sábado, 31 de agosto de 2024

En un mar de olivos ...

  

    Sábado 31, último día de agosto. Sé que no digo nada novedoso, 🤭, más bien es una perogrullada, pero hoy es ésa la fecha y por dicha razón la consigno. Comencé el día con un brusco despertar con movimiento sorpresivo de la cama de madrugada -despertares ya casi olvidados, 😉- debido a caprichos de las placas tectónicas. A poco de iniciarse el día, 26 minutos después de medianoche, ya estábamos con cosas raras. Fue tan fuerte, que me hizo recordar el 27 F, pero tan breve, que se me olvidó de inmediato, lo que no quita que surgiera la inquietud por lo que pudiera venir. Por si acaso, me levanté ipso facto a ver a mi compañera de vivienda y ante mi llamado sólo recibí como respuesta el silencio. Estaba 😴 😴 durmiendo "a pata suelta". "Felices los que duermen...", 🤣.Quedé frustrada y atorada, pues no pude comentar con nadie esa experiencia extrema, 😁.   
   Antes de las 7 a.m. volví a despertar. Alguien se duchaba cerca de mí. Pensé que era en la casa del lado. Seguí acostada. Al rato, al levantarme, veo que mi amiga estaba en pie, totalmente vestida, 😂 😂. ¡Había madrugado!😏🙄. De todas maneras, estuvo bien aquel adelanto, porque nos esperaba un viaje en etapas esa mañana.  Taxi-colectivo desde Bahía Inglesa a Caldera. Bus "charcha" desde Caldera a Copiapó. Bus decente desde Copiapó a Vallenar, minibús desde Vallenar a Huasco. ¡Uff! Llegamos algo cansadas 😫 de tanto sol y paisaje reseco y desértico.  Por Vallenar sólo pasamos, pues no recordábamos que fuera una ciudad muy atractiva, así que, directamente, habíamos reservado alojamiento en el Puerto de Huasco. Ambas habíamos estado en una ocasión en la ciudad-puerto (yo lo había recorrido durante parte de un día) y nos interesaba de mayor manera. La cercanía al mar y el hecho de contar con un sector de Floración extraordinaria, nos parecieron razones más que suficientes para nuestra preferencia.  


   Apenas iniciado el viaje en bus desde Caldera, nos despedimos de Alberto, nuestro anfitrión,  y agradecimos su generosidad y, en mi caso, además, su honestidad.  El día anterior me había devuelto, apenas le envié mis datos, el dinero que yo le había hecho llegar en transferencia duplicada. Así que, en realidad, la noche en esa casa de condominio vip, nos había costado sólo 35 lucas, 😜, una ganga. Comprobamos que realmente había sido Seremi en uno de los gobiernos del Presidente Piñera como nos había dicho y hasta Alcalde Subrogante de Copiapó. Nos llevamos de él el mejor de los recuerdos como persona. 

    Mientras íbamos en camino nos llegó la confirmación de un tour que queríamos  realizar mientras estuviéramos en Huasco, a precio muy conveniente para sus 8 horas de duración. Nos pareció fantástico. Dimos el sí enseguida y transferimos el 50% de los morlacos. Todo seguía a pedir de boca. A propósito de esta parte de nuestro cuerpo humano, apenas llegadas al puerto, buscamos dónde almorzar antes de ir a nuestro alojamiento. Encontramos un restaurante a una cuadra de la plaza y nos convenció su menú: carbonada de lapa, pescado frito con ensalada, bebida, pan con pebre. La sopa fue tan contundente que debimos desistir del acompañamiento de arroz de la merluza. A pesar de aquello, quedamos como "chinches", 🤣 🤣. Terminado ese trámite tan necesario para no morir de inanición, sobre todo yo, 🙈 🙈,  agarramos nuestras maleticas y salimos en busca del "Hospedaje entre Rocas". El cielo despejado y los 18 grados se transformaron casi en enemigos mientras recorríamos las veredas irregulares en subida, unas 7 cuadras aprox. Con el sincero deseo de hacer ejercicio luego de tan opíparo almuerzo, no buscamos un taxi (también un poquito por apretadas, 😂 😂). La maleta de América no estaba muy conforme con mover tanto sus ruedas y se negaba a seguir a cada rato. A la dueña no le quedó otra que cargarla lo más que aguantó. Vamos, que se puede, ya queda menos de la cuesta, ¡uff! 😎🥵🥴.🧗‍♂️🧗‍♀️.

    Llegamos casi al final de la cuesta y nos enfrentamos a una casa esquina antigua, en altura, con varios niveles y como en precario estado de equilibrio, 😂 😂.  No será ése el hospedaje, me dice América. Claro, decía "Hospedaje" y agregaba un teléfono, que no coincidía con el que teníamos, así que respiré tranquila: no es, dije. La verdad, no me parecía muy promisorio un alojamiento en aquel lugar... Justo cuando íbamos pasando vi, arriba, en una pequeña terraza, a una mujer. No me dio muy buena espina... Terminamos de subir y ya en el plano, volví a revisar Google Maps. ¡Habíamos pasado de largo...😬! En ese mismo momento suena mi celular: era la encargada del alojamiento reservado. Le indicamos dónde estábamos y nos señala que debemos retroceder,  🥺, nos pregunta si somos dos personas con maletas, 😬,  y claro, era ella a quien yo había visto en lo alto. ¡Nooooooo! ¡Qué lata! ¡Era la construcción que jugaba a equilibrarse en lo alto de la cuesta, 😂 😂! Salió el hijo de la señora a indicarnos por dónde ingresar, un hombretón un tanto extraño, 😬🥴😖. Pensé que hasta allí nos había acompañado doña Fortuna y estábamos entrando a la Casa del Horror, 😱, pero...


