viernes, 19 de enero de 2024

Perdidas en la Patagonia...


...argentina. Fue por esos lares donde nos perdimos en varias oportunidades. ¡Realmente una vergüenza para gente experimentada y casi baqueana! Eso sucedió anteayer y he sobrevivido para contarlo. Ahora empiezo...   
   Esta historia comenzó en Lanco, donde últimamente comienzan muchas de mis aventuras. Viajé el sábado 13 a la puerta de entrada de la Región de Los Ríos, ahíta de buenas vibras, con una maleta pequeña y una bolsa matutera cargada de alimentos. Con algo había que cooperar. Mi anfitriona, Marcela, me esperaba con una provisión de crudos caseros, sabrosísimos. No pudimos con todos, pero sí los acompañamos con algo de riego:  una cerveza, una copa de vino y un ramazotti, en mi caso. De mi compañera no puedo dar la suma exacta porque perdí la cuenta, 😂 😂.  Lo que sí puedo asegurar es que no chocó con ningún mueble en el momento de ir a acostarse. Al menos no había perdido el equilibrio. 
   Al día siguiente, luego de un opíparo desayuno, nos fuimos en dirección a Pto. Saavedra. Yo conocía Mehuín y Queule, pero no Toltén, Pto. Domínguez ni Pto. Saavedra. Un recorrido maravilloso orillando el mar en la mayoría de los lugares, en medio de la naturaleza, con un punto culminante a orillas del Lago Budi, residencia de decenas de cisnes de cuello negro. Fue un bonito espectáculo ver la gracilidad de aquellas aves desplazarse por encima de las aguas. Luego me vi sorprendida por el tamaño de Pto. Saavedra, así como de su equipamiento a orillas del mar. Hermoso lugar. Fue precisamente allí donde almorzamos un rico salmón a la plancha. El único problema fue la excesiva demora en el servicio. Regresamos saliendo por la ruta que lleva a Nva.Imperial, conectando con la Ruta 5 Sur a la altura de Temuco. Ya en casa, nos dedicamos a tomar onces y a departir con nuestra amiga Lidia, para después irnos a descansar. El día siguiente teníamos otro plan.   
   Temprano estuvimos de pie al día siguiente. Algunos trámites debía realizar la anfitriona, lo que no  impidió también ofrecer uno de sus platos favoritos: lomo saltado, que le queda espectacular,  😋. En la tarde nos dedicamos a regalonear nuestro cuerpo. ¿Cómo?, pensarán ustedes. Estuvimos dándonos un rico baño en tinaja con sales de Zipaquirá. Pero no era un baño a secas, sino acompañado con su picoteo y el correspondiente champagne. Fue un grato atardecer junto a Marcela (la dueña de casa y de la batea, 😆), Lidia y Eli, que había arribado esa tarde a Lanco. Nuestra reunión social fue hasta una hora prudente, pues al día siguiente, ...¡tatatatán!... iniciaríamos un viaje por 10 días a la Carretera Austral tres de nosotras. La que no podría participar en esta ocasión sería Lidia. Las demás estábamos "cuadradas" para subir nuestros bártulos al auto y partir. 

  Inicio de la aventura patagónica... 

