Lunes 12 de enero.
Una nueva semana comienza, semana del inicio y desarrollo del Primer Aquelarre Álvarez. El punto de encuentro será el palacio de doña Principessa, quien habitualmente se disfraza de princesa aunque es muy bruja en el fondo, jajaja. Harán su arribo el martes, la mayor; el miércoles, una bruja con su brujita y el jueves, las dos últimas (bruja y brujilla). Hay 3 que no vendrán esta vez, pero esperamos sea a la próxima; en caso contrario, una maldición bien hecha no más y eliminadas del círculo (jejeje, risa brujeril)
Quedando ya poco más de 24 horas para el arribo de la primera, la Principessa debe preocuparse de ordenar bien el palacio (pa' q' no salgan pelando), limpiar telarañas (de los muebles, se entiende, y de los techos), eliminar arañas, pulgas, cucarachas y ratones de los rincones y escondrijos, sacudir ropa de cama por si a algún bicho se le ocurre esconderse, (jajaja), revisar bajo los "catres" por si hay algún "polizonte" (upss, sólo tiene "debajo", los demás son box spring ...¿o springfield?, jajaja), sacudir alfombras y hamacas, abrir los postigos para que "dentre" algo de luz natural, limpiar los candelabros y cambiarle la "ampolleta" al que lo requiera, buscar un sitio para el estacionamiento de los "vehículos" brujeriles, quemar incienso y otras sustancias "ad hoc" al encuentro, ....todo, para ir preparando el ambiente....¡¡¡Qué divertido!!!
Felizmente la noche de anoche fue placentera: durmió bien (¡no otra cosa, mal pensados!), de manera que se encuentra descansada para emprender sus preparativos y que el evento sea un éxito. Así no habrá problemas para que alguna ofrezca su palacio como sede para el segundo aquelarre.
En el intertanto, nuestra heroína ha seguido con su entretenida vida. Ayer domingo salió de palacio, en primera instancia, para visitar a su amada Infanta. Posteriormente, pasó a la Feria de Grecia, lugar donde se abasteció de varios productos necesarios para la alimentación de estos días que se avecinan. Caminó bajo el calor de 33 grados o más sobre el cemento, protegida por uno de sus sombreros, que esta vez no olvidó llevar. De otra manera, seguro que habría quedado en calidad de jíbara y esa presentación no habría sido la más adecuada para el pronto suceso.
- ¡Jíbaro, jíbaro, jíbaro! Lalalalalará...
- ¡Jajajaja! ¡Te equivocaste, Princess!
- ¿Cómo que me evicoqué? ¡¡YO nunca me equivoco...!!!
- Es ¡Fígaro, fígaro, fígaro!
- ¡Ups! Apenas dos letras erradas...
- ...¡y que marcan toda una diferencia!
- ¡hummm!
Entre sus compras estuvo un kilo de porotos granados... Nunca los ha cocinado pero decidió comprarlos para poner en práctica toda sus habilidades culinarias ...o gastronómicas, más mejor... No puede ser que, a estas alturas (del verano, quiero decir, jejeje) aún no haya experimentado con este tipo de porotos de estación... Hoy lunes los cocinará...
Así que ayer (íbamos en el ayer) tuvo un día más ajetreado que de costumbre. También concurrió al Súper a realizar algunas compras, de manera que su refrigerador parece carromato de gitano o carretón de feria, jajaja. Su almuerzo no requería mucha ciencia, pues aún le quedaba guiso de repollo morado, pero como iba a resultar fome para la vista y el paladar, optó por la deconstrucción. Compró unas masitas de empanadas y transformó el guiso de repollo que le quedaba en empanadas de repollo (jijiji). ¡Le quedaron exquisitas! No hay que olvidar que los arrollados primavera precisamente son a base de repollo.
Antes de preparar su rico almuerzo deconstruido, desgranó los porotos granados, para adelantar trabajo para el siguiente día. Menú:
Principal : carné de pulpa de jabalí a la sartén con aliños varios (harto merkén y aliño completo con comino; ¡qué picante soy!)
Acompañamiento: empanadas de repollo morado (repollo morado picado fino, cebollín, morrón, queso). Picante de ají en pasta , con cilantro, vinagre y aceite de oliva.
Postre: miscelánea de mango, naranja y cerezas.
Más una copa de vino tinto, café y té de hierbas.
¡Ufff! Además de quedar satisfechos el hambre y el gusto, quedó satisfecho su orgullo de cocinera. Nunca había realizado ese tipo de empanadas y realmente le quedaron ricas. Tanto que, a la hora de la once, casi las 21 horas, cuando le dio hambre nuevamente, no pudo sacar de su mente y paladar el gusto de estas delicias y procedió a meterlas al microondas y engullirlas posteriormente, sin dejar ni una miga, jajaja...ni de muestra...
La tarde estuvo medio floja (¿la tarde? , jajaja), leyendo a ratos, entre sueño y sueño, con un calor sofocante, que la llevó a la ducha un par de veces. Al finalizar el día, regó su plantación, viéndose en la obligación de cosechar su primer morrón, cuya planta no resistió el peso (salió un poco contrahecho, pero es el primogénito y como tal, se le quiere igual, jajaja). También se comunicó con la Reina madre, la bruja mayor, y las brujildas de La Unión y Valdivia, para confirmar sus vuelos y aterrizajes.
Luego, se arrellanó en su sillón favorito (para mala suerte de él, jajaja) y se dispuso a disfrutar con el programa Máster Chef, mientras picaba los porotos verdes que había comprado en la feria (¡porotos, porotossss!)
Por ello, con toda esa actividad, cómo no iba a dormir bien.
- Me alegro, amiga mía. Así que, ánimo, y a comenzar con los preparativos concretos, además de cocinar esos ricos porotos granados, que, espero, me invites a probar.
- ¡Aleluya, hermana, aleluya! Jajaja.
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