domingo, 22 de octubre de 2017

El día en que se detuvo la Tierra... Once...[Hoy]

Once                                                                              [Hoy]

    Los días se han ido sucediendo uno tras otro en la vida de Maui y le parece  que el fin del mes de octubre se acerca, a ratos,  a pasos agigantados; en otros momentos, con la morosidad de una tortuga... La subjetividad del tiempo se hace más patente en este período del año. Cuenta las  semanas que restan para terminar el año laboral, lo que anhela con ansias. No es porque el trabajo no le guste, sino porque su cuerpo y su ánimo se han hecho eco del cansancio cotidiano. 
   Añora "sus" vacaciones, ahora que se ha acostumbrado a gozarlas en plenitud y emplearlas en lo que le gusta tanto. ¡Qué rico que queda poco!, se dice. 
  Y una vez llegado el 18 -de noviembre-,   ¡¡a viajar y conocer otros lugares y otras gentes...y...y...!! 

 Ha sido un último tiempo de acercarse al mar (San Antonio, Pichilemu, Quintero, Maitencillo y Laguna de Zapallar), recuperando la magia de movilizarse en tren y caminar mucho por la playa, recordando y comparando. Además de todo lo que  puede y debe hacer en palacio, lógicamente. 
   Hoy ha gozado de un día  precioso. Ha hecho calor. El cielo, completamente despejado, mientras la cordillera muestra cada uno de sus pliegues y protuberancias, con menos o más nieve, a la distancia. 
  Piensa, analiza, reflexiona mientras, instalada en el balcón, goza de la grata temperatura, arrullada por la música. Han sido unos días de tomar algunas decisiones  y abrirse a nuevas oportunidades surgidas. Y a pesar de que no está  absolutamente comprometida y convencida con el nuevo desafío educacional propuesto, cree que, así y todo, no continuará en el actual. No obstante, como la dignidad y el orgullo personal están ante todo -en el buen sentido de la palabra-, la retirada quiere hacerla de la mejor manera. Nada de mediocridades a última hora, se repite.  Hay que hacer las cosas bien hasta el final. Siempre ha sido así y esta vez también lo será. Por ello, se está preparando a full en Historia para que el resultado de la prueba en que se inscribió de "puro patuda" que es, no sea vergonzoso. "Tú te reirías, querida Mirella", habla para sí y para ella.  'Dirías que soy "cuática", y tal vez no te faltaría razón, jajaja".
   La mayor preocupación que tenía ya no existe. Un importante problema del que se ha liberado. Agradece a su suerte, si es que ésta existe. Ahora, ya no siente presiones económicas hacia el futuro inmediato. 
     De pronto piensa en los puntos "jumbar" y cae en el juego, algo macabro e inútil, de elucubrar  cómo serían las cosas si ella siguiera a su lado... Sin  duda, el panorama habría tenido unos elementos sólo posibles en esa ucronía familiar:   el apelativo de "abuela", la satisfacción de lo sembrado, la continuidad del lazo afectivo... Son las trampas que le envía la mente, a veces,  y que la hacen terminar molesta, resentida, amargada por todo lo que pudo ser y no fue.

    Alcancé a liberarme de la negrura antes de venir a verte. Alcancé por algunos minutos, a  desembarazarme de las malas vibras y llegar hasta ti tranquila con el mundo circundante. Es que no es con el mundo cotidiano con el que estoy  en guerra, es con la vida, ...con tu vida. La mía ha sido el resultado de mis elecciones y de eso no me puedo quejar, aunque haya habido oscuras simas en el camino. Con lo que no estaré nunca conforme es con lo que te deparó la vida a ti, querida hija. ¡No, nunca! El desahogo llega liberador, pero demasiado breve. No alcanzo a echar afuera toda la hiel, la envidia, el odio, el desprecio... Aún hay una capa de limo en el fondo (creo que siempre lo habrá, mientras la conciencia siga diciendo presente)... Lo bueno es que algo decantó y la presión perdió fuerza. Volvió al nivel normal.  Anoche casi hizo crisis. Volví a sentirme extranjera en medio del tumulto, y ya me había separado de todos, cuando alguien, un buen amigo, tal vez por azar, instinto  o sabiduría, me rescató del pozo y sin "querer queriendo" me sacó de allí.   Sé que no es sano para mí ni justo para los cercanos. Pero los dementores existen en mi vida y con ellos debo luchar cada cierto tiempo. 

    Busca la razón de tal estado y la encuentra. Son los hitos temporales cercanos los que van acumulando presión. Un nuevo año se cumplirá pronto y toda ella lo sabe. El dolor y la rabia, agazapados durante la mayor parte del año, comienzan a ocupar espacio y a estirarse cual pantera, desde la oscuridad. Por eso, debe estar preparada para seguir; por ello, tiene varios proyectos con plazos insoslayables,  ocupando tiempo y espacio. Es una tarea casi épica aunque muy terrenal. No puede ser de otra manera. Está aún en la Tierra, formando parte de la especie y de este espacio. ¡Qué bien!
  Mientras tanto, sigue el itinerario de una mariposa que, de calle Estado hacia Cáceres, osa adelantarla. Al llegar a la esquina, la pierde de vista...¡Volar quién pudiera!

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