De este lugarcillo nos fuimos hasta Turaida y su castillo, hasta donde subimos pasando por un parque precioso, con árboles casi gigantescos, prados, esculturas, una Iglesia medieval hasta llegar a las construcciones castellanas (o castillescas, como prefiráis). El Castillo de Turaida se ve muy nuevo para tener tantos años (desde 1214); lo que sucede es que fue repuesto en ladrillo rojo luego de un incendio. La mayoría de nosotros se atrevió a subir los 190 escalones de la torre, para tener el privilegio de observar el bosque báltico. ¡Hermosísimo! De allí seguimos avanzando hacia Riga, la capital del reino, pasando por Sigulda, una pequeña ciudad, muy limpia y ecológica, pues las construcciones se veían tras y entre árboles. ¡Por fin! Llegamos a Riga. 👏👏 .¡Ya estábamos ansiosos por bajarnos del bus! Sin embargo, por más de media hora anduvimos a lo largo de la ciudad (o a lo ancho, no lo sé) y nada que había anuncios de llegada al hotel. La verdad, la mayor parte de Riga que vi tras la ventana del bus no me gustó. Muchos edificios antiguos (de 4 ó 5 plantas) con abundantes grafitis en sus paredes. Se veía desaseo y pobreza, que desapareció al llegar al centro. Luego vino la explicación: en ese sector se ubicaban mayoritariamente las construcciones de tiempos de la Letonia Soviética. ¡Triste realidad!
Para nuestra sorpresa, no pernoctamos en Riga, sino en una ciudad cercana llamada como lo mencioné al comienzo: Jūrmala. El hotel, excelente, con derecho a usar el Spa y la piscina. Lástima que no eché en la maleta mi bikini,😂. Para otra vez será, pero como no hay mal que por bien no venga, el tiempo del resto del día de ayer lo ocupamos en ir a la playa, que quedaba a 150 metros. Extensísima, de arena blanca, amplia y con el suave oleaje del mar Báltico en esta zona. Tampoco me bañé pero hoy me mojé las patitas,😅. Fue un disfrute caminar por la playa y observar la puesta de sol. ¡Hermoso realmente!
Hoy día fuimos de recorrido turístico por la ciudad de Riga, con la voz cantante de una guía local excelente. Es la ciudad más poblada de las naciones bálticas. Tiene 700 mil habitantes aproximadamente. Al igual que Estonia, LETONIA sufrió una situación compleja: a fines de la I Guerra Mundial obtuvo su independencia, que la perdió durante la II Guerra Mundial, a manos de los soviéticos, luego alemanes y nuevamente soviéticos. Sólo en 1990-91, obtiene y se le reconoce su Independencia por segunda vez, con la diferencia que ahora es parte de la Unión Europea y de la OTAN, lo que es relevante teniendo como vecinos a los rusos. Carecen de un sentimiento pro-ruso; al contrario, no los quieren mucho. El monumento de Stalin y otros existentes de su pasado soviético han sido derribados. El último que quedaba se derribó el año 2022, después del inicio de la guerra de Rusia contra Ucrania. Cabe señalar que en todos los edificios en que se erige la bandera de Letonia, también está la de Ucrania.
Recorrimos el centro histórico adoquinado de Riga alrededor de 3 horas con la guía, quien fue explicando y mostrando los edificios y lugares emblemáticos, como se diría en nuestro país. Vimos las 3 catedrales: la ortodoxa, la protestante y la católica, todas con un gallo🐔 en la aguja del campanario, símbolo de vigilancia, de estar atentos. Aún cuando se utilizaron inicialmente como veletas, el Protestantismo lo tomó como símbolo propio y lo ubica en cada uno de sus templos, pero en Riga, todos coinciden en la 'figurita'. En cada plaza o plazuela aparecía una figura peculiar: un erizo de ojos azules, la mascota del Campeonato Internacional de Hockey, así que el evento le agrega su cuota de aire de fiesta a la ciudad, que se advierte en el sector céntrico. Luego de observar algunos elementos existentes de lo que fue la ciudad amurallada de Riga, de conocer el hermoso Parque de las lilas, el Paseo y Monumento de la Libertad, la Plaza del Ayuntamiento y otros, se nos dio tiempo libre. ¡Uff! ¡Ya era hora! Con Mariana nos dedicamos con desespero y rapidez a entrar a los locales de 'Suveniri' (así se anunciaba en los letreros) para luego almorzar en el Lido, un restaurante de autoservicio y bastante económico. Yo me serví un anticucho contundente de pollo con papas rústicas y una Coca-cola y pagué 7,5 €. ¡Una ganga por acá! Terminada la comida a pasear otro poco entre adoquines, pues a las 15 hrs. debíamos subirnos al bus, ya que iríamos de viaje por una hora para visitar un palacio.
[Abro paréntesis: La gran sorpresa que tuvimos esta mañana fue que, al ir en nuestro recorrido y detenernos en un sector del centro antiguo, nos encontramos con un señor que tocaba un trombón y era aplaudido por un grupo de turistas. Nos detuvimos nosotros mientras la guía nos daba una explicación y de pronto nos quedamos estupefactos: el señor, ayudado de otra persona, comenzó a interpretar la música de nuestra Canción Nacional. ¡No lo podíamos creer! Obviamente cantamos el himno y luego le colaboramos, razón por la cual, obviamente, realiza esta actividad. Fue un lindo momento. Cierro paréntesis].
El Palacio Barroco de Rundale, construido por los duques de Curlandia durante el siglo XVIII, de estilo barroco y rococó, está transformado en la actualidad en un museo. Tanto el edificio como sus hermosos y cuidados jardines no dejan de recordarnos a Versalles. En esta ocasión (no creo que tenga otra en mi caso; aún me falta mucho por conocer y recorrer como para repetirme) sólo visitamos el interior del Palacio con sus numerosas salitas, salas y salones, ornamentados con lámparas de cristal, pinturas, muebles, enormes y hermosos calefactores, etc. Los bellos jardines los vimos a través de las ventanas. El tiempo nos acompañó, incluso hacía calor, lo que nos llevó a un estado de modorra total en el camino de regreso al hotel.
Ya de vuelta en el alojamiento, desocupamos las mochilas, nos cambiamos de calzado y partimos a caminar a la playa, pasando en el trayecto a tomar en tremendo café ☕ en una pequeña y agradable cafetería. Luego, a caminar por la orilla de la playa, mientras el sol se despedía de nosotros con algunas nubes. Así y todo, la caminata, la brisa y la temperatura ya algo más baja, nos ofreció la oportunidad de descansar la vista y el oído, momentos que aprovechamos para obtener unas instantáneas dignas de concurso, 😂.
Mañana temprano nos vamos de este pequeño país de casi 2 millones de habitantes, para visitar a la tercera nación báltica. Almorzaremos en la ruta y, además de visitar algunos lugares de interés en el trayecto, llegaremos en la tarde a la ciudad de Vilnius, en LITUANIA.Ya compartiré con ustedes las peripecias y algunas copuchas, 😂,dignas de ser contadas. Hasta pronto.
P.S. olvidaba contar algo que me ha llamado la atención en esta ciudad: la abundante presencia de cuervos. Sus graznidos inconfundibles no me resultan muy gratos al oído que digamos. Creo que se debe más a la mala fama literaria y legendaria que a la realidad. En fin, curiosidades...No he investigado más al respecto, así que sólo menciono la situación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario