martes, 27 de enero de 2015

¡De Curepto con amor...!!

- Has estado silenciosa en estos días, querida Princess.
- Algo, pero no en retiro espiritual, de ninguna manera.
- ¿Y a qué se debe, entonces? 
- Obviamente estaba fuera de palacio. Decidimos viajar con la principessa Gladys el jueves 22 de enero a Curepto. Bueno, la verdad, primero había que viajar a Talca y, desde allí a nuestro destino final (¡uyyy! Me acordé de esa saga fílmica de destinity).  Nos levantamos con todo el tiempo del mundo pues nuestro avión salía -o pasaba- a las 10,10 por Rancagua. 
    Igual debieron irse en taxi, pues su querida hermana debía llevar su "maletita" roja con lunares blancos, que es enorme. Se fueron en un bus medio rasqueli, el único que tiene llegada directa a esa ciudad: Pulman del Sur, demoraron....pero llegaron. 
    Estuvieron en Talca a las 12,40 aprox. Su primera tarea fue comprar sus pasajes de regreso, la Princess a Rancagua, doña Gladys a La Unión. Luego, a buscar custodia y higiénicos servicios (ojalá hubieran sido así!!!) Como fueron a ver custodia en el Terminal Rural (donde se negaron a aceptarle la maleta por esto de los lunares, jajaja, el color y diseño de la maleta le hizo doler los dientes y muelas a la encargada, jajaja), buscaron allí un baño. ¡Ufff! Nunca habían encontrado un baño tan ordinario, guácala (costaba 100 pesos, así que imagínense la calidad). 
 Felizmente, nuestro anfitrión, el infante Juan Carlos (upps, ¡de veras que lo habíamos subido de categoría cuando cumplió los 40 en octubre pasado!, jajaja) andaba en Talca, así que pasó a buscar a la maleta despreciada, a la dueña de la maleta y a la acompañante de la dueña de la maleta al Terminal de Buses (pa' callao' , no me gusta para nada este edificio, es feo, desaseado y viejo...la construcción, jejeje). El príncipe se llevó la maleta pero las dejó "abandonadas", jajaja, en un paseo talquino, mientras realizaba unos trámites pendientes. 
- ¡Qué nos dijeron a nosotras! Nos metimos en cuanto local y galería encontramos, hasta que...nos cansamos y nos sentamos a comer papas fritas y chocolate...jajaja
- ¡Uyyy! ¡qué alimentos más diet! Me tinca que cuando teminen tus vacaciones, Princess, habrás subido al menos unos 5 kilos...
- ¡Naaá! Dejo de comer una semana y quedo tiki taka...
- ¿Una semana sin comer? ¿Tú? ¡Sóplame este ojo! 
- Jajaja
   Cuando empezábamos a preocuparnos (ya eran las 15 horas) llamó el príncipe para encontrarnos e ir a almorzar. Fuimos a un Parque que queda a orillas de un río (jajaja, no anoté ni lugar ni nombre de río, hacía mucho calor y estaba con hambre, eskiusmi) donde sirven comidas abundantes y caseras (Río Claro dice google).
- Dos mariscales y una guatita a la jardinera, plis. Pa' tomar, juguito no' más (¡guácala! ¡Nada qué hacer, había que ser solidaria con el conductor; ya vendría el vinito después, jijiji)
   Cuando llegó el pedido, después de unas sopaipas y tortillas con pebre, quedaron satisfechos enseguida. El príncipe debe haberlas visto medio famélicas (debe ya necesitar anteojos, jajaja), porque el mariscal era en realidad un pullmay (si tenía de todo: longaniza, choros, choritos, pollo, etc.) y las guatitas a la jardinera tenía las barrigas de varios animales, jajaja...y, para mayor abundamiento, un plato de papas fritas para cada uno...¡Uff! ¡Quedaron literalmente tiesos de comer! Sin embargo, la ganadora fue doña Princess: se comió todos los cayitos,  jaja, sin dejar ni un trozo; sólo al final se dio cuenta que no tenía cilantro, ¡qué estafa! Jajaja. Sus compañeros de infortunio no fueron capaces de engullir toda su fuente de comida: debieron pedir un envase para llevar (lo que sirvió para la cena y un almuerzo más al día siguiente, jajaja...¡la dura!).
  Una vez terminada su "frugal" alimentación, nuestras heroínas acompañaron al príncipe a realizar el retiro de unas especies (no les quedaba otra, jijiji) y , de ahí, a....¡Curepto City! Por suerte, no consumieron alcohol en su almuerzo; en caso contrario se habrían ido durmiendo los tres, porque con el calor que hacía,  la comida ingerida, el cansancio del viaje, los grados de alcohol habrían completado  los ingredientes perfectos para una buena siesta, aunque hubiera sido en el purgatorio, jejeje (humor negro o, al menos, plomo). Después de pasar a comprar 3 melones por luka, unos panes y un agua mineral (diet), se fueron a la casa que, en ese momento, estaba deshabitada. Los otros habitantes aún no llegaban. ¡Vaya sorpresa les esperaba! 
  Esa noche, acompañados de un pequeño refrigerio estuvieron mirando la primera jornada del Festival de Olmué y cuando se fueron a acostar a la torre del castillo cureptano, las voces, martillazos y risas de unos vecinos del lugar le llegaron hasta altas horas de la madrugada.¡Qué entrete!
   Un antecedente curioso mientras en Rancagua dormían cubiertas, como mucho, por la sábana debido a la temperatura, en Curepto, apenas a 208 kms de distancia, debieron dormir con 2 frazadas y plumón (las tardes y noches son heladas; obviamente las mañanas también, jaja)
   El día viernes estuvieron solitasssss, dueñas absolutas del palacio por unas horas. Prepararon un rico almuerzo, para ellas y el príncipe, quien en agradecimiento, abrió un rico cabernet de la zona (que le habían regalado) y que pronto va a salir a la venta con el nombre de "Lágrimas de Huaso". ¡Rico el vino: espeso, amargo, mmm!      Esa noite tuvieron espectáculo en vivo y directo: Desfile de carros alegóricos y Show, todo en la Plaza de Curepto. Así que después de tomar once y abrigarse correspondientemente, se dirigieron, pasadas las 21 horas, al lugar de la actividad cultural. Ya sabían que un carro representaría un circo y que otro sería una "góndola" hippie. Ello, porque por ambos lados del vecindario habían estado preparando esos carros, de manera que tenían información de primera mano.

