sábado, 16 de noviembre de 2019

Bitácora... Sábado 16...

Semana Dos
Sábado 16
  EGIPTO es uno de los países de la federación árabe, ubicado al noroeste del continente africano, famoso por su antigüedad, cultura, monumentos históricos y gobernantes destacadísimos ...en el pasado. Tiene una población actual de 100 millones de habitantes, de los cuales un 80 por ciento profesa la religión musulmana y los restantes son cristianos. La creencia religiosa determina la vida de sus habitantes, con prohibiciones y normas de vida muy estrictas desde la perspectiva occidental. El Cairo, su capital, alcanza una población de 20 millones de habitantes, con una vida cotidiana ordenada, que recibe miles de visitantes cada año, atraídos por una de las maravillas del mundo antiguo, las Pirámides de Giza: Keóps, Kefrén y Micerinos.  
Llegamos a El Cairo cerca de las 17 horas del viernes 15, pero se nos hizo de noche en los trámites de ingreso que son bastantes rigurosos, donde lo único que faltó fue la revisión con perros, como en Chile. Pero debimos sacarnos los zapatos y aceptar la revisión de nuestro cuerpo por encima de la ropa. Nos esperaba un guía egipcio, Alí, quien además de entregarnos la Visa egipcia que nos permitía el ingreso, nos facilitó el paso por los controles de la policía nacional.

   Nuestra primera noche en El Cairo fue en un hotel magnífico, en el cual gozamos de una cena buffet fantástica, para luego dedicarnos a la ducha y lavado de cabello, posterior al paso de una noche en viaje desde Santiago.

   No hubo noche de entretención para nosotras, aunque algunos salieron a recorrer las cercanías o se dedicaron a irse de copas en el mismo hotel luego de la cena, lo que fue una entretenida experiencia que les salió bastante cara (la cantidad de impuestos que le agregaron al coste inicial de cada trago fue escandalosa). De lo que sí nos aseguramos antes de retirarnos como buenas niñas a nuestro aposento fue asistir a una reunión explicativa de todo el itinerario del tour en Egipto por parte de Mohamed, otro guía, y luego cambiar dólares a la moneda local, la libra egipcia.  
   La levantada del día siguiente  fue unos minutos antes de las 4 de la madrugada. Había que ordenar maletas, desayunar, realizar check out del hotel, subir a un bus que nos dejaría en el Aeropuerto antiguo de El Cairo para luego tomar un vuelo nacional a la ciudad de LUXOR, ex Tebas, que antiguamente fue la capital de Egipto en tiempo de los faraones, con un millón de habitantes. A los 9,30 ya estábamos en dicha ciudad, aunque costó un poco más salir del aeropuerto, pues los controles policiales fueron realmente exhaustivos. 
Una vez ya legalmente autorizados, fuimos a realizar nuestra primera visita cultural, bajo la guía de otro Mohamed, arqueólogo de profesión. Conocimos los restos arqueológicos del Templo de Karnak, dedicado al dios Amón, de una data de 4.000 años, del cual se puede reconocer en terreno todas sus partes y dependencias, aunque muchas de ellas se encuentren destruidas o a medias conservadas, por distintos motivos. 
 En él encontramos Murallas gigantescas (construidas principalmente con el método el terraplén), obeliscos, columnas en forma de loto y de papiro, originalmente en cantidad de 134 (una verdadera maravilla observar y caminar entre ese bosque de columnas que conservan muchos  de los jeroglíficos impresos en ellas y una que otra huella de su colorido primario)
También hay varias estatuas importantes: del Faraón Ramsés II con Nefertari (su amada), de la Esfinge, así como los numerosos carneros-leones, que cual soldados centinelas, vigilan la entrada al templo y otros sectores. 
 En nuestro paseo cultural, también llegamos a la estatua del escarabajo sagrado, que, según interpretación correcta, es esencialmente benefactor. El guía, en más de una ocasión se detuvo frente a alguna pared, columna u obelisco, para ir explicando elementos que conformaron la escritura jeroglífica de los egipcios del antiguo y bajo imperio. 
Llegamos hasta el lago artificial de carácter sagrado, donde participamos en un ejercicio de relajación, que nos permitiera "sentir" el templo, realizando luego las 7 vueltas alrededor del escarabajo sagrado, con el fin de expresar deseos personales.

  Después de un tiempo libre para recorrer y fotografiar lo que quisiéramos en el lugar, nos dirigimos en el bus hasta el barco-crucero donde estaremos hospedados 4 días y 3 noches. A continuación, un opíparo almuerzo y un rato de descanso, para posteriormente, encaminarnos  al Templo de Luxor, de menor superficie y estructura que el de la mañana, pero cuya visita al anochecer, permite captar su belleza con el plus de la iluminación, que lo transforma en un verdadero espectáculo. 

Fue construido en tiempos, principalmente de tres faraones, aunque el principal fue Ramsés II, quien lo hizo notar en sus gigantescas estatuas.
   Ha sido un día de visitas extraordinarias, de comida buffet tanto al almuerzo como a la cena, del encuentro con los comerciantes callejeros egipcios, más un sinnúmero de personas y niños que mendigan insistentemente, con todo lo cual uno se siente en realidad francamente acosado.  Hasta la fecha, salvo mínimos detalles, la experiencia tiene la nota máxima. Hasta mañana.  
 

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