al llano nuestra amiga estaba feliz de la vida, al interior de su troncomóvil.    
     Después de sacudirnos un poco pues la cantidad de tierra y polvo que acarreábamos era abundante,  nos fuimos con destino a comprar pan -dobladitas- y algún  recuerdo. En el trayecto se nos "terciaron" unos helados, 😋. Obligadas a sacrificarnos, 😜.  Nos sentamos a la sombra a degustar nuestros helados y luego ingresamos al local de artesanías.  Nada muy barato, pero opté por comprarme un termo individual con paisaje y nombre de la ciudad. Antes de que se oscurezca fuimos al Puente Gélvez, ubicado en dirección a un paso fronterizo, de los múltiples que hay con Argentina en el sur de Chile, donde el río Futa... ofrecía "el" espectáculo para los amantes de la aventura y de la fotografía. ¡Hermosas imágenes obtuvimos! Ya eran las 20,24 y nos fuimos de regreso a la cabaña. El hambre nos atenazaba el estómago (¡cuándo no!,😅). Nuestra once fue pantagruélica: queso, cecina, tomates y palta, ¡ñam, ñam! Alguna conversación hubo posteriormente,  acuerdos para el día siguiente y ...¡hora de acostarse! El día miércoles había terminado para nosotras. Sólo nos quedaban dos jornadas de viaje ..."c'est fini". Los viajes maravillosos también terminan. De los últimos días, les hablaré  pronto. Hasta mañana.  








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