     Cuando llegaron había bastante gente ya, el escenario estaba listo, con música bailable, a la espera del inicio del espectáculo (además de que llegáramos nosotras, jejeje). Con los pitutos de siempre, lograron obtener asientos (sobre las escalinatas de la plaza) quedando en primera fila. El único problema fue que no faltaron los desubicados y porfiados posteriores, que se pusieron de pie, delante de vuesas mercedes (jajaja)
  

   21,30 aprox comienza la actividad (¿habrá algún lugar de Chile en que los eventos comiencen a la hora, en que los buses partan a tiempo, en que todo lo planificado resulte....?). Un Vodanovic cualquiera anima la actividad, presenta al jurado que evaluará los carros e invita a iniciar el desfile, que se desarrolla a ritmo de tortuga. En total, cuatro carros (para 3 premios interesantes y uno de consuelo): dos circos, una esfinge y la micro hippie. Un grupo de nuestros vecinos obtuvo el primer lugar, así que la celebración estaba en lo mejor, cuando logramos dormirnos, horas más tarde, jajaja.
   Luego correspondía que se iniciara el "shos" :...¡Los Príncipes de la Cumbia ! (diablos que ha proliferado la realeza, jajaja). Era un conjunto de 5 jóvenes, vestidos casi al estilo charros, con un sombrero blanco, chaqueta azul eléctrico, camisa y pantalón blanco. El más bajo la "llevaba": animaba y ofrecía su anatomía con movimientos pélvicos y de otros, rallanos en lo pornográfico. Indudablemente se creía "mino", pero al sacarse el sombrero, se le veía el corte de cabello al estilo Rey Arturo (Vidal, ...jajaja). En fin, en gustos y creencias, no hay nada escrito...parece.
    Sólo estuvimos un rato asistiendo a sus movimientos y canciones y luego iniciamos la retirada al hogar. Ya eran las 23 horas. Llegamos a ver parte de la segunda jornada del Festival de Olmué. 

...Al otro día....sábado 24...
   Gran almuerzo gran...
   Luego de tomar desayuno, a media mañana (los dueños de casa no debían cumplir horario laboral), comenzó el ajetreo. El almuerzo a preparar era ...¡¡pastel de choclo!! ¡¡Mmmm!! 
  
