viernes, 30 de agosto de 2024

Playa y Desierto Florido...

   

   Hoy ha sido un día maravilloso, temporalmente hablando. Todo despejado desde temprano, sin que el sol permanente signifique sofoco y calor exagerado, toda vez que estamos a orillas del mar y siempre en el sector costero la temperatura es más baja que en lugares sin mar. Lo importante es que habiendo sol y cielo azul todo cambia para bien. No vayan a creer que me estoy quejando de los días anteriores, ¡para nada!, porque la suerte nos ha acompañado "todo el rato" (toco madera para no cortar la  buena racha, ✊). 

   Les había comentado que en Copiapó no habíamos encontrado tours. Ganas de realizar alguno de parte de la agencia había, pero no tenían interesados. Así que salimos del lugar - el 28/08- sin ninguna buena noticia. Si a eso agregamos que estaba bien nublado esa mañana, "pior", lo que se aumentaba con la fealdad citadina (¿y bosnia, 😂?). De Copiapó doña Carolina Tohá debía haber opinado lo que opinó de Aysén, 😉 😉; habría sido más justo. Todo fome hasta que...nos llamó Rosa, la encargada del Chillitrip Copiapó. Tenía a dos turistas brasileños que también se interesaban en el desierto florido para el día siguiente, pero el tour estaba planificado para la tarde, 🥴😟. Nosotras nos íbamos a Bahía Inglesa al día siguiente (ya no queríamos nada con Copayapu (=Copiapó), así que sugerimos realizar el tour en la mañana, toda vez que sólo eran 4 horas (todo calzaba a la perfección). Esperamos la respuesta mientras caminábamos por la ciudad. Lo más temprano que se podía partir, nos dijeron, era a las 10 a.m. debido a la necesidad de que se despeje la camanchaca, pues las flores necesitaban de un día soleado para abrirse. Llegamos a ese acuerdo, felices y expectantes. Estábamos, obviamente, dadas para el éxito,  🙌 😉 😂 😂.

    Esa misma tarde nuestro "amigo" Alberto nos envió la dirección y los códigos de ingreso a su propiedad en el Condominio Club Inglés de Bahía Inglesa, ejem, 🤪. También,  los datos para hacer la transferencia por el importe de dos noches de alojamiento en ese lugar tan exclusivo, creíamos. Porsiaca, decidí realizar el pago una vez que estuviéramos en el lugar, no vaya a ser cosa que...Ya saben, "Juan Segura...". Pero ése era un tema del que preocuparnos después. Lo primero era terminar ese día alimentándonos con una buena once con un par de marraquetas y medias lunas y sendas tazas de ☕ caliente. Después de haber caminado 15 kilómetros, antes de las 21 horas, estábamos "pat'e laucha". Arreglamos la cama nido y nos lanzamos a los brazos de Morfeo casi con las gallinas, sin ningún sentimiento de culpa, 🥱🥱😴😴😴. 

   Al otro día, luego de dormir más de 9 horas, despertamos como lechugas. Ducha, desayuno, arreglo de maletas, orden del espacio y ...¡partimos! Nuestro destino inmediato: oficina de Chillitrip, donde dejaríamos el equipaje en custodia mientras participábamos en el tour. Por suerte que no ocupamos mucho tiempo en embellecernos (tarea medio difícil cada vez más, 😂), pues los compañeros de viaje eran LAS compañeras, 😂 😂 😂.  Fue mejor, de todas maneras -dijo el picao, 😅-. Pronto llegó una camioneta de doble cabina e iniciamos el viaje con la bienvenida a cargo de Carlos, el guía, un joven en sus 30 (o capaz que 40), con piercing no menor en la nariz, tatuajes varios en el cuello y cabello enrulado.  