...las apariencias engañan. La construcción era antigua, no tan bien mantenida como uno hubiera querido, pero la habitación tenía todo lo necesario y limpio. La anfitriona nos llevó tazas, té, azúcar, galletas hasta la habitación, la que tenía una puerta-ventana corredera hacia una terraza en altura, con asientos, flores, una fuente de agua en funcionamiento y una vista espectacular hacia la parte baja de la ciudad y el puerto. ¡Era una bella e inesperada sorpresa! Y yo, evaluando a la rápida, ni profesora que hubiera sido, 😂 😂.   
    Descansamos un rato, tomamos un ☕ con galletas, salimos a conocer la ciudad, que nos encantó por su costanera, su Faro monumental, al cual pudimos subir merced a un modesto aporte y tuvimos el privilegio de una vista panorámica excepcional de la ciudad y de la bahía. Caminamos de un extremo a otro, llegando también a la Caleta, donde fuimos testigos de la práctica de natación a mar abierto de cuatro nadadores. Siendo las 18 horas, a pocos minutos de que el atardecer se inicie en el Puerto de Huasco nos dirigimos al Hospedaje, luego de pasar a un supermercado, con el fin de descansar de las aventuras del día. El domingo nos esperaba un tour, suponíamos, maravilloso. Era necesario descansar, pero, antes de guardarnos como niñas buenas, desde nuestra atalaya disfrutamos de una bellísima puesta de 🌞 🕶. Todo seguía dándosenos a la perfección.  





viernes, 30 de agosto de 2024

Playa y Desierto Florido...

   

   Hoy ha sido un día maravilloso, temporalmente hablando. Todo despejado desde temprano, sin que el sol permanente signifique sofoco y calor exagerado, toda vez que estamos a orillas del mar y siempre en el sector costero la temperatura es más baja que en lugares sin mar. Lo importante es que habiendo sol y cielo azul todo cambia para bien. No vayan a creer que me estoy quejando de los días anteriores, ¡para nada!, porque la suerte nos ha acompañado "todo el rato" (toco madera para no cortar la  buena racha, ✊). 

   Les había comentado que en Copiapó no habíamos encontrado tours. Ganas de realizar alguno de parte de la agencia había, pero no tenían interesados. Así que salimos del lugar - el 28/08- sin ninguna buena noticia. Si a eso agregamos que estaba bien nublado esa mañana, "pior", lo que se aumentaba con la fealdad citadina (¿y bosnia, 😂?). De Copiapó doña Carolina Tohá debía haber opinado lo que opinó de Aysén, 😉 😉; habría sido más justo. Todo fome hasta que...nos llamó Rosa, la encargada del Chillitrip Copiapó. Tenía a dos turistas brasileños que también se interesaban en el desierto florido para el día siguiente, pero el tour estaba planificado para la tarde, 🥴😟. Nosotras nos íbamos a Bahía Inglesa al día siguiente (ya no queríamos nada con Copayapu (=Copiapó), así que sugerimos realizar el tour en la mañana, toda vez que sólo eran 4 horas (todo calzaba a la perfección). Esperamos la respuesta mientras caminábamos por la ciudad. Lo más temprano que se podía partir, nos dijeron, era a las 10 a.m. debido a la necesidad de que se despeje la camanchaca, pues las flores necesitaban de un día soleado para abrirse. Llegamos a ese acuerdo, felices y expectantes. Estábamos, obviamente, dadas para el éxito,  🙌 😉 😂 😂.

    Esa misma tarde nuestro "amigo" Alberto nos envió la dirección y los códigos de ingreso a su propiedad en el Condominio Club Inglés de Bahía Inglesa, ejem, 🤪. También,  los datos para hacer la transferencia por el importe de dos noches de alojamiento en ese lugar tan exclusivo, creíamos. Porsiaca, decidí realizar el pago una vez que estuviéramos en el lugar, no vaya a ser cosa que...Ya saben, "Juan Segura...". Pero ése era un tema del que preocuparnos después. Lo primero era terminar ese día alimentándonos con una buena once con un par de marraquetas y medias lunas y sendas tazas de ☕ caliente. Después de haber caminado 15 kilómetros, antes de las 21 horas, estábamos "pat'e laucha". Arreglamos la cama nido y nos lanzamos a los brazos de Morfeo casi con las gallinas, sin ningún sentimiento de culpa, 🥱🥱😴😴😴. 

   Al otro día, luego de dormir más de 9 horas, despertamos como lechugas. Ducha, desayuno, arreglo de maletas, orden del espacio y ...¡partimos! Nuestro destino inmediato: oficina de Chillitrip, donde dejaríamos el equipaje en custodia mientras participábamos en el tour. Por suerte que no ocupamos mucho tiempo en embellecernos (tarea medio difícil cada vez más, 😂), pues los compañeros de viaje eran LAS compañeras, 😂 😂 😂.  Fue mejor, de todas maneras -dijo el picao, 😅-. Pronto llegó una camioneta de doble cabina e iniciamos el viaje con la bienvenida a cargo de Carlos, el guía, un joven en sus 30 (o capaz que 40), con piercing no menor en la nariz, tatuajes varios en el cuello y cabello enrulado.  

   Ingresamos al recientemente creado Parque Nacional Desierto Florido, lugar ubicado cerca de Nantoco (hacia el sur), a 57 kms.de distancia. Ya en la Ruta 5, empezamos a ver manchones de color fucsia, lo que nos alegró el ánimo, pues eso significaba que íbamos realmente al encuentro de sectores poblados de flores de aquella Floración Especial 2024. En síntesis, fue una experiencia realmente extraordinaria, con un guía preocupado de mostrarnos cada especie, señalar sus características,  hablarnos de la belleza y el cuidado de toda esta vida oculta y latente por años bajo tierra, que ante las condiciones ideales de lluvia, temperatura y humedad, surge a la superficie por unas semanas y vuelve a la profundidad  transformada en semilla y raíces, sin que por ello eso suponga una muerte definitiva. 