  Así que se aprontaron a colaborar en limpiar los susodichos, con la colaboración entusiasta del pequeño infante, don Diego. Luego, a sacar los granos, ya sea con los deditos, al estilo Principessa, o con cuchillo. Se trabajó con una buena cantidad, para que no faltara y "nadien" se fuera pelando, jajaja. Doña Principessa se dedicó a colaborar en la cocción y preparación de la pasta del pastel, lo que hizo de buen gusto, mientras su sister, preparaba las ensaladas. Todos estaban colaborando, menos el dueño de casa, a quien se le expulsó con viento fresco de las dependencias, para evitar que se las diera de chef, jajaja... Y mientras se trabajaba entre las ollas y sartenes, unos tragos de cerveza Austral con sabor a Calafate estuvo de "perlas" (¡rica la cerveza aquella!). 
  A la hora del almuerciño nadie se hizo de rogar. Quedó realmente ¡¡delicioso!! (dijera don Diego), acompañado de ensalada de lechuga y de tomate con ají (los últimos productos sacados esa misma mañana del huerto de palacio, absolutamente naturales). El ají les llamó la atención a las ilustres visitas : es verdirrojo, grande, de cáscara bastante dura, poco picante, pero sabrosísimo...(si la descripción estuviera en  femenino, seguro le calzaría a doña Princess, jajajaja). 
    A cada cual le tocó un pocillo de greda, de mediano tamaño, con el que quedaron patitiesos (¡¡de nuevo!!!). Tanto, que la mayoría (3 de 5) se fueron a acostar. El príncipe tenía un compromiso futbolero que cumplir, de manera qe pronto partió para el estadio,  mientras que doña Principessa  no halló nada mejor que ir a la playa del...patio. Se puso traje de sirena, bajó su toalla playera y se tendió a tomar sol,  mientras retomaba su lectura de antaño (el exceso de actividad le ha impedido ejercitar su tarea de reader).


...hoy martes 27 no he comido pastel pero estoy casi como la Bella Durmiente...(a patás con los enanos, jajaja).....zzzz..., upsss, me despertó el trompetista...el celu marca 32 grados, ¡cómo no me  a dar somnolencia...! Ufff, obligada a irme de cabeza a la ducha...no,  mejor caminando, jajaja... ¡No creo que la tercera sea la vencida; va a ser una dura lucha contra la temperatura el día de hoy...]
   Decía que la Bella se fue a la "playa". Pronto le dio calor, pero la solución estaba al alcance de la mano: una manguera. No sabía dónde dar el agua, pero siguiéndola encontraría el lugar y ...así fue. Estaba conectada a la llave del antejardín...¡Una pequeña ducha helada, desde la cabeza a los pies! ¡Qué delicia! A tomar sol de  nuevo, avanzar unas cuantas páginas más y de nuevo a manguerearse. El patio de aquel palacio es extenso y empastado, de manera que era el lugar ideal para veranear sin salir a la playa... Nadie la molestó: ni los demás habitantes, ni vecinos, ni paparazzis. 
   Pasadas las 18 subió a sus aposentos... La gente ya comenzaba a cobrar vida... El príncipe no había regresado, así que los habitantes salieron un rato a recorrer Curepto y sus alrededores en el troncomóvil. Doña Principessa solicita pasar por el único cajero del pueblo, el que, lamentablemente, está muerto...o ¡durmiendo aún! ¡Nada qué hacer! Al día siguiente debería intentarlo nuevamente....    Son las 20 horas. Llega el anfitrión y comienza a preparar algo que había anunciado durante la mañana:... ¡unas carnes a la parrilla! ¡Qué pena!! (jajaja). Unas papas y ensaladas acompañarán, más el bebestible correspondiente.
 El vino es buenísimo, pero ya se nos olvidó de qué viña...(si mal no recuerdo era un  cabernet Gran Reserva de la Viña San Pedro). ¡Qué manera de degustar carne! No cabe duda que toda la Dinastía es carnívora...(que yo sepa, no hay nadie vegetariano). Fueron una horas muy amenas, complementadas con la conversación familiar, que les permitió conocer un poco más a la infanta Ruth...
    La tercera noche de Festival de Olmué les acompañó un rato, pero no mucho, pues,  después de ordenar todo y lavar la loza..., decidieron irse a dormir...
    Hora de acostarse. El día domingo sería el último en el pueblo e irían a una Fiesta Costumbrista  cercana y a la playa...¡Buen panorama!, que casi se licúa, cuando a las 5,38 de la madrugada comienza a sentirse ruido terrestre seguido de movimiento ídem... por un largo rato...¡Chanfles y re-chanfles! ¡Nooo, no quiero morir tan ...jovennnn, jajaja! Luego del susto, de saber que no había pasado de ser un temblor de baja intensidad (5,2°) se dispusieron a dormir nuevamente....
......
   Al día siguiente no fue tan fácil levantarse. Después de desayunar, arreglaron bártulos personales y un coleman con algunos víveres imprescindibles... 12 horas: ¡saliendoooo! A pasar al cajero, en primer lugar. ¡Eureka! Estaba en funcionamiento y...¡tenía dinero! ¡Bravo! 
    Luego, a medio morir saltando, el anfitrión se sentó tras el volante, pues andaba con un lumbago que "ni te  cuento". Unos 20 kms en dirección a Talca y llegaron a una localidad llamada Tabunco, donde se celebraba la Semana Tabuncana
En esos  momentos, 13 horas , bajo una gran  carpa un grupo  folclórico entonaba cuecas, las que eran bailadas por  sus integrantes y por el público asistente. Tenían varios puestos de comida a bien buenos precios, pero el calor era sofocante, así que, ¡sorprise!, se dirigieron a un lugar cercano, no más de medio kilómetro, llamado Camping Los Robles, que estaba equipado con lugar para hacer picnic, para preparar carne a la parrilla y ....¡Piscina! ¡Un lugar precioso! 
    Después de recorrer el lugar, se sirvieron su picnic (un sandwich de carne con tomate y pan amasado, más fruta) y luego quedaron listos para ir a la piscina.
 El agua estaba refrescante. Nuestras amigas turistas se bañaron y nadaron un rato. ¡Para qué decir cuánto se bañó y disfrutó el pequeño del grupo, quien, con toda la confianza del  mundo, se lanzaba a la piscina a los brazos de su padre,  a pesar de sus 2,8 años, en la seguridad que éste no iba a permitir que le pase nada! ¡Qué maravilla tener esa confianza en otra persona! Creo que uno adquiere madurez precisamente cuando pierde esa capacidad de creer a ciegas en un otro u otra... Sin duda, una pérdida irrecuperable...
    No obstante, estando tan bien en ese lugar, el anfitrión quiso llevar a su familia e invitadas a una playa real : Iloca. Lo malo fue que no consultamos google...
- ¿Por qué? 
- Porque mientras en Tabunco había fácilmente 30 grados, a medida que nos acercábamos a Iloca, nos dimos cuenta que la cosa estaba fea: no había más de 20 grados, el cielo absolutamente nublado, una bruma cercana y baja rodeaba el lugar y había viento. Ya estando allá nos  bajamos un rato a la playa, pero no duramos mucho.
    El agua estaba gélida y, a pesar de ello, había mucha gente en la extensa playa y muchos también iban ya de regreso a la gran ciudad. Realmente  resultaba paradójico que en una superficie de 50 kms hubiera tal diferencia de clima.
    No fue mucho lo que estuvieron en Iloca; era mucho el frío. Para regresar debieron unirse a la larga fila de vehículos que se movían a la vuelta de la rueda por varios kilómetros, para luego, felizmente, salir del taco automovilístico. Llegaron a Curepto a las 19,15 más o menos, y se fueron directo a la Agencia de venta de Pasajes, para asegurar asientos del viaje del día siguiente, de regreso a sus hogares (de las ilustres visitas). Compraron en distintos horarios, aunque continuados. Luego a casita y a cumplir con el antojo de la más provecta del grupo (jajaja, no es doña Princess, aclaro) : ¡Sopaipillas! 

