Habían acordado reunirse a las 18 horas en el Reino de Sta. Julia el jueves 8. El objetivo principal era celebrar un año más (inexorablemente) de Anita (más conocida en su círculo como "Pelo Rubio al Viento"), aunque un día adelantado. No obstante, eso era lo de menos. Así que se había fijado la fecha y luego de un cambio de palacio (para mejor en todo caso), el Castillo del reino ya mencionado, estaba a disposición de tan ilustres damiselas: la Any, la Eli, la Chechi, la Estre, la Chiqui y la.....tatatatán ....¡¡la Principessa!! (con ella, se completó la media docena, jajaja). Y como ese castillo había inaugurado su piscina hacía poco tiempo, era la oportunidad para estas bellezas de lucir sus esbelteces, practicar natación y divertirse como jovenzuelas.
Así que, tipín 17,30, doña abordó el avión pilotado por la Estre y, juntas, se dirigieron al lugar de encuentro. Al rato después, llegaría la festejada y la Eli para completar el ramillete.
La más pequeña, la "Chofi" |
La tarde estaba espectacular, el agua exquisitamente tibia, el ánimo dispuesto, así que las primeras sirenas se lanzaron al agua. Bueno, no literalmente, la verdad sea dicha..., sino, más bien, se introdujeron al vital elemento, poco a poco, por el lado más bajo, a ver si podían dar pie, jajaja... Felizmente lo dieron, de otra manera se habría tenido que recurrir a los Salvavidas que no habían. En todo caso, el Castellano (entiéndase, 'dueño del castillo') podría haber servido para el caso (creo, jijiji).
Nadaron en todos los estilos (a lo perrito, crol, mariposa, de espaldas, pecho.... especialmente este último, jajaja) hasta que les empezó a dar hambre. Sin embargo, las nadadoras del grupo eran sólo 4 ...y no 6... ¿Qué había pasado? La Any y la Eli habían llegado, cual mellizas del Tango, cuando ya las otras chiquillas estaban remojándose, y se excusaron de no ingresar ellas al agua también: que no, que no encontré el traje de baño (y ante el ofrecimiento de la anfitriona y otras soluciones varias presentadas), no importa, báñense ustedes no más, que la cacha de la espada.....Bromas van, bromas vienen y naka la piris.... (más porfiadas las chicuelas...)
En fin... Tomar un poco de sol y, luego, a comenzar la celebración. ¿Cómo? Exactamente : "comiendo", jajaja. Inflaron unos globos ad hoc y comenzó el sacrificio...ñam, ñam, ñam....Risas, bromas, pelambres varios... y llegó la hora del Cumpleaños Feliz, con una exquisita torta helada de frutillas...(¡se pasó la anfitrio...!).
- ¡Qué divertido debe haber sido!
- Nos reímos mucho...¡ no lo podíamos creer! Y como somos tan solidarias, varias más la acompañamos en el nado sincronizado y nos lanzamos al H2O. La Eli, que no se había mojado ni siquiera las patitas, también fue a nadar, claro con la prenda correspondiente.
Un buen rato estuvieron divirtiéndose, cual adolescentes que son, hasta que la tarde empezó a hacer abandono del día.
- Fue en ese momento que salimos de la incógnita, pues no sabíamos cómo se las "arreglaría" nuestra amiga para irse a su propio reino de Coínco.
- ¡La muy pillina había llevado ropa para cambiarse, de manera que tenía planificado lanzarse a la piscina con sus atuendos puestos!
- ¡Qué buena onda! ¡No cualquiera hace esa gracia!
-¡Cierto! ¡Es que ella es un espíritu libre y juvenil, jajaja! ...Y estábamos en confianza...
- ¿Todo terminó bien, entonces?
- ¡Síííí! ¡Felices y relajadas!
Luego de entregar los obsequios (también recibí algunos), ordenar un poco, iniciamos la marcha, abandonando el castillo con proyectos de nuevas juntas. Realmente un excelente grupo de bellas mujeres... (especialmente, esto último) ...
Doña Principessa estuvo en su castillo a las 22 horas, algo cansada ante 'tanta' natación (jajaja) pero feliz. Aproximadamente a las 24 se fue a acostar después de leer un poco.
...
Hoy viernes reinició su rutina en palacio: su capuccino matinal con cereal, escribir, leer, ponerse al día en las últimas noticias de Chile y del mundo (nada halagüeñas, por cierto) y luego, a preparar el almuerzo, lo más sano posible:
Ensalada: tomate con palta
Postre: mango con naranja (al natural)
Luego de conversar unos momentos con sus regalonas, dio inicio a su descanso, después de ir al Súper a comprar algunos víveres de primera necesidad (jejeje). Los agobiantes 33 grados de temperatura del exterior, felizmente no llegaban a palacio, de manera que sólo debió ducharse una vez, cuando regresó del infierno de a calle, jajaja.
El día ya termina y, aunque no ha avanzado mucho en su lectura, le ha parecido muy provechoso. Eso es lo bueno de volver a palacio después de unos días: se valora de mejor manera el hecho de pertenecer a la realeza, jajaja.
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