   La mayoría de las plantas vistas pertenecían a la especie de las suculentas. La más abundante, mayoritariamente de color fucsia  (aunque también  vimos unas blancas), es conocida como "pata de guanaco". Otras mencionadas fueron las malvillas (de color malva, en forma de campánula), el "cuerno de cabra" (de color amarillo), el "gato", los clásicos cactus con su fruto conocido como el "copao" y muchas otras, de las que no recuerdo los nombres. Encontramos una "chinita" y varias flores de manzanilla, además de algunas añañucas ya secas. Teniendo sumo cuidado de andar por los senderos indicados, caminando en ellos, pero igualmente mirando para no pisar ninguna planta por pequeña que fuera, fuimos avanzando al interior del Parque, donde en tres ocasiones divisamos pequeños reptiles, que rápidamente se escondían en sus cuevas cavadas en medio del suelo desértico.   
   Fueron a lo menos dos y media horas en que nos transformamos en naturalistas, aficionados, claro, mirando, examinando y fotografiando especies. Sólo aficionadas, porque no pudimos dejar de lado las selfies o las fotografías de recuerdo o evidencia de que estuvimos allí, bellezas 😍entre muchas bellezas y colorido. En algunas ocasiones, el sol y las nubes provocaban tales efectos en el relieve que los montículos cercanos y los campos de flores parecían verdaderas pinturas a la acuarela. ¡Hermoso! Regresamos...

   A las 13,50 estuvimos en la agencia, donde recuperamos nuestro equipaje y nos dirigimos con la correspondiente sonajera de las ruedas hasta el Terminal de buses, micros más bien, donde habíamos averiguado que cobraban más barato, especialmente por ser adultas...¡Ya saben, 😉! Partimos a las 14,30 en dirección a Caldera, mientras, casi atoradas, nos servíamos nuestro "roquín" preparado esa mañana en "casa". Por lo tanto, a las 16 horas ya habíamos llegado a la dirección que nuestro nuevo mejor amigo, 😁, nos había dado.  

    ¡Sorprise! Era un condominio moderno, con casas de dos pisos adosadas en diagonal, con un cuidado parque central de arena, palmeras, cactus, flores, juegos infantiles, asientos y cerquitos blancos. Todo muy "high". Intentamos marcar códigos pero todo estaba abierto: el cercado exterior y la puerta de la casa 43. ¡Upps! Pensé para mí : "¡hay otros alojados!". Tocamos. Nos abrió una señora con la escoba en la mano. ¡Chanfle! La cosa se pone color de hormiga, 😂 😂, temí. No, bromita, 😁. Era la señora de la limpieza, que, afligida, nos señaló que ya tenía limpio el segundo piso, pero le faltaba el primero. "Don Alberto me dijo que ustedes llegaban a las 16,30", nos dijo. La tranquilizamos, pues nosotras nos habíamos adelantado. Ingresamos y esperamos arriba mientras tanto. Era una casa de dos pisos, con 3 dormitorios, 2 baños, con capacidad para 6 personas, living- comedor-cocina totalmente equipado y 2 terrazas. Podíamos escoger hasta dormitorio, ene, tene, tú, 🤣 🤣.  

   Ya de dueñas de casa, hice el consiguiente traspaso de dinero por el costo convenido por el alojamiento. Pronto descubrí que había problemas con la señal de mi Galaxy, obvio debido a que Wom, seguro, no estaba de moda entre los residentes del balneario, de ninguna manera era problema de mi equipo,🤪. Me costó hacer la transferencia, debí insistir un par de veces. No le di importancia, pues "mi" banco es bien delicado en cuanto a los destinatarios nuevos... La verdad es que debía haberme preocupado un poco más, 🥴😟. Ya sabrán por qué. 

   Nos instalamos  y salimos a conquistar Bahía Inglesa. No estaba muy atractivo el balneario. Hacía algo de frío y el cielo estaba nublado, de manera que las aguas turquesa, tan típicas del lugar casi ni se notaban. Igualmente, había un par de valientes bañistas. Uno que otro restaurante estaba abierto. Es decir, el lugar no mostraba su mejor cara. Pasamos a comprar un par de marraquetas -no quedaba más, 🥺😧-  h2o mineral y calabaza, calabaza, a "nuestra" casa, 🤣 🤣.Al llegar nos encontramos con la sorpresa de que no estaba muy cálida nuestra morada, de manera que, como abuelitas, tuvimos que utilizar sendas frazadas para abrigarnos mientras aprovechábamos de tomar once y ver tv. El frío y el sueño nos venció y nos fuimos a acostar temprano, donde nos esperaba Morfeo. 

   A eso de la 1 de la madrugada desperté asustada. Alguien subía -o bajaba- la escalera. Me asusté y eso que soy súper valiente, 😂 💪💪🥴. De puro miedo, no quise ni moverme, 😂 😂. Pensé, al comienzo, que era mi amiga, pero no podía ser que subiera y bajara la escalera reiteradamente. Que yo supiera, no era sonámbula. ¡Chanfles y rechanfles! Luego de escuchar voces en sordina y más ruidos propios de gente en movimiento, me "pegué el alcachofazo". Eran unos "vecinos" que habían llegado tarde. Como las casas están adosadas unas a otras, más la amplificación de los ruidos nocturnos, todo se escuchaba como si fuera a unos pasos. Después de llegar a aquella lógica conclusión y pasado el susto, me desvelé y más se agudizó mi vigilia. Para aprovechar el tiempo me puse a revisar mis redes, cuentas y demases. Al revisar mi cuenta bancaria, casi se me cayó el pelo: había pagado dos veces la cuenta de la casa de nuestro amigo Alberto. Es decir, la ganga del año se había convertido, de acuerdo a la cantidad transferida, en un alojamiento caro para dos profesoras veteranas jubiladas, con PGU por añadidura, 😂 😂. ¡Tremendo chasco, si no me devolvían el dinero! 🥴😵😭😭. Mandé un S.O.S. en ese momento, sin tener respuesta a esa hora ni en las siguientes, 🤞🏽🤞🏽. 