    Doña se ofreció para la fritanga, colaborando en la exitosa y exquisita once, que contó con los restos de la parrillada del día anterior y tomate casero con ají...¡Mmmm! El pequeño duendecillo llamado Diego, apenas vio las sopaipas, se entusiasmó y hubo que acceder a su pedido (¡cómo no!). Una vez terminada la once, de todas las ejemplares preparadas, sólo quedaron dos de muestra, las demás fueron engullidas por los hambrientos comensales...
   Y para completar el día, doña Principessa solicitó ver Máster Chef, lo que le fue concedido. Una vez terminado el programa, se fue a acostar, dejando todo listo para el día siguiente, en el que debía levantarse a las 5,30 hrs. 

   ¡Ringgg! ¡Hora de levantarse! Rápida y silenciosamente (aunque igual se despertó su hermana) bajó a ducharse, se vistió, ordenó sus cosas, la cama y se fue a cocina a preparar un café. Siendo las 6,15 inició su camino de partida, acompañada de su compañera de viaje, quien volvió a palacio una vez apareció la siguiente pasajera del microbús. 
- Si uno tuviera un atisbo del futuro, cuántas decisiones cambiaría y, por lógica, serían otros los resultados.
- ¿Y eso por qué?
- Nos pasó que para regresar desde Curepto a Talca (distante 70 kms.) compramos pasajes en microbuses distintos con mi hermana: yo, para no atrasarme, a las 6,30; ella, para no llegar demasiado temprano, a las 7,30 horas. Yo debía tomar un bus a las 9,30 y ella, a las 10 en otro Terminal. 
- ¿Y?
- Sucede que el vehículo de las 6,30 no salió sino hasta las 7,25 de Curepto, mientras que el de las 7,30,  en que se iría mi hermana, no salió simplemente. Debió sacar al príncipe de sus labores para que la condujera a Talca. ¡Increíble la informalidad!
-¡Y eso que estaban comenzando la semana! 
- ¡Los buses del Transantiago son una maravilla al lado de los Buses Contimar,  jajaja!
   Al final, lo importante es que llegaron a sus respectivos palacios, sin más novedad ni malos ratos que aquél, que sumando y restando, no disminuye un ápice a los excelentes días vividos en familia, gracias a la calidez del lugar, de sus habitantes y de nuestros anfitriones. 
   

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