   Ingresamos al recientemente creado Parque Nacional Desierto Florido, lugar ubicado cerca de Nantoco (hacia el sur), a 57 kms.de distancia. Ya en la Ruta 5, empezamos a ver manchones de color fucsia, lo que nos alegró el ánimo, pues eso significaba que íbamos realmente al encuentro de sectores poblados de flores de aquella Floración Especial 2024. En síntesis, fue una experiencia realmente extraordinaria, con un guía preocupado de mostrarnos cada especie, señalar sus características,  hablarnos de la belleza y el cuidado de toda esta vida oculta y latente por años bajo tierra, que ante las condiciones ideales de lluvia, temperatura y humedad, surge a la superficie por unas semanas y vuelve a la profundidad  transformada en semilla y raíces, sin que por ello eso suponga una muerte definitiva. 

   La mayoría de las plantas vistas pertenecían a la especie de las suculentas. La más abundante, mayoritariamente de color fucsia  (aunque también  vimos unas blancas), es conocida como "pata de guanaco". Otras mencionadas fueron las malvillas (de color malva, en forma de campánula), el "cuerno de cabra" (de color amarillo), el "gato", los clásicos cactus con su fruto conocido como el "copao" y muchas otras, de las que no recuerdo los nombres. Encontramos una "chinita" y varias flores de manzanilla, además de algunas añañucas ya secas. Teniendo sumo cuidado de andar por los senderos indicados, caminando en ellos, pero igualmente mirando para no pisar ninguna planta por pequeña que fuera, fuimos avanzando al interior del Parque, donde en tres ocasiones divisamos pequeños reptiles, que rápidamente se escondían en sus cuevas cavadas en medio del suelo desértico.   
   Fueron a lo menos dos y media horas en que nos transformamos en naturalistas, aficionados, claro, mirando, examinando y fotografiando especies. Sólo aficionadas, porque no pudimos dejar de lado las selfies o las fotografías de recuerdo o evidencia de que estuvimos allí, bellezas 😍entre muchas bellezas y colorido. En algunas ocasiones, el sol y las nubes provocaban tales efectos en el relieve que los montículos cercanos y los campos de flores parecían verdaderas pinturas a la acuarela. ¡Hermoso! Regresamos...

   A las 13,50 estuvimos en la agencia, donde recuperamos nuestro equipaje y nos dirigimos con la correspondiente sonajera de las ruedas hasta el Terminal de buses, micros más bien, donde habíamos averiguado que cobraban más barato, especialmente por ser adultas...¡Ya saben, 😉! Partimos a las 14,30 en dirección a Caldera, mientras, casi atoradas, nos servíamos nuestro "roquín" preparado esa mañana en "casa". Por lo tanto, a las 16 horas ya habíamos llegado a la dirección que nuestro nuevo mejor amigo, 😁, nos había dado.  

    ¡Sorprise! Era un condominio moderno, con casas de dos pisos adosadas en diagonal, con un cuidado parque central de arena, palmeras, cactus, flores, juegos infantiles, asientos y cerquitos blancos. Todo muy "high". Intentamos marcar códigos pero todo estaba abierto: el cercado exterior y la puerta de la casa 43. ¡Upps! Pensé para mí : "¡hay otros alojados!". Tocamos. Nos abrió una señora con la escoba en la mano. ¡Chanfle! La cosa se pone color de hormiga, 😂 😂, temí. No, bromita, 😁. Era la señora de la limpieza, que, afligida, nos señaló que ya tenía limpio el segundo piso, pero le faltaba el primero. "Don Alberto me dijo que ustedes llegaban a las 16,30", nos dijo. La tranquilizamos, pues nosotras nos habíamos adelantado. Ingresamos y esperamos arriba mientras tanto. Era una casa de dos pisos, con 3 dormitorios, 2 baños, con capacidad para 6 personas, living- comedor-cocina totalmente equipado y 2 terrazas. Podíamos escoger hasta dormitorio, ene, tene, tú, 🤣 🤣.  

   Ya de dueñas de casa, hice el consiguiente traspaso de dinero por el costo convenido por el alojamiento. Pronto descubrí que había problemas con la señal de mi Galaxy, obvio debido a que Wom, seguro, no estaba de moda entre los residentes del balneario, de ninguna manera era problema de mi equipo,🤪. Me costó hacer la transferencia, debí insistir un par de veces. No le di importancia, pues "mi" banco es bien delicado en cuanto a los destinatarios nuevos... La verdad es que debía haberme preocupado un poco más, 🥴😟. Ya sabrán por qué. 

   Nos instalamos  y salimos a conquistar Bahía Inglesa. No estaba muy atractivo el balneario. Hacía algo de frío y el cielo estaba nublado, de manera que las aguas turquesa, tan típicas del lugar casi ni se notaban. Igualmente, había un par de valientes bañistas. Uno que otro restaurante estaba abierto. Es decir, el lugar no mostraba su mejor cara. Pasamos a comprar un par de marraquetas -no quedaba más, 🥺😧-  h2o mineral y calabaza, calabaza, a "nuestra" casa, 🤣 🤣.Al llegar nos encontramos con la sorpresa de que no estaba muy cálida nuestra morada, de manera que, como abuelitas, tuvimos que utilizar sendas frazadas para abrigarnos mientras aprovechábamos de tomar once y ver tv. El frío y el sueño nos venció y nos fuimos a acostar temprano, donde nos esperaba Morfeo. 

   A eso de la 1 de la madrugada desperté asustada. Alguien subía -o bajaba- la escalera. Me asusté y eso que soy súper valiente, 😂 💪💪🥴. De puro miedo, no quise ni moverme, 😂 😂. Pensé, al comienzo, que era mi amiga, pero no podía ser que subiera y bajara la escalera reiteradamente. Que yo supiera, no era sonámbula. ¡Chanfles y rechanfles! Luego de escuchar voces en sordina y más ruidos propios de gente en movimiento, me "pegué el alcachofazo". Eran unos "vecinos" que habían llegado tarde. Como las casas están adosadas unas a otras, más la amplificación de los ruidos nocturnos, todo se escuchaba como si fuera a unos pasos. Después de llegar a aquella lógica conclusión y pasado el susto, me desvelé y más se agudizó mi vigilia. Para aprovechar el tiempo me puse a revisar mis redes, cuentas y demases. Al revisar mi cuenta bancaria, casi se me cayó el pelo: había pagado dos veces la cuenta de la casa de nuestro amigo Alberto. Es decir, la ganga del año se había convertido, de acuerdo a la cantidad transferida, en un alojamiento caro para dos profesoras veteranas jubiladas, con PGU por añadidura, 😂 😂. ¡Tremendo chasco, si no me devolvían el dinero! 🥴😵😭😭. Mandé un S.O.S. en ese momento, sin tener respuesta a esa hora ni en las siguientes, 🤞🏽🤞🏽. 

   Hoy fue un día redondo. Ya les conté que había amanecido despejado total. Con ese escenario maravilloso nos fuimos a Caldera, donde recorrimos los puntos destacados, tomamos todas las fotos posibles y almorzamos a cuerpo de rey a orillas de la playa. Luego, regresamos a Bahía... y recorrimos la playa y la localidad en el mejor escenario posible: cielo despejado y sol radiante. Ahora sí los tonos turquesa se pudieron apreciar. 

   A esta hora  -21 horas- estamos sirviéndonos una rica cerveza -una lemon stones cada una, 🤣 🤣- para celebrar el desarrollo de nuestro viaje-aventura a la fecha. Mañana dejamos el balneario y nos vamos a otro puerto, que no es Caldera. Ya les contaré hacia dónde nos dirigiremos. Seguiremos persiguiendo flores en el desierto, eso sí. Con la suerte que hemos tenido, probablemente  nos siga yendo bien. Lo sabrán en el próximo relato.







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