   Hoy fue un día redondo. Ya les conté que había amanecido despejado total. Con ese escenario maravilloso nos fuimos a Caldera, donde recorrimos los puntos destacados, tomamos todas las fotos posibles y almorzamos a cuerpo de rey a orillas de la playa. Luego, regresamos a Bahía... y recorrimos la playa y la localidad en el mejor escenario posible: cielo despejado y sol radiante. Ahora sí los tonos turquesa se pudieron apreciar. 

   A esta hora  -21 horas- estamos sirviéndonos una rica cerveza -una lemon stones cada una, 🤣 🤣- para celebrar el desarrollo de nuestro viaje-aventura a la fecha. Mañana dejamos el balneario y nos vamos a otro puerto, que no es Caldera. Ya les contaré hacia dónde nos dirigiremos. Seguiremos persiguiendo flores en el desierto, eso sí. Con la suerte que hemos tenido, probablemente  nos siga yendo bien. Lo sabrán en el próximo relato.







jueves, 29 de agosto de 2024

Aventuras nortinas...

  

   Ya casi estamos terminando el mes de agosto y empezando el de septiembre -¡tikitikití!- y yo me he encontrado caminando pavimentos y tierras polvorientas del norte de nuestro país. Estamos con mi amiga América en la "gran" ciudad de Copiapó, esta vez con los ojos abiertos tras la tercera visita y que me permite mirar con más distancia y objetividad. ¡Puchas que es fea esta urbe!, 😂 😂.  Lo único que se salva son unos pocos edificios como la I.Municipalidad, la iglesia y algún otro, nuevo y limpio (quiero decir que no está envuelto en esa pátina de mugre y polvo), además de la estatua por la Paz Mundial, que enviaron los chinos en homenaje al Rescate de los 33 mineros, y de las letras volumétricas de la ciudad, que están nuevitas aún. Después de leer esto, capaz que alguien se pregunte qué hacemos acá entonces, en un lugar tan poco atractivo y que no combina con nosotras, 😂 😂. Les cuento.   
    Hace un par de meses, cuando nos enteramos con América  -mi amiga de Talca- que el desierto atacameño habíase llenado de flores este año, en forma adelantada, nos propusimos llegar hasta acá a ver y disfrutar el fenómeno. Nos demoramos un poquito por "problemas de agenda",😉,hasta que encontramos un hueco  en ella -me refiero a la agenda- y aquí nos tienen desde el miércoles a primera hora. Mi palacio fue el cuartel general de planificación -a medias debo reconocer- de la aventura. Mi amiga se apersonó el domingo 25 en la ciudad heroica -Rancagua- y desde ese momento empezamos a tirar líneas, con la salvedad de la tarde del lunes, en que en el troncomóvil de Anita partimos a recorrer las tierras altas de Machalí, específicamente la localidad de Coya, lugar a donde acostumbramos a llevar a las visitas "extranjeras", 😂😂. Fue una tarde entretenida e ideal en cuanto a temperatura  -22 grados-, con cielo despejado, un marco ideal para posar ante la familia minera, el cóndor y las letras volumétricas de Coya.  
      El martes nos preparamos para el viaje, que comenzaría en la jornada de la tarde. Nos alimentamos de la mejor manera al almuerzo, sólo para tener fuerzas, no porque nos guste comer, 😂😂. Descansamos un poco, me tomé un rico ☕ y partimos al Terminal O'Higgins. Una vez en la capital esperamos con otro cafecito que sea la hora de subirnos a nuestro bus, que nos llevaría a Copiapó, ciudad a la que arribaríamos a eso de las 7,30 a.m., del miércoles obviamente. El bus, aunque compré el pasaje con desconfianza, era nuevo, amplio y muy cómodo, por lo que el viaje tendría que haber sido cómodo también. Sin embargo, el sueño, que pudo ser reparador y relativamente normal, no lo fue, por puras mañas nuestras, 😅😂. Así que estuvimos más despiertas que dormidas. Yo salí ganando pues dormí algo más que mi partner. 
    El día nos recibió de mala gana, 😁, gris y helado. Lo primero que hicimos fue dejar nuestro equipaje en custodia y luego pasar a desayunar a un café, a media cuadra del Terminal Turbus -en Copiapó hay terminales por docenas, 😂-. Un café y un sandwich de pan con queso caliente nos alimentó esa mañana. Luego iniciamos nuestra búsqueda de agencias de turismo, aprovechando de conocer el centro de la ciudad: la plaza, la iglesia y los edificios aledaños. La verdad, nada nos impresionó mucho. Tal vez, los añosos árboles de la plaza, llenos de cototos y formas extrañas, como si estuvieran con tumores al por mayor. Fuimos a otro terminal, de los buses que viajan a Caldera. Pregunté por los viajes a Pto. Viejo, pues me hubiera gustado ir de nuevo por allá- a comer un rico sandwich de pescado-. Pero no, los viajes a esa Caleta se realizan sólo en temporada veraniega. ¡Nada qué hacer! Por allí vimos una oficina que anunciaba tours. Sin embargo, no nos fue bien. El encargado no llegaba aún. Fuimos a dar una vuelta hasta la escultura por la Paz Mundial -regalo de los chinos por el rescate de los 33 mineros- y las letras de la ciudad. Fue allí donde obtuvimos las mejores fotos de Copiapó. Difícil obtener unas fotos mejores, pues no hay otros hitos destacables como para fotografiar, 🤭🤭. Después de aquello, volvimos a la agencia. Ahora el encargado estaba en reunión. Nos fuimos a la Oficina de Información Turística, que ya había abierto sus puertas. Nos entregaron un tríptico y un plano de la ciudad, indicándonos dónde  encontrar la única agencia funcionando presencialmente.  
     Cuando pudimos hablar con la encargada, se nos cayó el alma al suelo, porque no había tours planificados -¡ninguno!-. Si surgía algo, nos llamaría, dijo. Nos fuimos sin esperanzas, resignadas a caminar el resto del día por las feas calles copiapinas -¡lo logramos!, caminamos 15 kilómetros ese día-. Luego de ir a conocer el Mall a orillas de un Río Copiapó inexistente, y de vitrinear a destajo, buscamos dónde almorzar. Nos metimos a un restaurante modesto -creo que demasiado  modesto, 😂 😒🙄-, donde por 5 lucrecias nos sirvieron un menú consistente en una cazuela y  un plato principal con pan, en medio de una música "a todo chancho", tipo ramada, 🙈.  Suerte que al rato bajaron el volumen. La cazuela estaba maoma no más: al parecer era de tiempos inmemoriales, 😂  (el arroz estaba recocido y la papa era añeja; el cilantro era fresco, eso sí no lo puedo negar, 😂 😂). El principal que pedimos fue pescado frito con ensalada surtida. Ese plato era del día y estaba sabroso. Salimos del local satisfechas y listas para ir a tomar posesión de nuestro alojamiento. Ya había establecido contacto telefónico con el encargado y el depto. estaba disponible. Fuimos a recuperar nuestro equipaje al terminal de buses a unas 3 cuadras y con la guía de Google Maps, partimos a buscar el lugar donde pernoctaríamos esa noche. Caminamos unas cuantas cuadras con nuestras maleticas a cuestas hasta que llegamos, luego de habernos perdido como por media cuadra. No era calle, era pasaje la dirección. Teníamos los códigos para ingresar así que todo fue expedito. Al interior del edificio, cerrado por un alto portón, nos esperaban un par de guardias caninos 🐕 🐕, que ni se inmutaron por nuestra presencia, ¡por suerte!, 🥴🥴.  