    Abandonamos Lanco a las 6,30 por la zona este en dirección a Pto. Fuy, donde nos subiríamos al transbordador a las 9 de la mañana. Íbamos sobradas de cariño con respecto al tiempo de llegada, sin embargo, casi perdemos esa gran ventaja porque todas nos relajamos demasiado. Sin darnos cuenta, es decir, sin que la conductora Marcela se diera cuenta, 😅😅, en una bifurcación de la ruta se había encaminado en dirección a Liquiñe, lo que no nos permitiría "renunca" llegar a puerto (al Fuy me refiero). Suerte que las construcciones a orillas de carretera permitieron que la líder se diera cuenta de su error. De otra manera habríamos comenzado muy mal nuestro viaje perdiendo la reserva en el transbordador. Fue nuestra primera equivocación  y en nuestro país precisamente, con cero justificación.   
     El día estaba espectacular. Para mí fue el tercer viaje y esta vez estaba despejadísimo. Fue un lindo viaje y con bastantes pasajeros, además. Una vez en tierra, la tramitación en migración y aduana de ambos países (en el Paso Fronterizo Hua Hum) fue expedita y sin problemas. Después nos fuimos internando en tierras y poblados ya conocidos como lo son San Martín de Los Andes y  San Carlos de Bariloche. Llegamos a buena hora a Bariloche (casi 18 hrs.), con mucha luz de día aún. Antes de llegar a nuestro alojamiento habíamos pasado a un Supermercado mayorista. Grande fue la decepción cuando nos fuimos dando cuenta que las bolsas matuteras que llevamos para traernos toda Argentina si cabe en el maletero no tendrían mucha utilidad, 😂 🙄😬🥴. Al contrario, resultaban una ridiculez. El precio de los alimentos había subido al doble y hasta al triple en algunos productos. Es cierto que el cambio nos favorecía (el peso chileno está al mismo valor que el peso argentino), pero los productos subieron tanto, que sólo nos queda lamentar la situación de la gente pobre en este país. ¡Así nadie aguanta! Que conste que no estoy criticando la gestión del nuevo Presidente trasandino. Lleva apenas 40 días y recibió el país en pésimas condiciones.   
    Una vez nosotras ingresamos el hotel y dejamos el auto en el estacionamiento, caminamos unas cuadras, ubicamos un restaurante  y procedimos a engullir nuestros platos, dos cuartos de pizza, una hamburguesa friends, una bebida y dos limonadas. Como pueden ver, nos supimos comportar, 🤣. Casi no dejamos nada en la sartén ni en las tablas. Había hambre, 😉. Luego, para bajar la comida y soñar con que podíamos empezar la dieta cuando nos propusiéramos, caminamos por el centro, primero, y luego a orillas del Lago Nahuel Huapi, con sus aguas oscuras, que ya reflejaban la luna creciente y el lucero del atardecer. La noche estaba maravillosa para caminar, conversar, fotografiar. Pasamos por la bella Catedral, llegamos hasta la Plaza y luego regresamos a nuestro alojamiento como buenas niñas. Aún hacía calor. Así y todo dormimos como sacos de papas. 

   Al día siguiente...   

    Luego de una relajada hora de levantarse, un pantagruélico desayuno, un último recorrido por una tabaquería y un supermercado para comprar agua, decidimos partir a nuestro próximo destino, José de San Martín, una pequeña ciudad más allá de Esquel y Tecka. Nos fuimos orillando el Nahuel Huapi, gozando de las vistas hacia el lago y hacia las mansiones, cabañas, hoteles, etc. Feliz, Marcela llamaba mi atención sobre las hermosas construcciones.  Ya íbamos en el kilómetro 21, casi a la vuelta de la rueda por la enorme afluencia vehicular, cuando nos "dentró" la duda, pues no habíamos visto ninguna señal caminera que indicara nuestro destino o parte de él : El Bolsón, Esquel, Tecka. La conductora se detuvo, consultó y..., 🤭, nos habíamos equivocado por unos cuantos kilómetros. Debimos retroceder 9 y tomar otra ruta, cuya señalización no habíamos visto, 😂.  Todo bien hasta que de nuevo nos encontramos con una rotonda. Un camino llevaba al Cerro Catedral y el otro creímos que era la famosa Ruta 40. Nos fuimos derecho en tal dirección y ...¡upps! decía "Ruta 82". Vuelta a la rotonda y tomar el otro camino. 

     [Entre paréntesis: debo señalar que ninguna de las tres teníamos acceso a Internet. Con todos los chascarros que vivimos hemos tomado la decisión que es absolutamente necesario, en un viaje con vehículo  propio o arrendado, en el futuro, comprar un chip para poder acceder a datos relevantes. De esta manera evitaríamos perder tiempo y dinero en combustible extra, 😂.  Teníamos, eso sí, un mapa, que manejaba la Queen, y, en mi celular, yo iba cotejando en Google sin Internet el avance en la carretera. Así y todo nos perdimos unas cuantas veces, 😂.  Cierro paréntesis]. 

     Decía que tomamos el camino en dirección al Cerro Catedral. Llevábamos varios kilómetros en esa dirección y de nuevo, la gran duda. Apenas encontramos un ser humano lugareño, preguntamos. ¡Andábamos más  pérdidas que el Teniente Bello! Pues, era el otro camino el que debíamos haber seguido pues ése  llevaba a la Ruta Nacional N°40. ¡Vamos que se puede!, jejeje 🙈 🙈. ¡Al fin llegamos a la dichosa ruta y nos sentimos totalmente empoderadas. Logramos arribar a El Bolsón, y avanzamos buscando encontrar la Ruta 40 por la que deberíamos continuar. Le preguntamos a un transeúnte y, primero, nos indicó que prendiéramos el GPS (¡plop!) y ante la confesión de que no teníamos Internet, nos mandó a tomarnos algo a un café, para conectarnos por wifi. Es decir, no tenía idea dónde estaba la ruta por la que le habíamos preguntado, 😁.Una joven que estaba fiscalizando los vehículos estacionados en ese sector para cobrarles, quiso hacerlo con nosotras, pero ya nos íbamos así que cero peso ...y cero información, 🥴.

