La LADRONA de LIBROS, maravillosa película, que habla de amor, solidaridad, valentía, familia, a pesar de los horrores de la guerra. Que también nos habla de ese gran salvavidas que constituye la palabra escrita, materia prima de LIBROS extraordinarios, que nos dan vida, que nos orientan, que nos entregan esperanza y compañía, que te permiten elevarte por sobre las mezquindades de la vida cotidiana.
Ver esta hermosa película (el libro sin duda debe ser mejor) me trajo varios recuerdos, guardados en mi memoria ram.
Recordé esos preciosos días en la playa de Coique, al interior de una carpa y bajo la lluvia, acompañada de mis hermanos Patricio Alvarez Saldaña yTito Alvarez , cada uno de nosotros leyendo el libro de su agrado. Recuerdo haber estado leyendo durante esos días "La guerra del fin del mundo" de Vargas Llosa. También recuerdo la desilusión senbtida cuando nos llegaron a "rescatar" de la lluvia. ¡Qué fome! ¡Estábamos tan bien!
También me llegó la imagen de mi pequeña Mirella Melillanca acostada en tardes heladas de invierno y leyendo "Cuentos para cada día" , unos de mis regalos más acertados. No hace mucho tiempo le recordé que ese libro y otros similares estaban a su disposición para que se los lleve, pero me dijo: "No, mamá. Guárdamelos mientras tanto; serán para mis hijos". Y,... ahí los tengo, guardados, en su nombre...
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