   El depto. era tal como se había descrito: en 18 m2. había una cama nido, una mesa y silla escritorio, un pequeño clóset, un lavaplatos, un frigobar, una encimera y un mueble de cocina, más un baño con tina y ducha, todo en buen estado de conservación y limpio. Nos gustó, porque, además, nos había salido conveniente en el precio. Nos acomodamos. Estábamos listas para darnos una buena ducha (nuestros cuerpos no habían visto el agua desde que habíamos salido de Rancagua, hacia más de 24 horas), cuando llegó un hombre a nuestra puerta, 🤭🤗. ¡Jajaja! No había llegado, en todo caso, por casualidad, aclaro enseguida. Resulta que no habían provisto lo suficiente con papel higiénico el baño, por lo que había hecho la solicittud correspondiente del vital elemento, 😂.Quien llegó con el producto faltante fue el padre del encargado, un señor de sus años (menos que los nuestros de todas maneras, 🤣), que, mientras trataba de instalar el rollo gigante de papeles en el artefacto, nos daba una cháchara de padre y señor mío, hablándonos de su vida, de sus actividades, de sus antepasados que llegaron de Argentina y eran unos "patipelaos", con más apellido que plata y pedigree. ¡Fue un rato muy entretenido para nosotras e imaginamos para él, que, al parecer, lo tenían sin hablar durante un tiempo, 😂 😂.  

   Cuento corto, al enterarse este buen señor que al día siguiente nosotras emprenderíamos "vuelo" a Caldera, se le ocurrió que nos contactáramos con su hijo, pues también tenían propiedades en arriendo a turistas. Luego lo pensó mejor y como le habíamos caído simpáticas al parecer -además de ser profes en retiro (él también había incursionado en el ámbito de la enseñanza)- prefirió él arrendarnos una casa, pues su hijo no nos haría el precio que merecíamos, 😁.Nos preguntó cuánto pagaríamos por las dos noches de alojamiento, 70 lucas le dije, bueno dijo él y acordamos que después nos enviaría códigos y dirección exactos pues tenía que averiguar "cuál" casa estaba desocupada. Obviamente, deberíamos transferirle a él el monto para que su hijo no se entere, 😂 😂.  Hasta nos ofreció una noche más, gratis  -de alojamiento, aclaro, 😉-.  

   La verdad sea dicha, no estábamos muy convencidas de la ganga, además de que no conocíamos la dichosa casa, pero no fue ningún bluff. En realidad, la casa era tal, estaba en un condominio en el balneario Bahía Inglesa, playa a 6 kms. de Caldera, lugar al que llegamos a las 16 horas del día siguiente. De lo que sucedió en esas 24 horas existentes entre el 28 al 29 de agosto, les contaré  en el próximo relato, ya que éste se alargó demasiado.  Hasta pronto.


domingo, 18 de agosto de 2024

Casi al Sur del mundo...