    Vuelta a consultar a algún  otro ser vivo, perdón,  a otro ser humano. ¡ Ahora sí que sí! Todo nos había empezado a sonreír hasta que llegamos a un lugar bien bonito llamado Lago Puelo. De pronto, nuestro karma: se nos presentó otra bifurcación. Preguntamos por separado. Eli y yo fuimos a una empresa de tours, donde recibimos una información, que nos conduciría en dirección contraria a lo averiguado por Marce. Optamos por los antecedentes de la oficina turística -ellos eran "entendidos"-, que era equivocada,  😁 😁. Siempre el mismo problema, muy poca señalización en las carreteras. Una vez encontramos a alguien a quien preguntarle, por añadidura bastante atractivo, 😂,nos dimos cuenta que íbamos por mal camino -cuándo no, 😜-. ¡Vuelta! De nuevo, a retroceder y tomar la ruta que claramente nos indicó el amable joven.   
    Al fin llegamos a Esquel, ciudad a la que ingresamos con el objetivo de comer algo más contundente que galletas, compotas, mazapanes y agua. Entramos a un local y pedimos una "Picada" para dos personas, más bebidas. Luego de aquello, a llenar el estanque de combustible, que sigue a menos de la mitad del valor en  Chile, aunque en este último tiempo ha subido casi el doble (entre 642 a 665 el litro en peso argentino). Volvimos a la ruta y pasando la ciudad llamada Gobernador Costa nos dirigimos a José de San Martín. Marce se había comunicado hacía un rato con el arrendatario de Cabañas Palo Blanco, por lo que teníamos TODO clarito. El único problema es que no era en ese pequeño pueblo, sino en el anterior por el que habíamos pasado,  Gobernador Costa,  😂 😂 😂.  Debimos regresar, 😂😅😪😭😭. ¡Uff! Al fin, luego de 7 kms. de regreso, pasadas las 20 horas, estuvimos en la ventosa urbe.  
     Una vez allí nos preparamos unas ricas paltas, unas sabrosas hamburguesas y ensalada de lechuga.  Todo en la cabaña. Luego de ver un poco de noticias, nos fuimos a acostar con la esperanza de dormir relajadamente, pero a ratos despertábamos por las ráfagas de viento. Al final, quedamos convencidas de que la cabaña no salió volando sólo porque estábamos nosotras en su interior que no somos precisamente pesos plumas, 😂 😂.  

   Saliendo de la Patagonia Argentina... 

   Al día siguiente madrugamos. Con los 5 chascarros de la jornada anterior habíamos quedado vacunadas de improvisación.  Así que a las 7 de la mañana empezamos con el "levantamiento". A las 8,30 estábamos abandonando la cabaña, esta vez en la dirección correcta (dijeran los políticos), luego de una sola equivocación al principio, 😂. Nuestros destinos eran Río Mayo, Perito Moreno y Los Antiguos, en la parte trasandina. En el camino, en las afueras de la Estancia Juanita (a orillas de la Ruta 40, que impidió todo lo que pudo que pudiéramos avanzar más rápido, porque estaba tan deteriorada en extensos tramos, que se debía ir zigzagueando para no caer en los tremendos baches) procedimos a comer nuestros sándwiches con lechuga, hamburguesa y palta. Hubo que cargar combustible en las dos primeras urbes -¡por suerte!-, pues en la última ciudad (¡muy hermosa!) no había "nafta". Pasadas las 16 horas llegamos al Paso Jeinimeni. No tuvimos problemas en ninguno de los dos sectores, felizmente. En la frontera nacional no nos pusieron problemas por el pan salado, pan de Pascua y galletas que llevábamos. Una vez que terminamos los trámites suspiramos de alegría. Estábamos seguras que ya no nos perderíamos en ningún sector: estábamos en nuestro país. "¡Vuelvo a casa, vuelvo, compañero...!" 🎶 🎵 🎙. 

   A las 17 horas íbamos pasando bajo el arco de entrada de Chile Chico, primera localidad que decidimos conocer y en la cual pernoctaríamos esa noche, la del 18 de enero. Así lo hicimos. Las vicisitudes de esa estadía y las siguientes serán tema de otros escritos.  Por el momento,  esto es todo, 😂.  Hasta pronto. 




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