Viernes 16

 Aquí estamos las tres esperando hace un rato ya considerable que nos traigan nuestro almuerzo. Estamos en la localidad de Puelo, Región de Los Lagos. Tenemos hambre, varios parroquianos se han ido, aburridos de esperar. Nosotras hemos persistido. Ya habíamos visitado dos restaurantes y no nos gustó el menú, pues queríamos pescado. Volvimos al local al que no quisimos pasar, 😂 😂... ¡Bravo! Nos ha llegado pan con pebre y mantequilla. No dura mucho en la panera. Desaparece como por arte de magia, 🪄.Se nota que estábamos angurrientas. Nos traen las bebidas. No quise pedir de nuevo cerveza, pa' que no me pelen, pues una no bebe porque conduce y la otra por elección libre y soberana, 🥴. Así que me matriculé con un néctar, al que debí agregarle agua, pues no me gusta tan espeso ni tan dulce. Como a la hora de estar esperando, llegó nuestro pedido: todas merluzAs, con papas fritas unas, con ensalada surtida,  yo, 😇😇. Estaba rica la comida y abundante. Con algo más  de sal y harto jugo de limón, quedó perfecta. Al salir nos dimos cuenta que habíamos adquirido, sin querer queriendo, un nuevo perfume con aroma a fritura, 🥴. ¡Quedamos algo pasaditas! Era el segundo día de nuestra aventura de fin de semana largo. 

Jueves 15 

    Habíamos abandonado Lanco al mediodía del jueves, un poco tarde, la verdad, pero que no influyó mayormente, pues la distancia al lugar de destino "sólo" era de 238 kms. No nos fuimos en forma directa, pues en el trayecto pasamos a las ciudades de FrutillarLlanquihue. En la primera ciudad caminamos por la costanera, sacamos fotografías del lugar y de nosotras, nos acercamos al Teatro del Lago, ¡hermoso todo aquello! El tiempo nos acompañó. El cielo estaba parcial, no llovía aunque hacía bastante frío. La caminata nos ayudó a activar nuestros esculturales bodies, 😉. 

 

   Una vez que nos reencontramos con Frutillar, seguimos viaje por la ruta de la Cuenca del Lago Llanquihue. El Volcán Osorno se mostraba perfecto y despejado, a orillas de la otra ribera del lago. Recorrimos 20 kms. y estuvimos en Llanquihue. Ya eran pasadas las 16 horas. Tarde para almorzar en forma correcta. Sólo encontramos sándwiches en el restaurante que estaba abierto, en una ciudad pequeña, en pleno invierno y en día feriado. Las papas fritas fueron el acompañamiento infaltable a los sándwiches solicitados, regados por bebidas y una cerveza, en mi caso. Eran más de las 17 horas cuando salimos del local y preferimos, por la hora y el poco tiempo de luz que nos quedaba, irnos al alojamiento, ubicado en un condominio nuevo en la ciudad de Puerto Varas, a 12 kilómetros.  
    ¡Excelente elección de nuestra amiga Marcela y a un precio extraordinario, dada la calidad del departamento! Nos instalamos y salimos a reconocer la ciudad. La noche ya había comenzado. Recorrimos el sector céntrico y la costanera. ¡Bonito espectáculo nos ofrecía Puerto Varas de noche, con sus hermosas construcciones iluminadas! El frío y el hambre nos obligó a regresar al alojamiento. Una rica y opípara once y ya estamos como en casa. Ocupamos el tiempo restante de esa primera noche para comprar nuestros pasajes aéreos a España, país que visitaremos en enero 2025. ¡Bravo! Quedó todo listo para ese viaje tan especial.  

    Viernes 16 , ¡otra vez! 

   Salimos como a las 10 de la mañana desde nuestro refugio. Al interior de él no éramos conscientes de la baja temperatura, 1 grado apenas de mínima, que fue subiendo pero con poco ánimo, que era el mejor en el caso nuestro, pues iríamos ese día a la zona sur continental de la Región de Los Lagos, Cochamó Puelo, a 93 y 124 kms., respectivamente (tomando como kilómetro cero la ciudad de Puerto Varas). En Cochamó el frío era intenso, aún estaba nuboso. Así y todo, había artesanos a orillas del Estuario de Reloncaví. Recorrimos el lugar, compramos un par de recuerdos, en  mi caso, un gorro de lana -hermoso y abrigador- y un jarro enlozado con figuras del lugar. Ya eran las 13 horas, aún temprano para almorzar, por lo que decidimos llegar hasta Puelo, distante 30 kms. Recorrimos las pocas calles de Puelo y buscamos dónde almorzar, de lo que ya les hablé al inicio del relato.  
    Nos desocupamos después de las 16 horas, lo que nos permitió regresar con tranquilidad. Pasamos a Cochamó a tomarnos unas fotos sobre el Mirador y luego continuamos rehaciendo el camino hasta llegar a "casa", entre nubes y más de unas gotas a ratos. Antes de irnos a guardar, pasamos a un supermercado. Necesitábamos un tarro de leche evaporada para preparar un traguito especial, 🥂😋😋, con el que nos sacrificamos mientras planificábamos paso a paso nuestro futuro viaje por España e Italia, 👏👏. 

 

 Sábado  17

    Luego de un desayuno bien alimenticio, leche con cacao y  chocolate, huevos revueltos y pan, nos preparamos para salir a conquistar otro sector de Región. Se trataba esta vez de Maullín (88 kms.) Calbuco (a 68 kms.tanto de P. Varas, como de Maullín). En la primera localidad estuvimos sólo un rato, porque no nos gustó, aunque es poseedora del atractivo de ubicarse a orillas del Río Maullín. Toda ciudad construida a orillas de cursos de agua tienen un encanto indiscutible. 

   De allí partimos a Calbuco, que nos sorprendió por su tamaño, cantidad de embarcaciones, de gente trabajando y visitando la feria en las afueras del Mercado local. Allí sufrimos un golpe en nuestro orgullo nacional, de fuerte impacto. Sucede que en más de una ocasión hemos criticado la venta de carne para el consumo sin cadena de refrigeración y en algún local poco formal. Nos parecía cosa de Perú, de República Dominicana, de Guatemala y , tal vez, de otros países de nuestro subcontinente. Jamás lo habíamos visto en nuestro país. "Aún" no lo habíamos visto en Chile, sin embargo, lo vimos acá en Calbuco. Suponemos que el tiempo helado ayuda a la conservación (tampoco había moscas alrededor), pero aquello no nos conformó. Nuestro orgullo nacional quedó gravemente herido con lo visto. ¡No podíamos creerlo! Y pensamos en voz alta si acaso se trataba simplemente que nos "faltaba calle" como a tantos o vivíamos en la Caverna de Platón. ¡Quién puede saberlo!   

    Almorzamos en Calbuco, en una cocinería, empanadas fritas, de camarón-queso, de loco y mariscos, con bebida o café, según gustos. Igual salimos algo fritas, con la gran diferencia que fue todo bastante expedito ...y económico. Después de aquello, partimos con un kilo de tacas y un par de kilos de choritos a cuestas, que, por suerte se portaron bien y no reclamaron por ir encerrados todo el resto del camino, 😂 😂. 

   Al regreso pasamos por Llanquihue, pues el día de llegada no nos dimos tiempo para aquello. Hace muchosss añosss yo había estado en la ciudad (por la década del '70 -¡del siglo pasado, 🙄😬🤭-)  y recordaba el lago y un cisne. Pasados los años, está muy hermosa la ciudad. Caminamos por la costanera, fotografiamos el paisaje y nosotras en él también, mejorándolo, 😂. El lugar estaba lleno de vida, parejas, familias, caminando,  a orillas de playa, tratando de ubicarse bien frente a las letras corpóreas, único lugar en que las he visto en medio del agua, 👏. ¡Nos encantó! Nos acercamos lo que pudimos a los cisnes, más fotografías y después empezamos a regresar hasta donde habíamos estacionado el vehículo. En eso, unos pequeños que estaban jugando a la pelota, las lanzaron hacia donde nosotras íbamos pasando. Fue en ese momento que el espíritu de Maradona me poseyó, 😂 😂,  y quise atajar el balón y devolverla de la manera más profesional posible, 🙈 🙈.  ¡Quién  me manda a  mis años! Caí redondita, como si hubiera sido yo la pelota, 😁 😁.  Terminé con una rodilla lastimada, nada más -¡por suerte!-. Nada de quiebres de cadera ni cosa por el estilo, ¡qué fome! 😂 😂. Una de mis amigas -la con el alma más negra, debo agregar- se arrepentía, después, de no haberme fotografiado en el momento de la caída en lugar de darme la mano para que me parara del pavimento. Lo de siempre, pues: uno ve caras, no corazones, 😂 😛.    

   Luego de pasar a un supermercado para poder preparar una rica once y un par de cocteles, nos fuimos a guardar al depto. De una alimenticia once dimos cuenta en primer lugar y luego preparé crema de limoncetta y crema de quetzalteca, ambos tragos muy deliciosos y nutritivos. Mientras yo hacía aquello, Marcela peleaba a brazo partido con los choros pues debía darles un buen baño con limpieza y todo y ellos no estaban ni ahí con asearse. Tuvo que amenazarlos con echarlos al agua caliente para que se tranquilizaran. Al final, casi congelados al interior del refrigerador, debieron resignarse a pasar una noche fría, exactamente igual a la que había fuera del depto. Nosotras, en cambio, dormimos calentitas, metidas entre sábanas de polar, una con calefacción  eléctrica además de su guatero regalón, que se quedó por Pto. Varas, porque se aburrió de su esclavizada vida, 😂 😂.  

  Domingo 18 

   Se da término a nuestro viaje. Debemos volver a casa. Mis amigas trabajan el lunes, mientras yo gozo del descanso luego de hacer lo mismo -trabajar- por 40 años. ¡Cómo pasa el tiempo, no! El trayecto que hicimos en el camino de vuelta fue espectacular. Nos vinimos bordeando el Lago Llanquihue, gozando del paisaje, de las  bellas  construcciones a sus orillas o en las cercanías, de la vista de los Volcanes Osorno, Calbuco y Puntiagudo, que se turnaban para mostrarse entre las nubes o sin ellas a cada rato, asomándose entre los árboles. ¡Realmente una maravilla de paisaje! En el trayecto pasamos a un Mirador, primero, más que a mirar a comprar kucken de migas y de nuez para comer ( a pesar de haber desayunado bien hacía poco más de una hora).  

    Saliendo de allí, pasamos por Ensenada, por los Saltos de Petrohué y el Lago Todos los Santos. Yo ya había estado allí hace muchos años, de manera que fue casi una novedad volver a caminar por estos ellos parajes. Hacía frío, pero valía la pena el "sacrificio". Hermosas postales de estos lugares pudimos dejar grabadas en nuestro celulares. Aprovechamos una mayor detención frente al lago para servirnos un café caliente allí mismo en el vehículo, gracias al agua caliente de la que nos habíamos provisto en el termo. Fueron unos minutos de relax, para luego retomar el camino y dirigirmos  hasta Puerto Octay. 

   Nos sorprendió gratamente la ciudad, con más habitantes de lo que habíamos supuesto. Buscamos dónde almorzar. Eran las 14,40 horas y ya era tiempo de sentarnos a una mesa. Nos detuvimos frente a la Plaza de la ciudad. El local estaba lleno. Nos hicieron un lugar y nos quedamos allí a comer. Hoy día todo era elegir entre distintas preparaciones de carne: asado alemán, estofado de carne y carne salteada con verduras. Todo llegó muy pronto y a pesar del esfuerzo que hicimos, ninguna pudo terminar su plato. Eran demasiado abundantes. No dimos por rendidas, aunque la comida estaba bastante buena. Salimos de allí, arrepentidas de haber comido más de la cuenta. ¡Uff!

    El resto del trayecto lo hicimos sin contratiempos, aunque luchando, a ratos a brazo partido, contra la modorra y el sueño, incluida la conductora, 😐. Ingresamos a la ciudad de Río Bueno a buscar un saco de papas. ¡Tal  cual! ¡Qué elegancia la de Francia, 😂 😂! El auto parecía estar bajando de nivel, categoría feria libre, además de estar bastante cargado ya con nosotras, 😂 😂.  Finalmente llegamos a nuestro destino a las 18 horas, sanas y salvas, después de cuatro días de aventuras. El frío nos recibió con los brazos abiertos, contra el cual debimos luchar un buen rato, mientras la calefacción producía el efecto deseado. Ahora ya estamos descansando, para enfrentar mañana un nuevo día, que más de una sorpresa, seguro, nos entregará. Hasta pronto. 

Lago Todos los Santos
De Puerto Varas hacia Ensenada por orillas del Lago Llanquihue.

Frutillar, día jueves 15.
Cochamó y sus proximidades.

Cochamó desde Mirador en la ciudad.

En Calbuco, viernes 16.


miércoles, 14 de agosto de 2024

Tren al sur 🎶 🎵 ...

   Lindo habría sido viajar en tren, pero el sueño de muchos, no es práctico ni económico como medio de transporte a estas alturas en nuestro país. No es más que un sueño romántico e infantil de unos empecinados, que creían -ya se habrán dado cuenta que es inviable, como tantas cosas que soñaban- que era cosa de anunciar para que sea realidad. ¿Por qué hablo de esta añoranza a las 5 a.m.del miércoles 14 en un Terminal de Buses otra vez, en nuestro país, sin nadie a la vista, aún de noche, con una temperatura de 8 grados (que debo agradecer que no es más baja) en una ciudad desconocida? 

  ¿Cosas de la vida? ¡Nooo! ¡Sucede que me alcanzó la maldición del Martes 13! "No te cases ni te embarques" dice. Tranquilein: ¡No me casé! ¡Ni muerta! Toco madera mejor, 😁🤫. Sin embargo, se me ocurrió viajar, cierto, al final del día, pero aún era 13 igual, con tanta suerte mala, que el bus me dejó.  Tal cual. Y como no era un viaje "cortito" que digamos, no ha sido nada de gracioso. Al menos creo que un viaje de 700 kilómetros se merece toda nuestra consideración.   

    Pienso que esto me ha pasado por descreída.  Debí sacar mi pasaje para hoy 14, por ejemplo, y me habría ahorrado estos avatares que estoy sufriendo 😩 😭 ahora. Pero, ánimo 💪 y fuerza, que aparte de que se me están congelando las manos mientras escribo y necesito ir a un sanitario, no hay nada más terrible que esas minucias. Felizmente ya están por abrir la oficina del Terminal y podré cobijarme al interior, lejos de estos tres 🐕 🐕 🐕 bien alimentados que se me acercan a cada rato. Al menos me sirven de  guardaespaldas, 🙈 😅, aunque pueda quedar con unas cuantas pulgas encima.

 

   Victoria se llama la ciudad donde estoy esperando que abran. ¡Qué malas personas éstas! No lo hacen sabiendo que habemos ya tres personas afuera. Al final tuve que presionar para que lo hicieran. De malas ganas lo hicieron pero ya, algo es algo. Luego de usar el baño sólo me queda esperar 20 minutos. Compro un pasaje sin asiento, pues ya no quedan, 😞.  Me subo al bus, me siento, me cambio mejor hacia el final. 10 minutos y me sacan, obligada a ir de pie. Alguien de más adelante me avisa que hay uno desocupado. ¡Bravo! Número 2. Pido que me dejen cerca del Rodoviario de Temuco, pues este bus no ingresa a ese terminal. Una hora de viaje y me dejan como a cuatro cuadras. Habría caminado pero llueve copiosamente. Uber, la salvación,  bastante caro en Temuco, eso sí.   

    En la losa del Rodoviario encuentro un bus con destino a Valdivia. Pregunto si me llevan y dicen que sí, 😆. Buen bus, asiento individual, primer piso, temperado, a muy buena velocidad (la máxima permitida). El único problemilla es que me dejarán en las afueras de Lanco. Ahí ya puedo pedir auxilio. Lo hago. En realidad, no había necesidad de mandar ningún S.O.S., pues Marcela estaba pendiente a qué hora llegaba y me fue a buscar. Llovía en Lanco, pero con más parsimonia que en Temuco. A ratos sale el sol. Aún tengo frío y estoy, como abuelita, al lado de la estufa a pelet. Ahora me cae simpática -la estufa-. Ya me tomé un tapsin en polvo y un paracetamol para ahuyentar algún resfrío que quisiera acercarse.  Todo bien. 

   Moraleja: no volver a viajar en esta fecha aciaga. La gracia de estar "pajareando" me significó, al final, pagar dos pasajes para poder llegar y en lugar de utilizar sólo un bus, debí subirme a tres - al menos en eso salí ganando, 😂 😂-. La excesiva confianza me jugó una mala pasada. Por suerte, estaba en mi propio país, aunque, con lo poco amables que son en este territorio, tal vez me habría ido mejor en tierras extrañas. Hasta pronto.